Delgado, alto, atlético, trigueño, con tatuajes, cara pulida… así a grandes rasgos es Daniel, el hermano de mi primo, sí, el primo que me ha comido. Siempre había pensado que podría ser gay, hasta que un día, decidí agregarlo al carelibro y comenzar a hablarte a ver qué pasaba; la idea inicial era proponerle hacer un trio con mi novia por tanto guie la conversación por ese camino, contándole entre frases que buscábamos abrir nuestra relación y queríamos un man para hacer un trio, ver como se clavaban mi novia y como la hacían gemir de placer; me pregunto si ya habíamos encontrado alguno, que si no me molestaba a él le gustaba la idea de participar, me encanto su respuesta, de entrada le dije que a mi novia le encantaría verme chupando una verga, que si tenía problema con eso, para mi sorpresa me conto que ya un travesti se lo había chupado y le gusto, supe entonces que sería delicioso hacer el trio con él. Conversamos de todo un poco, entre historias me sorprendió saber que ha vivido más que yo a su edad, dos tríos uno MHM y otro HMH, roce con travesti, aunque afirmo que no sabía que era una travesti solo hasta que le vio la verga, en fin, sin pasar los 25 ya tenía muy buen recorrido, el morbo se apoderaba de mi mente, la lujuria y el deseo de mi cuerpo, le dije que si me podía mandar fotos de su verga para que mi novia la aprobara y seguir adelante con la propuesta, su verga me encanto, quede pasmado al ver aproximadamente 19 centímetros de disfrute para mi novia, y teniendo la esperanza que para mí también, le mostré algunas fotos de mi trabajo que le había tomado a mi novia, le encantaron y no veía la hora de comérsela, ese día las cosas quedaron así.

Pasaron varios días entre conversaciones calientes y casuales, infortunadamente mi novia andaba incapacitada sexualmente por un delicioso encuentro que tuvimos, por lo cual sería postergado el encuentro nuestro, aun así quería probar esa verga venosa que todos los días veía en mi Messenger para mi disfrute, me atreví entonces a invitarlo a una orgia gay, aclarándole que si no quería hacer nada no lo hacía y que si se aburría nos íbamos, para mi sorpresa, acepto y cuadramos encontrarnos… El mercado de la 80 en laureles se me hacía eterno, estaba ansioso por saber que pasaría y hasta donde aguantaría su nivel de “open mind”. A pocas cuadras llegamos a la casa, nos pasaron a una habitación dándonos las indicaciones del lugar, comencé a desnudarme delante de él, todo con la intensión de ver como reaccionaba, me miraba de reojo, la cosa pintaba bien, termine de desnudarme guarde mi ropa, pedí dos cervezas y me dirigí hacia la sala, al rato Daniel se me sentó al lado, con un poco de timidez, miraba la película gay que estaban pasando mientras buscaba poner en marcha su verga, mientras tanto yo estaba entretenido con las demás vergas que habían en el salón, un salón con una luz tenue por sus cortinas negras, cuatro sofás alrededor de una base cama en el medio, y el televisor en una pared, uno de los asistentes comenzó a mirar de reojo como me masturbaba e intercalaba las miradas hacia Daniel, la calentura me tenía a mil, fui por otra cerveza, cuando regrese encontré a Daniel besándose y siendo masturbado por el asistente que nos veía me pare a un costado a disfrutar el momento, vi su verga y comencé a mamarla mientras lo masturbaban, intercalaba con la verga del otro sujeto casi no me cabe, la tenía demasiado gruesa y dura, que delicia saborear ese tipo de vergas, un dedo bastante húmedo comenzó a jugar con mi ano, saque más mi culo para el disfrute del comensal, seguía disfrutando de un par de vergas deliciosas, una de 19 cms y otra un poco más pequeña pero muy gruesa, humedecí mi dedo y comencé a pasarlo por el ano de Daniel solo buscando excitarlo más, de reojo en medio del beso me miro, y con sus manos me obligo a tragarme toda su verga, golpeaba mi garganta con ella, con mi otra mano masturbaba la otra verga,  otra larga y medio gruesa verga  se adentraba en mi ano lujuriosamente, me sentía realmente puta, pocas veces he logrado sentirme tan placido, tan extasiado con hombres, era la puta del salón y me encantaba serlo, de repente una verga me abandono, pero se fue directamente a la boca de Daniel, ese cuadro me excito mas, sentía que me vendría pronto, pare de chupársela y lo masturbe un rato, dejo de chupársela al otro sujeto, y seguí yo chupándosela, mientras el otro comenzaba a hacer lo mismo con la de Daniel, el salón tenía dos o tres espectadores que se masturbaban solos o entre sí, sentía gemidos por todas partes, la película porno paso a ser en la sala, Daniel entre gemidos me decía lo rico que me veía clavado, escuchar eso me excito he incremente la mamada que le brindaba al otro sujeto, comencé a sentir su verga palpitar, deje de chuparla y seguí masturbándola con mi rostro cerca, se vino en mi cara, que delicioso momento, me retire de su verga, mire a Daniel y continúe con la de él, esta vez quería sentir su leche resbalarse por mi garganta, trague su verga hasta el fondo lo mire y vi como limpiaba la verga del otro sujeto con su boca, apreté mi culo y sentí como quien me embestía llenaba el condón de leche, debo confesar que quería sentirla adentro, pero pocos pueden hacerlo; humedecí mi dedo pero esta vez se lo metí a Daniel hasta el fondo, se estremeció, casi se retira pero el placer le gano, comencé a jugar con el e incrementar el ritmo de la mamada, levanto su pelvis, apretó mi cabeza hacia ella y dejo toda su leche en mi boca, la trague como pude, su verga cayo rendida, todos habíamos quedado agotados, los espectadores ya no estaban, me senté limpie mi rostro, mire a Daniel, su cara de satisfacción decía más de lo que sus palabras le permitían, nos relajamos un rato tomando cerveza y salimos. En el bus de regreso a nuestras casas me dijo que nunca había estado con hombres y le había gustado mucho la experiencia, que quizás repetiría, pasados quince minutos llegue a mi parada nos despedimos y sus palabras me decían que posiblemente había conseguido un nuevo polvo ocasional. Aun la idea del trio con mi novia ronda mi cabeza, pero espero que esa sea otra historia no muy lejana.