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Burusera en TokioEl atisbo fugaz de la ropa interior femenina en la calle, a través de una falda o asomándose por encima de un jean, tiene su propio vocablo en Japón: panchira. Para los hombres japoneses, cualquier sitio es bueno para un panchira: en el metro, por las escaleras, en los parques... una pequeña gratificación visual que en algunos casos termina convirtiéndose en un fetiche por la ropa interior femenina... que no conoce límites.Es aquí cuando un visionario hombre de negocios japonés decidió emprender una actividad dirigida a una clientela ávida de novedades y sensaciones fuertes, que pudieran satisfacerse sin riesgos: vender Burusera, que no es otra cosa que ropa interior de mujer... usada.La chica compra sus braguitas en cualquier almacén a precio de unos 100 yenes (poco más de 1 dólar) y las lleva puestas durante un día o dos. Se dirige al apartamento donde está la tienda de burusera, se las quita allí mismo y las vende al propietario por unas diez veces ese valor. Este puede colocar ahora la mercancía en sus estanterías, nunca por menos de 2.000 - 3.000 yenes (unos 30 dólares). Según el tiempo durante el cual ha sido llevada la prenda, su cotización es mayor. Asimismo se incrementa según las manchas y aromas. Incluso se conservan en cajas de celofán transparente para su mejor conservación, etiquetándose convenientemente dando noticia del tiempo de postura: "dos días", "tres días", "una semana". Algunos clientes aprecian especialmente las que tienen restos de sangre menstrual o heces. También es práctica común adjuntar una fotografía de la chica, lo cual añade una referencia icónica al elemento fetichista de la ropa interior y también sube el precio. 
Máquina dispensadora de panties usados en Japón, ahora extintas.
Así, la ropa interior usada de las jovencitas va llenando las estanterías de estas pintorescas tiendas, alojadas con frecuencia en apartamentos céntricos o de distritos de actividades relacionadas con el sexo. Por más que el vendedor y el cliente de burusera se muevan en un ambiente de confidencialidad, casi de clandestinidad, es un negocio que genera altos beneficios con una inversión y riesgo nulos. Se comenta que el perfil del cliente corresponde a un +Sarariman, un asalariado de empresa o incluso cuadros directivos medios y altos. Lo que se conoce en literatura anglosajona como un white collar, un trabajador de cuello blanco.Lo que podría parecer una iniciativa de unos pocos con espíritu comercial se transforma en una más de las actividades de la mafia que se mueve en torno al negocio del sexo en Japón. Usando los mismos canales de propaganda que las líneas calientes y las citas con prostitutas, con los stickers que se amontonan en las cabinas telefónicas, se anuncia elburusera. A veces como un servicio complementario de los anteriores.
Foto: GuíaCereza
Adela, en Medellín
Adela estudia medicina y va en el quinto semestre. Mide aproximadamente 1,63 y pesa 50 kilos. Es delgada y me confiesa sus medidas: 88 de busto, 61 de cintura y 92 de cadera. Es talla S en panties. Va al gimnasio, le encanta el fútbol, es voluntaria en un albergue de animales, estuvo alguna vez en clases de karate… y vende su ropa interior usada a fetichistas anónimos en Colombia, que conoce por internet .
Foto: GuíaCereza
¿De dónde salió la idea de vender ropa interior usada?La mayoría de las personas interesadas lo hacen más por fantasía que por fetiche. Y definitivamente son más las mujeres que los hombres. Una amiga me contó que había un hombre en Bogotá, el dueño de una tienda erótica, que le compra la ropa interior usada a las chicas y se las vendía a hombres o mujeres. Mi amiga le dio mi correo electrónico y nos contactamos. Con el tiempo, decidí hacerlo por mi cuenta.
¿Cómo conociste a las personas que querían comprar esta ropa?Inicialmente, él me contaba lo que necesitaban los clientes y yo procedía a enviarlo. Por mi cuenta, empecé desde hace dos meses, aunque llevo unos 5 meses vendiéndolo por medio de otros contactos.
Foto: GuíaCereza
¿Cuánto vale una prenda de ropa interior que hayas usado? Sin incluir el envío.Vendo los pantys a $30.000, sin importar los días de uso o el estilo. Un cliente quería un liguero muy especial y me mandó la página donde lo podía comprar... me giró el dinero para que lo comprara y listo.
¿Qué crees que hacen los clientes con tus panties usados cuando los reciben?[Risa nerviosa] En realidad no sé, me imagino que se masturban y las huelen. Tengo una travesti que es cliente y me cuenta que le encanta ponérselas tan pronto las desempaca de la caja.
Foto: GuíaCereza
¿Cuál es el proceso para comprar unas tangas usadas?Principalmente me contactan por correo electrónico. Tengo dos clasificados en línea y algunos de los clientes satisfechos le cuentan a sus amigos y ellos me contactan. Cada uno tiene su propia fantasía y eligen lo que quieran: sea tipo brasilera, cacheteros o tanga. Escogen y me consignan a una cuenta, me mandan el recibo escaneado y me dicen las especificaciones para el pedido. ¿Te cuento mi experiencia en GuiaCereza con el negocio? Es bastante curiosa.
Claro, cuéntanos lo que quieras.Tengo el perfil de GuiaCereza hace muchísimo tiempo, no recuerdo cuanto… y como te dije antes, fue un cliente, también usuario de la página, quien me sugirió que lo hiciera.
Foto: GuíaCereza
Llevas 255 ingresos en tu perfil en GuiaCereza y tu perfil lo han visto 7601 veces... definitivamente es algo que genera curiosidad. Jajaja sí, cuando puse el perfil, sabía que muchas personas se iban a sentir ofendidas. Pero me impactó mucho descubrir que fueran los hombres los que se molestaban y no las mujeres. Me llegan mensajes diciéndome que soy una descarada, que cómo hago eso, que es una cochinada… es más, un tipo me dijo que haría que me cerraran la cuenta, que esto no era una tienda, que respetara… en realidad, son muy escasos los mensajes negativos. Procuro leer todos los que llegan. También recibo mensajes de chicas que apoyan mi trabajo por así decirlo, ya que les parece excitante.
¿Cuántos mensajes te llegan en promedio?A diario tengo más de 50 mensajes de GuiaCereza... de esos, unos 10 son para comprar los panties, el resto de gente interesada en conocerme. A veces son muchos mensajes de la misma persona. Y sí, me han propuesto que por qué no vendo algo además de los panties.
Foto: GuíaCereza
¿Qué les respondes? Sólo vendo los panties, no me vendo yo.
¿La oferta más extravagante?Conocí a un extranjero que necesitaba exactamente 26 panties… ni uno más, ni uno menos. Decía que era coleccionista de panties usados de todo el mundo y que le hacían falta de una colombiana. También hay un chico que compra los panties sólo porque son míos... no porque le guste la ropa interior usada, sino porque le gusto yo. Me manda mensajes cariñosos y eso… asusta un poco, pero se ha manejado bien hasta ahora. El pedido más común de las mujeres, es que quieren comprar panties usados sólo si los he tenido puestos estando con otra chica.
Foto: GuíaCereza
¿Y cómo les compruebas que sí estuviste?Eso es lo que les llama la atención, que es el aroma de una mujer, de dos mujeres que no conocen. Es una cuestión de confianza.
¿Haces tus entregas personalmente?Nunca hago envíos personales. Todo se maneja por correo electrónico y por mensajería especializada. Había un chico que quería que le hiciera el envío personalmente y me ofreció mucho dinero pagado con anticipación, simplemente por ir a llevárselos yo misma.
Foto: GuíaCereza
¿Cuánto ofreció?$600.000 por un par de calzones que vendo normalmente por $30.000, pero quería que se los llevara yo misma. No acepté. También había una mujer que me ofrecía $250.000 por quitarme la ropa frente a la cámara una vez.
¿Aceptaste?No, la verdad esto lo hago más por fantasía… me parece excitante, más que el dinero.
¿Cuántas prendas has vendido?Vendo varios panties a la semana, con el señor de la sex shop hago generalmente un envío semanal… él lleva mucho tiempo en esto y tiene muchos clientes. Conmigo, hay otras 5 chicas que también le venden los panties usados.
¿El costo es el mismo dependiendo de la prenda? Generalmente las brasileras, los panties y los cacheteros tienen un precio parecido entonces no hay problema.
¿Conoces otras mujeres que vendan su ropa interior usada?Sí mi amiga que hizo el contacto con la sex shop, las otras 4 chicas que le venden a él y también he recibido tres correos de chicas que también lo hacen y quieren que me asocie con ellas. Es más en estos días vi un anuncio en Mercadolibre.
Foto: GuíaCereza
¿Cómo empacas los panties?El envío se realiza en caja de cartón pequeña... muy bien embalada la caja en papel. Y la ropa interior va adentro de una bolsa hermética dentro de la caja.
¿Alguna vez algún cliente no ha quedado satisfecho con el producto? No, nunca me ha pasado. Un cliente quería comprarme una vez, pero quería que el pedido se lo realizara a la esposa… ya que era la fantasía de ambos.
¿Cumples fantasías especiales? Por ejemplo, panties usados en días del período o panties usados durante el sexo, post-coito…Lo de la menstruación nunca en realidad, sería incómodo enviar algo así. Me pidieron una vez los panties post-coito y los envié.
¿Cuando tienes un pedido, te pones la ropa interior y simplemente vas a la U, al gimnasio... les das el uso normal durante el día?Sí, esa es la idea… aunque cuando tengo pedidos evito hacer ejercicio.
Foto: GuíaCereza
¿Cuál es el tipo de panty que piden los hombres y cuál el que piden más las mujeres?Los hombres piden tangas brasileras, las mujeres cacheteros muy femeninos.
¿Alguien cercano a ti sabe en qué trabajas?No, mis amigos no tienen idea. Sólo lo sabe la amiga que me contactó con el de la sex shop. Mi ex-novio no sabía, pero la chica con la que estoy saliendo ahora sí sabe y no le ve problema. Le parece excitante. No lo hace, pero le gusta que yo lo haga.¿Cuál es tu tipo de ropa interior favorita? Me encantan los cacheteros y más si son de encajes.
¿Nadie ha tenido dudas de si realmente eres una mujer?Sólo con un cliente tuve ese inconveniente. No tuve problemas, me tomé una foto con los panties y se la envié al mail. Los demás se convencen cuando hablan conmigo. Personalmente, soy demasiado desconfiada, pero la gente desde mi punto de vista sí es confiada. Por eso es que nunca haría un envío personal, y desconfío de quienes lo piden. No importa lo que ofrezcan.
Desconfiada…Tengo acosador propio en la universidad. No quiero imaginar si hiciese una entrega personal. Me esperaba fuera de clases, nunca me hablaba y se consiguió dónde y a qué horas tenía clases. Obtuvo también mi correo electrónico personal y todavía no se cómo. Mandaba mensajes, le preguntaba por mí a los compañeros de clase… y nadie lo conocía. No me quiero imaginar si supiera lo de la ropa interior.
