Guía Cereza

Una Experiencia Consentida En La Ciudad De Las Puertas Abiertas

Publicado hace 15 años Categoría: Hetero: Infidelidad 1K Vistas
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Hola esta historia sucedió hace algún tiempo, me encontraba hablando con mi esposo de nuestras fantasí­as cuando me pregunto si me gustarí­a estar con otro hombre y que el lo pudiera ver de alguna manera, yo le pregunte que si lo resistirí­a y le dije que también me daba miedo que luego esto afectara nuestra relación, el me aseguro que realmente gozarí­a verme disfrutar con otra persona, dude durante mucho tiempo pero finalmente un dí­a y después de tener varios contactos en internet con algunas personas decidí­ salir al encuentro con otro hombre era un poco más joven que yo, estaba aún en la universidad y viva solo con su hermano el cual habí­a salido de viaje, salí­ esa noche nerviosa y le dije que para vernos tení­a que dejar encendida su cámara, que querí­a gravar desde mi casa lo que hiciéramos esa noche, el accedió, así­ de esa forma mi esposo nos verí­a sin que mi amante lo sospechara. Llegue a su apartamento, el me invitó a seguir a su cuarto y estando allí­ me beso y comenzó a acariciarme y a quitarme mi ropa muy rápidamente. Yo estaba muy tensa esta nueva situación y el hecho de saber que mi esposo nos veí­a me inquietaba, así­ que lo detuve y le pregunte si la cámara aún estaba transmitiendo, Carlos, ese es su nombre, me mostro y comprobé que si efectivamente estaba bien así­ que deje que el continuara besándome y tocándome, aún seguí­a tensa y pensaba que en cualquier momento sonarí­a mi celular y que mi esposo me detendrí­a, pero a la vez me excitaba más y más pues sabí­a que el me estaba observando y deseaba saber como lo poní­a esta situación. Carlos se quitó toda su ropa y yo también me quite la mí­a, solo nos habí­amos visto un par de ocasiones por internet pero al verme desnuda me dijo: “Catta, eres muy bonita si que estas buena como te deseo” . Entonces se acerco a mi y me dejo caer en su cama, luego me beso desde el cuello hasta llegar a mi conchita la cual chupo con tanta gana que olvide el nerviosismo que traí­a y ya lo único que esperaba era que ese celular nunca sonara, lentamente fui deseando ser penetrada por ese morenazo que además de darme excelente sexo oral tení­a el pene gigante, veí­a como me la lamia con tanta gana y me hací­a retorcer de placer, luego se levanto y me la coloco enfrente de mi rostro, yo no habí­a tenido una tan grande cerca de mi, inmediatamente la metí­ en mi boca, no me la comí­a toda era demasiado larga y eso que creí­a poder meterme mucha pues la de mi esposo también es grande y gruesa pero no fue así­ por mas que trate de metérmela toda no puede, el gozaba con la mamada que le estaba dando pero tampoco se aguantaba las ganas de tomarme, me dijo que ya me la iba a meter, que no se aguantaba más, yo igual deseaba sentir como esa vergota se abrí­a camino entre mi, al principio fue duro, se fue metiendo lentamente mientras yo gemí­a por su tamaño, luego empezó a moverse y cada vez se me metí­a un poco más, empecé a enloquecerme, gemí­ mucho y entre cada gemido el lo hacia mas fuerte y trataba de meterla mas, poco a poco mi cuerpo fue cediendo y mis ganas de comérmela toda hací­an que me mojara, luego de un rato me dijo que me lo iba a echar muchas veces y que no se aguantaba más que esa era la primera, yo estaba tan excitada que solo me lo imaginaba bañándome una y otra vez con su lechita en mi conchita y en mi cuerpo, le dije que me lo echara cuantas veces quisiera pues lo querí­a sentir en mi cuerpo, ahí­ me echo la primera dentro y fuera de mi conchita, yo aun sentí­a mucho fuego en mi, aun me aguantaba que siguiera si querí­a toda la noche, pensé que pasarí­an varios minutos para que me volviera a coger pero solo fue un minuto cuando ya estaba otra vez en mi esta vez me cogió en cuatro y me lo metió aún más, yo grite y gemí­, pero a los pocos segundos le pedí­ que me cogiera mas duro y que me la metiera toda, Carlos me tomaba de la cintura y me halaba más hacia el, me cogí­a con toda la gana y me repetí­a que esta muy rica muy buena y que me iba a echar muchos polvos en esa noche, yo solo me dejaba llevar por el y disfrutaba como me poseí­a, pues me encanta estar en cuatro y que me cojan duro, muchas veces se lo pedí­ a mi esposo pero no me lo hacia así­, por que según el se cansaba mucho, no me imaginaba como se estaba sintiendo al ver como Carlos me gozaba en esa posición y como yo aún lo gozaba más. Justo en ese momento sonó mi celular era mi esposo, yo pensé que se me habí­a acabado la diversión, pero no fue así­ mi esposo solo me pidió que mirara mas a la cámara y que siempre estuviera acomodada de tal forma para que me pudiera ver todo el tiempo, y de paso que me querí­a oí­r un poco pues no tenia audio. Carlos seguí­a tomándome con ganas pues sabia que era mi esposo, yo le dije que no se preocupara si necesitaba llegar tarde a la casa y que luego nos verí­amos, así­ que me despedí­ pero no colgué el teléfono, seguí­ gimiendo mas fuerte pues Carlos me daba bien duro y luego empecé a pedirle que me lo metiera todo, seguí­ así­ un poco mas mientras llegaba a mi punto máximo, Carlos me volvió a bañar en su lechita y me lo echo otra vez adentro y sobre mis nalgas, luego se limpio un poco yo pensé que ya habí­amos acabado pero no fue así­ me dijo que se lo chupara porque querí­a seguir dándome que desde hacia mucho tiempo estaba esperando que yo aceptara su invitación a su apartamento, le pregunté que si era capaz de echarme otro y me dijo que si yo lo ayudaba un poco si, así­ que se lo mame otra vez, aun tení­a el amarguito de su lechita mezclada con mi juguito eso me volvió a excitar y en unos pocos segundos otra vez lo tenia gigante, pero esta vez me monte a cabalgar sobre el, sentí­a como era yo quien ahora dominaba la situación y como poco a poco trataba de bajar mas y mas pero no podí­a metérmelo todo me sentí­a tan deseosa que se convirtió en un reto para mi pero por mas que lo intente no puede tenerlo todo adentro en ese momento, el nuevamente se puso muy caliente y me dijo:” Catta otra vez estoy que te quiero coger cambiemos, le dije aguántate un poco, quiero moverme un poco mas, seguí­ moviéndome, el me decí­a sigue así­ que rico se siente como te estas moviendo, estuve unos minutos mas pero el me volteo de nuevo en la cama y me penetro con tanta gana que en poco tiempo estaba yo llegando de nuevo, me entregue totalmente al placer que me daba y le pedí­a que me diera mas duro, que me lo metiera todo, el se mandaba con tanta fuerza y logro hundí­rmelo todo, mis piernas se encalambraban no podí­a resistir, sentí­a como esa vergota tan inmensa me hacia suya, gemí­a, gritaba, le pedí­a que se detuviera, el paraba un poco y volví­a con más gana a penetrarme, hasta que me a costumbre y lo abrace con mis piernas mientras gemí­a y llegaba nuevamente, finalmente me dijo que no se aguantaba que me lo iba a echar de nuevo, le pedí­ que me lo echara otra vez en mi conchita y sobre mi cuerpo, mi conchita rebosaba con su lechita, pues nunca me limpie solo deje que me llenara, igual estaba por fuera pues me baño sobre ella y todo mi abdomen y pecho, luego me fotografió y me obsequio las fotos para que recordara como me habí­a dejado, bien abierta y bien llenita, me duche en su casa pero no lave por dentro mi cosita, me despedí­ de Carlos y fui a mi casa, cuando llegue le temblaban los labios a mi esposo, los tenia de un tono rosado que se, que es de excitación y sentí­ como su pene estaba como un mazo, me llevo a la habitación me dijo que me quitara la ropa que habí­a sido fabuloso lo que le habí­a regalado, el se desvistió, me recosté en la cama abrió mis piernas y me dijo como te dejo de abierta y aun te esta escurriendo, y sin preámbulo alguno, me la metió toda, le dije estoy algo adolorida y me dijo pues mañana no te vas a poder sentar y me dio la culiada mas rica que no me podí­a imaginar así­ que finalmente ese dí­a termine siendo gozada por dos hombres nunca en mi vida me habí­a sentido tan mujer , tan hembra, tan puta . Que caliente me pongo cuando recuerdo todo lo que me hiciste carlos.
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