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Aventura Sadomasoquita

Ella era una chica hermosa, una esposa insatisfecha que se había casado muy joven y a su marido le escandalizaban sus peticiones de hacer algo diferente y mucho más hablar de algo de sado. Después de un primer intento dónde no logramos relajarnos totalmente desconfiando el uno del otro pero dónde finalmente el sexo fue muy bueno y la atracción muy fuerte, después de varios chats y semanas de hablar por teléfono, decidimos darnos una segunda oportunidad para iniciar con nuestros juegos sado.

La cita fue en un centro comercial al cuál llegue unos minutos tarde, después de conseguir una chaqueta negra que hacía parte de un reto inicial ya que yo ya le había advertido que si en verdad deseaba ser mi puta y que yo fuera su amo debía obedecerme en todo desde el primer segundo que nos viéramos. Cuando nos encontramos, nos dimos un beso apasionado e inmediatamente entramos al carro dónde le pedí que se quitara toda su ropa y quedara sólo con esta chaqueta larga pero totalmente desnuda debajo de ella.

Empezamos muy bien ella se quitó toda la ropa ayudada por la película de seguridad polarizada de los vidrios laterales, pero aún con el riesgo de que alguien la viera por el vidrio del frente. Ya estando totalmente desnuda arranqué el vehículo teniéndola a ella en la silla del lado, con nada más que aquella chaqueta negra entre su piel y mis manos, con su vagina y su pecho desnudo al alcance de mis dedos, los cuales no empecé a acariciar sino hasta cuando tomamos una avenida principal que lleva a los mejores moteles de la ciudad, ella se estremecía cuando con mi mano derecha le abría las piernas y con los ojos en la carretera mis dedos hallaban su clítoris y sus pezones para acariciarlos. Igualmente abrí la cremallera de mi pantalón para que ella pudiera sentir y ver la gran erección que me provocaba, tocarla mientras conducía camino al motel.

Cuando llegamos al motel, pedimos la mejor habitación, con sauna, jacuzzi y un tubo para striptease. Al cerrar la puerta de la habitación, la tomé por el pelo la besé le quité la chaqueta y la arrodille con un jalón firme pero delicado. Inmediatamente abrí mi pantalón y baje mis boxers, y le dije, chúpamelo todo puta. Yo sabía que eso era lo que ella quería, ya lo habíamos discutido varias veces, ella quería ser humillada, dominada, sodomizada, y yo estaba dispuesto a complacerla y convertirla en la puta más sumisa de todas y en convertirme en su amo y señor, yo tenía todo mi arsenal de juguetes listos para ella, ya habíamos acordado una palabra y una señal de seguridad para detener el juego si lo estábamos llevando muy lejos, un buen amo siempre debe cuidar a su esclava y eso lo teníamos bien claro.

Así empezó nuestra sesión ella arrodillada desnuda, recibiendo golpes de mi verga y de mis manos en la cara, yo le decía “trágate mi verga puta” “toda hasta el fondo” “vas a aprender a chupar verga de verdad puta”, yo sentía su excitación así que la tomaba por el pelo y le indicaba como debía tragarse mi verga para que entrará cada vez más. Cuando dominó mejor la técnica la tomaba más fuerte de la cabeza y más adentro de su garganta lo introducía, era delicioso sentir que tan adentro estaba.Luego al tomé del cabello la levanté le di la vuelta de un empujón y le esposé sus manos, saqué el gag de mi maleta y le amordacé la boca, finalmente le cubrí los ojos. “Ahora eres toda mía puta” le dije, la tomé por un brazo y la llevé hasta un sofá, la hice ponerse en cuatro patas y le dije “ahora si serás mi perra”. Sacando una fusta con plumas en un extremo y un látigo de cuero en el otro extremo recorrí su cuerpo con las plumas, con mis dedos y con mi lengua mientras su respiración se agitaba cada vez más al no saber qué pasaba. Entonces mientras con una mano jugaba con la pluma por sus pezones mi otra mano no resistió más esas hermosas nalgas y le di un par de nalgadas que estremecieron la habitación y todo su cuerpo, inmediatamente se mojó yo lo sabía.

Entonces mis manos y la fusta empezamos a alternar entre caricias y azotes y su respiración cada vez más agitada estaba al no saber que iba a ser lo siguiente si una caricia o un golpe. Yo la miraba la estudiaba y sabía que estaba aún lejos de su límite y que disfrutaba siendo mi esclava y recibiendo el castigo. Decidí recompensarla por ser tan buena puta así que abrí sus nalgas y sus piernas y cuando ella pensaba que venía una nalgada introduje mi pene hasta el fondo de su húmeda vagina. La penetré con fuerza y firmeza y ella empezó a gemir, le quité la mordaza de la boca la tomé por el pelo y le dije, ¿te gusta puta?, ella dijo “si me encanta”, a lo cual mirespuesta fue una gran nalgada porque ella sabe que debe responder “si señor” o “si amo”. Ella lo comprendió y dijo “Si señor”. La seguí penetrando con mucha fuerza, tanta que el sofá se movió por toda la habitación hasta llegar a la pared.Mientras la embestía con fuerza le decía lo puta que la iba a convertir, le decía lo rica que estaba su vagina hecha a la medida para mi verga, le decía que debía ser mi puta y que la iba a enseñar a complacerme de muchas maneras, a lo cual ella asentía y respondía si amo. Luego la puse de pie contra la pared la cual tenía un espejo, pero aún así yo la empujaba contra esa pared mientras la penetraba desde atrás y presionaba sus pezones contra el frio espejo mientras mis dedos acariciaban su clítoris y mi mano derecho halaba su pelo. Esta faena del sofá y la pared tomo como 40 minutos.

Así que decidí entonces volver a premiar a mi putica así que me senté en el sofá y le pedí que se parara con las piernas abiertas frente a mi cara. Así lo hizo y con mi lengua acaricié su clítoris decidido a hacerla terminar una vez más pero esta vez en mi cara, no tardé más de tres minutos acariciando su clítoris con mi lengua e introduciendo ms dedos en su vagina cuando sentí sus músculos vaginales contraerse su respiración agitarse y sus piernas temblar, ella quería descansar pero yo seguía chupando, ella debía saber que con migo tenía que aprender a gozar orgasmo tras orgasmo y así lo hizo con nuevo climax en mi cara, casi 3 minutos después.

Sus piernas temblabanaún pero yo no había terminado, así que la tome de las nalgas me pare del sofá la cargué y al arroje a la cama, con las esposas que son de lona y velcro até sus antebrazos a sus pantorrillas justo abajo de las rodillas quedando ella boca arriba en una posición perfecta de “pollo asado” muy abierta, con los pies casi en sus hombros ofreciéndome todo.No resistiéndome a la tentación de sus nalgas, le di un par de nalgadas más diciéndole “esto querías verdad puta” “esto vas a tener” “mucha verga de tu amo”, un par de suaves cachetadas para que me rogará que la penetrará y me monté sobre ella dispuesto a llegar hasta el fondo de sus entrañas y así fue.Esa posición me permitía hacer casi una flexión apoyándome sobre mis brazos y mis pies y descendiendo con fuerza sobre ella dándole una penetración muy profunda ante la cual sentí minutos después un nuevo orgasmo de ella justo antes del mío, no sin antes salir de su cuerpo retirarme el condón y terminar sobre sus nalgas piernas y estomago.

Este fue el inicio de una relación amo-esclava en la que hoy 6 meses después seguimos teniendo un encuentro semanal y haciendo muchas nuevas y avanzando cada vez más en el mundo del amor sadomasoquista el cual nos encanta a los dos y espero haya interesado a muchos otros y otras también.

Espero su opinión para saber si quieren seguir recibiendo relatos, sobre nuestra aventura.

alejandroxx5

Soy hombre heterosexual

visitas: 1561
Categoria: Sadomasoquismo
Fecha de Publicación: 2013-04-16 16:54:15
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1 Comentario

es delicioso sabes,, y rico sentir, ser su amo,, y si la ofreces mejor   eso les fascina un abrazo  intentalo

2013-04-16 17:25:44