Guía Cereza
Publicado hace 15 años Categoría: Gay 2K Vistas
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Una mañana de vacaciones en un pequeño pueblo sin nada que hacer, se nos ocurrió conseguirnos de bicicleta para cada uno e irnos hasta un pueblo vecino, a unos dos kilómetros de distancia. Antes de medio dí­a ya estábamos todos listos para salir. De todos nosotros siempre pensé que yo era el único homo, pero como ellos nunca me llegaron a decir nada, nunca supe si era porque no lo notaron o porque no les importo. Aunque a veces los veí­a con el pequeño yimmy, nunca llegue a sospechar nada de ellos. La verdad el trayecto era bastante relajado y comenzamos a pedalear seguido pero haciendo paradas de vez en cuanto. Como hacia bastante calor empezamos a bajar el ritmo. Me fije a mí­ alrededor y éramos como diez, ya todos sin camisa, sudorosos y agitados. A veces me quedaba de último para poder mirar todas esas piernas y culos, viendo como se iban bronceando y como les bajaban las gotas de sudor por la espalda. Jacob se me acerca y señalo sus piernas, tení­a puesto un viejo pantalón militar que yo le regale y que él habí­a cortado por debajo de las rodillas, con el que se podí­an ver esas piernas gruesas y velludas. Me dijo riendo que era lo único bueno que habí­a hecho por él y se adelanto nuevamente dando pedalazos, haciendo alarde de su buen fí­sico. Mientras yo reparaba el culo de mi viejo amigo. Antes yo solí­a ser un dormido con los manes y solo pensaba en estar en el equipo y en hacer deporte. Pero después que salí­ del equipo empecé a tener roces con manes y esa tarde ya no podí­a dejar de pensar en como comerme todos esos ricos culitos que habí­a tenido hace años a mi lado. Me adelante para contarles de un lugar que habí­a conocido hace varios años haciendo ciclo montañismo. Varios dijeron conocerlo también y acordamos ir a terminar de pasar la tarde a ese lugar. Era algo retirado de la carretera principal, pero sabí­a de un camino que nos llevarí­a directo. Empezamos a hablar del sitio, que era una vieja estación del acueducto en la que habí­a un tanque parecido a una piscina que se podí­a hacer llenar de agua. Por dios que arrecho me pongo y que pensamientos más morbosos me vinieron a la mente solamente de imaginarme a todos metidos en el agua y retirados de alguna carretera en la mitad del monte. En media hora llegamos al lugar que aun seguí­a abandonado y pronto pusimos a llenar el tanque de agua. Al instante empiezo a ver a algunos en ropa interior y no tarde también en quitarme la pantaloneta que traí­a puesta y presumirles mi paquete.. aunque sabia que no era el único con una buena herramienta. Como Jacob quien me reparaba sin ningún problema la entrepierna. El tení­a unos bóxer blancos más bien gastados y se distinguí­a muy bien que habí­a algo verdaderamente grande ahí­. Recuerdo que tuve que mirar a hacia otro lado pues estaba allí­ que me arrodillaba y se lo sacaba frente a todos. Le dije que fuéramos a tirarnos al agua desde la parte más alta. No podí­a esperar el momento de verlo con ese bóxer mojado, aunque la verdad no era al único que querí­a ver así­. Maldición.. no podí­a creer cuantos jodidos culitos juntos habí­an a mi lado!!! Como en las duchas, solo que sin el entrenador o mi mayor dándonos ordenes..
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🍒 Pregunta Cereza

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