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Un Deportista De Alto Rendimiento

Un Deportista de Alto Rendimiento

Lo vi pasar por la puerta, mi corazón dio un salto, empecé a sudar frio… mi respiración se hizo más rápida, sentí un gran vacío en el vientre...Creo que todos los seres humanos hemos experimentado esa sensación alguna vez en nuestras vidas, él caminaba hacia mí, con la mirada tranquila, sin transmitirme nada especial, sentía que me miraba como a una más de sus compañeras de trabajo, mientras daba sus pasos hacia mí, trataba de moderar mi ansiedad, de calmar mis pies, mis manos, que no se notara mi nerviosismo por su cercanía.

Él un hombre culto, de 38 años y un metro con 75 cms de estatura, contextura normal, piel blanca, cabello  castaño claro mezclado con canas… le daba un aire interesante que no podía ver en alguien de mi edad, sus labios carnosos y rojos se hacían tan exquisitos al momento de soltar una sonrisa maliciosa, una especie de mueca entre ángel y demonio; sus dientes eran perfectos, blancos, relucientes, parejos… me fascinaba verlo hablar, verlo caminar, todo en él me gustaba. Me despertaba emociones de la nada, no entendía porque sentía semejante gusto hacia él, el nunca hizo nada para que yo reaccionara de esta manera, no sabía cuándo empezó a gustarme, pero tampoco quería que  me dejara de gustar, no quería renunciar a sentir ese cosquilleo incesante al verlo, al acercarse a mí, que se sentara a mi lado era  una experiencia casi mística… yo: una mujer de 20 años, madura para mi edad, trabajadora, de estatura promedio, estudiante de 5 semestre en la universidad, piel blanca, cabello rubio, ojos y busto grande, simpática, alegre, buena compañera de trabajo y con cuerpo de guitarra como me han definido en algunas oportunidades.

Sabía exactamente cuantos pasos habían entre la puerta y mi puesto de trabajo… 12, los conté mentalmente, mientras trataba de fingir indiferencia, que no me había percatado de su ingreso… la oficina era amplia con cubículos para varios empleados; me saludó: Hola! Buenos días, revisemos los pliegos… en cual punto es que tienes la duda?, recientemente nos habían asignado para trabajar juntos en un proyecto en el que la compañía aspiraba a participar, él era el ingeniero a cargo y yo debía ser su asistente para este proceso. Así que aprovechaba cualquier inquietud para hacer que el viniera a mi puesto de trabajo… sin excederme ni parecer cansona. Mira es en este párrafo… no entiendo a que se refieren con… - exclamé mientras señalaba en el documento con mi dedo índice. Él tomo el texto y lo leyó detenidamente… mientras tanto, yo observaba el cuello de su camisa, su boca, sus ojos detrás de los anteojos que siempre llevaba puestos, cada minuto en que lo podía tener a menos de un metro de mí era maravilloso, podía olfatear su colonia… esto me excitaba aún más, este hombre me hacía perder el juicio, debía hacer un esfuerzo sobrehumano para que no percibiera lo que pasaba conmigo, trataba de ser lo menos evidente posible, casual y normal ante sus ojos y los demás, hasta un día en que no aguante y me dije: - Tengo que decírselo!

Lo llamé del celular corporativo, allí estaba su número grabado, ni siquiera sabía su número de celular y no me atrevía a copiarlo, lo llame y le dije: Ingeniero, necesito hablar con usted! - Me respondió: ya Salí de la empresa, es muy urgente? Respondí: Noooo… simplemente quiero comentarle algo… es personal, es algo que no se puede tratar en la oficina… tiene algún tiempo mañana en el que podamos hablar? – Me dijo: Si, mañana, después del trabajo, en la tarde… yo respondí: Esta bien, en donde? a qué horas nos vemos? – A las 6:00 pm en la cafetería del Éxito, está bien? – Si – Respondí en un tono agradable.

Al siguiente día no hubo oportunidad ni siquiera de sostener un diálogo, un saludo, había mucho movimiento en la empresa y no fue posible cruzar palabra sobre nuestro encuentro… incluso llegue a pensar que quizás lo hubiera olvidado. Trabaje normalmente, y me dispuse a salir… ese día llevaba un vestido, normal, formal para oficina, tacones un poco altos, al terminar la jornada laboral en lugar de dirigirme hacia la universidad, me fui al lugar citado, cada paso que daba era un latido más fuerte. Llegué, no estaba allí, compre una gaseosa y me senté a esperar leyendo una revista. Lo vi llegar, caminando con su andar despreocupado, se paró frente a mí y me dijo: Hola! Como estas? - Yo respondí: Muy bien, muchas gracias, no pensé que llegarías…-, él llevaba media hora de retraso, - Si, que pena, es que Amanda me hizo unas preguntas de último momento y me retrasé… pensé que no ibas a estar aquí – Yo le respondí: Ya me iba a ir… estaba tomándome esta gaseosa y me iba, tomo asiento, Luego dijo: Que quieres decirme? - Respiré profundo, mire hacia el fondo de mi inexperiencia y con toda sinceridad le dije: Ingeniero… Ud. me gusta mucho, muchísimo, acaso no se da cuenta? Como lo miro? Como tiemblo cuando se me acerca? Como sudo frio? No lo ha notado? - Se quedó sereno… me observo fijamente… me dijo: Pues yo pensé que era cosa de mi imaginación… inmediatamente después me acerque… le robé un beso, al frente de todas las personas que estaban ahí y me fui.

Al siguiente día en la oficina, tan pronto me vio llegar, se acercó con disimulo y me dijo al oído en un corredor en el que nadie nos veía: Nos vemos hoy, en el mismo lugar  a la misma hora, y se fue totalmente seguro de que asistiría a la cita. Así fue, ansiosa esperaba, las horas parecían transcurrir con el paso lento de una tortuga, sabía lo que me esperaba aquella noche pero no tenía miedo, sabía que lo quería mío, solo mío, por lo menos por unas horas. Hablamos de cualquier tema… en general, nos reímos, charlamos… nos dieron las 7:30 pm en la cafetería, me dijo: Quieres ir a otro lugar? Quieres tomar un trago? Escuchar música? – Si! – Respondí. Nos fuimos para un bar, la música era variada, afuera se podía conversar y adentro había una pequeña pista de baile con sonido envolvente sin ser fastidioso; nos sentamos, pedimos licor, la confianza se hizo mayor, me tomo desprevenida y me robo un beso, me decía que no podía creer lo que estaba pasando, que él sabía que yo tenía novio, era algo que todos en la empresa conocían, en ese momento no me importaba, en lo último que pensaba era en mi novio; sonó una canción… me pidió que bailara con él, - No soy muy bueno bailando, pero no creo que vuelva a tener otra oportunidad de bailar contigo así - La canción decía:

Dime aunque sea mentiras que me amas por favor,Ay ay ay amor quiero apoyarte contra mi pecho Aunque quizá no llegue a tu lecho…

Cuando hablan las miradas, de Guayacán. Suena esa canción y revivo ese momento, recuerdo estar bailando con él, abrazados, apretándolo fuerte junto a mí, sintiendo deseo, placer, lujuria, teniéndolo tan cerca, en ese instante  solo para mí; Él también estaba excitado, pude sentir el abultamiento en su pantalón al bailar muy pegados; cuando nos sentamos me susurro al oído: Te gustaría hacer el amor conmigo?… fuimos a su apto, él era divorciado, tenía un hijo y no se sabía de la existencia de una novia. Mientras íbamos en el auto nuestra excitación se hacía más grande, en ese momento no me importaba nada… no importaba que fuera un miércoles, que al otro día debía trabajar, ya había apagado el celular y no quería saber del mundo, solamente vivir ese anhelado momento. Entramos a su habitación entre besos y caricias, por primera vez me acaricio los senos, lo hizo por encima de la blusa, los tomo con sus dos manos, los apretó suave, mientras yo empezaba a desabotonar su camisa, él muy gentilmente me sentó sobre la cama y me quito las zapatillas, quede descalza; se empezó a desabrochar el botón del pantalón… no podía creer lo que mis ojos veían, que hombre! Debajo de la ropa q normalmente usaba en la oficina, había un cuerpo provocativo, dije: - En la oficina no se te notan esos brazos, esas piernas, nunca me imaginé que fueras así… resulte premiada! – Él era un ciclista frustrado, desde muy joven sus padres le patrocinaron la idea de ser ciclista, por cosas del destino nunca pudo llegar a competir en una vuelta a Colombia; sin embargo, ni la lluvia podía impedir su entrenamiento matutino… antes de aclarar, muy a las 4:30 am de todos los días este hombre se levantaba, vestía la indumentaria del caso y salía en su fiel bicicleta a recorrer los caminos y carreteras de la ciudad hasta llegar a algún municipio vecino y regresar; este ejercicio diario por más de 20 años habían hecho de su cuerpo un monumento… duro, no se podía sentir grasa en su cola, en sus piernas, no era una masa de músculos exagerados como los que se ven en las competencias de fisiculturismo, su cuerpo era solo fibra, duro, atlético, fuerte, agradable a la vista.

Se desnudó completamente y se acercó a mí, sus labios buscaron los míos, nos comimos los labios mutuamente mientras sus manos me desnudaron en casi un parpadear, en un santiamén estaba totalmente desnuda acostada sobre su cama y rodeada por sus brazos, no había escapatoria… los besos iban y venían, lamió mis pezones suavemente, los succionó un poco… en ese instante sentí una descarga de energía recorrer todo mi cuerpo; de repente se sentó sobre sus pantorrillas y me ubicó frente a él… mi vagina frente a su verga, el leía mi cuerpo y sabía muy bien que quería ser penetrada de una vez por todas, tomo su pene y lo deslizo de arriba hacia abajo sobre mis labios vaginales, con cada roce me provocaba más excitación, yo gemía y verme así lo excitaba a él mucho más, tenía su sonrisita malosa, lujuriosa, nuestra respiración se hacía con cada respiro más fuerte, me penetró… primero la cabeza…la sacó ágilmente, la volvió a meter, toda su verga, hasta el fondo, estábamos tan arrechos que el no pudo soportarlo y eyaculó inmediatamente.

Yo quede como se dice usualmente… iniciada, se disculpó tratando de explicar que esto no era normal que le sucediera, que estaba tan excitado conmigo, tenerme ahí, así, sentir el calor de mi vagina, mis fluidos por primera vez… que eyaculo sin quererlo; me pidió que le diera unos minutos mientras su cuerpo se recomponía y que en la segunda oportunidad se iba a reivindicar; un poco incrédula trate de entablar una conversación, hablamos de cualquier tema, tratando de evadir el tiempo, me pregunto si tenía sed, fue a la nevera y trajo unas bebidas, seguimos conversando… ya me estaba dando por vencida pensando que no iba a pasar nada más… de repente, me coloca su verga grande y vigorosa en la boca, yo abro mis labios y se la chupo… la succiono con fuerza mientras la recorro desde la punta hacia sus testículos, sentí casi ahogarme… a él le encanta lo que hago con mis labios, toma mi cabeza y acaricia mis cabellos, por momentos lo vi balancear su cabeza hacia atrás extasiado. Saca su verga de mi boca y se sitúa frente a mí en la misma posición de la primera vez, me toma por las caderas y me hala hacia él fuertemente, la tenía muy dura después de la mamada que le hice, mi corazón se agitaba, andaba más rápido, presintiendo su pene dentro de mí, así fue, sin juegos previos, sin avisar, casi que sin ninguna caricia me penetro, de una vez, deje escapar un pequeño grito, estaba enloquecida de placer, este hombre me penetraba sin misericordia, con rapidez, una y otra vez, casi salvaje, las paredes de mi vagina se estremecían cada vez que su verga se deslizaba dentro de mí, no paraba de lubricar, él me miraba, no dejaba de observar mi cara de satisfacción, me dijo: Ahora si? Satisfecha? Mientras seguía penetrándome una y otra vez, Respondí: Sisisisisi!! Muchooooo. – Pues ahora te vas a tener que aguantar, porque esto no termina aquí- Me volteo y me coloco en cuatro, ummm… que delicia esta verga, contoneo mis caderas al ritmo de su vaivén, quiero gritar, ahogo mis gritos con una almohada, cambiamos nuevamente de posición, lo tengo de nuevo frente a mí, esta vez con las piernas abiertas, veo su cuerpo enjuagado de sudor, esta agitado, pero entero, su magnífico estado físico le permitía continuar sin ninguna molestia, inesperadamente saca su verga… la introduce lentamente… me observa con una mirada perversa, de lascivia, me dice: Te encanta no? Mira como me pides más! Mientras yo muevo mi pubis hacia el… la saca, vuelve y la mete de una sola embestida, shsst shsst me dice suavemente, queriendo calmar el temblor que estremecía mi cuerpo, mi vagina vibraba… - Te estas muriendo, mira cómo te mueres – me dice, y empieza de nuevo a penetrarme vertiginosamente de una forma casi irracional, me sentía como protagonista de una película porno… no veo señales en él de querer eyacular y yo… feliz… lo que me hacía sentir, no lo había sentido antes y no lo he vuelto a sentir.

Sin querer ser presuntuosa, esa segunda vez que hicimos el amor, duro aproximadamente una hora y quince minutos, hubiese durado más tiempo pero me toco pedir clemencia, me hizo suplicarle que se viniera… luego de lograr sacarme varios orgasmos consecutivos, mi cuerpo ya no podía más, era demasiado para mí. Luego de aquella noche pensé que quería estar con él el resto de mi vida, ese hombre era el padre de mis hijos, quería despertarme al lado suyo todos los días, me enamore como loca, termine con mi novio con el cual llevaba ya tres años de relación, quería ser libre para estar con él; desafortunadamente las cosas no se dieron como yo quería, nuestra relación siempre se mantuvo en la clandestinidad, tuvimos encuentros por más de un año, todos ellos exclusivamente para hacerme el amor y llevarme al éxtasis total.

princesslin

Soy mujer bisexual

visitas: 743
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2012-06-21 11:08:08
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1 Comentario

cada relato es mejor que el anterior ! 

me gusta mucho.

2012-06-21 11:27:30