Por: El Gurú del PornoDerechos reservados / prohibida su reproducción Contacto: elguruxxx@hotmail.comProbablemente para muchos, con sólo leer el título de esta nota, se les abren los ojos y piensan inmediatamente en eso que la novia no les ha querido dar, a pesar de habérselo pedido por mucho tiempo y de estar portándose como un príncipe con ella. Algunas mujeres por su lado, pensarán en ese orificio que desde pequeñas les dijeron y le inculcaron en la familia que "por ahí no es" y que por mucho que el novio se lo pida siempre le va a sacar el cuerpo o a decir que eso duele mucho, sin ni siquiera intentarlo.Confieso que el sexo anal es para mí uno de los mejores placeres que se pueden disfrutar. No sabría decir cuál es mi preferido. Si tuviera que escoger entre sexo oral, vaginal y anal, es como que me pidieran escoger entre dormir o comer. Lo complicado en el sexo anal es precisamente eso, encontrar a una mujer que se le mida al cuento, encontrar a una mujer que no tenga prejuicios del pasado y que quiera disfrutar de su sexualidad al máximo. Es encontrar a una mujer que quiera sentir y experimentar nuevos placeres, que se quiera entregar en su totalidad y que quiera explorar esas nuevas sensaciones que sólo se descubren siendo arriesgado y dejando los miedos y sobre todo las cucarachas y los prejuicios muy, muy atrás.Sé que al menos el 97% de los hombres han fantaseado con tener sexo anal – y el 85% de las estadísticas son inventadas – Editor  y los que ya lo experimentaron, no ven la hora de repetir. Son pocos los hombres que prueban y no les gusta, caso contrario pasa con las mujeres, pues son muy pocas las que quieren probar y de las que ya probaron son muy pocas las que quieren repetir. Las que repiten, es porque de verdad lo aprendieron a disfrutar y vieron que no tenía nada de malo (al contrario, ¡todo muy bueno! Según lo que me cuentan).El temor principal de una mujer que está considerando al sexo anal dentro de su vida es siempre el mismo, de acuerdo a lo que he hablado durante años con amigas y compañeras sexuales: el dolor.Ay ay ay, me duele tanto…La tortura – ShakiraTodas dicen que la primera vez duele mucho… y les doy la razón, obviamente les va a doler, pues no se puede negar que la primera vez es una experiencia dolorosa y más si está con alguien que no tiene la suficiente PACIENCIA para hacerlo despacio, sin prisa, con cariño y pensando siempre en que lo más importante es ella y no la arrechera propia, en el momento por meterlo de afán.  En mi experiencia empírica pero muy animada, descubrí que esto ayuda a que no le duela tanto. Las mujeres deben prepararse tanto física como psicológicamente para saber que les va a doler, aceptémoslo, duele un poco, es como cuando van a tener su primera vez, cuando perdieron la virginidad, a muchas les dolió y me imagino que mucho, pero ahora son felices teniendo sexo y entre más grande lo tengan los hombres mucho mejor para algunas.Con el sexo anal es lo mismo, dolerá al comienzo, un poco, pero después lo disfrutarán cantidades. Otras incluso invocan razones culturales para justificar su temor o su negación rotunda a compartir el cálido hoyo prohibido. “El culo es malo y sólo se hizo para una cosa”, es la enseñanza que muchos tienen taladrada en lo más profundo. Dejando el machismo a un lado y aceptando las cosas como son, a muchos hombres les gusta que le pasen la lengua por el ano y que su compañera les meta el dedo.  Así no lo acepten, más de uno lo practica y se excita con esto (ahí es donde se encuentra el punto G de los hombres). Otra cosa: el hombre que tiene curiosidad de sexo anal con una mujer, no es gay.Todos los hombres tenemos derecho a exigir sexo anal de vez en cuando y no hay que esperar 5 años de noviazgo + 2 de matrimonio para que la nena lo empiece a considerar. Debemos explorar desde el comienzo para saber si funcionará a largo plazo en la cama o no.  ¿Mi modus operandi personal? Tener mucho sexo y lo antes posible y en todas las posiciones, para ver si es la mujer realmente es la indicada, la que me conviene.A pesar de que tenemos derecho de exigirlo, también tenemos la obligación de hacer sentir bien a la mujer. No dejemos que las ganas ni el hambre tomen lo mejor de nosotros y nos dominen, ya que como dicen por ahi, el que muestra el hambre no come. Suave, sin afanes, sin pausa pero sin prisa, nada peor para una  mujer que sentirse acosada. Después de que la nena por fin nos resuelva el codiciado “sí”, ¡tengamos en cuenta que va a ser su primera vez!  Nada de brusquedad, al menos no al comienzo (me encanta el sexo salvaje, pero si es su primer anal, es mejor sacar la carta de la ternura).Cómprate en un sex shop la crema para sexo anal. Hay unas muy buenas a base delidocaína (el mismo componente anestésico del consultorio odontológico). Esas cremas “adormecen” o entumecen un poco el ano para que al comienzo el dolor no sea mucho, sea soportable y se pueda disfrutar bien, la crema no quita la sensibilidad, sí se siente la entrada y la salida, pero disminuye el dolor. Todo esto acompañado siempre de mucha estimulación. Para hacerle sexo anal a una mujer hay que ser buen catre, hacerla sentir bien, calentarla bastante y lo más difícil: hacer que ella lo desee igual o más que uno mismo.Hablemos de la lengua y de su papel trascendental. practiquemos un buen sexo oral tanto en la vagina como en el ano, hágala sentir bien, y mientras le practica sexo oral le puede ir metiendo suavemente el dedo, nada brusco, con calma, que se vaya dilatando el ano de una forma suave, tengan un precalentamiento intenso , porque el sexo anal requiere eso, mucha pasión antes, durante y después. Aplíquele la crema si la tiene o cualquier lubricante y nunca, pero NUNCA lo vaya  a hacer en seco porque hasta ahí llegaría el experimento (y nunca la convencerás para que lo intente de nuevo).  

La primera vezAhora aplícale el lubricante, sigue con la lengua, bésala, acaríciala, que esa mujer se vuelva loca. Luego llega la hora de tomar decisiones: escoge una posición donde a ella no le duela tanto y si es la primera vez, por ningún motivo le digas que se siente encima. Por lo general la más cómoda para la primera vez es de lado en cucharita. También puede ser en 4 pero suavemente. Penétrela despacio, métalo suave, recordemos que ese está estrenando orificio, suavemente, dele tiempo a que se vaya acostumbrando al tamaño (sobretodo si lo tienen grueso como yo), la mujer obviamente debe poner de su parte para que las cosas funcionen. ¡No haga fuerza! Relájese, la tensión y la fuerza física son tus enemigos, si hay dolor el ano se cierra y no llegaremos a ningún lado.Mujeres, les llegó el turno. Ustedes no están experimentando con el sexo anal simplemente para darle gusto a su pareja y por que "no lo quieren perder". Si este es el caso, mejor no hagan nada. Estás experimentando con el sexo anal porque vas a sentir cosas nuevas y lo mejor, vas a sentir unos orgasmos en un grado de intensidad que no habías logrado jamás, vas a estremecerte y a gritar, como poseída, como loca, como fuera de ti. Pero debes poner de tu parte. El aseo personal es primordial y dentro de lo posible, es recomendable hacerse un buen lavado si es la primera vez y en la segunda, y en la tercera: siempre. Si le vas a dar la sopresa del regalo del sexo anal a tu pareja, puedes comprarte un enema en cualquier farmacia o tienda de sexo. En un artículo anterior  expliqué para que sirve, es una sonda con un líquido que se introduce en el ano y se bombea hasta que todo el líquido está adentro, luego se expulsa el mismo y en el proceso el intestino queda limpio. Esto evitará que ocurran anécdotas desagradables que no querrás recordar. Y ya que entramos en ese territorio, salgamos del tema de una vez y respondamos: 1. sí, a más de uno le ha salido el condón o el pene sucio. 2. Sí, la situación es completamente mata pasiones.  3. Y sí, es algo que podríamos catalogar dentro del terreno de lo “normal”, cuando hablamos del sexo anal.  De ahí la importancia del aseo.Estefanía, una chica encantadora, me regaló el sexo anal más inolvidable que he tenido. Un día normal, hace 9 meses. Un día de trabajo sin ningún contratiempo ni nada novedoso para contar, con la excepción de que invité a mi apartamento a una chica que conocía hace poco por internet. La llamé para que fuera a mi casa a hacerme la visita y conversar para conocernos un poco mejor. Algo curioso me pasa con las mujeres, o mejor, a las mujeres les pasa algo curioso conmigo: como saben que trabajo en todo este mundo del sexo y el erotismo, entonces muchas se imaginan que soy muy buen amante, que soy todo un toro en la cama, o a muchas les da curiosidad de acostarse conmigo sólo para comprobar si es cierto todo lo que hablo sobre sexo y todo lo que digo saber (modestia aparte todo es verdad.) - Y Ahora quién se lo aguanta. – Editor. Esta nena era una de ellas, habíamos hablado mucho por Messenger, nos habíamos masturbado mutuamente vía webcam, pero nunca nos habíamos visto en persona. Yo le dije que si me iba  a hacer la visita, pues obviamente íbamos a tener sexo y si incluía anal pues mucho mejor. La visita era a las 9:00 p.m., horario en el que ya me había desocupado de todos mis deberes y la podía atender como se lo merecía. Despaché a mis amigos rapidito, pues casi todos me hacían visita hasta muy tarde y me dediqué a esperarla. 9:10 p.m., llegó y en realidad se veía mejor por webcam en Messenger, pero igual estaba bien, de pronto más bajita de lo que la imaginé, pero muy amable y formal. 

El roncito secreto del GurúSeguimos a la habitación, pues no me gustaba atender a las visitas en la sala,  porque ahí mismo funcionaba El club de masturbación. En la alcoba nos sentamos y conversamos un poco, serví unos roncitos que tenía guardados y sin mucho preámbulo ni nada nos empezamos a besar.  Lo que más me gusto fue su piel, una piel suave, olía delicioso, nos besamos mucho tiempo acostados en la cama, luego nos fuimos quitando la ropa mutuamente sin dejarnos de besar. Ese día estaba muy caliente, bueno, como todos los días y con mi lema de batalla: siempre listos.  Después de mucho besarnos y de practicar un sorpresivo 69 por un largo tiempo, esta es una de las pocas mujeres que ha sido capaz de meterse todo mi miembro en la boca hasta el fondo y eso la verdad me pone a mil (y no es por chicanear pero grandecito si es)  -Lo perdimos del todo - Editor. Luego saqué un condón, de la caja de 100 condones que acostumbraba a tener en mi habitación, me lo puse y ahi sí empezó de verdad una de las mejores faenas sexuales que he librado en mi vida, de esas que puedo anotar en mi top 20 de las mejores tiradas. Aunque no sospechaba que el final no iba a ser tan agradable, en su momento hicimos de todo: la cogí en la cama en todas las posiciones, el Kamasutra completo, el 69, el misionero, el columpio, la carreta, la caída del ángel y un delicioso etcétera.  La pasión estaba al tope, de esas veces que uno no quiere parar, que las ganas pueden más que cualquier razón y donde todo está permitido. Como dice Arjona “Le besé hasta la sombra y un poco más”, pero el sexo vaginal llega un punto en el que aburre, así que había llegado la hora del postre, de lo mejor, de lo que estaba esperando: ya era hora del sexo anal. La estocada finalEntre tanto gemido de placer y los cuerpos sudorosos, la acosté boca arriba en la cama, le levanté las piernas y le hice sexo oral en la vagina y ano (beso negro que llaman; cabe anotar que esto no se le hace a todo el mundo pero la nena estaba muy limpia y la  calentura era mucha). Le metí un dedo, con suavidad, luego dos, luego de nuevo uno… la clave no está en meterlo y sacarlo sino en meterlo y dejarlo adentro y moverlo adentro en forma circular para que se vaya acostumbrando. El mete-y-saca del dedo, en lugar de excitar la puede llegar a lastimar.  Mientras le metía los dedos, no paraba de hacerle sexo oral, de acariciarle los senos con la otra mano, (yo sabía que era su primera vez anal, pues eso me había dicho por internet, así que quería ir suave). Abrí mi closet y saqué uno de los juguetes que más me gusta utilizar:las bolas chinas (una camándula conformada por 5 bolas de distinto tamaño, fabricadas en silicona y que sirven para acostumbrar el ano, pues se van metiendo las bolas desde la más pequeña a la más grande). Se las fui introduciendo suavemente, una por una hasta el final y  luego las sacaba y las volvía  a meter, esto con el fin de prepararla para lo que le esperaba, porque de verdad no iba a ser fácil. La calentura seguía subiendo, así que procedí a acomodarme para ir metiendo el pene. Le apliqué la crema anal y empecé a introducirlo muy despacio, para que se fuera abriendo solo, no tenía prisa, es más, ese momento en el que uno siente que está entrando y que se está abriendo paso es un momento muy rico. Y la cara de ella, esa cara de placer extremo combinada con un poco de dolor y acompañada por los quejidos y gemidos es algo demasiado excitante. Sentía que la crema le estaba haciendo efecto, porque le preguntaba constantemente si le dolía y me decía que no tanto, la verdad no sé cuánto tiempo exactamente duramos en esa posición y con esa delicadeza para no lastimar, sólo puedo decir que entró todo y cuando digo todo es TODO. En ese momento, ella aguantó la respiración, hizo un ruido duro de gemido mezclado con dolor y yo no me podía sentir más excitado en la vida. Qué delicia de instante, qué segundos más gloriosos, todo fue más apasionado que antes: en 4, contra la cama, se me sentaba encima, la besaba, le chupaba los senos, mientras su ano se abría más y se acostumbraba al grosor de de mi pene. La eyaculación no pudo hacer sido mejor, el momento de culminación de ese acto tan desaforado de pasión, es como cuando uno termina una labor muy bien hecha. Lo saqué, me quité el condón y eyaculé en sus nalgas, aun enrojecidas por unas cuantas palmadas que le había dado.Una de mis mejores experiencias definitivamente, aunque como dije al comienzo, las cosas no terminaron muy bien. Me la volví a encontrar en el messenger y yo, muy entusiasmado, le pregunté que cuándo íbamos a repetir. Me dijo que nunca, pues por culpa mía le tocó ir al médico al día siguiente porque se desgarró algo interno en el ano, debido al intenso sexo anal que habíamos tenido y le tuvieron que coser unos puntos. Me dio mucha vergüenza en ese momento, pero igual nunca la obligué y la pasamos del carajo.  Mi advertencia retoma su validez: háganlo pero con cuidado, con cariño, con paciencia y no se desfoguen de la forma que lo hice yo, que la cogí como me dio la gana y desde ese día no la volví a ver por eso. Lástima porque hubiéramos seguido pasándola bien.Ánimo a todas las mujeres, regálense la oportunidad de probarlo y luego deciden si les gusta o no. Al comienzo les va a doler, pero luego se acostumbrarán. Hombres: aprendan a pedirlo, tengan en cuenta los consejos y disfruten del mejor sexo en compañía de sus parejas, es hora de salir de la monotonía, así que apoyemos el SEXO ANAL.