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MIS HISTORIAS EN BUENAVENTURA

Hola gracias por sus comentarios, esta historia es de una de las tardes de fin de semana en buenaventura, viví unos días en un hotel luego conseguí un apartamento y me pase para allá, le di trabajo a un conocido de Cali, entonces también vivía allí, y un hermano de alguien que salía con migo, vivíamos los tres, los fines de semana cada cual salía por su lado.

Un viernes me invito un amigo a disco tequiar un rato, nos fuimos estuvimos, bailando como hasta la 1am, luego salimos, yo estaba muy prendida, por el ron que habíamos tomado, me dejo en el apartamento, yo subí, me quite la ropa y me tumbe en la cama con las piernas colgando al piso, estaba tan mareada y con una calentura por el alcohol y el manoseo de esa noche, que deje la puerta abierta.

Al rato sentí la puerta de entrada, pero entre dormida ni tal, me acorde de la puerta, pero había llegado John Jairo, el amigo que traje de Cali, para que me ayudara, sentí sus pasos hasta llegar a mi cuarto, no escuche nada mas, en un momento sentí que abría mis piernas , me besaba mis piernas mis ingles y pasaba su lengua por mi concha, llegando hasta mi culito, abrí mis ojos y lo vi totalmente desnudo, con su polla muy grande y totalmente parada, el siguió por todo mi cuerpo recorriéndolo con su lengua en mis senos y volvía a mi concha lo asía tan delicioso que me saco dos orgasmos, cada orgasmo me lamia hasta la última gota que salía de mi.

Yo ya no sabía qué hacer, mi mente me decía que debía apartarme pero mi cuerpo me incitaba a apretarme más contra él de forma que su pene se ajustase a la hendidura de mi trasero y pudiese sentir todo su poderío. John Jairo comenzó entonces un suave movimiento frotando su polla contra mí y yo casi sin darme cuenta había comenzado a moverme al mismo ritmo. Por lo que él, ya sin vacilación, introdujo su mano acariciando mi pubis afeitadito y bajando un dedo en busca de mi clítoris. Yo ya no era consciente de mis actos así que él con un movimiento rápido me levantó la pierna llevando su polla a la entrada de mi conchita, mi calentón era tan grande que ya no podía hacerme la dormida así que casi como un ruego le dije:

- ¡Métemela por favor, necesito sentirla dentro!

John Jairo, con un movimiento de cadera, me la clavó hasta lo más profundo y empezó un movimiento salvaje que me hacía pasar del dolor al placer a cada momento, al mismo tiempo que con su mano me agarraba de la cadera y me obligaba a empujar hacia atrás buscando de este modo que la penetración fuese más acompasada y su polla se incrustase totalmente en mis entrañas.

- Desde que llegamos no he hecho más que pensar en follarte, todas las noches me masturbo pensando en tus tetas, en tu culo, necesitaba metértela bien adentro y correrme en tu coño. – ¡Si, fóllame bien adentro, haz que me correr! – Siii, me gusta follar tu chochito.

Su mano acariciaba mi clítoris y yo ya no podía más, me iba a correr de un momento a otro, su otra mano se deslizó, me agarró una de mis tetas, primero con suavidad y después pasó a apretarla con ansiedad, me hacía daño pero no podía decir que parase, necesitaba que me poseyera con esa fuerza animal que estaba demostrando.

- ¡Me voy a correr! métemelo con fuerza, así, ya, ya, ya, me voy, siiiiiiiii.

Al decir esto, él se excitó más y empujó más fuerte hasta que acabó corriéndose dentro de mi concha que estaba dolorida.

- Ahora debes irte – le dije – Fernando puede volver y encontrarnos aquí.

El seguía masajeando mis tetas y mi clítoris, así fue subiendo mi calentura de nuevo, John Jairo se paro y me la puso a mamar mientras su polla se ponía dura nuevamente, John Jairo seguía metiendo dedos en mi concha y tocando con suavidad y habilidad mi gallito, yo empecé a chupar con frenesí y John se recostaba en mi cara metiéndomela profundo en mi garganta, fue así como no sentí cuando llego Fernando.

Con gran rapidez alargó la mano y me sujetó por el pelo y de un empujón me metió toda la polla de John. Con una mano apretaba mi cabeza contra la polla y con la otra separaba mis piernas para poder tocarme con facilidad, sus movimientos eran bruscos, ya no era la persona dulce que yo conocía, apartó mis piernas con violencia y su dedo se introdujo en mi chochito, me hacía daño.

- ¡Suéltame, me haces daño! ¡por favor! Lo poco que me dejaba hablar con la polla de John en mi boca.

Le rogaba que me dejara pero no hacía caso, cada vez me empujaba más contra la polla y ahora tenía metidos dos dedos en mi coño. De pronto los sacó, con brusquedad los introdujo en mi ano, me estaba partiendo por la mitad, el dolor era insoportable.

- ¡Me haces daño! ¡Me duele! ¡Déjame por favor! – ¡No! Te voy a follar como te mereces. Te la voy a meter hasta romperte el culo. – No, si quieres yo te la chupo, pero no me hagas daño, me duele. – ¿Qué pasa, que no te la ha clavado nunca en el culo? Ya verás como disfrutas, te va a encantar tener mi polla dentro. – Déjame que te haga una mamada, ya verás que bien la chupo, pero por el culo no, te lo ruego. – Pero ya tienes una en la boca, trágatela entera.

Tal como estaba, me empujo mas mi cabeza contra la polla de John, me la metió en la boca, yo intentaba rechazarlo pero él empujaba con tanta fuerza que me la metió hasta la garganta, me producía nauseas el tener toda esa polla metida dentro pero eso a él le daba igual…

Me tenia del pelo Comenzó un ritmo salvaje metiéndola y sacándola sin darme a penas tiempo de poder respirar, por fin con una mano logré separarle un poco y de esta forma comencé a hacerle una mamada más pausada, pero no era esto lo que quería así que de vez en cuando y casi sin darme cuenta empujaba con fuerza llevando la polla de John a lo más profundo de mi garganta.

Así es como se la comes? Vaya mierda, te voy a enseñar como se hace…

Dicho esto me cogió por el pelo y comenzó a empujar mi cabeza adelante y atrás haciendo que la polla John entrase y saliese a un ritmo endiablado que yo no era capaz de seguir para poder chuparla.

- ¡No tienes ni idea de cómo hay que mamar una polla! No se si es que no sabes o que quieres ya tu premio.

Y sin más me puso de nuevo apoyada contra la polla de John y mientras con una mano me sujetaba la cabeza contra la polla, con la otra separó mis piernas introduciendo dos dedos en mi coño, que muy a mi pesar, se encontraba totalmente húmedo.

Una vez que hubo mojado sus dedos en mis flujos, los llevó a la entrada de mi ano y lubricó perfectamente mi pequeño orificio hasta ese momento.

- ¡Estás totalmente mojada! Tenías ganas de verme, ¿verdad? “Ahora tendría que venir Fernando para que con John me dejen bien follada y a quitarme el calentón que tengo” ¿No es así? Seguro, eres tan puta como todas, que no matan una mosca y luego están deseando que les metan, unas buenas pollas, me di cuenta nada más verte el primer día, me pedías a voces que te hiciera disfrutar. – ¡No! Por favor déjame. – ¡Que te deje! Pero si estás empapada, tienes el coño tan húmedo que podría meterte dos pollas y ni las notarías. Pero hoy te tengo reservado algo especial.

Dicho esto introdujo sus dedos en mi ano y los movió de forma giratoria, como queriendo abrir bien la entrada, a continuación y sujetándome con una mano por el pelo tomo su polla con la otra y la apuntó al orificio de mi culo.

Yo notaba la presión de algo muy duro que luchaba por entrar en el, pero ya estaba caliente con la forma que me trataba que me entrara Ya la tenía dentro y él con violentos movimientos estaba logrando clavármela hasta lo más profundo de mi ser. Yo la notaba adentrándose en mis entrañas y a mi pesar veía como mis caderas se movían acompasadamente facilitando su camino de acceso. Sin duda me la había metido entera, notaba a cada empujón como sus huevos me golpeaban violentamente, el dolor era fuerte pero al tiempo estaba sintiendo un calor que me llenaba de placer, mi cuerpo estaba reaccionando a esas tremendas pollas que me invadían y de una forma involuntaria se movía hacia atrás buscando ser follada y deseando que aquello no acabara nunca.

- ¡Si, fóllame! Por favor no pares.

Esto le dio más confianza y soltando mi cabeza llevó su mano a mis tetas apretándolas, estrujándolas, las tocaba con violencia, como queriendo hacerme sufrir. Si lo hubiese hecho John, sin duda le hubiese regañado, pero ahora al hacerlo él me excitaba, me estaba poniendo fuera de mi, había perdido el control. Yo, apoyada con las manos en la cama, hacía fuerza para empujar hacia atrás mis caderas y así conseguir que su polla entrase hasta el fondo en mi culo.

- ¡Como me gusta! ¡si, si, si, follameeee! ¡metemela, más, maaaasss! ¡oh si, si, si! ¡Clávamela bien adentro! siiiiiiiiii. – ¡Siii! Eres tan puta como pensaba, te gusta que te follen ¿Verdad? Seguro que te acuestas con todos los que pillas por ahí, te encanta tener una buena polla dentro. ¡Pues toma polla!

Y al decir esto, con otro golpe de cadera, me la clavó hasta el fondo, mi culo estaba sufriendo un castigo que jamás hubiese pensado y me estaba produciendo un placer desconocido para mi. Estaba a punto de correrme, así que mis movimientos se fueron acelerando al tiempo que él me retorcía los pezones y me empujaba con fuerza contra la John.

Mi orgasmo fue salvaje, mis piernas no podían mantenerme y Fernando tenía que apretarme contra la polla de John, para poder continuar su penetración, su ritmo se aceleró y de repente noté como expulsaba su leche en el interior de mi culo dolorido. Al sacar su polla mi agujerito se cerró de nuevo y sentí un gran alivio, la leche salía de él y resbalaba por el interior de mis muslos. Yo intenté abrazarme a John, esperaba un gesto cariñoso por su parte, pero en lugar de eso me tomó por la cabeza me puso de rodillas y me hizo meterme su polla en la boca.

- Demuéstrame ahora lo bien que la chupas, hazme una buena mamada, quiero que me la dejes bien limpia.

Yo se la chupaba, pasaba mi lengua por el capullo, se la recorría hasta la base de los huevos y volvía a introducírmela en la boca. Ahora quería demostrarle lo buena que era en esto, Si, iba a hacerle una mamada de campeonato. Su polla comenzaba a crecer de nuevo, poco a poco iba llenando mi boca. Con suavidad pasaba mi lengua por el orificio del capullo, a continuación me la metía entera y la relamía a fondo. Como me gustaba sentirle indefenso, ahora estaba cediendo ante mi pericia.

- ¡Si! ¡que bien la chupas!

Y una vez más tomó la iniciativa, tomó mi cabeza entre sus manos y comenzó a follar mi boca como anteriormente había hecho, a golpes de cadera me penetraba la boca metiendo la polla hasta la garganta. Mientras que Fernando lo apoyaba diciéndole cajete a esa puta y llénala de leche. Yo hacía lo posible para poder mamársela bien, pero con un ritmo tan acelerado lo único que podía era evitar atragantarme y presionar los labios sobre su capullo de forma que acabase cuanto antes. De repente noté que se quedaba tenso y al momento un chorro de leche inundó mi boca, intenté echarme hacia atrás para sacar su polla de mi boca pero John me sujeto diciendo.

- Abre bien la boca y que no caiga ni una gota, trágatela toda entera.

Yo chupé su polla a fondo tragándome toda la leche que había en ella y miré hacia arriba esperando su aprobación.

- Ha estado bien. ¿Verdad? ¿Te ha gustado como te hemos follado? Pues a partir de ahora lo haremos siempre que nos apetezca, te fallaremos cuando queramos y como quieras.

John Jairo y Fernando se vistieron y se marcharon al los cuartos, yo me quedé en mi cuarto preocupada, por lo que me habían dicho, claro los dos estaban tomados, pero por haberle dado la impresión de ser una auténtica puta y por haber fallado.

Al otro día fue como si no hubiese pasado nada ni comentamos ninguno nada.

Espero les guste me hagan sus comentarios

Autora: Patty

cerezaxxx

Soy hombre heterosexual

visitas: 905
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2010-07-21 16:03:33
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