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Fui Infiel En GuíaCereza, Mi único Amor Prohibido

En esta oportunidad, damos a conocer la historia de una usuaria de nuestra comunidad.  La encontramos en el chat y nos dijo "Gracias por crear esta página".  Le preguntamos: ¿Por qué?  Y esto fue lo que nos contó.  Lectura totalmente recomendada.

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Historia real de usuaria GuiaCereza.com

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Nunca habia sido infiel, pero después de años de casada, conocí en GuiaCereza al hombre que cambió mi vida; fui a Colombia a conocerlo, ahora él es parte de mi.

Nací en Manizales y entré a Canadá desde que tenía 18 años. Fui hija menor de 3 hermanos, me criaron como una niña buena, una niña ignorante, mi mamá nos crió sola y yo no sabía nada de la vida real. Era super tonta. Cuando empecé a masturbarme a los 15 años, pensaba que podía quedar embarazada y lloraba después de masturbarme, moría de miedo. No sabía que los hombres eyaculaban, en fin, ignorancia total. Mi mamá no era así de ignorante, sólo que no deseaba que yo supiera algo referente al sexo. No me dejaron tener novio, me vigilaban todo el tiempo.

Cuando entré a Canadá, mi situación social era la misma que en Colombia: no podía salir y si salía, era acompañada de mi mamá.

A los 19 años, conocí un hombre que me gustó pero no me dejaban tenerlo como novio. Estaba cansada de esa vida, con mi mamá encima todo el tiempo, como la niña de la casa, entonces le dije a él que la única manera de tener algo era casándome y así mi mamá aceptó.

Me casé sin saber nada del sexo, ni de vida íntima. Él era joven también, sin mucha experiencia. Nos casamos y a los 2 meses, como era de esperar, me embaracé. No sabía qué era un orgasmo, no disfrutaba nada del sexo cuando estaba con él. Cuando lo tenía encima, sólo pensaba en qué iba a cocinar al otro dia. Él tomaba mucho y cuando nació mi hija, no aprendí nada y mucho menos lo disfruté. Estuve casada con él 2 años y medio.  

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Con el tiempo, después de separarme, conocí a otro hombre. Y para continuar con mi suerte... él era virgen. Tampoco sabía nada de sexo y lo que yo medio sabía, se lo fui enseñando. Empecé a leer sobre sexo y escuchar charlas de mis compañeras de trabajo y amigas. Me di cuenta de lo ignorante que era y sin embargo... con este hombre me casé. Él rara vez me buscaba, sexualmente hablando, le gustaba más ver la TV o estar con sus amigos.

Este segundo esposo era bueno en muchas cosas, pero en la cama nada... y como yo era tan ingenua, pensaba que era normal. También pensaba que no se debe hablar de las cosas privadas y sólo escuchaba a las demás.

Conocí a una amiga colombiana y me preguntó... “¿y qué tal tu esposo en la cama?” Y yo le contestaba que bien, pero sabía que no era así, siempre mentí. No quiero hablar mal de él, pero es una realidad lo que viví. Llegué a pensar que era homosexual: era distinto, trataba a los hombres con mucha amabilidad y eso no me gustaba. No fui una mujer fea y tuve pretendientes. Él lo sabía y nunca le importó. Los primos y algunos amigos me invitaban a salir y yo le contaba a él. Nunca le importó, le gustaba tener la mujer que otros deseaban.

Después de muchos años, le dije “estoy cansada de que no me atiendas como se debe, me dicen que los hombres son esto y lo otro y tú nada”. Me dijo “yo soy diferente”. Nunca lo vi buscando a otra mujer, aunque las miraba mucho.

Mi amiga me contó de un vibrador y le dije a mi esposo “cómprame uno aunque sea, ya que a ti no te gusta”, porque la que buscaba sexo siempre fui yo, él rara vez me busco, así yo le pasara desnuda al frente. Yo pensaba “me corresponde sexualmente porque lo deseo y por nada más”.

Muchas veces pensaba, “qué rico sería tener un encuentro con otro”, pero era muy gallina para eso, siempre pensé que no era capaz. Mi amiga me dijo “ufff no sabes de lo que te pierdes, es delicioso, míralo asi: es lo mismo que los hombres, se cansan de comerse a la misma mujer... ¿Cuánto tiempo llevas siendo fiel?” Y le dije “nunca he dejado de serlo”. “Qué tonta, no mija no pierda el tiempo, eso se lava con agua y no se da cuenta”. En ese entonces llevaba 10 años con él, ahora llevamos 24 años juntos.

Decía: arréglate y entra al trabajo. Yo tengo el busto grande y como buena colombiana me arreglaba muy bien, aquí son pocas las que se arreglan así, entonces me vestía con buen escote para que los otros me vieran. Y no sé, creo que se sentía orgulloso. Un día le pregunté, “¿te excita saber que otro me desea?” Según él no, pero me dijo “me siento orgulloso”. Nunca le creí. Empecé a masturbarme con un vibrador que él me regaló. Pasaban los meses y él no me tocaba, para esas yo tenía mi hijo el menor y me dediqué a ser madre. Y no quería divorciarme, porque a la final es un buen hombre. Estaba en los 30 en ese entonces.

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Mi amiga me retó. Me dijo: “búscate uno que te haga soñar”. Y ahí decidí contarle que mi esposo era malo en la cama y no le gustaba el sexo. Ella me decía “este man es marica” jajaja. Yo conocía a un hombre que me gustaba, porque era varonil, muy macho, lo contrario del mío. Y me dije: con este puedo pagar mi apuesta con Catalina. Nunca antes había sentido eso, eso fue hace 10 años. Era un venezolano trigueño, nada bonito, pero muy macho. Yo sabía que le gustaba, pero como siempre fui tan seria, tan correcta y él era mujeriego, le daba pena acercarse a mí. Pero yo frecuentaba la casa de él y en una fiesta me dice: “usted me encanta, me trae loco hace muchos años”.

Mi esposo no me acompañaba a esas reuniones de la casa de él. A mí la verdad, me ha gustado ser coqueta, como dicen “puro tilín tilín y nada de paletas”. Un día me invitó a almorzar, y yo acepté.

Ese hombre me encantaba y ahí empezamos a ser más cercanos. Pero mira cómo es la vida: le tenía miedo. Porque era más fuerte que yo y por referencias, sabía que era tremendo con las mujeres y me sentía insegura de la mujer que yo era en la cama.

Nunca le dije a él de mis problemas, él pensaba que yo tenia el matrimonio perfecto. Le dije que sólo seríamos amigos y ya.

Un dia me invitó a un yate y pensé... ¿qué irá a pasar? ¿Me dejaré llevar por este hombre me hace sentir cosas, o seguiré siendo fiel? Estabamos ahí y me dice: “discúlpame, pero tengo que darme un baño”. ¡No te imaginas lo asustada que estaba! Así de vieja como estaba y temblaba como una adolescente. Cuando salió, tenía un boxer... me agarró por la espalda y pude sentir su pene creciendo... no fui capaz y me alejé, pensaba que me iba a violar. Me besó y me dejé, pero de inmediato vino a mi mente mi esposo y le dije “no... no puedo. Llévame, no deseo tener ni hacer nada contigo, él no lo merece”.

Él aceptó, me dijo “no haré nada que tú no quieras”. Me dio un beso en la mejilla y me dijo “eres la única mujer que me ha rechazado y la única que de verdad deseo”. No lo volví a ver más. ¿Sabes? Me arrepiento. Porque sé que era más mi miedo a no ser una buena amante, que a ser infiel.

Le conté a mi esposo sobre esto, un día que discutimos. Le dije que había tenido sexo con otro hombre, aunque era mentira. Inventé un nombre, porque él conocía a este tipo. Y adivine qué me dijo mi esposo: “tranquila amor, yo acepto que fue culpa mía, te tenía muy descuidada, borrón y cuenta nueva”. Después le dije que era mentira, que no me acosté con él. Y dijo: “lo sabía, sé que no eres esa clase de mujer”.

Nos mudamos, por eso no volví a ver al venezolano. Conocí una vecina y me dijo “¿tú chateas?”. Le dije “No, ¿qué es eso?”

Me contó que chateando, se hacen amigos en el computador. Hacer amigos es difícil y más donde vivo. Así que compré un computador y entré a la página de Univisión, donde conocí algunas personas de Colombia. Duré como dos años ahí, tuve amigos y no muchos encuentros, nada sexual. Un día, una de mis amigas cyber, me invitó a su casa. Yo soy de Manizales, pero como no tengo familia allá, no viajaba. Mi esposo es de Pereira y siempre íbamos allá.

Viajé a Manizales y la conocí, para ese entonces ya había conocido a tres amigos más, pero de viaje a México. La primera vez, estaba en casa de mi cuñada y ahí llegó la primera amiga cyber que conocí. Ya había hablado con ellos por teléfono, el otro era un hombre de Medellín y vino donde yo vivía. Nos fuimos a almorzar, mi esposo dijo que estaba bien y que le diera todos los datos, en cuál restaurante estaríamos, siempre en mi carro, nunca en el de ellos, etc.

Las otras dos veces, quedamos de vernos en Manizales. Nos reuniríamos en la casa de la amiga y la otra vendría de Bucaramanga. Por cierto, ahora ella es de GuíaCereza también.

¿Cómo conocí GuíaCereza? En este viaje a Manizales salí a conocer a estas dos amigas, fui sola. Salimos y nos encontramos en una discoteca a un amigo. Y me dicen ellas: “oigan, este tipo entra a una página colombiana, es de sexo... ¿le miramos el perfil?” Y todas “¡Claro, de una!”. En Manizales conocí GuiaCereza. Entramos y vimos perfiles, no entramos al chat ese día. Yo me quedé con ellas 8 días y regresé.

En este viaje, mi esposo se quedó solo en la casa y lo pillé en fechorías con otra mujer... Pensé “yo toda la vida siendo fiel y viene este a querer pegarme los cuernos y yo lo que he podido hacer y no he sido capaz”.

Mi esposo sabe que paso mucho tiempo en el chat, él conoce la página. En el 2012 teníamos unas vacaciones planeadas a Pereira, mi esposo es paisa. Pero desafortunadamente me tocó comprar otro pasaje de emergencia. O sea, tenía dos pasajes para Colombia: fuimos a Pereira y me quedaba otro, por eso viajé a Manizales. Él no tenía los dos pasajes, él se quedó en casa. Viajé sola a Manizales y a encontrarme con mis amigas y como estaba con depre a él no le molestó y era la primera vez que viajaba sola.

Estando en Manizales, me sorprendió que él no me llamara con frecuencia, por ser la primera vez que yo viajaba sola y sin familia allá. Y cuando yo lo llamaba, me daba cuenta de que él estaba en el teléfono o quería colgar rápido, no me preguntaba muchas cosas. Cuando regresé lo noté distante, extraño, ni siquiera hicimos el amor después de tantos días, pensé que él quería como siempre que yo lo buscara y no lo hice. Hablando con él, por que era de las mujeres que le contaba todo, le mencioné que había conocido un tipo joven y guapo, que me había invitado a salir. Le dije que no acepté ¿y sabes qué me respondió? “Qué boba fuiste, porqué no saliste”.

Yo me quedé con una espinita, cómo era posible que él me estuviera mandando a salir con otro hombre que yo no conocía, y yo feliz contando mi viaje y me dice “si quieres puedes ir en diciembre”, en lugar de decir “si quieres vamos”. O sea, me mandó de regreso casi 3 veces en 6 meses. Y dije “algo está pasando aquí”. Pensaba que era algo pasajero, aparentemente todo estaba bien entre los dos, un dizque matrimonio normal, con momentos altos y bajos. Un sábado, él había regresado del trabajo y sonó el celular. Se asustó y salió inmediatamente de la casa. Entonces yo al ver esa reacción tan rara, salí detrás y me pegué a la puerta y escuché. Le decía “no puedo hablar, estoy en la casa, te llamo el lunes”.

Sabes qué sentí, que el mundo se me derrumbaba, ahora entendía el cambio de él. Cuando entró, le pregunté “¿Quién era amor?” y me dice “era de la compañía, nada importante”. Le dije “¿sí? Vea pues, qué raro, pero si ellos ya sabían que habías salido”. Me dijo que era una señora que necesitaba algo, pero estaba enredado y no me miraba a la cara. Depronto, sonó su celular de nuevo y salió corriendo a la parte del patio y yo detrás y me hace señas con la mano, que no vaya. Seguí caminando por que era una puerta de vidrio y lo miraba a los ojos. Colgó y le dije: “dame el cel”. Vi que era una llamada de larga distancia.

Él recibe llamadas de muchas mujeres por el puesto que tiene, yo nunca le había mirado el teléfono, me dice “es fulana” y me da el nombre de una mujer de su empresa. Pero mi hija mayor trabaja en la compañía y le pregunté, me dijo “no mamá, no puede ser ella”. Él no entró en todo el día a la casa, se la pasaba en el patio, no me daba la cara, estaba todo raro. Entonces esperé hasta el fin de semana y le dije que nos tomáramos unos rones. Yo me hacía la que tomaba y le daba rones a él, ahí le dije: “me vas a decir qué pasa, siempre te he contado mis cosas y ahora me estoy dando cuenta que me estas mintiendo, qué pasa, no te peliaré ni nada, sólo quiero saber”.

Confesó: “Mira, es que estoy hablando con Fulana, hablé a Colombia y me dieron el teléfono de ella”. La Fulana, era su primera novia. ¿Por qué la llamaste? Dijo que había muerto un familiar de ella que era muy amigo de mi esposo.

Cuéntamelo todo”.

Y a medias me contó las cosas, pero le saqué que hablaron todos los días a esa hora mientras yo estaba en Manizales. Y supuestamente él quería ir a Pereira en Diciembre y por eso me decía que fuera a Manizales. Hasta le mandó dinero, esto lo descubrí al mes de estar en Manizales. Para mí fue muy duro, por que yo confiaba en él y me di cuenta de que se estaba enredando muy pronto con esa mujer.

Llamé a la mujer a Pereira, la enfrenté y le dije que no volviera a llamar a mi esposo. Y a él le hice un show. Desde ese momento las cosas cambiaron entre nosotros, tanto que me cambié de cuarto y nunca más lo busqué para tener relaciones. Fue en ese mismo momento, donde entré a GuiaCereza. Me sentía sola, con depresión, aislada de todos. Y aquí encontré cosas que jamás había pensado. Hombres de toda clase, mujeres arriesgadas, mujeres con problemas igual que yo.

Empecé a ver la vida con otro color, antes pensaba que yo no era nadie, dejé de valorarme, el autoestima estaba por el piso. Es absurdo sentirme así, una mujer tan segura como yo, cómo podía sentir tanto miedo, sentirme menos que otras.

Estando aquí, sola, un día lo recordé y dije “tan raro, mirar fotos de esas mujeres... cómo pueden hacer eso los hombres... Dios, qué verguenza”. En fin, fui una estúpida. En ese tiempo, entré al chat y directo a la sala de “invitados” a leer, no tenía qué registrarme. Empecé a escribir y todos respondían “Hola”, que si quiero esto o lo otro. ¡Yo estaba asustada! Les decía “No entro a buscar sexo, no quiero ver penes” ¿Y sabes? Hasta me insultaban.

Fueron pocos los que me entendieron y creyeron. Me decían “usted es monja o a qué entró aquí, esta página es de sexo”. Me hice amiga de un usuario muy famoso en Guia... y me dijo “no tienes que hacer nada que tú no quieras, no te preocupes”. Y me dice “regístrate y miramos cámaras”. Y yo “¡¿Cómo así?!” Casi me muero el primer día, no era capaz de ver, nunca se me olvida. Pensaba “¿cómo pueden hacerlo y no les da vergüenza?”. Entonces no era capaz de ver cámaras, leía la sala pero no miraba nada. Sólo escribía y escribía, hasta que empezaron a decir que yo era hombre por que no aceptaba privados y no mostraba en cámara. Un día, decidí dejarme ver por unos que no eran tan morbosos y así empecé a darme a conocer en GuiaCereza.

La sala Invitados desapareció y se creó la sala Amigos. Ahí entraba muy frecuente con un grupo, esa era mi sala. Hasta me hicieron moderadora, hace 3 años. Era muy correcta. En esa sala, sólo las mujeres podían dar show. Yo 'cuidaba' y entraba a diario a escribir. Todos sabían que era una mujer maura, seria y respetuosa... varios deseaban tener algo conmigo, pues creo que eso les atraía de mí. Nunca había hecho nada por cámara y menos dejarlos masturbar para mí. Y no escribía a nadie en privado, para no tentar mi mente. Conocí a alguien que me encantó, no era de la sala Amigos, sino de VIP. Me gustaba verlo en cámara, yo sabía que era el papi lindo de Guia, todas lo deseaban y él me había contado de sus aventuras.

Mi esposo sabía que yo entraba a GuíaCereza, un día le enseñé la página y me dijo... “Será que vas a hacer algo ahí” yo le dije “No, jamás”. Este hombre de la sala VIP me empezó a contar sobre cosas que él había hecho. Me enseñó sobre el mundo swinger, me llamó mucho la atención. Él llevaba mucho tiempo en la página. Un día le dije a mi esposo sobre el tema swinger, de intercambio de parejas, le pregunté si le gustaría hacerlo... siempre me daba largas, no concretó nada, no estaba seguro. No insistí más con mi esposo sobre ese tema, era tiempo perdido. Pero yo quería ir a un bar swinger.

No sé por qué me llamó tanto la atención este tema, creo que era pedir a él consentimiento para estar con otro hombre y me hiciera sentir lo que él no podía. Mi amigo en la sala VIP sabía muchas cosas, había tenido muchas experiencias y por mi parte ninguna, nunca. Empecé a gustarle a él, creo que le ver una mujer madura como yo siendo tan ingenua, le llamaba la atención.

Poco a poco empezamos a tenernos confianza, nadie supo de nuestra amistad, con él empecé a conocer los mensajes privados. Quería que hiciera cosas que yo no había hecho y yo no era capaz, la verdad ese hombre me tenía mucha paciencia. Un día me pidió en cámara que bajara mi blusa y muerta de miedo lo hice. Decía que así, poco a poco, perdería mi temor. En fin, no llegamos a nada, sabía que él era experimentado y yo en lo asboluto.

Creo que se cansó de rogarme hacer cosas y yo nada. Dejamos de escribirnos. Él ya casi no entraba y era muy orgulloso, dejó de saludarme. Seguí escuchando historias y pasándola rico en GuiaCereza, a pesar de que no conocía usuarios de muchas salas, a no ser que ellos visitaran la sala de Amigos.

A VIP casi no entraba, yo no era capaz de dar cámara a todos los usuarios aunque muchos me conocían, bastantes. Habia un nick en particular que me llamaba la atención, porque era el mismo nombre de mi esposo, pero él era de otra sala. Para ese entonces, ya tenía algunos años en GuíaCereza. Nunca lo leí, él solo saludaba. Él entró de casualidad a la sala Amigos y saludó y yo siempre traté de saludar a todos los usuarios. De ahí empezó una amistad, no sé por qué este hombre me dio la confianza que ninguno antes me había dado. Era de mi ciudad y un día le dije “puedo verte en cámara”. Cuando lo ví... no, no, no... nada que ver. No era el tipo de hombre que me llamaba la atención; hasta feito lo ví, no me gustó para nada. Pero tenía algo que me llamaba la atención: su personalidad. Nos contamos la vida en GuiaCereza y entrábamos diario a conversar, él estaba pasando por un momento difícil en su matrimonio.

Fue la experiencia más hermosa de mi vida.

El hombre de la sala VIP me decía “me gusta cómo luces, esa piel”, me sentía linda. Él me ayudó mucho, me levantó el ánimo, empecé a reírme mucho y disfrutar todo en GuíaCereza y así empecé aquí.

A los 2 años de estar aquí conocí a Canelo, mi amante prohibido. A pesar de que no era mi tipo de hombre, de no sentir cosas por él, me daba confianza, raro en mí con los hombres que conocía en el ámbito virtual. Sólo con él lo sentí. Y le di entrada a mi vida, con Canelo fue distinto, porque como no me gustaba, podía pasar más tiempo en privado y hablábamos de todo.

Canelo” es el nick que él creó para estar conmigo. Creé un nick sólo para estar con Canelo y fue Estrella. Con él empezamos a tener una linda amistad, fuimos cómplices de muchas cosas... confianza total, para ese entonces él estaba casado. Yo le pedía que no fuera infiel, porque me contó que no fue una buena experiencia, la que tuvo con esta chica de GuiaCereza.

Le empecé a contar qué nos gusta a las mujeres “dile esto, haz esto otro”, detalles. Y duró así un año, tratando de que su esposa cambiara, llevaba 10 años. De nada sirvió, a la mujer de él no le gustaba el sexo, no lo deseaba.

Ella fue su primera novia y para colmo la mujer era de una religión... prefería estar siempre en la iglesia, en lugar de estar con su esposo. Un día le conté todo lo que había pasado con mi esposo y le dije: “no cometas el mismo error, mira todo lo que yo llevo de casada y me doy cuenta de que no vale la pena estar con alguien que no corresponde a tus mismos gustos y deseos”.

Duramos un año así, sólo de amigos. Entrábamos a GuíaCereza a diario, la pasábamos genial, usábamos dos nicks. Entre amigos y cuando estábamos solitos. Poco a poco, te lo juro, sin darme cuenta, este hombre... se volvió necesario en mi vida.

Me conquistó haciéndome reir, admirándome... a estas alturas ya había perdido la pena y colocaba la cámara. Le gustaba mucho mi coqueteria y la forma en la que yo mantenía a los hombres a raya. Un día me dijo “usted me gusta pero mucho... como amiga eres genial, como mujer fascinante, me estoy enamorando de tí”.

Y le dije: “¿Cómo? No, recuerda que eso no estaba en nuestros planes”. Y le dije... “No más, no me escribas más, no puedo tener nada contigo ni con nadie”. Entonces se alejó de GuiaCereza y yo me quedé, él sabía que me encantaba estar aquí en la página y como él trabajaba, era más fácil que saliera él de la página”.

Así pasaron tres meses y yo extrañándolo montones. Nunca lo llamé ni le escribí. Un día apareció en mi privado y me puso una canción. Y no sé por qué me dije... “ah, qué puedo perder, este hombre me gusta y está muy lejos... y yo necesito sentirme querida por alguien”.

Volvimos poco a poco, había algo distinto, ese gusto por la otra persona, ya no era sólo amistad, eran sentimientos. Empecé a darle cámara y a mostrar más de lo que yo mostraba. A él le fascinaban mis senos, siempre me los admiró, sólo mostraba el bra y lo dejé verlos al aire... Él entraba al escondido en su trabajo y yo siempre sola en la casa.

Nadie me había dicho si mis senos eran bonitos o no, nadie me había dicho que tenía un color de pezón lindo, que le gustaba mi piel... cosas que le hacen falta a una mujer.

Pasó otro año, nadie sabía que éramos tan amigos, ni mucho menos que teníamos una “relación cyber”, de sexo y coqueteo virtual. Yo sabía que él nunca había “hecho show” o desnudarse en cámara... nunca podía por que se conectaba desde el trabajo.

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Un día lo cité temprano, le dije que entrara cuando no había nadie, le dije que quería verlo en cámara. Ese día, yo tenía una pijamita sexy, dejé que me viera y me dijo “mira lo que causas en mí”. Le dije “déjame ver más”. Dijo que no, que estaba en el trabajo y depronto lo pillaban. Empecé a tocarme y le decía cositas insinuantes y él a mí. Cuando me pedía que le mostrara algo, yo le decía “si me haces esto o lo otro”. Entonces se bajó el pantalón, muerto del susto que lo descubrieran y lo hicimos. . Él estaba muy... duro, tenía jeans puestos, le dije que me dejara ver más y dijo que no, que estaba en el trabajo y depronto lo pillaban. Fue delicioso, masturbándonos como adolescentes y era la primera vez para los dos

Decidí viajar a conocerlo, nunca me había sentido así. Él tenía 41 años y yo 46.

Él era un tipo distinto, era calmado y la mujer no le ayudaba. Yo en cambio era loca, me encantaba el sexo, le dije “voy a conocerte, no perderé esta oportunidad en mi vida. Antes siempres le dije no a todo, ahora quiero saber qué siento, no te aseguro nada, no sé si pueda estar contigo”. Él sabía que nunca había estado con otro hombre, aunque le conté lo del venezolano. Me dijo que tendría mucha paciencia y que si no se daba, con tenerme como compañía sería genial. Entonces le dije “yo soy muy... no sé cómo se dice, asquienta?” Y él me decía: “Tranquila mi estrellita, si tengo que bañarme en desinfectante lo hago”. Y le dije “Eso sí, si no no puedo estar contigo... por lo menos sí dejaré que me metas la manito”.

Hablé con mi mamá para que me acompañara a este viaje, no quería ir con mi esposo y como el había salido de viaje, aproveché y arreglé todo. Compré pasajes y no le dije nada a mi esposo. Pero resulta que un mes antes de viajar, le conté que iba con mi mamá, le inventé que ella quería comprar una propiedad en Manizales. Y me responde... “ahh, qué bien, me voy con ustedes, vamos para tal fecha”.

Y compró pasajes, no dije nada, yo tenía reservados los otros. No podía hacer nada. Yo supuestamente viajaba para septiembre y él compró pasajes para Julio, no le dije que yo ya tenía pasajes comprados. No sé si es por casualidad, pero para esta fecha fue cuando conocí a mi Canelo.

Entonces cambió todo, le dije “OK, vamos, yo me quedo unos días más con mi mamá por si compramos algo y en 10 días contigo no podemos hacer mucho”. No había problema con él, pues me quedaba con mi mamá. Le conté a Canelo que habían cambiado los planes, que él iba con nosotras y que yo lo llamaba cuando llegara a Manizales.

Sabía que él regresaría un sábado en la mañana, entonces podríamos vernos en la tarde. Le conté a mi mamá que tenía un amigo en Manizales, que era “ciber”. Y pues ella no estaba de acuerdo, eran cosas raras para ella. En ningún momento le dije que iba al viaje sólo para conocerlo.

Llegó el Sábado. Lo llamé y le dije que se había ido antes, tenía que estar segura de que no habían cambiado el viaje de él. Lo llamé a mi casa para asegurarme de que él estaba en Canadá.

Ese sábado le pedí a mi mamá que me dejara sola en el hotel, que era la primera vez que iba a conocer a este amigo y ella aceptó. Aunque con miedo, me decía “¿estás segura?” y yo “¡claro! Qué me puede hacer, ¿violarme?”. Por dios, no me ve lo vieja que estoy. Se fue y yo no sabía qué ponerme, quería estar sencillita. Me coloqué unos jeans, una blusa pegadita para resaltar mis senos y listo. Ya nos conocíamos en cámara, habíamos hablado de todo, cómo nos saludaríamos, cómo tendría que tratarme, sobre todo la paciencia. Entonces llegó y me dio un beso, me abrazó y me dice “mmm, eres más linda en persona mi Estrella”. Y nos sentamos a conversar, me decía “me siento raro”. ¡Y yo más! Él ya había tenido dos amantes y yo nada. Le dije en la primera salida, “quiero que vamos a comer y después a bailar. Deja que yo tome la iniciativa, por que si no me gustas, no quiero que me beses”. Quería saber qué se siente estar con alguien que había pasado la barrera en mi vida. Él fue muy caballeroso, fuimos a comer y de ahí pasamos a una zona llena de restaurantes y discotecas. Ahí sentados me decía “¿Estás cómoda conmigo?” Y yo “sí, mucho”. Entonces me cogió la cara y me dio el primer beso, delante de todas las personas que pasaban por el lado. Y me preguntó “¿te gustó?”. Yo no respondí, sólo le devolví el beso.

Fuimos a bailar, lo notaba nervioso y le pregunté qué pasa, no pensaba que era tan tímido. Me dice “mi Estrella, no puedo creer que estés aquí conmigo, es un sueño hecho realidad”. Él no tomaba y yo tampoco, nos fuimos temprano, me dejó en el hotel, un besito y ya.

Al próximo día era Domingo, y quedamos en salir más temprano y ahí le presentaría a mi madre. Él tiene una moto y yo deseaba hacer lo que nunca antes me dejaron en Manizales. Le pedí que me llevara a las afueras de la ciudad, es como una montaña, se ve toda la ciudad y es muy bonito. Le presenté a mi mamá y nos fuimos, no dejé que me tomara fotos. Sólo se atrevía a besarme y medio me tocó los senos.

Cuando bajamos de esa montaña le dije “vamos a un mirador”, ahí nos bajamos, quería verlo al lado de él, entonces me le metí entre las piernas, yo soy bajita, o sea parados pero él de espalda a la calle. Y empezó a besarme, delicioso, yo le correspondía, le mordía los labios, sentía su pene crecer en mis nalgas, él sabía que eso me excitaba, ya para eso sabíamos lo que nos gusta a cada uno y qué teníamos qué hacer. Yo le había pedido que no me hiciera sexo oral, según yo, no me sentiría cómoda y como era lo que mi esposo más me hacía ya que él tenía su problema, no quería pensar en él si llegaba el momento de nosotros estar juntos.

Yo tenía reglas, él aceptó todo, estando en el mirador besándonos, me acariciaba los senos y bajó la mano, yo lo dejé, deseaba todo eso. Nunca antes había hecho algo así, yo en plena calle con un hombre que conocí por internet, dejándome tocar... era de locos. Perdí todos mis miedos en ese momento. Entonces así como estaba con la mano en mi vagina y besándome, le abrí el cierre del pantalón y le metí la mano.

Él estaba asustado, lo vi en sus ojos. Le dije al oído: “te dije que si no llegábamos a tener relaciones por lo menos la metidita de mano sí”. Y le saqué la mano, me arreglé el pantalón, le di un beso apasionado y le dije “vámonos”.

Me voltié y lo vi chupándose los dedos. Me dijo “eso me gustó y sabe muy bien”. Me dio mucha vergüenza pero me reí muy maliciosa. De ahí para el hotel de nuevo y al día siguiente era Lunes y él tenía que trabajar, entonces me tocaba esperar hasta tarde para vernos. No dejé nunca que entrara al hotel, por que ahí ya habían visto a mi esposo y mi mamá tenía un cuarto al lado del mío. Yo lo llamaba en el día y me decía “ufff no sabes cómo estoy”, pensándote todo el día, me haces sentir cosas que hace mucho no sentía.

Él se separó en Junio antes de yo llegar a conocerlo, se fue a vivir con la familia, por eso podíamos salir libremente. Salíamos en la moto y siempre mandaba mi mano cerca de su pene. Le acariciaba las piernas, le mordía las orejas, le pasaba las uñas por las manos... fui muy traviesa, me sentía una adolescente.

Me recogió un Lunes y me preguntó que para dónde quería ir. Le dije “vamos al Corredor Polaco”, es un mirador de novios que yo nunca había visitado. Empezamos a caminar y nos hicimos en un lado del parque me apretó fuerte y empezó a besarme. Me decía “qué rico se sienten tus senos en mi pecho” y me besaba con pasión y yo empecé a mojarme, era algo raro en mí, sólo me pasaba con él. Le dije “mmm tocará cambiarme de cucos” y más me apretaba y sentía su pene duro. Empezamos a movernos fuerte, se nos olvidó que estábamos ahí.

Seguimos así un buen rato y yo le decía “para negro, me vas a hacer venir”. Y eso lo excitaba más, como podía me tocaba los senos, yo creo que se le olvidó la gente y la vergüenza. A mí sí no me importaba nadie, como no vivía allá no me preocupaba si me veían, sólo me daba un poco de pena por mi edad.

Paramos y le dije que no quería tener un orgasmo ahí. Regresamos al hotel y hasta el otro día. En ningún momento me decía si querí ir al motel con él ni nada. Yo pensaba, ¿por qué no me dice nada, será que me va a tocar tomar la inciativa a mí? ¿Como con mi esposo?

Llegó el Martes y no teníamos mucho tiempo, fuimos al parque en el Centro Histórico, nos sentamos ahí y yo tenía una blusa delgadita y medio transparente, con unos pantalones de gym apretados. Nos sentamos y él me miraba y me acariciaba la cara, era mágico todo lo que sentíamos, como novios bobos. Ahi le dije “mírame”, estábamos sentados, yo delante de él y empecé a quitarme el bra y lo metí en la cartera... él me miraba con asombro”. Y como estaba detrás de mí, yo abría mi blusa para que mirara los senos que tanto le gustaban. Puse la mano en su pierna y sentí de nuevo el pene durito, él no decía nada, creo que no creía lo que yo estaba haciendo, yo me moría de la risa. Entonces me voltié de rodillas y mis senos quedaron casi en su boca.

Empezó a besarlos por encima de la blusa y morderlos muy delicioso, yo sentía mucho placer. Aunque pasaban algunas personas no veían lo que haciamos. Mi pezón estaba bien duro y sobresalía por lo delgadita de la blusa. Entonces quise abrir el pantalón de él y en eso (risas) se nos sentaron unas personas al frente. ¡No pude! Y me dice “mmm, ya sé cuál era tu intención”.

Era hora de regresar al hotel, no pasábamos de las 11:00 p.m. por que él madrugaba.

Al otro día, el miércoles no podíamos vernos, por que me habían invitado a una finca, amistades de mi madre. Lo llamé y me decía “no sé cómo será hoy mi día sin tí, te extraño, quiero tenerte conmigo, que pase este día rápido para verte mañana”. Sería el Jueves, nuestro último día, porque yo regresaba el Viernes y se acabaría nuestra fantasía.

Le dije “mañana quiero que me lleves a un bar a escuchar música romántica, quiero una despedida genial”. Y me dijo “¿será que culminamos nuestro encuentro?”

La verdad yo lo deseaba, pero no sabía si tenía la fuerza de hacerlo, sentía vergüenza de mi cuerpo, yo soy gordita y le dije “si pasa, no quiero luz... esperemos a ver qué pasa”.

Pensaba que no iba a poder entregarme a él, a pesar que lo deseaba. Llegó el Jueves, yo llevaba chocolates y metí una blusita y pantys por si pasaba algo.

Me llevó a un bar muy romántico, oscurito de parejas, música vieja de los 70's. Estábamos en un rincón perfecto. Pedimos cerveza por que ninguno de los dos toma y en Manizales con ese frío... el ambiente estaba súper caliente ahí adentro. Cantando, besándonos, tocándonos... sentía muchas cosas. Saqué los chocolates y estaban derretidos, entonces me lo sunté en los dedos y se los metí a la boca, unté los de él y se los chupaba... él me acariciaba los senos, yo sentía su pene. Era una experiencia única y maravillosa.

Me preguntó si lo deseaba y le dije que sí. Me dijo “vamos”.

No sabía si iba a ser capaz, ya habíamos hablado de si pasaba, quería que fuera un motel en el que él no hubiera estado con otra mujer. Para mí era la primera vez en un motel, le dije que fuera lindo, elegante. Seguimos calentándonos ahí en el bar, yo sentía correr mis fluidos, él me decía que estaba igual, me mostraba sus jeans y se veía mojadito, por que yo chupaba sus dedos y él sentía abajito... medio me paraba y acariciaba mis nalgas. Como estábamos en una esquinita todo se nos hizo más fácil. Fueron muchas caricias y besos.

Llegó el momento de irnos para el motel. Le había pedido que antes de hacer alguna cosa, tendríamos que bañarnos y entonces me besó, puso música y me dice “ya sé”. Se bañó él primero y me esperó en la cama, tenía la toalla puesta únicamente. Entré al baño y cuando salí estaba todo oscurito como yo deseaba, entonces me puse una blusita sexy y en tanga, me acerqué arrodillada, besándolo, él acariciaba mis nalgas y me besaba, me acercó a él y sentí cómo estaba de duro, lo toqué por primera vez y mmm, me encantó.

Él me quitó la blusa y empezó desesperadamente a besar mis senos, decía que le encantaban, me imagino que porque la mujer de él los tenía pequeños. Yo le había dicho que a lo mejor no los chuparía, me inventé un montón de cosas, dejé de ser la mujer correcta y casi perfecta, para convertirme en una putica culiona.

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No había mujer más conservadora que yo en el chat, en la Sala Amigos, pero en ese momento yo deseaba conocer cada centímetro de aquel hombre, deseaba verlo completo, antes nunca lo había hecho, le pedí que me dejara ver, contemplar su pene erecto, su cuerpo que no era el más musculoso, es gordito y con barriguita, pero no sentía vergüenza conmigo.

Lo miré por completo y lo besé, él me trataba con ternura, sentía que él temblaba y me pareció tan extraño, se lo pregunté. Me contestó que no sabía, que era la primera vez que le pasaba.

Yo le dije, “te daré una señal para que me penetres, deseaba hacerlo con calma, disfrutar todo aquello que era nuevo para mi”. La verdad me tuvo mucha paciencia, mirando su pene, me dieron deseos de chuparlo y así lo hice. Él no me pedía nada, dejaba que yo experimentara lo que nunca había tenido.

Entonces después de chuparlo estaba casi lista para entregarme a él. Ya habíamos hablado de que me gustaría que él estuviera detrás mío, agarrando mis senos y me penetrara, besando mi espalda. Me acomodé y él sabía que había llegado el momento, fue espectacular, sentirlo dentro de mí. Fue delicado, sin prisa, con pasión, empezó a moverse más rápido, yo correspondía y movía mis caderas... hasta que mis gemidos hicieron que él se detuviera, me miró de frente y me dijo “espera, espera mami”. Y yo pensé “ahh caray ¿y qué pasó?”. Me dijo “uff, está tan rico que tengo que conentrarme más”.

Me besó y se paró de la cama, me acercó y de nuevo me penetró de frente. Subió mis piernas y no sé como me subí más y más, entones quedé como si estuviera parada de cabeza. Él mordía mis pies, besaba mis dedos y me demostraba que disfrutaba esa posición. Hicimos unas cuantas más y le pedí que cuando se fuera a venir, quería estar en la cama acostada y él de frente besándome y así lo hicimos.

Terminamos rendidos, delicioso.

Le pregunté si lo habia hecho bien, tenía miedo de no saber hacerlo. Me dijo que estaba muy satisfecho, nos quedamos ahí un ratico conversando y mirando que era tarde, yo necesitaba regresar al hotel, pues salía esa misma mañana de viaje, de regreso y el sueño acabaría para mí.

Nos metimos al baño y saliendo, nos besamos de nuevo y ya estaba listo para el segundo, caímos en la cama así desnudos, no habían pasado ni 10 minutos de la primera vez. Empezamos de nuevo, me pidió que me subiera y le cabalgara. La verdad no disfrutaba mucho de esa posición, él lo sabía, por que sufro de algunos dolores bajitos, entonces por complacerlo lo hice.

No tan larga como la primera pero igual deliciosa. Nos arreglamos, casi no hablamos, sabíamos que era nuestra despedida. Me llevó al hotel, no sabía a qué horas saldría yo, sólo dormí una hora y cogí para el aeropuerto. No me bañé, no me cambié de panties... deseaba sentirlo ahí conmigo, desaba olerlo, deseaba estar así, no me importaba nada, ni pensar que estaba sucia, sólo no quería borrar lo de nuestra noche.

Regresé a casa y tenía la fortuna de no estar en la misma habitación demi esposo, entonces hacía lo que fuera para que este no me buscara. Pasé algunas semanas así y si por casualidad me buscaba que era una vez al mes, no sentía nada, no me movía, no le correspondía. Sabría que nunca más sería igual, ahí me di cuenta de lo mal amante que era, todo lo que yo había perdido en conocer el placer en otro hombre... perdón por decir esto, pero es la verdad y nos pasa a muchas.

De ahí en adelante se hizo más fuerte nuestra relación, había más confianza. ¿Sabes? Él siempre aconsejó a muchos usuarios de GuiaCereza sobre este tema. Conozco a muchos y muchas que pasan cosas terribles, en fin, todos tenemos nuestros secretos. Este hombre me dio la confianza que necesitaba, le pregunté súper detalles de nuestros días en Manizales.

Empezamos a hacer el amor ciber, por el computador, por primera vez me quería y me aceptaba como la mujer que soy... mi esposo nunca me contaba nada, no reparaba. Canelo todo lo miraba, mis lunares que son muchos, tengo uno al lado de la vagina, se lo mostré pero no lo dejé bajarme... perdí la vergüenza y empecé a disfrutar más mi 'mundo ciber', me tomaba fotos XXX, primera vez que me tomaba fotos así en la vida. Le pedía fotos a él, también era primera vez. Me sentía genial, nueva, otra. Era OTRA mujer.

De esto viene mi nuevo nick.

¿Recuerdas que tenía otro pasaje comprado? ¡Y era para Septiembre!

Yo pensaba... ¿cómo carajos le pido a este que regresaré a Manizales? No desaba perder esa oportunidad. A mi esposo le gustó mucho el viaje, entonces estaba complaciente y aceptó que regresara. Le inventé que me gustaría hacer algo, un negocio. Cuando le dije a mi Canelo que regresaba, estaba feliz. Y me dijo “pediré permiso en la empresa para poder estar más tiempo”. ¡Le dieron 3 días! Yo llegaba el Viernes en la noche, entonces tendríamos 5 días sólo para nosotros. Buscamos otro hotel, cerca al trabajo de él... bueno, ahí será la segunda parte de esa historia.

Esto fue el año pasado, nuestro último encuentro fue en Diciembre.

La verdad, perdí el juicio.

Fue una locura, pero no me arrepiento. Fui tres veces a Colombia en 6 meses. Pensarías que estoy feliz, pero no realmente. Feliz de haber sido capaz de vivir esta situación, claro que sí. Pero muy triste de saber que encontré a ese hombre casi ideal, pero no puedo tenerlo conmigo. Es difícil, tener que compartir tu vida con otro hombre y no poder hacer nada. Tenemos vidas diferentes, otro mundos. Una mujer como yo, criada como fui, de hacer lo que hice a mi edad, consciente, no soy una nenita de estas de Guía que entran a pasar el rato y divertirse. Me gustaría saber si otra persona vivió lo que nosotros, si están arrepentidos, si relamente valió la pena hacerlo...

Cuando haces estas cosas, puedes correr riesgos. No sé si hice bien o hice mal, pero necesitaba esta experiencia. Lo mejor de todo, y disculpame la palabras que usaré... no lo hice por arrechera, ni por necesidad de un hombre. Lo hice porque ese hombre significó mucho, el único que realmente pudo traspasar este mundo mío, que era prohibido. Quiero contar esta historia, porque he leído a muchos usuarios decir “en Guía no pasa nada, en Guía no hay encuentros, la vida ciber es una mentira”... cosas negativas, superficiales. Algunos corremos con la suerte de alimentarnos de cosas como la que me pasó a mi en GuiaCereza.

Fue alucinante.

Regresé a Manizales el 22 de Septiembre del 2014. Como iba sola, él me esperaba en el aeropuerto. Nos fuimos directo al hotel que él había reservado para mí y de ahí a comer. De regreso nos besamos, nos acariciamos, recordamos nuestro único encuentro. Y me dice... “ok mi Estrellita, vengo mañana en la mañana”. Al otro día le pregunté, ¿qué pasó? Dijo que como acababa de llegar y era mi cuarto, no quiso abusar... eso me causó mucha gracia. Le dije “¿no me deseabas? “Estás loca, claro, como nunca”. Y ahí empezamos y lo hicimos... ese día no salimos a comer, pasamos todo el día haciendo el amor, conociéndonos de verdad, con más confianza. Él se iba en las noches y regresaba en la mañana, el cuarto de hotel estaba reservado sólo para mí. Me llevaba donde quería y comíamos de todo, esos fueron ocho días donde yo quería hacerle de todo.

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Una mañana, que habíamos hecho planes de salir, llegó por mi y le dije que no, le dije que se acostara y que se quitara toda la ropa. Me gustaba demasiado verle la cara de sorpresa... entonces empecé a masturbarlo de una manera distinta, me chupé una menta fría y chupé con fuerza, él se estremecía, como que no se aguantaba, volteaba las manos, me bajé un poco más y se lo chupaba como queriéndoselo acabar, con las manos lo masturbaba mientras lo chupaba, él decía nunca haber sentido una sensación como esa.

La menta fría se va por el huequito del pene, además lo hice con mucha fuerza y con mis dedos firmes lo masturbaba y tiraba el pene hacia atrás, yo estaba de frente a su pene, el medio me veía la cabeza, podía tirar el pene bien atrás sin lastimarlo, me dijo que nadie le había hecho algo así tan fuerte y delicioso, la mamada de su vida. Lo dejé terminar así, me pedía parara por que no aguantaba y no lo dejé, le dije “dame esa lechita, es mía, me la gané cierto, termina” y se la recibí en mi boca. Era mi primera vez, con mi esposo nunca lo hice.

Lo dejé descansar y me dice “vamos a almorzar”, le dije “mmm y crees que me vas a dejar así”. Entonces empecé a moverme desnuda por su cuerpo, deseando que estuviera listo de nuevo y de inmediato lo estaba, entonces subí en él, sabía que no era muy cómoda esa posición, pero en ese momento no sentía dolor y le cabalgué con mucha fuerza, no paraba, le apretaba el cuerpo con mis piernas, me cansé al rato y se dio cuenta entonces me voltió y empezó con fuerza él, sin lastimarme, me decía que yo lo hacía con mucha fuerza, raro en una mujer, que era delicada pero a la vez fuerte, aunque muy femenina, me decía que cuando perdía mi fuerza lo excitaba por que sabía que llevaba el mando de la situación.

Salíamos a comer y regresábamos a seguir. Al otro día le dije: “recuéstate y relájate”. Le eché aceite por todo lado, deseaba hacerle a ese hombre lo que otra nunca antes había hecho. Después de unos masajes por delante y por detrás, me untaba de aceite para resbalar en él, fue delicioso. Él a esa fecha sólo me había hecho sexo oral en un momento mío de debilidad y a medias, no del todo, no me dejé, no deseaba que me bajara. Estábamos besándonos apasionadamente y empezó a bajar por mis senos y me di cuenta de que seguía bajando y lo paré. Él sabía que yo me mojaba demasiado y eso me daba pena.

Él decía que le gustaba y que era mucho, lo disfrutaba. Lo paré y le dije que no, “no quiero que me bajes” y lo besé para subirlo. Entonces me sorprendió: me cogió muy fuerte por los brazos y me miró muy serio, me dijo “NO. Yo te quiero toda, deseo saborearte, no aceptaré más que me digas que no esto o lo otro”. Y no te imaginas lo que sentí, fue increíble sentir toda esa fuerza de él.

Y claro, hizo lo que deseó en ese momento conmigo. Me excité como nunca, a mi se me olvidaba el mundo a mi alrededor, lo besaba donde me diera la gana, no me importaba la gente. Nos tocábamos con cuidado, disfrutábamos mucho de las salidas, compartíamos las comidas. Un día le dije “ven, quiero que bailemos desnudos”. Así lo hicimos, disfrutaba poder hacer cosas nuevas con él, siempre aceptó todo lo que se me ocurría, al contrario de mi esposo.

Mi esposo siempre era “ayy, no, cómo se te ocurre, qué pena” si lo agarraba en la calle, me quitaba la mano. Sólo aceptó hacerlo una vez, en ala playa. Rara vez estaba de acuerdo en seguirme en mis locuras sexuales.

Me prometió sacar la visa para venir a verme. El último día, lo senté en la cama, lo desnudé y le tapé los ojos. Yo ya había pensado en esa despedida. Quería que experimentara cosas sin él saber qué iba a pasar. Me excitaba verlo y aceptando todo. Entonces lo besé, me desnudé, me subí en la cama y le prohibí que me tocara. Después de mi beso, rocé mi seno en su cara, él no sabía qué era. Pensaba que era mi cara hasta que sintió mi pezón. Le ponía una y luego la otra.

Trataba de tocarme y no lo dejaba. Empecé a pasarle una plumita por todo su cuerpo, él no sabía qué era y me preguntaba, yo no le decía. Mientras se la pasaba, chupaba su pene. Después le puse mi vagina en su boca, dejé que me saboreara, dejé que chupara mis líquidos, que eran muchos y él disfrutaba. No dejé que me metiera los dedos. Lo tocaba desde los pies hasta sus cachetes, lo besaba por todo lado sin parar... él estaba a reventar y le salía mucho líquido; me untaba en los dedos ese líquido y lo chupaba, nunca sentimos asco de ninguno, lo hice mucho rato, él lo recibía con agrado, tenía cuidado de no hacerlo venir. Después de estar en esas, él se sentó y me le subí encima besándolo y me dejé penetrar... deseaba que esa última vez fuera mágica.

Al otro día regresé a casa. Así fueron nuestros encuentros, deliciosos y especiales. No me gustaba despedirme, además pensaba que él vendría en Enero del próximo año, me prometió sacar la visa. Deseo que venga aquí y conozca el país, entregarme a él de nuevo, vivir todo aquello de nuevo. Vivir juntos nunca ha sido parte del plan, yo tengo mi vida aquí y no la puedo cambiar, él tiene su vida en Colombia. Tenemos vidas muy distintas, él es padre soltero, aquí es muy difícil una separación, perdería mucho, hablando econónicamente y me queda un hijo.

Seguimos haciendo el amor ciber, mandándonos toda clase de fotos, videos XXX. La vida con mi esposo no mejoró, al contrario. Por eso tenía miedo de ser infiel, soy mujer de un sólo hombre. Lo más estúpido de todo esto es que mi esposo me cree una mujer que no es capaz de estar con otro tipo, le he preguntado “crees que puedo entregarme a otro hombre?”. Antes me decía, “no, tú no eres capaz”. Ahora me dice “si quieres, pues hágale”. Él mismo me mandó a desear esto, imagínate si no me atendía como mujer joven, mucho menos ahora que tiene 50, dormimos en cuartos separados y dejé de buscarlo.

Le dije, le comenté y le he leído relatos sobre mujeres que ponen cachos, se hace el loco, cree que no soy capaz. Yo pensaba que el problema era mío, aunque sabía que él tenía el suyo y creo que esto le psa a muchas, se sienten que no valen, que el marido no la desea por culpa nuestra... y no es así, podemos hacer feliz en la cama a otros. Muchos hombres deseando tener una mujer que le guste y disfrute el sexo y a ellas no les importa. Por eso existe tanta infidelidad y apenas lo entendí.

Hace 10 años pensaba que todas las mujeres casadas éramos fieles y me decían que no, empecé a preguntarle a todas las mujeres que conocía y adivina qué descubrí... que yo era la única fiel (risas) y era tan estúpida que me sentía orgullosa.

¿Qué pensaría si mi esposo está teniendo aventuras similares en este momento y no me cuenta? Creo que me sentiría morir, por que lo amé demasiado y puse todo de mi parte para tener una buena vida sexual con él, así y con todos sus problemas, si me diera cuenta que estaba con otra, entonces pensaría que yo era la culpable por que nunca pudimos tener sexo normal, con él nunca hubo más de una relación por día.

Sabes lo que es: empezábamos, algunas caricias y besos, me penetraba y ahí mismo terminaba. No habían posiciones, no podía según él, me metí a investigar sobre la eyaculación precoz, trataba de todo y nada funcionaba, siempre llegábamos a lo mismo. Me tenía que masturbar y hacerme sexo oral, yo deseaba sentirlo dentro de mi, un sexo normal, pero nunca se podía. Viví así más de 20 años de este matrimonio y me pregunto ahora... ¿valió la pena? Ser una esposa fiel, ¿valió la pena el sacrificio de no poder sentir a ese hombre que amas? Sí, tenía un buen hombre, pero en la casa, no en la cama. Y ahora por fin vine a descubrir a una pareja que me hizo sentir mujer, entonces tampoco lo puedo tener. Por que no quiero dejar mis comodidades, por que tengo una manera de vivir y una familia qué sacar adelante. Y no quiero perder más de 24 años de matrimonio.

He leído comentarios en los relatos de GuiaCereza, que dicen “ahh, este sí inventa”, “mucha película”, etc. No he mentido en nada, antes era muy cerrada en contar mis cosas y no me pregunten por qué acepté contarla. Creo que será por que nunca pensé vivir algo así.

Guardo algunos videos y fotos XXX que me tomé para él y también guardo las de él, también guardo algunas charlas, porque recordamos juntos. Yo pensaba por ejemplo que tenía una “cucona” por así llamarle... y él que me detalló en unos días lo que mi esposo nunca, los maridos no hacen esas cosas, me dice “no mami, la tienes pequeñita y cerradita”... ¿sabes lo que es eso a mi edad?

Los maridos como que no reparan en eso, entonces entran a GuíaCereza y ven mujeres en el chat y les dicen de todo y llegan a la casa y ni voltean a ver a la mujer. Y si está sexy le dicen “ay mija, cambiate, qué haces así”. Les parece vulgar. ¿Y si les pides un vibrador? Preguntan “cómo así, ¿es que con el mío no te basta? Y se emputan. Sin embargo, las miran aquí y les fascina y les dicen “ahhh rico, métaselo” y esas cosas.

¡Y colorín colorado! Esta historia de mi vida continúa.

guiacereza

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Artículos GuiaCereza
Fecha de Publicación: 2015-11-26 22:25:30
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2 Comentarios

Un relato muy descriptivo frente a situaciones que surgen en el area de una relacion que no llena las expectativas y lleva a vivir situaciones fuera del contexto normal en una pareja y aqui lo normal se sale para condicionar el mejor encuentro para poder salir del confort que a veces ,,quizas no muy a menudo nos lleva a vivir realmente nuestro amor propio,,,sentir quien en realidad somos frente a la vida,,,PD,,,Siente a tu ciudad Manizales mi ciudad con su slogan,,ciudad de puertas abiertas,,,aqui nunca deberian existir puertas ,,estamos sin puertas para que nadie deba tocar para que siempre puedan entrar,,,abrazo muy sincero para ti.

2019-08-12 04:38:14

Muy hermosa la experiencia narrada por esta persona.  Està dentro de los paràmetros de una mujer normal de la vieja escuela.  Ahora bien, yo le dirìa a esta persona, que uno en la vida debe tomar decisiones arriesgadas y olvidarse de tanto prejuicio.  Yo por experiencia he vivido eso, al dejar pasar dos situaciones en mi vida laboral y sentimental solo por pensar en aquello que la sociedad nos ha impuesto como dogmas que son imposibles de rebatir.  Es mejor quedarse con el "lo intente y fracase" al de la duda de "que hubiera pasado si....!!!!"  La vida para ti se està acabando.   Ya vienen los años en que todo aquello que agrada se acaba y llega la epoca del "condor"....   Por lo tanto, aprovecha lo que te queda y mira positivamente hacia adelante.  Espero que puedas lograr la felicidad que tanto añoramos todos al lado del ser que nos "mueve el piso"... un abraxo....  

2015-11-27 02:41:22