Junto con Yolanda, fuimos invitados a pasar un tiempo muy agradable en el apartamento de una pareja de esposos. Nos contactamos por el correo de guí­a cereza, decidimos conocernos a ver si se daba alguna quí­mica, la cual afortunadamente surgió, y vaya en que forma, a juzgar por las cosas ricas que ocurrieron esa noche inolvidable. Nos encontrábamos los cuatro en la sala hablando de todo un poco, y a decir verdad no podí­a yo dar crédito a la situación, bueno es que no me convencí­a como un hombre como don Ivan,siquiera contemplara la idea de compartir semejante mujer que tenia por esposa. Yo anonadado la observaba sentada en el sillón de enfrente con la copa de vino en la mano, piernas cruzadas, dejando ver unas piernas bien contorneadas, de piel canela, una cara angelical, pelo largo, labios gruesos y sensuales que invitaban a ser besados con pasión. De igual manera tampoco pude dejar de notar como Iván observaba a mi mujer que iba bien atractiva, acorde a esa ocasión. Después de bailar la buena musiquita que sonaba en el equipo, ya estaba yo sentado al lado de Gloria, no podí­a evitar las mariposas en el estomago y ciertos nervios de los buenos que sentí­a con ella a mi lado. Repentinamente Iván abrazo a mi esposa, creo que me sonroje un poco, y luego para equipar la situación coloque una mano sobre el muslo de ella, me acerque y la bese,. Iván besaba a Yolanda apasionadamente y su mano la deslizaba entre sus piernas. En ese instante deje casi por completo de observar a mi esposa lo que hacia con el, y me dedique atender a Gloria ya que el deseo y la pasión se apoderaba paulatinamente de los dos. Ella con una seña me indico que nos desplazáramos hacia una habitación. Una vez allí­ comencé a besar sus piernas desde el dedo pulgar hasta el ombligo, sin despojarla de sus pantis besaba su rosada y caliente conchita, la realidad me sentí­a en el cielo con aquel hermoso cuerpo a mi disposición entera. Me despoje de la ropa, y lo mismo le hice a Gloria,. En ese momento me distraje de mi dulce faena, Ya que mi esposa entraba solo en ropa interior, junto con Iván totalmente desnudo y no pude evitar ver su miembro totalmente erecto pienso yo que estaba a puto de arrancarle los testí­culos de raí­z de lo mismo templado que lucia, ambos se dejaron caer en una colchoneta ubicada al lado de donde estábamos con Gloria. Continuando con mi tarea hermosa de poseer a Gloria, la despoje de su ropa interior totalmente, acto seguido procedí­ a besar como tal vez nunca lo habí­a hecho antes, es decir como si fuera la primera vez, sus ní­veos y parados senos ,ella me así­a el pene como si lo fuera a exprimir con su manos, la besaba apasionadamente, luego besaba su cosita con unos lengüetazos llenos de vigor y ansia ella gemí­a vi como arrodillado Iván la observo quejarse como supongo no lo hacia con el porque la expresión de asombro al verla me lo demostró. Ahí­ de reojo vi a Yolandita como le succionaba el miembro a su compañero, eso me exacerbó mas mi lujuria y suavemente apunte mi tieso miembro a la rosada y húmeda vulva de Gloria. Ella se extremece, me agarra de los muslos a dos menos y colabora empujando hasta el fondo de su entraña..el jadeo de mi esposa me hacia empujar con mas fuerza, hasta que como volcán explote dentro de ella abrazándola y besándola fuertemente. Ella se rio nerviosamente y yo no perdí­ la oportunidad de acomodarme para observar como mi esposa en la pose del perrito era azotada también con lujuria por el esposo de Gloria. En un instante el lanza un gemido y se recuesta sobre ella que queda bocabajo sobre la colchoneta llena de pasión y desfachatez. Les confieso que tanto ella como yo estamos dispuestos a repetir ese inolvidable encuentro .