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Relatos & Experiencias

Big Brother I

Julian

Mi hermano es el hijo favorito en mi familia, nos llevamos diez años, él tiene 26 y yo 16; hace cinco años esta viviendo en Bogotá, trabaja y estudia, según dice mi mamá es el primero en la familia que esta en la universidad, y por tal motivo es una especie de héroe en la familia, de alguna manera para mí también lo es, solo que yo tengo la imagen de aquel muchacho que fumaba marihuana después del colegio en un parque de Ibague... de hecho nadie sabe eso, o tal vez han decidido olvidarlo. Mi hermano siempre tuvo suerte con las mujeres, tuvo varias novias, algunas incluso mayor que él.

En mi memoria la que se quedo grabada con claridad fue Melinda... era universitaria, creo que le llevaba cinco años a mi hermano, sin embargo, a ella parecía no importarle la diferencia de edad, y claro para mi hermano era toda una hazaña; tenia unas tetas preciosas, grandes, con unos pezones oscuros y siempre erectos, que podían verse a través de sus pequeños vestidos. Mi hermano me decía que se había pasado horas jugando con los pezones de su novia, hasta tal punto que ella no podía usar brassier por el ardor causado por los juegos de mi hermano, que en ocasiones me permitía ver.

Teníamos un juego, o una especie de pacto, que consistía en que cuando nuestros papás estuvieran de viaje, mi hermano traería a alguna de sus novias, se la comería en nuestro cuarto, y yo podía observar todo escondido en el closet (si soy cociente de la ironía, he padecido chistes al respecto durante años). Las ranuras del closet eran pequeñas, pero desde adentro se podía ver perfectamente hacia afuera, pero por supuesto, la acción no era sencilla para mi;  debía mantener en absoluto silencio mientras mi hermano estaba con su novia, esto quiere decir que podían ser hasta cuatro horas en las que debía estar inmóvil, debí soportar calor, ganas de ir al baño, hambre, entre otras cosas. Sí, claro que me masturbaba, me la jalaba muy despacio, en silencio, llevaba una toalla para limpiarme y no hacer un desastre. 

La primera vez que fue Melinda debí aguantar la risa de que mi hermano se vino muy rápido y aquella universitaria se enfado con él, creo que ni mi mamá lo había hecho sentir nunca así de mal; evidentemente se la monte a mi hermano esa semana, creo que peleamos... pero su revancha fue un viernes en la tarde, esa vez pude apreciar ampliamente las tetas de Melinda, como siempre sus pezones erectos y cada movimiento hacia que esas tetas rebotaran alegremente. 

Mi hermano también se enredo con una profesora del colegio, era una profesora joven, seguramente su primer trabajo como docente de ingles, dictaba tanto en primaria como en bachillerato. Yo tuve clase con ella, era bastante simpática, alegre, su estilo era cercano con los estudiantes, de piel blanca, unas tetas muy bonitas de un tamaño discreto.  El día en que mi hermano la tuvo en su cama fue una situación bien extraña, me dio mucho morbo, me preguntaba si gemiría en ingles o en español, pero no gimió, tal vez por un miedo inconsciente a ser descubierta, tal vez era el silencio que acompaña el saber que se esta haciendo algo prohibido; ella tenia unos pezones claritos, estos no se endurecían, se veían en todo momento muy suaves, inmutables ante los esfuerzos de mi hermano, pero su rostro decía otra cosa... al día siguiente tuve una erección en su clase, no podía dejar de recordar sus expresiones de placer y sus tetas balanceándose.

Una tarde estuve de nuevo en el closet, sin conocer quien seria la mujer que estaría en cama de mi hermano y, fue toda una sorpresa reconocer a la mamá de uno de mis amigos; siempre la había admirado cuando iba a casa de mi amigo, en parte por los cortos vestiditos que usaba la señora, que siempre insinuaba que algo delicioso se escondía debajo. Esa tarde supe todo el ruido que puede llegar a hacer una mujer, y también de todo el desastre que uno puede hacer en los pantalones.

Pilar

El día que lo conocí solo pensé en que algunas de las cosas de la vida parecieran ser reiterativas, como si estuviera encerrada en un circulo, condenada a vivir una y otras vez experiencias ya vividas; me baje en la estación de la calle 72, iba a temprano, por lo que decidí entrar un rato en Panamericana, ¿tal vez compraría un libro?, en fin, el plan es solo pasar un tiempo mientras llega la hora de la película. Al entrar tuerzo los labios en reacción a un gran cartel que promociona la saga Crepúsculo, paso de largo y voy directo a los libros, llaman mi atención algunas colecciones dedicadas a Tolkien, en las cuales según parece el hijo de Tolkien ha publicado algunos manuscritos de su padre, en los que se hace una revisión histórica y argumental sobre algunas decisiones de la historia, enseguida mis ojos se posan en Stephen King, aveces un autor subestimado y encasillado, pero que tiene novelas magnificas, Misery queda como una nota mental de una próxima compra, luego paso por Roberto Bolaño y sus "Putas asesinas", La maquina de follar de Bukowski, y me quedo con un gran libro, con un autor que apenas estoy por descubrir, y algo me dice que George Perec es el elegido, tal vez por una profunda curiosidad por descifrar las instrucciones de uso de la vida.  

Hace sol, hay un insoportable ruido afuera, la calle llena de gente en el afán de sus ocupaciones, me uno a ellos pero siendo consciente que tengo todo el tiempo del mundo, respiro con tranquilidad, veo pasar una pareja de adolescentes que están peleando tal vez por aquellos dramas característicos de esa etapa; luego un grupo de niñas hablando de alguna película romántica, vi un hombre con el rostro agrio que miraba como peleaban dos motociclistas.

Al sentarme abrí el libro, leí la introducción, me sorprendió el nivel de detalle sobre el arte de los puzzlez, mi idea de ese simple juego cambio de por vida. Un muchacho se hace a mi lado, me pide la hora como tratando de iniciar una conversación.

Julian

Cuando mi hermano se fue a Bogotá no hubo más porno casero, deje de ver mujeres desnudas, y el porno convencional pues no es la gran cosa, sin embargo, mi hermano me dejo una de las tangas de la profesora, creo que conservo su aroma un buen tiempo y me masturbe varias veces con esa tanguita amarilla. Tuve una novia hace seis meses, creo que duramos un mes, no tengo la misma suerte que mi hermano con las mujeres; me acoste tres veces con mi novia, y me hago una idea de lo que puede ser la necrofilia.

Vine a la ciudad de vacaciones, pero también con la intención de explorar una posible carrera universitaria, me di cuenta que mi hermano no ha cambiado mucho, la basura del baño esta llena de condones usados; hasta el momento no hemos hablado mucho, pero recuerdo vivamente ese pacto que teníamos años atrás, él hacia y yo miraba, tal vez todo seguiría igual, o tal vez todo ha cambiado, no estoy seguro, no obstante, espero renovar el pacto.

Esa noche mi hermano llego con una amiga, una mujer rubia de no mas de veinte años de edad, me pregunte si los pelos de su cuca serian igualmente rubios. Esta noche estuve en la habitación de al lado, no pude ver nada, pero escuche todo, eso me hace pensar que el solo sonido del sexo es muy efectivo en despertar la imaginación y la curiosidad sobre el acto en si; me masturbe esa noche, recordé que masturbarme de esa manera siempre fue especial, es diferente, es... los gritos de esa rubia accionaron algo en mi, algo profundo, una sensación de perder el control, a los mejor tiene que ver con la propia sensación de ella.

En la mañana siguiente vi a la rubia en la sala, con el cabello revolcado, usando una camisa de mi hermano, su olor evidentemente era el aroma del sexo, de alguna forma siempre he pensado que la vagina a ser abierta y expuesta a esa "fricción" hace que se desprenda ese olor particular. Por alguna razón se veía más atractiva así, pero no lo dije, apenas si me atreví a verla, a admirar sus piernas.

Llego la noche y salimos con mi hermano a tomar unas cervezas en una tienda bastante sencilla, hablamos de la familia, del barrio, de la casa, del pacto, del futuro, de la rubia, del presente del Melinda, de la profesora de ingles, de mi ex-novia. Pero lo más interesante fue un nuevo "pacto". El siguiente viernes seria de nuevo un espía, unos ojos en la oscuridad, un observador que participa a una distancia corta.

agave

Soy mujer heterosexual

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Categoria: Fetichismo
Fecha de Publicación: 2017-10-18 06:31:46
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