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El comunicador del apartamento sonó a las 2:59 pm, la cita se había a cordado para las 3 y el recordó la conversación que habían Sostenido por Whatsapp, había sido claro con la hora de llegada, debía ser a las 3 en su puerta, una vez cerrada la puerta detrás de ella no había vuelta atrás. Después de autorizar la entrada, saco el vaso con hielo que había dejado en la heladera, sirvió un poco de Jagermeister y estaba a medio camino de la mesita de la sala cuando sonó el timbre. Eran las 3:00 pm cuando miro su reloj. - "No podre castigarla por llegar tarde" - pensó y se sonrió, dejo su vaso de jager en la mesita y se devolvió para abrir la puerta, sabía que la ansiedad de la espera la pondría más nerviosa de lo que debía estar. Ahí estaba ella al abrir la puerta, su disimulado nerviosismo detrás de la expresión seria que dibujaba su rostro fue evidente cuando tropezó con sus propios pies al intentar ser rápida al entrar, el rápidamente la sostuvo por su antebrazo derecho y la guio hacia adentro, aun sin cerrar la puerta, mientras le soltaba dijo. - "Si quieres irte este es el momento de hacerlo" Ella lo miro a los ojos sin entender por unos segundos, miro hacia afuera del umbral que había acabado de cruzar y se giró dándole la espalda, para ella las apuestas estaban cerradas. El no pudo evitar que su rostro evidenciara media sonrisa, inmediatamente cerró la puerta y se aseguró de hacer el suficiente ruido para que ella se diera cuenta que la puerta había quedado con llave. - "Camina hacia la sala" El no tropezar cuando comenzó a caminar la hizo sentir bien, no quería demostrar lo nerviosa que estaba, pero más aún lo ansiosa que se sentía. El cruzo por su lado dirigiéndose hacia el sillón que había dispuesto, al lado de este estaba la mesita donde había dejado su vaso de jager junto a los juguetes que había planeado usar, una bolsa de tela negra que evidenciaba que tenía alguna clase de objetos esféricos, 3 plus anales cada uno identificado de menor a mayor tamaño con un número del 1 al 3, un envase de lubricante, una mordaza de bola, un paquete de condones, dos objetos negros, uno ovalado y otro rectangular, algunas cuerdas de nylon de diferentes grosor y largo, un cenicero un paquete de cigarrillos y un encendedor. Una vez cómodo en el sillón, tomo el primer sorbo de su trago, mientras la miraba de arriba a abajo, estaba como él le había solicitado, salvo el abrigo largo que aun tenia puesto, que solo dejaba ver el cuello de la blusa blanca y las medias veladas de medio muslo negras y los tacones. - "Quítate el abrigo" - Ordeno - "Donde lo pong..." - Alcanzo ella a mascullar cuando cayó en la cuenta que lo había dicho en voz alta, algo que según su acuerdo previo no tenía permitido hacer, el extendió su mano derecha hacia los cigarrillos y el encendedor, no dijo nada pero su expresión le hizo saber que se había hecho merecedora de un castigo. Dejo caer su abrigo detrás suyo, mientras el encendía su cigarrillo, la calma que el mantenía la hacía sentir mucho más nerviosa, él era quien tenía el control, ella se lo había dado. Después de haber aspirado por primera vez el humo del cigarrillo, la observo detenidamente una vez más, ahora podía ver su blusa color blanco que dejaba ver algo de su brasier negro, su short de paño gris que terminaba justo donde comenzaban sus medias, lo que permitía ver el bordado de encaje, el cabello largo y negro suelto que formaba una onda sobre su ojo derecho y caía por este lado hacia su pecho. "Apetitosa" - pensó mientras daba un pequeño trago a su jager. - "Quítate la blusa, despacio, no quiero un burdo intento de striptease, solo quítatela despacio" - Ordeno antes de buscar otra bocanada del cigarrillo. Lentamente comenzó a desabrochar los botones de su blusa, cada uno de ellos permitía ver un poco más de su tez blanca, solamente adornada por el negro de su bra. Cuando termino no se molestó en preguntar dónde la ponía, sabía que había cometido un error y más adelante pagaría por ello, no necesitaba otro motivo para hacer su castigo peor. - "Ahora los pants-shorts" - ordeno claramente. Ahí estaba ella semidesnuda con su juego de lencería negra, sus senos medianos pero insinuantes, sus caderas enmarcadas por sus pantis y sus piernas envueltas en el negro transparente, una combinación que hace intimidante a una bella mujer, pero ella estaba indefensa, esperando la siguiente orden. - "Da una vuelta, despacio" - dijo el mientras salía el humo de su boca. Ella así lo hizo permitiéndole apreciar la redonda y firme figura de sus glúteos, entre los cuales se notaba la delicada fibra de encaje del panty. Cuando termino de dar la vuelta, vio como le arrojaba un pequeño trozo de tela, al atraparlo se dio cuenta que era una liga para el cabello. - "Hazte una cola de caballo" - le ordeno antes de aspirar por última vez el humo. Una vez apago su cigarrillo en el cenicero, tomo una de las cuerdas de nylon, y emitió la siguiente orden. - "Arrodíllate delante mío, dándome la espalda" Así lo hizo y el empezó a amarrar un corset en su cabello, tomándose su tiempo para que el entrelazado de las cuerdas quedara uniforme, poco a poco iba tomando la forma compacta que el buscaba, que quería. Una vez termino de amarrar el cabello, paso sus dedos delicadamente por su mejilla hasta llegar al filo del rostro, el cual siguió hasta el nacimiento de su oreja derecha, bajo las yemas de sus dedos por el cuello hasta que con la palma de su mano tomo fuertemente el mentón, mientras que con su mano libre halaba fuertemente el recién amarrado corset en su cabello, haciendo que su cabeza quedase mirando hacia el techo. Empezó a deslizar suavemente sus yemas por el cuello expuesto hasta el nacimiento de su entre seno, sintiendo el temblor que le producía. - "Te ganaste un castigo perra" - le dijo suavemente al oído - "Si Señor" - respondió de la única forma que sabía tenia autorizado hacer, la única forma que no le representaría un castigo. Fuertemente cambio la recién amarrada cola de caballo del largo cabello negro de una mano a la otra, haciendo que quedara mirando hacia la derecha, tomo su vaso de jager y dio un trago, para dejarlo y tomar la bolsa negra que contenía aun las figuras esféricas, fue entonces cuando pudo notar que había algo mas bajo la bolsa, una corta tira de cuero de no más de 4 cm de ancho, adornada con encaje en sus 2 bordes, broches en los extremos y en la mitad un aro de metal colgando. Un collar. - "Mete la mano y saca una" - Le ordeno extendiéndole la bolsa mientras volvía a hallar la cola de caballo para hacerla mirar hacia el techo. Su tacto le permitió sentir las pequeñas esferas de plástico, las cuales reconoció casi de inmediato como bolas de ping-pong, tanteo una a una intentando reconocer alguna diferencia entre ellas, pero al darse cuenta que su esfuerzo era inútil, tomo una y la saco. - "Mírala" - Le dijo él. Ella levanto su mano para ponerla en su campo visual, al principio solo veía el claro color naranja de la bola, pero se dio cuenta de unos trazos en ella, la acomodo hasta que fue claro el numero 1 escrito con marcador, solo le tomo una fracción de segundo girar sus ojos desde la forzada posición que mantenía hacia la mesa donde estaban los juguetes, y dar internamente gracias por no haber sacado el número 3. - "Veo que ya adivinaste que sigue, ponte de pie y baja tus pantis hasta las rodillas perra" - Dijo el mientras empujaba su cabeza liberándola del agarre. Le tomo unos segundos el ponerse en pie, con sus pulgares tomo el borde de encaje negro que marcaba sus caderas y los deslizo por sus piernas, pegando las rodillas para que no llegaran hasta el piso. No estaba totalmente desnuda, pero se sentía expuesta, sabía que el siguiente movimientos de aquel hombre al que había escogido obedecer, era la penetración de su ano con aquel juguete. No muy diferente al que ella guardaba con recelo en su mesa de noche y con el que había jugado incontables veces, no era una zona inhóspita para ella, agradeció no haber sacado ninguno de los otros 2 números, ya que la diferencia en tamaño era considerable. Después de tomar un trago, busco en la mesita el plug y el lubricante que tenía preparados, se tomó unos largos segundos apreciando la espalda de su sumisa, la forma delineada de sus glúteos, la imagen de sus piernas aun envueltas en las medias de medio muslo y los tacones de 12 Cm. - "Dobla la cintura y ábrete las nalgas con las manos" - Ordeno Sin pensarlo dos veces doblo su cintura inclinándose hacia adelante, tensionando sus piernas para no perder el equilibrio e irse de bruces, alargo sus brazos hacia sus nalgas y las separo con sus manos. Frente a él estaba la visión perfecta de su sumisa, obediente y a la espera. El no apresuro sus acciones, abrió el dispensador de lubricante y coloco una buena cantidad en su mano derecha, esparció el viscoso fluido por sus manos y acerco su pulgar al orificio prohibido, en cuanto la yema de su dedo toco los bordes sintió como se estremecía el cuerpo de la joven mujer de 19 años. Froto su pulgar contra la entrada lubricando cuidadosamente toda la zona, para terminar introduciendo la primera falange, el estremecimiento recorrió todo su joven cuerpo, las piernas, la cadera, la espalda. El retiro el intruso para aplicar más lubricante en su mano, y con este cubrir toda la superficie del pequeño plug que había estado marcado con el número uno, mientras lo hacia su mano izquierda acelero hacia las carnosas nalgas de la joven, rompiendo el silencio con una sonora nalgada, - "Ahhhh!" - grito con sorpresa - "Silencio puta" - dijo serenamente - "Si Señor" - respondió ella en voz baja La labor ya estaba hecha, el plug de color negro brillaba por la solución viscosa que lo cubría, el acerco dos de sus dedos hacia el orificio presionando para abrirlo mientras ponía la punta del plug en la entrada e introdujo 1 cm de la punta fácilmente. - "Veo que ya has jugado con tu culito perra, debí haber escogido yo cual numero usar" - Dijo mientras presionaba para ingresar un poco más el plug. -"Eres una zorra a la que le gusta que la claven por todos su orificio" - "Si señor" - musito ella mientras sentía como las paredes de su ano se separaban por el invasor plástico. - "Relaja el ano" - le dijo cuando ya había penetrado la mitad, y antes de que ella pudiera reaccionar sintió como su amo empujaba el resto del pequeño plug dentro de su ser. Un ahogado gemido salió de su garganta. - "Vuelve a subirte los pantis y vuelve al centro de la sala frente a mi" - Dijo Aunque no era muy grande, podía sentir el invasor ocupar un espacio que no era suyo, lentamente dirigió sus manos hacia sus tambaleantes rodillas para tomar la prenda negra que había asegurado entre ellas, volvió a ponerla en su sitio camino hacia el centro de la sala y se dio media vuelta para estar de frente a su dueño. - "Quítate el brasier" - dijo el mientras se levantaba de su silla y desaparecía a sus espaldas, obedeció y dejo caer la pieza de lencería sobre la blusa que minutos antes se había quitado, permaneció ahí de pie, con su mirada baja, sintiendo la poca presión que provenía de invasor que tenía en su cuerpo. Un par de minutos después sintió como su amo pasaba nuevamente por su lado, sintió sus dedos fríos tomando su barbilla y levantando su cabeza. - "Hace falta algo en esta imagen" - dijo el mientras miraba a la joven frente a él, se dio la vuelta hacia la mesa de juguetes y tomo el collar que había puesto bajo la bolsa de las balotas, lo tomo y se acercó a ella colocándoselo en el cuello, lo suficientemente apretado para que sintiese la presión, pero no tanto como para ahogarla. Terminada la tarea volvió a la mesa por un trago más de su jager. Dejando el vaso nuevamente en la mesa, tomo una de las cuerdas que tenía preparadas, esta era más larga y gruesa que la que había usado en su cabello, doblándola exactamente por la mitad la colgó en su cuello dejando los extremos colgar entre sus senos, ella, impávida y con la mirada baja, esperaba que terminara su tarea. Prosiguió haciendo 3 nudos entre los extremos, uno antes de los senos, otro en medio de ellos y el último antes del comienzo del vientre. - "Abre las piernas el ancho de tus hombros" - Ordeno y ella obedeció. Acercándose a la mesa tomo uno de los condones de la caja y a que objeto ovalado que no había podido identificar, un huevo vibrador del cual salía un delgado cable negro, el abrió el empaque del profiláctico, lo extendió completamente y metió dentro del huevo, se acercó a ella y se arrodillo, corriendo a un lado su panty comenzó a estimular su sexo con 2 dedos que acaba de pasar por su boca, la sensación de los dedos sobre su sexo logro el objetivo buscado, lubricarla. Con cuidado inserto dentro el huevo recubierto por el látex, volviendo a acomodar el interior cuidando que el delgado cable que salía quedara ubicado sobre el depilado monte de venus de la joven, sostenido por el elástico con encaje de la prenda. - "No dejes que se salga" - Dijo mientras terminaba de acomodar la prenda. Continuo con un nudo más el cual se tomó su tiempo de hacer calculando que quedara justo sobre su botón de placer para continuar pasando los extremos entre las piernas y glúteos de la joven, subiendo por su espalda hasta encontrar el comienzo de la construcción del sencillo corset improvisado con la cuerda, la cual cuando hubo asegurado tiro fuertemente, esto la estremeció, sintió su sexo presionado por el nudo estratégicamente colocado mientras que la cuerda entre sus nalgas presionaba el plug que tenía puesto hace un tiempo. Tomo un par de minutos terminar de amarrar el corset en su cuerpo, cada giro le apretaba un poco más hasta que al final quedo fuertemente tallado en su cuerpo. Al terminar su trabajo se dirigió hacia el sillón, sentándose para prender un cigarrillo y tomar el último trago del vaso de jager. - "Sírveme otro trago, la botella está en la cocina" - ordeno extendiendo cortamente el vaso en su dirección. Ella, diligentemente se acercó a tomar el vaso de su mano y al darle la espalda para cumplir la tarea encomendada sintió nuevamente la pesada mano de su amo golpear las redondas masas de músculos de sus nalgas, se dirigió a la cocina, sirvió un dedos del licor, un par de cubos de hielo y se dirigió nuevamente a la sala donde su amo la esperaba, cuando de repente una sensación proveniente de su sexo la hizo tambalear. La vibración que hace unos segundos no estaba ahí provenía de aquel objeto ovalado que le había ordenado no permitir que se saliera, era difícil caminar, era difícil concentrarse, era imposible ignorar la sensación de placer que le brindaba. Y así tan mágicamente como surgió despareció. De vuelta a su puesto entrego el vaso al hombre, quien tomo un trago después de soltar una bocanada de humo. - "Da vueltas lentamente" - dijo el para hacer tiempo de terminar su cigarrillo. Cual tallerina de caja de música, ella comenzó a girar sobre su eje, manteniendo sus brazos a los lados de su cuerpo, deseo que el silencio se rompiera con una suave tonada que le permitiera pensar que estaba en algún recital. - "Detente" - dijo el después de varios minutos, lo hizo quedado de espaldas a él. - "Pon tus brazos a tu espalda" - ordeno Ella así lo hizo y al cabo de un rato sintió sus manos siendo atadas a su espalda, para después sentir como una cuerda rodeaba su cintura pegando sus brazos a su espalda imposibilitando que los moviera. - " Junta las piernas" - escucho desde su espalda, sospechando lo que venía. Efectivamente empezó a sentir como sus tobillos cubiertos de seda negra eran fuertemente atados el uno al otro, la labor no tomo mucho tiempo pero al terminar se mantenía de pie completamente inmóvil. - "Abre la boca" - Escucho un momento más tarde, y así lo hizo, para sentir como era llenada por una esfera de plástico que el amarro fuertemente a la parte trasera de su cabeza. - "Media vuelta perra" - Escucho, la orden la lleno de pánico, pánico de no poder girar sobre su eje y caer, comenzó despacio, teniendo cuidado de no tropezar, cuando iba a medio camino se dio cuenta que su amo estaba atento de que no fuera a suceder lo que ella temía. Una vez termino la vuelta, él se dirigió por su vaso de jager, para darse la distancia de apreciar la bella imagen que tenía en frente, una joven totalmente atada, indefensa y aun así tranquila de que la persona a la que había escogido entregarse no le haría ningún daño. Casi había terminado la preparación de su espectáculo vespertino, se acercó a ella y torturo un poco sus pezones con el frio vaso de jager, el estremecimiento cuidadoso de su cuerpo le hizo querer validar lo que sospechaba y con la mano que había sostenido su frio vaso se lanzó a sentir y luego torturar los duros pezones de la joven. - "Veo que te éxito" - le dijo, a lo que ella respondió afirmativamente con su cabeza, mientras que en su boca ya se empezaban a formar algunos hilos de saliva. - "Vamos a ponerte en el piso" - Dijo mientras dejaba su vaso en la mesa, la tomo por sus axilas y la puso boca abajo en el frio piso de baldosa, a lo que ella dejo salir un quejido por el contacto con el frio. Se acercó una vez más a la mesa y tomo una cuerda más, se acercó a ella y tomo sus tobillos para atar la nueva cuerda a ellos, sin decir una palabra pero halando la cuerda, le hizo doblar las rodillas, para después tomar la cola de caballo de su cabello y amarrarla al otro extremo de la cuerda de tal forma que su cuerpo se obligaba a estar arqueado. - "Listo" - Dijo mientras golpeaba sus palmas como si un arduo trabajo había terminado. Ahora empezaba su diversión, viendo como la inmóvil joven se revolvía cada que activaba su control remoto del huevo que había dejado dentro de su sexo, como su imposibilidad de retener la saliva la hacía deslizar por las comisuras de sus labios. Una presa digna de disfrutar con una bebida de cazadores y buen cigarro.