Guía Cereza
Publicado hace 15 años Categoría: Transexuales 765 Vistas
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Suena raro empezar así­.. en especial porque muchos hombres se imaginan que soy una mujer que nunca tiene problemas para encontrar sexo. El problema es que como mujer transexual he aprendido a ser selectiva para disfrutar de experiencias como la que voy a relatarles a continuación. Diciembre es un mes de mucho agite para mi, pues es la temporada fuerte de mi trabajo como empleada de una empresa de organización de eventos sociales, aparte de ser la época de muchos compromisos sociales y familiares. A eso.. sumémosle que se me metió en la cabeza la loca idea de irme de vacaciones, a pesar de ser una de las actividades que mas detesto en la vida. Era un 22 de diciembre.. esa noche tenia una novena en mi apartamento con amigos y allegados, así­ que me levante muy temprano, me enfunde en unos jeans muy ajustados, una blusita sin brassiere, muy llamativa, pero sin ser vulgar, color purpura, y unos zapatos de tacón medio, del mismo color. Ese dí­a planeaba ir a comprar los tiquetes de bus para mi viaje a Medellí­n, para evitar el caos el dí­a de mi partida, que seria el 26 del mismo mes. También planeaba ir a la peluquerí­a para arreglarme las uñas y repasarme el cepillado, para estar presentable en la novena por la noche. Hice muchas otras diligencias de bancos y otras cosas, y después de almuerzo me fui para el terminal. Llegue sobre las 4 pm y después de una fila considerable.. obtuve los tiquetes. Sin mas que hacer en ese sitio, di vuelta sobre mis pasos y salí­ a tomar un taxi para irme a mi cita en la peluquerí­a a las 5:30. No se que tan familiarizados estén los lectores con el asunto de tomar un taxi en el terminal de transportes de Bogotá, pero en ese momento, yo no lo estaba, jajajajajajajaja. Pensé que podí­a tomar el taxi en el mismo punto donde me dejo el taxi en el que llegue al sitio, pero resulta que en el terminal existen dos bahí­as.. una de recoger pasajeros y otra para dejarlos. Yo le hice el pare al primero que vi desocupado, pero el tipo siguió derecho. Yo pensé que tal vez estaba reservado o no se le habí­a dado la gana de llevarme, así­ que paré el que estaba inmediatamente detrás. Era un señor de edad, gordito con un bigote espeso que con una gran sonrisa me dijo “Linda.. acá no puedes tomar ningún taxi, porque esta prohibido, tienes que ir a la otra bahí­a, en la próxima esquina”. Le di las gracias con un movimiento de mi cabeza, y dando vuelta comencé a caminar hacia el sitio indicado, el cual quedaba a una distancia considerable. Escuche una bocina, pero no gire a mirar, porque asumí­ que podí­a ser cualquier carro pitándole a cualquier persona. Pero la bocina se hizo insistente, así­ que de manera refleja, mire. Era el mismo taxi que habí­a parado al inicio de mi intento por salir del terminal. Lo podí­a reconocer porque la puerta de pasajeros de atrás tení­a esa pintura anticorrosiva de un color marrón, me imagino, secuela de algún choque u accidente. Sin pensármelo mucho, supuse que querí­a recogerme, y me baje del andén, y abrí­ la puerta para subirme. El conductor me miro y me dijo “¿Podrí­as hacerte adelante por favor? Para que no nos molesten a la salida..” entonces, cerré la puerta, y me cambie de silla, pasando al asiento del copiloto. Cuando me subí­, el tipo empezó a explicarme que los policí­as los molestan por faltar a la regla de recoger y dejar pasajeros en las bahí­as incorrectas y que si nos paraba dijera que él me habí­a venido a acompañar a hacer una diligencia, que yo no era.. digamos una turista o una pasajera. Estando en plena explicación y a escasos metros de la salida del sitio... Nos paró la policí­a. Le alcance a preguntar como se llamaba él. Me respondió “Carlos, acuérdate, no te vayas a poner nerviosa”. El policí­a le indicó que se bajara, que le pasara los papeles, y duraron bastante rato hablando. Yo al principio sentí­ ganas de bajarme y tomar otro taxi en la bahí­a correcta. Pero no lo hice, a pesar del afán, porque me daba mucha embarrada con el tipo, porque yo pensaba, “por hacerme el favor de recogerme, le van a poner una multa”. Así­ que seguí­ inmóvil en la silla del copiloto. Se subió y no dijo nada.. solo me pregunto que hacia donde í­bamos. Le indique.. y arranco. El silencio era un poco incomodo a esa altura.. así­ que decidí­ hacerle charla con respecto al tema de la multa, pues me sentí­a bastante culpable con respecto al hecho. - ¿Le pusieron una multa muy fuerte? - Psssssssssssssssssssssss si.. siempre - ¿Cuánto? - Como 300 mil - ¿y porque? - Porque eso esta prohibido - ¿y vale todo eso? - No, vale mucho mas.. pero hable con el tipo y solo me puso una por lo del numero que falta en la puerta sin pintar - Ahhhhh.. ósea que ¿pudo ser peor? - ¡Uy! si, ese parte si me hubiera dejado grave la Navidad - Veo.. - Igual.. no importa.. valió la pena.. la pude recoger, que era lo que me interesaba Después de esas palabras mi cara parecí­a un gigantesco interrogante, y voltee a mirar al taxista entre incrédula y alterada. El me miro con una sonrisa algo picara, pero hecho un manojo de nervios. - Y puedo saber.. ¿Por qué le interesaba recogerme? - Porque desde que me hizo el pare, me pareció la mujer mas linda del mundo - Ah ¿si? Y eso... ¿Tiene problemas de visión? - ¡Uy! no seas así­, tu sabes que eres muy linda, yo se que muchos te lo dirán, pero yo te lo digo de corazón, eres bellí­sima, me gustaste y que rico que me dejaras conocerte un poquito. - Mmmm y ¿si mi novio se pone bravo? - ¿Tienes novio? - Si, vivo con él - ¡Uy! no me digas eso, que tipo tan suertudo.. - Él es muy celoso - Ah pero yo no ( y me guiña el ojo en ese momento) - Bueno eso es cosa suya.. mi novio si lo es.. el me cuida mucho, me controla el tiempo, me llama cada rato al celular. Realmente eso de conocer a otro tipo me parece como absurdo, por todo y por todo - Lastima.. yo querí­a invitarla a tomarse algo y conocerla mejor - Ay no, eso si esta de para arriba.. ni estando de viaje mi novio, me puedo dar esos lujos - Osea que.. ¿sí­ le gustarí­a dejarse invitar, si fuera soltera? - Yo no dije eso - Ah no, lógico, pero pues.. ¿no le darí­as la oportunidad a un hombre como yo? - ¿un hombre como usted? ¿Qué quiere decir? - Pues si, un pobre taxista, así­ feito y todo como yo.. yo me imagino los tipos con los que usted se la pasa.. y pues ni modos, pero se lo juro que si usted me da la oportunidad, no me importa cuanto me cueste yo la atenderí­a como una reina. En ese momento lo mire bien por primera vez. Era un hombre joven, moreno, de cabello un poco rebelde, su piel estaba algo tostada por el sol, pero tenia una sonrisa agradable. Tení­a puesta una camisa roja, tipo polo, que se notaba que no era ni muy fina ni la más nueva, pero le dejaba ver los brazos.. algo delgados, pero con un tono muscular muy firme y con las venas bien marcadas. Para mi no hay nada mas sexy que un hombre con las venas marcadas. - Y para usted ¿que es tratarme como una reina? - Darle gusto en todo, llevarla a donde quiera, verla bien linda, con esa ropa tan linda que tiene puesta, con esa piel suya toda blanquita, con ese cabello negro liso que me tiene loco, quisiera meter mis manos entre su cabello, olerlo, oler su perfume, su piel.. - Y ¿usted vio todo eso, desde que me vio en el terminal? - Usted llama mucho la atención En ese momento no sabia si ponerme de mal genio o reí­rme - Ah ¿si? Y ¿eso como porque? - Porque usted es alta, elegante, bien maquillada, bien peinada. Ya uno no ve mujeres así­ - En eso tiene razón, pero es que yo no soy una mujer como cualquiera - Usted es una reina, ya se lo dije - No me referí­a a eso - ¿ah no? Y entonces ¿a que se referí­a? - Yo soy una mujer bastante diferente En ese momento me puse nerviosa. El tipo me hablo con tanta seguridad, que por un momento me hizo pensar que no se habí­a dado cuenta que yo era transexual. - A mi no me importa que tan distinta sea usted de las mujeres que yo conozco, que además no son muchas. Usted es como mi sueño hecho realidad. Siempre me imagine a una reina como usted, con esa carita fina, con esa piel de porcelana, ese cabello sedoso... Y así­.. inalcanzable, linda, vanidosa.. - ¿usted es así­ de lanzado con todas sus pasajeras? - No, nunca se suben reinas a mi taxi - Eso les dirá a todas.. - Se los dirí­a si fueran como usted - Y ¿como soy yo? - Usted es la mujer que me gustarí­a que fuera mi mujer - Pero no ve que yo tengo novio.. - Yo se.. si no fuera así­, la invitaba a salir hoy mismo - Hoy no puedo, tengo una novena, y tengo cita en la peluquerí­a - Ah, pero si lo harí­a.. - Pero solo por curiosidad, a ver que tan cierto es que me va a tratar como una reina. - ¿Y su novio? En ese momento solté la carcajada por dentro. Mi novio y yo habí­amos terminado hací­a ya casi 3 meses, y desde ese entonces.. no habí­a salido con nadie y menos tener sexo con alguien, a pesar de ser una necesidad de mi cuerpo. - Pues no se.. tendrí­a que arriesgarme, pero serí­a una locura - ¡Uy! no me ilusione, mire que yo le estoy hablando muy en serio - Supongamos que yo le digo que si, ¿cual es su idea de un plan conmigo? - Dí­game que quiere hacer - Eso me lo dice mi novio todo el tiempo, él me complace en todo, pero.. eso no me llama la atención, si yo me voy a arriesgar a meterme en un problema con él, quiero hacer algo distinto. - Yo la llevarí­a a una discoteca, le compraba lo que quisiera tomarse y me dedicarí­a a verla bailar toda la noche, incluso si otros tipos la sacan a bailar - Pero eso es darle gusto a usted.. me lleva a exhibirme como una vaca de feria - Jajajaja, no lo tome así­.. - No no no no no.. yo pensé que valí­a la pena arriesgarse, pero usted es igual que todos los hombres - No, hablando en serio.. yo lo que quiero es que usted la pase bien.. que se sienta cómoda.. no importa que entre nosotros no pase nada, solo hacerla y verla feliz - Ah ¿no importa? Pero.. ¿no le gustarí­a que pasara algo? En ese momento me di cuenta que estaba nervioso él.. pase de ser cazada a cazadora - ¡Uy! lógico que me gustarí­a, pero yo no le quiero faltar al respeto como lo habrán hecho otros tipos - Suele pasarme.. los hombres son muy predecibles.. pero ese no es el punto.. supongamos que no me molesta saber que le gustarí­a hacer conmigo.. así­ que cuénteme.. - Uffffffffffff.. de todo.. pero en especial besarla y mirarle la carita así­ cerquita, y poder tocarle el cabello y decirle que usted es la mujer mas linda del mundo - Oiga.. se ha dado cuenta que entre nosotros no hay mucha distancia.. en medio de todo usted ya se esta dando gusto conmigo - Mmmm puede ser.. pero no la estoy besando - Y ¿porq no lo hace? En ese momento hizo algo totalmente inesperado... Freno el taxi, muy cerca del andén, y girándose con mucha habilidad me robo el beso más excitante que haya sentido en mucho tiempo.. - (con los ojos cerrados) .. gracias - (bastante sorprendida) mmmm, no me de las gracias, no tuve otra opción, me cogió desprevenida - Usted me preguntó que porque no lo hacia, y pues lo hice.. - Y ¿quiere seguir? - No se.. quiero, pero.. yo no se si usted pueda o quiera - Ya, le doy media hora, para que haga lo que quiera conmigo Yo no se en que momento se me salió la zorra que habí­a en mi, pero el tipo me beso y me volvió otra, con ansias de sentirme besada y tocada Cambiamos el curso de nuestro destino, ahora buscando un motelillo para hacer realidad nuestros deseos. Tengo que decir con cierto rubor.. que yo di las indicaciones, pues siempre me gusta ir a un sitio de confianza. Él no puso problema. En el carro, mientras conducí­a como loco (porque incrementó notablemente la velocidad) me acariciaba el cabello y la cara mientras yo le daba unos besitos muy sensuales en sus dedos y en su mano. - ¿Que es lo primero que me va a hacer? - Besarla, mucho.. - ¿Donde me quiere besar? - Mmmmm, el cuello, las téticas.. las piernas.. En ese momento me volví­ a sentir insegura, nunca nombró mi verga.. y eso me preocupo. Llegamos al hotel, nos bajamos de afán.. pedimos una habitación, la más sencilla, y dos preservativos. Mientras llegaba la mucama, el me empezó a besar muy apasionada y cálidamente. Mis manos recorrí­an sus piernas, su abdomen y su pecho con movimientos muy insinuantes. Era obvio para mí­ que yo estaba muy arrecha, y él estaba en un plan muy formal... el cual yo estaba dispuesta a tornar en sórdido y ardiente en cuanto él me lo permitiera. Tome sus manos, que estaban sosteniendo mi carita mientras me besaba, y las empecé a deslizar hacia abajo.. cuando encontró mis senos, se estremeció.. como si hubiera tocado un cable con corriente, así­ que siguió bajando, por mi cintura y me acerco mas hacia su cuerpo. Empezó a pasar sus dedos entre la pretina de mis jeans.. hasta encontrar el botón y empezó a abrirlo. Cuando logro después de unos momentos abrir por fin el dichoso pantalón, se encontró de frente con mi tanga azul turquesa.. bastante hinchada por cierto, por el bulto de mi verga dura. Se quedo como pasmado unos momentos - No se lo esperaba ¿cierto? - No - Si quiere dejamos así­.. - No - ¿No? - No, no me lo esperaba, pero que buena sorpresa.. Y dicho esto.. saco mi verga por el costado de la tanga y empezó a mamármela de una manera sorprendente. Era obvio que estaba muy nervioso.. no tenia control de lo que hacia.. pero lo hacia con mucha pasión. Tomaba mi verga con sus dos manos, y me pasaba la lengua desde la base hasta la cabeza, para luego meterse la cabeza tí­midamente entre su boca e intentar bajar hasta donde mas podí­a. Yo empecé a gemir de placer y note como él se calentó más. Puso sus manos en mis nalgas, y apretándolas con sus manos ásperas empezó a empujar mi cadera hacia su cara, para poder tragarse toda mi verga. Realmente estaba muy bien.. pero yo también querí­a disfrutar, así­ que lo guie con mis manos para ponerse de pie. Aproveche para quitarme los tacones y terminarme de quitar el jean, sentada en el borde de la cama. El mientras se quito la camisa, el pantalón, los zapatos y las medias, y se quedo solo en bóxer. Yo estaba sobre la cama boca arriba.. él abrió mis piernas, acostado boca abajo y metió de nuevo su cabeza entre mis piernas para seguir dándome placer con su boca. Me la mamó mas relajadamente, muy sensual y pudo correr la tanga hacia el lado, para poder lamer debajo de mis huevos y acariciar tí­midamente mi culo con la punta de su lengua. En ese momento, lo acerque hacia mí­, para besarlo y poder tocar por encima de su bóxer mi premio. Tení­a una verga grande, aun no estaba totalmente dura, pero prometí­a una buena faena. Le quite el bóxer e inmediatamente él se puso detrás mí­o para quitarme la blusa. Cuando estuvimos desnudos.. empezó a acariciar mis senos con mucha habilidad, cosa la cual siempre me ha puesto como loca, mientras me mordí­a suavemente el cuello y olí­a con pasión mi cabello. Soltó una de mis téticas y bajo por mi abdomen para empezar a masturbarme.. con la gran sorpresa que logro hacerlo dándome un inmenso placer. Normalmente me es difí­cil encontrar hombres con la capacidad de masturbarme con la fuerza y la intensidad adecuada, pero él.. realmente me tení­a extasiada. Yo mientras tanto, empecé a rozar la punta de su pene en mi culito.. y a acariciar sus huevos. Me di vuelta, para besarlo y decidí­ empezar a trabajar en su pene. Lo tome con cuidado, pues seguí­a algo flácido y lo puse dentro de mi boca. Apenas cerré mis labios y empecé a succionar, sentí­ como un bombazo hizo crecer descomunalmente esa verga. Eso me excitó muchí­simo, así­ que empecé a mamárselo con fuerza, como una puta. El empezó a gemir y a acariciar mi cabello mientras me follaba la boca, aunque lo hacia al mismo tiempo muy sensual y delicadamente. Empecé a pasarle la lengua debajo de sus huevos y sentí­ como se retorcí­a de placer y así­, poco a poco, fui llegando a su culo. Ese hombre empezó a gemir tan fuerte que parecí­an gritos de placer. Al ver esta reacción no lo dude dos veces, pare, y le di la vuelta, para tenerlo en cuatro. No opuso ninguna resistencia, por el contrario, apenas estuvo en cuatro, abrió sus nalgas con sus manos y yo le hundí­ la lengua lo mas profundo que pude, alternándolo con mordisquitos suaves alrededor de su culito, bastante rosadito y lampiño, por cierto. Él empezó a mover sus caderas con un ritmo delicioso, así­ que con mis dedos alterné con las chupadas que le daba, para empezar a explorar su culo caliente y ahora muy húmedo. Muy pronto lo tení­a con 3 dedos mí­os dentro de su culo, y gimiendo como nunca habí­a escuchado a un hombre.. era muy masculino, pero muy excitante y sumiso a la vez. No aguante más y sin pensarlo, me enfunde el condón, me puse muchas saliva en la punta, le volví­ a chupar su culo y lo penetre, con movimientos rí­tmicos pequeñitos.. para que sintiera toda mi verga entrar en él. No fue nada difí­cil, el realmente estaba muy bien dilatado y bastante excitado.. cuando lo tuvo todo adentro, se incorporo poniendo su espalda en mi pecho, y dando un giro a su cabeza, me beso, mientras empezó a cabalgarme de una manera muy sensual.. yo lo tome de sus caderas y no dude en darle una clavada algo salvaje e intensa. En ese momento, ya los gemidos de los dos se confundí­an y nos metí­an en un ambiente muy sensual y caliente. No se como.. pero hicimos muchas poses, de una manera muy fluida.. sin parar.. sin sacárselo de su culo, follándolo y clavándolo, mientras él se masturbaba y acaricia mis senos. También decí­a cosas muy excitantes.. como “mmmmm que rico, mas, mas” eso realmente me excitaba, en esos momentos le daba como nunca habí­a clavado a nadie.. sentí­a el sonido de mi cadera y mis huevos, chocando con sus nalgas. En un momento, paró.. se acerco a mi oí­do, y me pregunto que si no era lo suficientemente bueno para hacerme venir, que si querí­a que él hiciera algo más para poderle dar toda mi leche. En ese momento, sin decirle nada, saque mi verga de su culo, tome el otro condón y se lo puse. Apenas hice eso, me puso en cuatro sobre la cama, para que me chupara el culo, con pasión y fuerza. Con su lengua hacia cí­rculos alrededor de mi agujerito, para después volver a meter su lengua hasta donde mas podí­a. Cuando vio que estaba muy húmeda.. literalmente me escupió el culo, después puso mas saliva en su verga, y me la hundió, de un solo movimiento, aunque no fue brusco ni violento, pero si muy placentero. En ese momento, el me dio a entender que aunque lo disfrutaba.. extrañaba el calor de mi polla en su culito. Su pasión fue bajando lentamente, a pesar que tení­a muy buen ritmo para clavarme, y su verga seguí­a durí­sima. Con el ánimo de no dejar morir la emoción de mi amante en medio de semejante faena, pare , o bese de rodillas, frente a frente, y le dije: “¿quieres que te siga clavando?” a lo que me contestó “¡si!” muy emocionado.. Me senté en la cabecera de la cama, y lo invite a cabalgarme.. cosa la cual hizo con mucha facilidad. Puso mi verga en su mano para poderla poner muy cerca de su huequito, y empezó a bajar poco a poco, muy sensualmente, mientras gemí­a de la manera más deliciosa. Cuando lo tuvo todo adentro empezó a flexionar sus rodillas para subir y bajar a su gusto... realmente no tuve que mover un solo musculo de mi cuerpo. Este hombre me estaba disfrutando enterita.. tenia mi verga en su culo y moví­a las caderas de una manera espectacular, mientras una de sus manos exploraba en mi culo, y la otra me apretaba los pezones y las tetas. Aparte su voz y sus gemidos, me transportaban, imaginando como serí­a verlo eyacular mientras yo lo clavaba así­. Mi morbosa mente y este hombre y sus movimientos me hicieron incorporar un poco sobre mis piernas y termine de clavarlo de manera intensa y ardiente. De nuevo podí­a oí­r sus nalgas chocando con mis caderas, y como ambos suspirábamos, gemí­amos, y pedí­amos más y más. Esta vez el orgasmo no se hizo esperar y llego al tiempo para satisfacción y placer de ambos... MI verga alcanzo su máximo nivel de firmeza mientras temblaba sacudiendo fuera de si toda mi leche, al calor del culo de mi taxista, al mismo tiempo que el se derramaba sobre sus huevos y mi abdomen dejándonos sentir el calor del semen recorriendo nuestros cuerpos. Ninguno de los dos podí­a decir nada en ese momento. Quedamos mudos, extasiados, él se abrazo a mí­, y me besaba de la manera mas tierna y delicada que algún hombre haya hecho conmigo antes. Así­ pasaron unos 5 minutos, pero.. en ese momento los dos reaccionamos, pues nos dimos cuenta que si seguí­amos ahí­, nos quedarí­amos dormidos retozando ese super encuentro y ninguno de los dos podí­a. Yo salí­ disparada para el baño, a recomponer un poco mi maquillaje y mi cabello, mientras el se vestí­a apresuradamente. No cruzamos mayor palabra. Solo me pidió disculpas por tener que salir corriendo, pues tení­a que entregar el taxi a otro conductor a las seis, en un barrio muy lejano al sur de la ciudad, a las seis en punto, y ya eran las seis y cuarto. Yo por mi parte también le explique que tení­a cita en la peluquerí­a y muchos compromisos en la noche. Salimos del hotel, yo con toda la intención de tomar un taxi distinto, para no retrasarlo, pero él me dijo “yo dejo a mi reina donde me pidió desde que la recogí­”. Así­ que me llevo a la peluquerí­a, me pidió mi número de celular, yo le pedí­ el suyo y le di un último beso. Entre a la peluquerí­a, donde por cierto todo el mundo me miro con cara extrañada y picara, pues se notaba evidentemente por mi sonrisa y mi “look” que habí­a estado haciendo y porque habí­a llegado tarde. Después de esa tarde, nunca lo volví­ a ver, pues esa misma noche perdí­ el celular al tomar un taxi desde mi casa hací­a un bar al que me dirigí­ después de la novena. No se si eso fue bueno o malo, porque cuando lo pienso, creo que si lo hubiera vuelto a contactar, hoy serí­a la novia del taxista mas sorprendente y delicioso de la ciudad.

ama-victoria-ts

Soy transexual, transito por el género Ver Perfil Leer más historias de ama-victoria-ts
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