Guía Cereza
Publicado hace 14 años Categoría: Fantasías 674 Vistas
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Era un día cualquiera, en el que la jornada laboral tocaba a su fin. Yo subía a su puesto de trabajo con algún papel, en forma de excusa. Un compañero me paro para comentar algo, pero mi ojos se perdían en el fondo de las estancia. En aquellas caderas contoneándose, que se desplazaban a buscar algo, en aquella espalda de tez clara, brazos marcados y cuello estilizado. No era una mirada casual, ya que en los mas de dos años que llevábamos trabajando juntos, se acumulaban los gestos, guiños o sonrisas entre nosotros. Era habitual, que mi mirada se perdiera en la perfecta redondez esférica de su trasero o que su precioso rostro enrojeciera con algún comentario mío. Pero jamás habíamos pasado de un inocente coqueteo. Cuando mi compañero me permitió abrirme paso, cierto nerviosismo atenazo mi cuerpo. Ahí estaba sentada, con una camiseta escotada ajustándole su voluptuoso cuerpo, tomé aire y comencé a hablarle. Intente mantener mi mirada en sus grandes y algo rasgados preciosos ojos, pero cuando ella me respondía, bajaba hacia sus labios, carnosos y perfectamente perfilados. Por un instante, se hizo un silencio y ella sonrió, con esa sonrisa... la mas bonita del mundo. Ella continuo hablando y no pude controlar desde mi alta posición que mi mirada cayera hacia sus pechos, su morena y larga melena tapaba en cierta manera el escote de esa camiseta apretada. En un inocente gesto le retire el pelo. Justo en ese momento se agacho a recoger unos papeles, y entonces mis ojos saltaron detrás del canalillo que formaban esos dos senos perfectamente formados como podía adivinar a entrever desde mi posición mas alta. Mi corazón se acelero de una forma súbita, bombeando sangre a todo mi cuerpo. Mi mirada clavada en esas redondeadas y tersas obras de arte de la naturaleza que desafiaban la ley de la gravedad. Sentí sudor, calor y algo cada vez mas duro se abría camino en mi entrepierna. Ella advirtió rápidamente mi situación, e hizo un tímido gesto de recolocarse la camiseta. Yo en este momento, atenazado por la excitación me aleje unos centímetros. Ella se levanto, y en ese momento pude contemplar la hermosa proporción de su cuerpo, la excitante continuidad de curvas a lo largo de su figura. Sin pensar en nada me abalance sobre ella. Sorprendida pareció rechazar mi beso, más fue solo un instante. Nuestros enrojecidos labios se fundieron en un prolongado y apasionado beso. No había concluido el beso y mis dos manos se encontraban deslizándose dentro de su pantalón, apretando esas dos nalgas que tantas veces había observado. Mientras su cuerpo se apretaba hacia el mío con sus pechos como dos volcanes en erupción clavados enervando mi excitado cuerpo. Con un movimiento rápido, me deshice de sus pantalones, mientras ella me quitaba el polo que llevaba puesto. Mis pantalones les costo salir mucho mas, por la complicación que suponía mi miembro en ese momento totalmente erecto dificultando su salida. Entonces en un salto enrosco su piernas entorno a mis caderas, mientras yo la sujetaba de sus nalgas, apretándole, casi con violencia. Mi pene se encontraba atrapado entre su entrepierna que aun cubierta todavía por sus bragas se tornaban cada vez mas húmedas, apretándome con movimientos acompasados. Quise penetrarla, pero su ropa interior lo hacia imposible. Entonces la tumbe sobre su mesa, abriéndome paso entre papeles y carpetas, levante su camiseta y arrancándole el sujetador, pude contemplar la perfección de sus pechos esta vez si, desnudos. Los lamí con todo mi esmero y continué mas abajo, abriéndome paso con la lengua entre sus ya empapadas bragas. Escuche como gemía de placer, mientras apretaba mi cabeza contra el centro de su feminidad. Cuando sus gemidos estallaron en un placentero orgasmo no pude resistir mas, me avalance sobre la mesa e introduje mi ya mas que excitado pene. Ella me abrazaba con fuerza, y no fue neceserio mucho tiempo para que mi sobrexcitado pene eclosionara con una violenta lluvia de placer como la que jamás había sentido sobre toda su piel, ni ella ni yo pudimos evitar un ultimo grito de placer en ese momento. En ese momento, ella quedo inmovil, sonriente, y tranquila. Mientras yo la miraba, como yacía completamente desprovista de ropa sobre esa mesa. Era un día cualquiera en el que pude observar la perfección del universo por primera vez, en su desnudo cuerpo.

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🍒 Pregunta Cereza

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