Salimos un domingo festivo a conocer una pareja, nos citamos en la zona de Granada, al norte de Cali. Cuando llegaron me di cuenta que el hombre de la pareja no era del tipo que le puede interesar a ella, pues era más bajo que ella, la chica era sensual y a mí me intereso.

Conversamos de nuestros gustos, nuestras preferencias y nuestras fantasías. Los cuatro coincidimos en el gusto por la salsa por lo que acordamos ir a una disco salsera a bailar. En el camino, ellos en su moto y nosotros en nuestro carro conversamos y ella me dijo que si el amigo bailaba bien, como nos dijo en el  bar, seguramente podría pasar algo. Llegamos, nos sentamos y salí a bailar con la chica, sentí la química, le buena vibra, pero nuestro querido amigo no era un trompito, parecía mejor un tronquito.

Estando en la disco ella vio un hombre alto, apuesto, de muy buen bailar y como en otras noches me dijo, “quiero bailar con él”, enviamos la razón con un eficaz mesero que de regreso trajo al nuevo amigo a invitarla a bailar. La química entre ellos fue tal que nuestra pareja amiga se marchó con la promesa de volver a llamar (nunca lo hicieron).

El nuevo amigo nos llevó a su mesa, lo acompañaban la novia de su hermano y otra mujer que se veían muy sensuales, nos invitaron a otra disco donde estaba su hermano. Ella aceptó y nos fuimos los cinco rumbo a la nueva disco. El baile siguió pero también las horas, cerca de las seis de la mañana nos fuimos a casa con el obvio intercambio de números y la promesa de volver a llamar. Mi esposa quedo muy interesada en este nuevo amigo.

Nos llamó un par de veces y el mismo número de veces nos quedó mal. Otra noche nos invitó  a una salsoteca pero estaba con otra mujer, así que no pudimos contarle las sexuales intenciones de mi esposa. Pero entre charla y charla noto que mi rica esposa no lo quería solo para bailar. Seguimos en contacto por what’s up y de nuevo quedamos fallidamente en vernos.

La última fue la vencida, el día que Colombia perdió con Venezuela nos llamó a invitarnos a la disco donde lo habíamos conocido. Ella aceptó la invitación, se arregló y salimos a su encuentro. Estaba igual que esa noche hace dos años, creo que al verlo le mojo la vagina a mi esposa. Nos llevaba algo de ventaja en el alcohol y me di cuenta que ella le tenía ganas pues acepto cambiar su opción de bebida algo que rara vez hace.

Bailaron y conversamos, fue muy agradable. De la nada y sin haber mostrado ningún interés, es decir, sin haber morboseado en la disco, le dijo al oído que quería tocarla, desnudarla y sentirla. Ella sonrió, le dijo que nosotros hacemos fotos y videos (ya están en el perfil) a lo que el respondió, “si eso toca hacer para estar con usted, pues hágale”, terminamos lo que estábamos tomando y nos fuimos a un motel.

La desnudo, le hizo un masaje lento, suave pero firme, mi cámara y mis ojos veían como se erizaba su piel con cada caricia, empezó por la espalda y luego la puso boca arriba donde disfruto de sus pezones erectos de placer. Sus panties húmedos se hicieron a un lado para permitir una chupada que la puso a gemir. Ella no soporto la tentación y metió su mano en el pantalón para encontrar una verga gruesa y tiesa que estoy seguro la hizo salivar.

Ella se levantó de la cama para ponerse de rodillas frente a ese falo erecto y le pego una mamada que pocos han resistido, nuestro amigo supo manejar la situación y paso a una pose que disfruto toda la noche, la puso en cuatro y le paso la erecta verga por la vagina y el culo, ella vibraba en cada roce y se movía pidiendo que la penetraran. Se puso el condón y se la metió hasta el fondo, en cada golpe gemía de placer y apretaba las sabanas confirmando lo bien que la pasaba, le dio por más de quince minutos.

Ella se movió de su posición de perra en celo, lo miro a los ojos y le digo, “ponte boca arriba que me voy a venir” él se repuso de la buena culiada y se acostó boca arriba, ella lo monto y dejo salir toda la excitación que tenía represada en cuatro, se movió mejor que cualquier actriz porno, sudo hasta llegar en un orgasmo que la erizo a ella y me emparolo a mí.

Se recostaron unos minutos mientras veíamos las fotos y los videos que llenaban mi cámara de sexo, sexo del bueno. Ella se inclinó a buscar mi verga y dejo su hermoso culo de nuevo al descubierto, la tentación fue imposible de resistir y él le re inicio la mamada que había quedado pendiente cuando la puso en cuatro la primer vez, no tardo en erectarse y la clavo de nuevo. Que buena culiada le estaban pegando a mi mujer.

Seguimos, grabando yo y tirando ellos, tres horas de varias poses y mucho sudor. Nos vestimos para salir, en el camino a casa, por las obscuras y calladas calles de la ciudad él se sacó la verga en el carro y ella, obedeció pegándole una rica y furtiva mamada. Lo llevamos a su casa y seguimos a la  nuestra.

Fue una noche deliciosa, las imágenes hablan por sí solas. Después de dos años se lo durmió y que buena noche pasamos.