Esto fue a las semanas de estar saliendo con un man que vivía en Buenos Aires (Med). Él vivía con un roomate pero nosotros nos pasábamos la mayor parte del tiempo viendo series y follando en su habitación. El man es muy morboso y cuando estaba conmigo se metía en su papel de activo dominante. Estábamos encerrados, aunque sabíamos que no había nadie más en el apartamento. Nos empezamos a besar y sentí su pene todo erecto, así que fui bajando, dándole besos en el cuello, en el pecho, hasta que llegué ahí abajo, le bajé la sudadera y me metí esa delicia de verga en la boca. Me encantaba chupársela y sentir cómo se terminaba de poner dura en mi boca. Él me acariciaba la cabeza, me pedía que siguiera, me lo hundía más y más en mi garganta. 

Nos terminamos de quitar la ropa y me pidió que hiciéramos un 69, yo encima de él, pegado de su verga, mientras él empezaba a darme lengua en el culo. Me encantaba cómo lo hacía, sentía como intentaba penetrarme con su lengua y me iba poco a poco metiendo uno, dos dedos... luego me tumbó en la cama y él, encima de mi, siguió comiéndome el culo, me escupía y me daba nalgadas, me metía sus dedos mientras me besaba el cuello y me decía que yo era suyo y que siempre me había querido tener así. Yo no sabía si me tenían más excitado sus dedos en mi interior o sus palabras al oído. El man sacó un condón, se lo puso y me lo empezó a meter, yo empecé a gemir y el man solo decía "eso perrita". Al principio lo hacía lento, luego iba acelerando hasta que sentía que ya lo tenía todo adentro. El man detrás de mi, me lo metía mientras con su mano derecha me agarraba del cuello y me pedía que le parara más el culo, estaba completamente transformado. Yo estaba muy excitado y no sabía cómo, pero el man me movió hasta que quedé de rodillas con todo el culo en el borde de la cama y me siguió penetrando mientras que puso su pie derecho sobre mi cara, aplastándome y teniéndome completamente dominado. Yo me sentía extasiado, gemía duro sin importarme si nos escuchaban. Cuando se cansó, nos subimos a la cama, puso mis piernas en sus hombros y me siguió dando mientras yo me masturbaba. El man me daba cachetadas, me decía que yo era su perra, me pedía que abriera la boca y me escupía. En un momento empezó a acelerar, se mordía el labio y me decía que le encantaba mi cara de placer. Fue dándome y yo pajeandome hasta que nos vinimos casi al tiempo. El man cayó sobre mi, nos besamos y nos quedamos dormidos, pero la cosa no terminó ahí. 

Nos despertó una llamada de su roomie, que si podíamos organizar el apartamento que iba para allá con unos amigos. Con mucha pereza, nos pusimos manos a la obra, pero increíblemente seguíamos calientes. Eran más de las 6 de la tarde y el apartamento ya estaba oscuro. Yo iba al balcón por una toalla para bañarme, cuando el man me abrazó por detrás. Estábamos en la sala, con la luz apagada, solo se veían nuestras sombras y yo le dije que en cualquier momento podía llegar su roomie, pero no le importó, me dijo que quería tenerme así, se bajó la pantaloneta y luego bajó la mía, comenzó a puntearme mientras me besaba el cuello, volvió y se agachó y me empezó a dar lengua otra vez y a meterme sus dedos, obviamente yo seguía dilatado y él me decía que le encantaba. Yo empecé a masturbarme, hasta que el man se puso de pie otra vez, cambió mi mano por la suya mientras que me punteaba, yo sentía que estaba que me lo metía, pues sentía el glande haciendo presión y la verdad quería que lo hiciera, en un punto sentí que entró y comencé a venirme de la excitación. Al sentir la presión, él también se empezó a venir sobre mi, dejando mis nalgas y mis boxer llenos de semen. El man me abrazó por detrás, me besó la espalda mientras recuperaba el aliento. En eso sentimos que el roomie estaba hablando en el pasillo, así que corrimos, yo hacia el baño y él hacia la habitación. Estuvimos muchas veces juntos, pero esa fue una de las más excitantes.