La tarde estaba silenciosa, soleada y calurosa, 

le propuse a (fulanito) una partida de parqués, porque ambos estábamos medio desparchados. 

Fulanito entusiasmado me pregunto si íbamos a apostar algo;  a lo que respondí que probáramos primero nuestra suerte. 

En el desarrollo del juego empecé a notar que fulanito se fijaba mucho en mis manos, pensé que hacía parte de su estrategia de juego, sin embargo se volvió muy evidente su fijación en la manera en como batía los dados antes de lanzarlos, luego de un rato el hacía comentarios como: 

-Por lo menos aquí te puedo comer muchas veces si me das papaya-

-por favor deja de batir los dados de esa manera- 

-yo me voy a dejar comer para ver que se siente- 

 Comentarios acompañados  de una risita pícara que llamó mi atención. 

La verdad no me molestaba para nada lo que decía, y para entrar en su juego empecé a morderme los labios antes de tirar los dados. Para poner en contexto los dados los tomaba con mi mano derecha y los batía en el interior haciendo movimientos rápidos hacia arriba y hacia abajo… 

Veía en su carita como se alteraba a medida que pasaba el juego…y por supuesto sabía para donde iba todo. 

Al final (porque obvio gané, y ya verán porque) el se para de su silla y me dice: 

-Oye, crees que estoy jugando pero mira comó me tienes- 

Y acto seguido me restriega su gran pene erecto en mi brazo 💪. Y ahí me encendí toda, la tenía tan rica que no aguante y se la cogí completa con mi mano mientras lo miraba y le decía que quería que me comiera como ficha de ajedrez. 

Para ese momento mi calzón estaba completamente mojado y comó estaba en ovulación la lubricación de mi vulva estaba lista para “ganar el juego”. 

Con furia y deseo lo tome de la camisa y lo lance al sofá diciéndole que él no era el único que estaba arriba, mientras tomaba su mano y la metía por un lado dentro de mi calzón para que sintiera como me tenía… y enloqueció, enloquecimos. 

Follamos como si el mundo se fuese a acabar, y fuimos sinfonía de gemidos y agüitas tibias abundantes. 

Gané, gane el juego del placer y hasta ñapita me lleve porque me chupo el clitoris de una manera única y celestial. 

Desde hoy, declaro el parqués como uno de mis juegos favoritos mientras me muerdo los labios escribiendo esto y recordando lo bien que la pasamos.