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Muchas personas se acercan a mí preguntándome si soy travesti, si soy mujer, si soy gay. Otras personas no se toman tantas molestias y hablan a espaldas mías, diciendo que soy una “loca” vestida de mujer, o diciendo: - mire, esa “vieja” de allá es un “man”-. Mis amigas transgeneristas, todas sin excepción tienen una manera particular de denominase a sí mismas y a sus congéneres. Podría ser tan solo un problema idiomático, o un problema de ignorancia. Para mí, es un problema de falta de divulgación de la información correcta. El transgénero se caracteriza por ser la úna de las dos identidades de género de la población LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales).En el Primer Foro Latinoamericano de Transgenerismo, celebrado en Bogotá, Colombia en agosto de 2007 con auspicio de la secretaria de salud distrital y el arduo trabajo de la división de mujer y genero,se definió como transgenerista a la persona que hace un TRANSITO de un género a otro, de manera temporal o permanente (recordemos que solo existen tres géneros, el masculino, el femenino y el intersexual, antiguamente conocido como hermafroditismo). Esta definición intenta abarcar de alguna manera a todas aquellas personas que se sienten identificadas con el hecho de adoptar unas características correspondientes al sexo opuesto, indistintamente del fin que buscan con ello o la manera como lo realizan.
La comunidad transgénero tiene varios matices adicionales que incentivan el ambiente propicio para la confusión con respecto a la identificación de los distintos grupos de transgeneristas. En Colombia las personas transgeneristas aplican entre sí mismas la endo-discriminación. Este tipo de discriminación habla de la discriminación aplicada entre individuos de una misma minoría. Esta endo-discriminación empieza en la misma población LGBTI, donde los gays rechazan a las personas transgeneristas en sus ambientes de esparcimiento, alegando que son personas conflictivas y viciosas (aunque son los hombres gay quienes protagonizan las mejores peleas en pequeños bares y tabernas y quienes consumen todo tipo de estupefacientes y drogas a la hora de la rumba), los hombres gays rechazan a las mujeres lesbianas por su “falta” de buen gusto, las mujeres lesbianas rechazan a los hombres gays por pensar que son “locas” frustradas y porque no están de acuerdo con el esnobismo de su sub-cultura; las personas transgeneristas rechazan a las lesbianas por su falta de feminidad, todos discriminan a las personas bisexuales por pensar que no se han decidido a una cosa o a la otra y de las personas intersexuales no se habla por ser una parte de la población diversa sexualmente practicamente desconocida. Es una minoría ansiosa por un poder invisible e inútil, pues cada quien es rey de su propio territorio y por otra parte, otro sector de la población de la cultura LGBTI hace hasta lo imposible por lograr la unidad de esta minoría; entonces organizan espectáculos transgeneristas en bares gay, hacen fiestas de integración con amigos y amigas de todo género y opción sexual, crean espacios laborales donde todos trabajan por los derechos y deberes de la comunidad LGBT (como las emisoras de radio online “El edén radio” y “Radio diversia”). Son individuos que promueven una actitud de tolerancia y han entendido que la utópica comunidad LGBTI unida sí puede ser escuchada y puede hacer valiosos aportes a la comunidad y al país, convirtiendose en una verdadera comunidad identificada como la diversidad sexual y de género. Pero retomando el tema, desde esta misma endo-discriminación de la que veníamos hablando se deriva una nueva discriminación entre las mujeres transgeneristas. Ellas piensan que cada una es quien tiene la razón y vive de la manera correcta su identidad de género, sin darse cuenta que no existe una manera correcta, o mejor, que todas son correctas. Así, las transexuales pre-operadas piensan que las travestis de closet son unas indecisas, las transformistas de escenario piensan que las transexuales han llegado muy lejos y las transexuales post-operadas no quieren ser identificadas como tal, pues desean tener un estatus social y sexual como mujeres comunes y corrientes.Es incluso difícil intentar desenrollar la madeja, pues dentro de cada uno de estos grupos de personas, existen individuosque sienten, piensan y actúan de una manera distinta, entonces ¿Cómo clasificarlos?
A nivel mundial se conocen muchas designaciones que también contribuyen al desorden y la confusión. Algunas palabras en inglés intentan ayudar a esta “clasificación” siendo casi explicitas. Así para el mundo existen las shemales, los sissyboys, l@s crossdressers, los ladyboys y vaya uno a saber cuantas más no se habrán inventado. Yo intento usar palabras y términos que aunque no están respaldadas por una entidad o un estudio certificado, son usadas y aprobadas por estudiosos del tema (abogados, sociólogos, psicólogos, sexólogos, y médicos)
Cuando empecé a redactar este artículo y me entreviste con cada una de mis invitadas, me di cuenta que me estaba metiendo en camisa de once varas. Por un lado me di cuenta que estoy intentando generalizar en un tema donde la generalidad no es una opción. Pero sabía que como todo en la vida tiene un esquema y un orden, es bueno que la gente ajena de la comunidad LGBT, o sea la comunidad heterosexual comprenda quien es quien porque muchas veces, cuando hay un contacto entre una persona heterosexual y una persona transgenerista, se vuelve una situación incómoda para ambas pues la persona heterosexual no sabe frente a quien esta o como denominarla en un contexto respetuoso y acertado. También me di cuenta que lo complicado del asunto es que es un tema incomodo para las mismas transgeneristas. Ellas solo quieren ser Carolina, Tatiana o Janeth sin tener que tomar partido de ser algo más (porque para algunas ser Carolina, Tatiana o Janeth ya es un problema). Así que agradezco a mis entrevistadas, por su paciencia, por su comprensión y por su aporte.
El formato de este artículo serán relatos generados a partir de las entrevistas que realice a algunas de mis amigas transgeneristas.Entreviste a Johanna, que es Travesti de closet, a Roxanna Miranda, transformista de escenario, a Natalia, transexual pre-operada y a *Alejandra, transexual post-operada.
Johanna: Travesti de closet
El diccionario de la real academia española define travesti como: “Persona que, por inclinación natural o como parte de un espectáculo, se viste con ropas del sexo contrario”. Cuando le conté eso a Johanna se echo a reír. Después dijo: “yo no voy para ningún espectáculo y pues no me parece muy natural que un hombre se vista de mujer”. Y siguió tomándose fotos.
Estamos en una casa del 7 de agosto, un barrio promedio de Bogotá. Alrededor de muchos talleres de mecánica existe una casa donde un maquillador hace realidad las fantasías de *Juan José. Juan José es forense de un hospital muy importante de la ciudad. Ha estudiado muchas cosas y es una persona muy reconocida en su medio. Tiene 43 años, 1.70, cuerpo promedio, aunque se nota que se cuida bastante. Es un hombre como cualquier otro. Pero dentro de él, habita Johanna, una mujer muy particular y curiosa. Juan José como muchos hombres gusta de la feminofilia, o el placer de vestirse de mujer. Juan José es divorciado, tiene dos hijos, a quienes ve ocasionalmente pues entre su trabajo y el acuerdo que hizo con su ex esposa no le queda mucho tiempo para verlos. Se levanta sagradamente a las 5 30 a.m. para hacer media hora de yoga, se alista y se va a trabajar. Durante el día ve todo tipo de cuerpos, todos sin vida, de hombres y mujeres que ahora están contando otras historias que puede que no conozcamos. Al final de la jornada, sale a comer algo, para no cocinar en casa (porque cocinar para una sola persona es aburrido) y de vez en cuando en lugar de irse a descansar, toma su carro y decide ir a darle gusto a Johanna.
Johanna tiene mucha ropa y cosas bonitas, aunque la mayoría de veces, Johanna le pide a su maquillador que le tenga otra ropa, pues no le gusta “repetir pinta”. Johanna a veces solo quiere ser una nena común y corriente, de jean y botas bajitas, así como otro día quiere vestirse con una minifalda y botas altas, o le da la locura de vestirse de novia con liga, ramo y toda la parafernalia. Cuando llega, pide el baño prestado, y se repasa el afeitado con una cuchilla desechable. Se lava la cara y se pone un poquito de crema (no sé si es anti-arrugas o hidratante, pero me dio pena preguntarle). La maquillan con muchísima paciencia, pues esa noche es la única a la que atenderán, entre otras razones porque a Johanna le gusta la privacidad. No es que le dé pena que la vean vestida como toda una mujercita, pero ella es desconfiada de los extraños y porque como ella dice jocosamente “uno nunca sabe donde salta la liebre”. Hoy se vestirá como ejecutiva, pues vio un sastre color berenjena, a un precio muy cómodo. Tiene sobre la cama el vestido, las medias veladas, los zapatos de tacón, un sostén especial que hará ver en ella un par de tetas de un tamaño muy considerable, y unas prótesis de espuma para la cola y las caderas. Cuando la terminan de maquillar, la peinan, con una peluca muy natural, castaña oscura, con un corte muy moderno y dinámico. Ella de nuevo pide el baño y se toma el tiempo necesario para ponerse la ropa interior, las prótesis y las medias. Yo no estoy muy segura porque se demoró tanto, pero podría apostar que estaba embelesada mirándose en el espejo. Se viste con la ayuda del maquillador y entonces, mueven la cama y unos muebles para improvisar un estudio fotográfico.
Johanna tenía muchas ideas para sus fotos y el maquillador, ahora fotógrafo le da algunas más. Se toma fotos de pie, sentada, con un libro abierto, con unas gafas, sentada frente a un computador. Después se acuerda de un detalle que tenía preparado y saca de su maletín de trabajo un rotulador de nombre, como los que usan las oficinistas. Nos cuenta que se lo regalo una amiga del trabajo, a quien le conto de su afición y ella muy excitada le conto que esa también era su fantasía. Así, se convirtió en su amante ocasional.Johanna dice que le gustan más los hombres que las mujeres, aunque dice que no puede callar el instinto natural de Juan José. A Juan José solo le gustan las mujeres.Johanna ha tenido aventuras furtivas con taxistas, con gente que conoce en los bares a los que a veces se arriesga a ir o gente que conoce por la web. Ella cuenta que lo más complicado de todo esto es que para cada cita tiene que sacar muchas más horas de las planeadas, pues tiene que maquillarse, vestirse y prepararse para su encuentro, y por otro lado, después de la cita, tiene que correr a desmaquillarse y vestirse de nuevo como Juan José para ir a su trabajo o para vivir su vida cotidiana.
Hoy no tiene ninguna cita, pues tiene que madrugar mañana, pero las fotos las subirá a la red, esperando que alguien las vea y la invite de nuevo a salir, o por lo menos le diga que es una mamasota. Le pide un momento al maquillador a solas y después el maquillador habla conmigo para comentarme que ella se quiere tomar unas fotos con una lencería nueva que compró, así que quería estar segura que yo no me sentiría incomoda. Después de mi luz verde, Johanna se cambio en el baño y salió con unas medias de liguero de malla, un corsé de encaje negro y una tanga diminuta, rematada en el frente con un lacito en forma de corbatín. El maquillador le arregla un poco el peinado, le cambia el color del labial y le pide que se acueste en una poltrona para tomarle las últimas fotos. Ella posa, muestra la cola, hace caras muy sensuales y realmente se ve como otra mujer, distinta a la ejecutiva picara de las anteriores fotos.
Después de la sesión de fotos son casi las 12 de la noche. Entra al baño y se demora unos 20 minutos. Cuando sale, Juan José le entrega al maquillador la ropa para que se la guarde en unas maletas que él mismo llevó para allá, le entrega la peluca y le da las gracias, junto con un sobre (supongo que es el dinero que le paga a él por esta sesión).Yo también me despido y Juan José me ofrece acercarme en su carro.
En el camino me cuenta que la paso súper, que siempre había pensado en dar una entrevista como Johanna, pues sabe mejor que nadie que esto es algo que muchos y muchas quieren saber. Me dice que lo único que no le gusta es tener que pagarle a alguien para hacer su fantasía realidad, pero que finalmente es la única manera de hacer las cosas correctamente. Alguna vez intento hacerlo solo en su casa, y se llevo una gran desilusión al verse en el espejo.Me dice que si podemos salir a bailar un día, obviamente en plan de amigas con Johanna. Llegamos a mi casa y nos despedimos con un cálido apretón de manos.El carro arranca y yo me quedo sorprendida de ver como una persona puede ser tantas cosas en tan corto tiempo
Johanna se moría de ganas por compartir en este articulo su MSN y sus fotos, pero ella es usuaria de guía cereza, así que le sugerí que lo dejará como una intriga y que a quien la contacte y la relacione con este articulo le cuente que así es.
Roxanna Miranda: Transformista de escenario
Alfredo todas las semanas tiene mucho que hacer. Peina, cose, descarga música, canta, piensa, ensaya… Hace todo lo que sea necesario para que la Diva este lista a tiempo en el show. Hasta ahí todo sería tan solo la rutina de alguien que hace su trabajo. La diferencia es que Alfredo es esa Diva, la reconocida Roxanna Miranda.
Alfredo es uno de los tantos artistas transformistas que Colombia tiene. Su trabajo consiste en representar durante un espectáculo a una diva, una mujer escultural y encantadora que puede bailar, doblar (hacer fono mímica con una canción), presentar un evento, desfilar como una modelo o concursar en un reinado de belleza o de talento. Anima fiestas, eventos privados, asiste a eventos públicos organizados por distintos entes gubernamentales y está en el sitio que tenga que estar haciendo lo que mejor sabe hacer: Ser mujer.
Para él todo esto comenzó como un reto y un juego, cuando otra gran artista, Dinnary Smith (Q.E.P.D.), lo llamó a su lado y le pidió que se aprendiera una ranchera y un disco de pop de la época (Roxanna lleva más de 10 años en el medio artístico transformista).A partir de ahí cada fin de semana Alfredo cumple con el “sagrado” ritual de construir y convertirse en Roxanna.Un proceso que puede tomar horas o tan solo minutos dependiendo del afán, de los imprevistos o del presupuesto. Alfredo ha aprendido que Roxanna necesita lo mejor, pero que a veces lo mejor es lo que no se planea.
Lo primero siempre es tomar una ducha tibia para ablandar la barba y relajarse. Acto seguido se afeita con la mayor conciencia, hasta que su cara queda lisa como un espejo y sin cortaduras. Organiza una maleta con la ropa que usara en el escenario y escucha rápidamente las canciones que hará en su show, para repasar mentalmente y de paso empacar los cd para que no se olviden. Decide cual será el vestido con el cual llegará y saludará a su público, entre los cuales muy seguramente tendrá algunos fans. Empieza con una rutina de maquillaje en la cual lo importante es como él mismo dice “que registre”. El “registro” es simplemente hacer que algo se vea como uno quiere, así no sea real. El rostro de Alfredo va cambiando y poco a poco su piel es de otro color, con un aspecto de muñeca de porcelana, sus cejas están más delgadas y expresivas y sus ojos empiezan a mirar de otra manera, ensalzados con el rímel, las sombras y los lápices. Finaliza con unos labios provocadores que enmarquen su blanqueada dentadura, pues este es el sello que finaliza esta “masterpiece”. Además porque esa boca, esos labios y esos dientes serán protagonistas durante su espectáculo de doblaje; su vocalización debe ser perfecta para que la gente asuma que está cantando y que puede cantar cualquier cosa.
Llega un momento impresionante y de alguna manera majestuoso y es cuando con la ayuda de algunas vueltas de cinta adhesiva de embalar, forma un casco para sujetar lo que ahora será su nueva cabellera: La peluca. Roxanna es rubia, o pelinegra, algunas veces castaña, raras veces pelirroja, pero siempre impecable, siempre impactante. El peinado lo dicta la moda, el show y el gusto personal, porque Alfredo intenta imprimir en Roxanna su propio estado de ánimo. Cada sentimiento de alegría, de despecho, de nostalgia o de romance que Alfredo vive aparece en el show de Roxanna y la convierte en un show que hace poner la piel eléctrica y los ojos acuosos.
Termina poniéndose su ajuar de joyas (grandes, llamativas y brillantes) y alguien le ayuda a vestirse para no dañar su peinado.Roxanna nunca anda sola, aunque como ella misma dice, “nadie hace las cosas mejor que uno mismo”. En esta ocasión la acompaña y asiste Cristian, el novio de Alfredo. Alfredo es gay y tiene muy claro que su vida afectiva y sexual es esa, la de un hombre gay serio,masculino y algo introvertido. Su trabajo es una circunstancia de la vida y nunca la ha hecho parte de su vida sexual.Es consciente que muchos hombres desean a Roxanna y de hecho Roxanna desea algunos hombres, pero también es consciente que Roxanna es como una muñeca de papel… hermosa e intocable, por la fragilidad de su artificial belleza y porque finalmente dentro de la muñeca, vive un hombre que no piensa ni siente como mujer sexualmente.
Llega el taxi que la llevará a su destino y en el camino Roxanna recuerda muchas cosas. Sus logros, sus desaciertos, las sorpresas que el público le ha dado y como todo pasa y todo sigue en un círculo eterno de noches de fiesta y días de trabajo. Recuerda cuando estuvo en la pantalla de un gran teatro, mientras Alfredo y su mamá la miraban actuar y triunfar (Roxanna fue una de las actrices invitadas para el rodaje de la película colombiana “Buscando a Miguel”). Piensa en ese día que mientras Alfredo almorzaba con su familia, todos quedaron boquiabiertos al ver a Roxanna en el noticiero del medio día en un especial sobre los espectáculos transformistas. Se deleita pensando en los grandes escenarios que la han visto con su show (Teatro Jorge Eliecer Gaitán, Parque Lourdes, Mapa Teatro…) y en los pequeños bares donde los borrachos al amanecer le aplauden y le gritan “¡mamasita, divina! ¡Otra, otra otra!…”
En la puerta del bar el portero la ayuda a bajar del taxi, le pregunta como está y le ayuda a descargar las maletas.Se echa la bendición y entra con una sonrisa amplia. Saluda a algunas mesas, saluda a la gente de la barra, saluda a un mesero que pasa y llega a su camerino. No todos los sitios tienen un camerino, pero a veces una bodega, un ático o un baño pueden ser un camerino. Ella se sienta un momento, se mira al espejo, se relaja, revisa que todo esté en orden y sale a terminar de saludar y a tomarse un trago, con un cliente, con un fan, con el dueño del bar o sola, en una esquina. Mientras fuma un cigarrillo en la terraza y escucha las canciones que ha escuchado en la rumba por años, un mesero le anuncia que es hora de empezar. Con calma vuelve al camerino y con la ayuda de Cristian se pone su vestido de show.
Le pasan un micrófono y una tarjeta con algunos anuncios para leer. Las luces se prenden y entra a escena, después que escucha al disc jockey decir “con ustedes: Roxanna Miranda”. La gente aplaude, chifla, grita y ella con una gran venia manda besos y abre el micrófono para saludar y decir algunas palabras. Empieza la primera canción y Roxanna se transporta como en un trance a una dimensión en la que su cerebro piensa y actúa al ritmo de la música.Sus ojos se abren inmensos, llenos de mensajes y de repente en un salto dramático de la canción, la gente se revienta a aplaudir y a gritar. En ese momento mientras Roxanna sigue dejando el alma en esa pista, Alfredo descansa y sabe que fue una noche exitosa y que todo el esfuerzo de la semana se ve recompensado en muchos sentidos.
El show dura 15 minutos. Roxanna habla de nuevo con su públco y les pide que sigan rumbeando mientras ella se cambia y se prepara de nuevo. Entra como una exhalación al camerino y rápidamente se cambia de vestido, de peluca y de joyas. Es el gran final y tiene que terminar con broche de oro. Sale de nuevo a escena y la gente estupefacta contempla a la Diva, con su nuevo peinado y su nueva imagen, lista para ser otra, que les canta para olvidar las penas, para celebrar el amor y sobretodo para hacerlos sentir vivos. Termina con una lluvia de aplausos y gritos, después de cantar muchas más canciones que las que había planeado, porque el público se lo pidió. Entra al camerino y descansa finalmente… se quita la peluca y la cinta de seguridad para evitar el dolor de cabeza, se toma un trago y de nuevo se cambia el vestido, por algo más cómodo y sencillo.
Sale de nuevo, y contesta el llamado de algunas mesas, donde le celebran su espectáculo y le brindan todo tipo de tragos. Se reúne en un pequeño rincón con el dueño del bar, quien muy agradecido le entrega la paga acordada y le dice que le llama muy pronto para cuadrar el siguiente show. Roxanna espera que prendan las luces que anuncian el final de la rumba y entonces le indica a Cristian que tome las maletas para irse.
Esperan el taxi pacientemente, pues a los taxistas no les llama la atención recoger a una “loca vestida” con paquetes grandes a las 3 a.m. Finalmente logran embarcarse hacia su casa, donde con aceite (mineral, para bebes o de cocina… lo importante es que sea aceite) y papel higiénico Alfredo va borrando poco a poco a Roxanna. Come algo antes de dormir, le da un beso a su novio y apaga la luz para descansar mientras llega el siguiente reto de salir a trabajar como Roxanna Miranda.
Epílogo: Roxanna quiso también compartirnos algunos links de videos online de su espectáculo, de las entrevistas televisadas y el link de su casa de reinas, pues esta artista transformista está expandiendo sus horizontes y quiere compartir su conocimiento, técnica y talento con transformistas de escenario o travestis de closet que quieran recibir su servicio de asesoría, alquiler de vestuario y maquillaje. También nos conto que ha sido incluida como parte de reportajes escritos, para las revistas Aló y Cromos y para el periódico El Tiempo y que fue triunfadora de concursos muy reconocidos como el Fénix de Oro, en el bar Noa Noa y Miss Universo Drag Star, en la discoteca Theatron. Ha trabajado con distintos entes distritales en eventos como el Primer Foro Latinoamericano de Transgenerismo, Show Trans al parque, la Gala por la No Homofobia y fue la secretaria de la ONG Transcolombia. Roxanna contrata su espectáculo a nivel nacional y ha estado en ciudades como Tunja, Villavicencio, Melgar y Funza.
https://www.youtube.com/user/alfrednash#p/u/11/9MLYTjAaP48
https://www.youtube.com/watch?v=5vz04oEr2oA (en este tambien salgo yo! claro que esto es hace varios años, en el 2007)
https://www.youtube.com/watch?v=EgVCncEtNMQ&feature=player_embedded
https://www.facebook.com/roxanna.miranda
Natalia Loaiza: Transexual Pre-operada
Para mí, esta fue la entrevista más curiosa.No solo por el hecho de hacerla por celular, por MSN y casi por osmosis, sino porque para mí, Natalia es una gran amiga, congénere, mujer y persona. Nos conocimos hace algún tiempo cuando alguien que nos conoce en común nos presento de manera virtual en el MSN. Juntas compartimos muchas charlas, muchas cosas, y un día yo por fin pude viajar a Medellín a conocerla, aunque ya había visto fotos suyas.
Fue inevitable recordar cosas que ella me había contado e integrarlas a la entrevista, pero lo que más me gustó fue darme cuenta que Natalia siempre ha sido lo que yo he pensado de ella. Una mujer transexual inteligente, solidaria cariñosa y colaboradora. Aunque como ella misma dice, también tiene defectos como el mal genio, pero creo que eso la hace más “ella misma”.
Natalia es una chica que vive en Medellín, en una casa junto con su madre y su hermana.Ella misma con su trabajo construyó un apartamento para ella en el tercer piso de su casa (que aún no he ido a conocer, pero espero hacerlo muy pronto). Natalia es transexual hace 8 años, aunque siente que tal vez desde que tiene uso de razón pensaba en que era más divertido e interesante ser niña que ser niño. Natalia es una mujer alta, rubia, con una cara muy fina, una figura voluptuosa y sensual y siempre esta sonriendo. Escucharla hablar es muy agradable, porque tiene un acento paisa natural y elegante que no cae en el estereotipo “Natalia Paris”, pero que es aniñado y dulce.
Para Natalia vivir en Medellín es maravilloso. Trabaja como estilista haciendo domicilios, puesto que siente que trabajar en una peluquería es esclavizante y piensa que no hay un ambiente donde haya mayor rechazo a las transexuales, que en uno donde ya haya transexuales. Ese es quizá uno de los únicos puntos negros en la vida de Natalia. A ella no la quieren en la comunidad transgénero de Medellín, aunque nunca ha entendido muy bien porque. Algunas veces piensa que no la quieren por haber decidido ser transexual y dejar el transformismo como un recuerdo. Otras veces piensa que es porque es muy linda y la ven como una competencia en muchos sentidos y otras tan solo lo ve como una manera de proyectar el rechazo que algunas chicas sienten por su propio estilo de vida, tan distinto al de Natalia.
En su familia, Natalia es la niña consentida, pero también es la mujer adulta que ayuda en la casa y que hace lo que sea por el bienestar de los suyos.Ella le agradece a su mamá todo lo que es y todo lo que tiene, pues fue su mamá quien le brindo el apoyo más grande cuando decidió ser transexual. Su mamá le ayudo a hacer gestiones en el banco para pedir un préstamo para poder operarse los senos y otros “arreglitos” que se ha hecho, aunque jura sobre una biblia que jamás se ha hecho nada en la cara (esto siempre lo dice entre risas). En su familia también hubo quien se opusiera, pero Natalia siguió adelante, pues sabía que discutir o debatir nunca haría que nadie cambiara de opinión. Ella se dedico a ser ella misma, a ser juiciosa, a demostrarles a todos que su decisión era algo que mejoraría su vida y la de los que la querían pues ahora sería quien quería ser y podía hacer lo que siempre quiso hacer (ir a la piscina con un lindo bikini, salir de compras, tener novio, etc.)
Natalia tiene novio. Es un hombre que la lleva y la trae por el enrevesado camino del amor. Aunque se conocen hace muchos años, llevan saliendo oficialmente un año y nueve meses, durante los cuales han terminado y vuelto tantas veces, que ella ya perdió la cuenta. Natalia y su novio son una pareja muy linda, y es evidente que ambos se disfrutan el uno al otro. Para Natalia, su cuerpo es algo sagrado que cuida mucho y está muy segura que es integral tal como es. Por eso nunca ha pensado en hacerse una reasignación de sexo (vaginoplastia o cambio de sexo). Para ella su cuerpo se ve muy bien como esta, lo disfruta como es, y lo más importante se siente identificada como mujer transexual. Aunque Natalia no es una activista de tiempo completo, ella no tiene ningún misterio en salir a marchar por las calles de Medellín en el día del orgullo LGBTI, rumbear con otras transgeneristas (rumbas en las cuales yo he estado y la hemos pasado delicioso) o en aceptar que su cedula con nombre de mujer, tiene una M en la casilla de sexo, una M de Mujer.
Natalia tiene planes a futuro muy interesantes. Quiere estudiar diseño de interiores (aunque no sabe donde enseñan eso en Medellín, si alguien sabe se le agradece el dato) Quiere comprar un apartamento o hacer inversiones en finca raíz que le renten. Lo interesante es que ella lo dice con la plena seguridad de lograrlo. Para ella ser transexual nunca ha sido un impedimento para lograr las cosas que quiere. Ella sabe por ejemplo que al estar en la universidad tal vez algunas personas noten que ella es transexual, pero realmente eso la tiene sin cuidado. Para ella eso es tan cotidiano como montar en el metro. Algunos la miran, otros no, algunos con deseo, algunos con curiosidad. Pero eso no la incomoda. Yo pienso que eso la hace sentir bien, porque no hay mejor sensación que la de ser observada y sentir que despiertas algo en la gente. Además Natalia siente que ha hecho bien la tarea. Es una paisita linda, voluptuosa, inteligente y trabajadora así que encaja perfecto en una sociedad como la de Medellin. El hecho que ella no tenga una vagina entre las piernas no la excluye ni la hace especial desde ciertos puntos de vista. Ella es una mujer transexual a mucho orgullo.
Natalia para sorpresa mía quiso compartir algunas fotos con todos nosotros.Le manda muchos besos y abrazos a sus admiradores de guía cereza.
*Alejandra: Transexual Post-operada.
Nos encontramos en un café cerca de Chapinero muy concurrido.Cuando Alejandra llega (algo retrasada) los hombres y las mujeres la miran. No es para menos. De todas mis conocidas, es una de las mujeres más elegantes y lindas que he conocido. De hecho, tengo que aceptar que jamás me imagine que ella fuera una mujer transexual con reasignación de género. La primera vez que la vi, yo era una transformista de escenario, participando en un concurso de belleza y ella era miembro del jurado. Yo pensaba que era una mujer biológica. Después la vi en contadas ocasiones en fiestas electrónicas y nos saludábamos por cortesía. Esta vez, quise indagar un poco más de alguien a quien ahora quiero mucho más, porque la admiro y la respeto por las decisiones que ha tomado en su vida.
Pedimos café, con galletas integrales y yo empiezo a preguntar cosas muy “normales”. Así me entero que es oriunda de Florencia, en el Departamento de Caquetá. Es una mujer de 30 años (aunque revela muchísimo menos). Nació en una familia muy numerosa (5 hermanos, 2 hombres y 3 mujeres) y se crió de la misma manera que todos ellos, con privaciones, alegrías y la vida relajada y lenta que se lleva en una ciudad pequeña. Ella sintió desde muy pequeñita que cuando la vestían como sus hermanos algo no iba bien. Sentía celos de sus hermanas y ganas de vestirse como ellas y hacer las cosas que ellas hacían. Pasaba horas mirando a su mamá en la máquina de coser o a sus hermanas hacer el oficio de la casa. Nunca le interesaron los juegos de los niños, ni trepar arboles, ni jugar futbol. Nadie dedico ninguna palabra a ese hecho hasta muchos años después, cuando en la escuela secundaria empezaron a tratar a ese niño extraño de maricón. En ese momento Alejandra se dio cuenta que la vida iba a ser un poco distinta y mucho más difícil que para el resto de sus hermanos.
Nunca toco el tema con su familia, nunca tuvo novia, nunca desvelo el misterio de si era o no un hombre gay. Simplemente termino sus estudios (con honores) y un día decidió venirse para la capital. No tenía muy claro que se iba a poner a hacer acá, pero sabía que tendría muchas más y mejores oportunidades que en su pueblo natal. En Bogotá vivió días difíciles, pero pronto se ubicó en un trabajo y empezó a sentir que la vida fluía.
Un día quiso experimentar algo distinto. Había visto por televisión el show de un hombre que se vestía como Madonna y bailaba y cantaba para un público gay. No le llamaba tanto la atención ir a un sitio gay, pero si conocer a un hombre que tal vez tenía sus mismos gustos. Así que busco por cielo y tierra la información que la llevara a esa discoteca y allá llego, sin conocer a nadie y con la firme intención de conocer a quien después fuera su madrina y amiga.
Contemplo el espectáculo y cuando hubo terminado entro al camerino, burlando a los meseros que custodiaban la entrada. Hablo un largo rato con "Madonna", quien le explico que no había nada de malo en vestirse de mujer. Que podía hacerlo cuando quisiera y que ella la iba a ayudar. Le anotó un teléfono en una servilleta húmeda y le prometió que si la llamaba al siguiente sábado la vestiría como una mujer y la sacaría a una rumba inolvidable.
Y así fue durante muchas noches, se vistió con el nombre de Cristal, y era reconocida en la rumba como una “pelada” nueva y muy bonita. Pero para ella había algo que no estaba del todo bien. Porque después de la rumba, venia el amanecer, donde la fantasía acababa y había que esperar otros 7 días para volverla a vivir. Y pronto llego a la conclusión que ella quería hacerlo siempre, todos los días, hacer de la fantasía una realidad.
Habló con muchas personas que conoció en esas rumbas, quienes le recomendaron mil cosas.Algunos le sugerían tomar hormonas o operarse los senos, otros que se vistiera de mujer durante un tiempo a ver cómo le iba y como se sentía y al final decidió hacerse caso solo a si misma. Abandonó la rumba por un largo tiempo, y se dedico a trabajar y a ahorrar dinero. Buscó información con médicos y en libros con palabras más complejas que las que nunca había visto. Y lentamente fue dándole forma a su cara, dejando crecer su cabello, depilando poco a poco su cuerpo de hombre y cuando se sintió totalmente segura, tomo un bus para su tierra, para hablar con su mamá.
Le explico la decisión que había tomado de ser mujer, le conto las cosas que había vivido todo este tiempo y al final le pidió ayuda, pues necesitaba tener a alguien a su lado durante unos días para recuperarse de la primera operación que se haría para ser mujer, que era una mamoplastia de aumento (o sea, se iba a poner tetas). Su mamá lloró, pero no por el hecho de que ella decidiera ser mujer, sino por haber perdido momentos importantes en la vida de la que ahora era su hija.
Alejandra se vino de nuevo para la capital, con su mamá, se opero los senos, se cambió el nombre y empezó a buscar trabajo como mujer. En ese tema ella fue muy reservada, limitándose adecir que había hecho muchas cosas, de las cuales no se arrepentía, pero que estaba segura no quería volver a hacer. Al parecer las cosas no se estaban dando como ella esperaba y entonces decidió salir del país. Le pidió a su mama que volviera a Florencia y ella mientras tanto se embarco en un avión hacia Madrid. Allá conoció a Emilio. Emilio es ahora su esposo.Se conocieron y Emilio quedo flechado al instante. Emilio al principio no sabía que Alejandra era transexual, y ella no sabía cómo explicárselo. Finalmente en uno de esos momentos donde el sexo parece algo inevitable, Alejandra le cuenta a su novio con cierto temor y cierta vergüenza. Emilio lo toma con paciencia… pues nunca había estado en esa situación ni se la había imaginado, pero estaba enamorado de ella. Él le pregunta muchas cosas y se da cuenta que esto es algo que hace muy difícil la vida de Alejandra. Entonces indaga, averigua, pregunta y descubre que Alejandra se puede someter a un tratamiento de reasignación de sexo. Es un procedimiento terapéutico químico y quirúrgico que consiste en construir una vagina (con labios y clítoris) a partir de la piel del escroto y la cabeza del pene. Es un proceso que en total llevará año y medio, durante el que Alejandra durará un largo periodo de tiempo sin poder tener relaciones sexuales y adaptándose a su nueva anatomía. Emilio le cuenta a Alejandra, quien de nuevo recurre a su mamá para pedirle un consejo y confiando en Dios y con fe en que puede ser el comienzo de una nueva vida, comienza el proceso.
Durante todo el proceso de recuperación, Alejandra toma cursos de Idiomas, viaja por toda Europa con su esposo, y juntos tienen la vida promedio de cualquier pareja de recién casados. Cuando el médico le informa que está completamente recuperada y que puede tener una vida sana, feliz y normal, Alejandra quiere volver a Colombia. Emilio la apoya pues sabe que para ella es importante el apoyo de su familia y amigos, así que hacen maletas y vuelven a Colombia.
En Colombia, Alejandra hizo algo que siempre quiso hacer. Fue a medicina legal para un reconocimiento oficial por parte de un ente estatal de su proceso de reasignación de sexo. Con este documento pudo ir a la registraduría nacional a solicitar una rectificación en su cédula, para que apareciera el sexo F de femenino en lugar de la M de masculino. Después de unos meses, con su nueva cédula como mujer reasignada, cambio su pasaporte, su licencia de conducción, sus cuentas bancarias… Reconstruyo su propia vida, y la reconoció como suya, porque después de mucho luchar y caminar por la vida, por fin su cuerpo, su mente y su sexualidad estaban unidas y sintonizadas en la misma frecuencia, la frecuencia de ser mujer.
Hoy en día Alejandra se dedica a trabajar como modelo de protocolo en eventos y dicta clases particulares de italiano e inglés. Su esposo es diseñador gráfico y trabaja en una agencia de publicidad. Vivirán en Colombia hasta que su hermanita menor termine el bachillerato (pues ellos le ayudan económicamente y están al tanto de cualquier cosa que llegue a necesitar), después se irán de nuevo a Europa, pues tienen planes de adoptar un niño, aunque Alejandra quisiera adoptar un bebé colombiano, pues ella sabe mejor que nadie las necesidades de la gente de acá.
Alejandra tiene muchos amigos, algunos son gays, algunas transgeneristas, pero ella piensa que ya no pertenece a ese mundo. Para ella, su vida comenzó de nuevo cuando su cuerpo se convirtió en un cuerpo de mujer, así que ya no siente la necesidad de andar en un gueto de gente que la acepte por ser transexual. La seguridad que proyecta es increíble y es por eso (creo yo) que la gente también la ve y la respeta como mujer, porque aparte de ser muy bella, es muy inteligente y se proyecta a si misma como una mujer ”echada pa’ lante”, con sentimientos, cualidades y defectos como cualquier mujer y al fin y al cabo como cualquier persona.
Terminamos nuestra charla y ella sale disparada en un taxi, a encontrarse con su esposo, pues tienen planes para ir a cine y comer algo.Yo me quedo ahí sentada, meditando y tratando de entender que definitivamente Dios tiene maneras muy raras de hacer sus cosas, pero siempre las hace pensando en nosotros.
Epilogo: *Alejandra no nos quiso dar su nombre ni compartir fotos con nosotros, pues a cambio de la entrevista prometí guardar y proteger su intimidad y privacidad.Una cirugía de reasignación de sexo tiene un costo promedio de 25 a 40 millones de pesos (entre 12.000 y 20.000 dólares americanos).Este costo varia acorde al procedimiento, al país donde se realice (los países con mayor nivel de avance medico en el tema son Filipinas, Singapur, Chile, Brasil, Colombia, Italia y Estados Unidos) y a los tratamientos post-operatorios que incluya el costo.
*LOS NOMBRES DE ESTASPERSONAS FUERON CAMBIADOS POR PETICION DE ELLOS MISMOS, PARA EFECTOS DE PRIVACIDAD.
NOTA FINAL: Como me imagino que muchos se están preguntando, yo, Ama Victoria, a qué grupo pertenezco, les cuento que soy transexual pre operada, aunque conservo algunos hábitos de rutina transformista, puesto que aun estoy cursando mi proceso de transexualidad. A nivel judicial ya soy una ciudadana colombiana con cedula rectificada y al igual que todas mis entrevistadas, estoy muy orgullosa de lo que soy. Pienso que en este momento de mi vida la reasignación de sexo no va conmigo, pero no me cierro a la idea de hacerlo después de que cumpla cierta edad y haya vivido muchas experiencias.