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LA LECCION

LA LECCION

Eran como las cinco de la tarde cuando mi esposa Claudia me llamo para decirme que el jefe la tenia mamada “palabras textuales” con tanta acosadera. Que ahora le había pedido que se quedara hasta tarde para hacer un trabajo.

-Y por que no te lo comes? , le pregunte.

No se, no me gusta. Me respondió Claudia, no me gusta que me miren tan morbosamente, y ademas es casado.

Le enseñaremos una lección le dije. (Ya se darán cuenta lectores)

Hace algunos días compre por Internet un celular que parece apagado pero uno puede oír todo lo que sucede en un cuarto sin que nadie se de cuenta, como a eso de las seis escuche por mi nuevo juguete que Claudia y su jefe estaban discutiendo un proyecto de algún cliente.

Me encantan tus piernas, son las mejores que jamás he visto, ademas con esa falda me enloqueces le dijo el jefe.

Y le dijo, crúzalas por favor para poder ver tus cucos y te prometo que no te molesto mas.

Wao, me vas a matar de un infarto le dijo, vamos dame un besito solo uno.

Estas loco, olvídalo le respondió Claudia.

Puedo entonces tocar tus piernas un poquito?

No hay la menos posibilidad, no ves que tu eres casado y yo también.

Pero me dejaste ver tus cucos respondió el jefe.

Eso es distinto, río Claudia. Ver y no tocar.

Pero mira como me tienes le dijo el jefe tocándose el bulto por encima de el pantalón.

Claudia, picarona narraba todo para que yo supiera exactamente lo que sucedía.

Entonces si me desabotono la blusa vas a explotar exclamo ella.

Por favor hazlo, te lo ruego, mira que estoy a mil.

Así le respondió mi esposa mientras se desabotonaba algunos botones de la blusa y dejaba al descubierto parte de sus firmes senos.

No me toques grito ella o me voy ya para mi casa.

Esta bien perdóname es que me enloqueces. No lo vuelvo a hacer.

Que te gusta de mi pregunto Claudia.

Todo, tus tetas , tus piernas y sobretodo tu culo respondió nervioso.

Y te contentarías con ver. Recuerda que no podemos hacer nada, si se enteran nuestras parejas nos matan.

Si si si por favor déjame ver.

Mira mis cucos son chiquititos, y algo transparentes y son tanga brasilera, espera me volteo y te muestro.

Esta bien, puedes tocarme la cola pero solo un momento.

Ya se acabo el show. Paro Claudia en seco.

No por favor déjame ver tus tetas, o quitate el calzon, respondio el excitado jefe.

Una de las dos escoge dijo Claudia.

Siempre he querido ver tus tetas ( Un silencio escuche) Sabia que ella lo estaba haciendo lentamente. Muy lentamente.

Son divinas puedo tocarlas un segundo? Pregunto el jefe.

Te dije que sin tocar respondió.

Por favor no seas malita. Déjame darles un besito.

Esta bien pero uno chiquito.

(silencio)

Las tetas, no la cuca. Dijo Claudia con voz excitada.

Pero mira estas toda mojada, mira como entran de fácil mis dedos.

Lo siguiente que escuche fue un beso apasionado y algunos gemidos de parte y parte.

Ya basta, paremos por favor le dijo Claudia.

Y me vas a dejar así. (supuse que se saco la verga en ese momento del pantalón).

Wao la tienes gigante le dijo Claudia, En ese momento supe que la idea de dejarlo iniciado, se había dañado, mi esposa debería estar muy arrecha en ese momento, porque escuche el típico ruido de una buena mamada.

No duro mas de unos pocos minutos cuando escuche a Claudia decir:

Así ,dale, dale, no pares.Y comenzó a llegar una y otra vez, con pequeños gemidos.

Yo no sabia si seguir con nuestro plan o no.

Me decidí a hacerlo, en la oficina los celadores me conocen y entro como pedro por su casa, Así lo hice y sin basilar y con el corazón en la mano abrí la puerta de la oficina de mi esposa para encontrarme con una deliciosa escena de sexo de dos personas a mediovestir, me extraño que estaban tirando sin condón (como seria la arrechera de mi esposa).

El jefe estaba pálido como una pared. Pensé que le iba a dar un infarto, comenzó a vestirse y a titubear, perdóname. Que cagada, no me vayas a matar y otras pendejadas. Así mismo decía que la culpa era de el.

Le pedí que se vistiera y se fuera que tenia que hablar con mi esposa. Esto se acabo le dije a ella. Quien no musitaba palabra. Cuando el se fue soltamos una risita silenciosa de complicidad.

Casi lo matas del susto, pobrecito dijo Claudia.

Pero aprendió la lección le dije. A no molestar mujeres casadas por su poder.

La que no aprendió la lección fue Claudia que ya se lo ha comido un par de veces. Pero en un motel.

anecdotas

Somos pareja swinger

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Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2010-10-30 17:34:27
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