Hace algún tiempo contacte una pareja por internet en la capital, nos pusimos a hablar y quedamos en que vendrían a mi hotel. Ella una mujer deliciosa llamada Amparo, tenía un vestido negro corto ceñido al cuerpo y unas medias de malla que le hacían resaltar esas piernas bien torneadas. El esposo se llamaba Mauricio e iba bien vestido. Pedimos un vino y comimos. Nos fuimos conociendo y primero hablamos de todo, hasta que a la mitad de la comida se fue poniendo la cosa más interesante.

Me decían que ya tenían experiencia, que le fascinaban los tríos, porque ella era una mujer muy caliente. Que le gustaba excitar a los hombres en los restaurantes, se ponía vestidos cortos y abría las piernas y locuras de ese estilo. Me contaron que a Amparo le encantaba el sexo anal y me preguntaron si a mí me gustaba, a lo cual le respondí que sí. Subía el ánimo y de pronto el marido, viendo que no aparecía el mesero, le dijo que me mostrara las medias y la ropa interior. Ella se levantó un poco y se subió el vestido dejándome ver ese culote delicioso y esas piernas sensuales. No pude evitar acariciar ese trasero tentador… uuuhhmmm… Terminamos de cenar y me dijeron que les había gustado pero que mejor quedáramos para salir al siguiente día.

Así fue, nos encontramos al día siguiente a las 9pm para ir a bailar. Ella estaba divina nuevamente con medias, y un minivestido negro ceñido al cuerpo, simplemente se veía de infarto … se te paraba hasta el corazón de verle tan guapa. Llegamos a la disco, pedimos una botella de licor, empezamos a charlar de cosas sin importancia y ya más relajados y departiendo como amigos, Mauricio, el esposo, la saco a bailar. Y se la pegó muy fuerte. UUUUhhhhmmm … se veían muy sensuales. Al terminar la pieza yo la saqué a bailar la siguiente canción e igual nos pegamos, y yo con mis manos diablitas, empecé a recorrer todo ese cuerpo voluptuoso que le resaltaba ese ceñido vestidito, le empecé a acariciar la espalda, y bajé hasta su cintura y … uuuhhhmmm ….Era super caliente, empecé a sentir que su respiración se agitaba y su temperatura se elevaba, sentí el calor de sus mejillas y lo erizado que tenía el cuerpo,entre nuestros cuerpos no pasaba ni el aire, movíamos nuestras caderas al unísono, nuestras caricias aumentaban y la calentura nos embargaba. Y sin mediar palabras empezamos a besarnos.

Me sentía transportado a mi más erótica fantasía … pero estaba pasando!!!, de hecho hasta olvide que estaba en un lugar público, y entre canción y canción fui bajando suavemente mis manos por sus nalgas, seguí hasta encontrar el borde de su falda para tocar ese deseado trasero, metí la mano y empecé a apretar suavemente sus nalgas … uuuhhhmmm … Amparo me acariciaba suavemente la cabeza y sobaba con más fuerza su vagina contra mi pene, gemía en mi oído como si supiera que nada me arrecha más que los gemidos de una hembra en celo. Se sentía puta ante los asistentes a la disco, pues sus dos machos la sobaban a su antojo cada vez que bailaban con ella. Y yo para aumentar la calentura, miré a Mauricio – que tenía una cara de vicio, de vez en cuando la acercaba a la mesa para que el también tocara ese culo delicioso.

Que baile tan sensual. Y así pasamos intercambiándonos entre Mauricio y yo. Seguramente las personas de nuestro alrededor deberían estar alucinando de ver esta bella mujer deliciosamente tratada por dos hombres, dedicados a darle placer en esa pista de baile, a media luz, con una música latina (merengue, vallenato, salsa) que te erotiza al máximo.

Luego estábamos los tres bien prendidos, seguro que si nos tocaba otra persona se quemaría…

Salimos de la disco y nos fuimos al hotel, los tres sentados atrás en un taxi, ella en la mitad. Durante todo el recorrido aprovechamos para besarla, acariciarle los senos, las piernas y meterle mano a ese cuerpo sensual y caliente. Llegamos al hotel y al subir al ascensor entre los dos la besamos y acariciamos toda. Yo me baje a chuparle por encima de la tanga ese chochito mojado y hambriento de sexo. Entramos a mi habitación y empezamos a desvestirnos, y nos empezamos a besarnos con mucha pasión, nuestras lenguas se entrelazaban mientras nuestros corazones latían rápidamente … era una escena muy erótica … Mientras Mauricio se desnudó y entre los dos le quitamos la ropa dejándola solo en la tanga y medías negras de malla, que la hacían ver muy provocativa … uuuhhhmmm.

Amparo, ya totalmente desinhibida agarró mi verga y miró a Mauricio con cara de lujuria absoluta y le dijo: “Esto es lo que querías verme hacer!” Y sin esperar la respuesta se metió mi verga totalmente y comenzó a mamarla lentamente, con delicadeza. Sus tetas se movían al compás de la mamada, sus piernas, cubiertas en aquellas medias negras de malla y bien abiertas, dejaban ver su negra tanga humedecida por la excitación y el morbo del momento que estábamos viviendo… Y paraba de vez en cuando solo para decirle a Mauricio “Mi vida me estoy chupando la verga de otro hombre y me gusta” … “Soy una puta que se la mama a un extraño en tu presencia”, “ Que verga tan grande, gruesa y rica ” … “Como disfruto mamar esta verga delante de ti”. Mauricio siempre respondía cosas como “Si mi amor, lo sé” … “Es que eres una mujer demasiado caliente”.

Amparo se metió la cabeza de mi verga en la boca, iniciando una mamada que a ninguno de los tres se nos olvidaría jamás. Al momento de meterse la cabeza empezó a succionarme de una manera increíble, se la metía y sacaba con unas ganas increíbles, observé que abría demasiado la boca, teniendo cuidado de no lastimarme con los dientes. Luego me pegué completamente a su boca dándole lengua mientras le acariciaba los pechos y su sexo, y bajé mi boca hacia la vagina de Amparo y bajándole la tanga hundí mi cara entre las piernas de Amparo y percibí una agradable aroma a flujos de hembra caliente. Le seguí besando la cara interna de sus muslos, a pocos centímetros de su coño hambriento. Ella bajó sus manos hasta mi cabeza, y agarrándome del cabello enterró mi cara hasta su sexo mientras le decía a Mauricio: “¡que rico, se siente mojadito!”. Yo empezaré lamiéndole los labios con delicadeza y se retorcerá como una posesa… y seguiré chupando y lamiendo con mi lengua su erecto clítoris y me agarrará la cabeza con sus manos y se correrá en mi boca mientras emitirá unos raros gemidos roncos por que tendrá la boca llena de la verga de su marido, que mirará la situación totalmente empalmado y a punto de correrse…

Estuvimos así como por espacio de media hora, Amparo tuvo varios orgasmos, en un momento dado y a pesar de que estuve tratando de contenerme, le dije que estaba a punto de venirme, entonces ella intensificó el ritmo de la mamada que me estaba haciendo, incluso moviendo su mano rápidamente alrededor de mi verga, le dije que si quería que la sacara de su boca, Amparo por toda respuesta se la metió aún más al grado que pensé que se iba a lastimar ella sola, y no pude más, empecé a descargar mi semen en el interior de su mientras ella se tragaba todo, nunca en toda su vida había arrojado tal cantidad, ella no pudo tragar en su totalidad mi semen, por lo que un poco de este salía por las comisuras de sus labios, ella siguió mamando y succionando mi palpitante verga hasta que notó que ya había salido todo, entonces se la sacó, limpiando con su lengua lo poco que había quedado en mis huevos.

Mauricio aprovechó la ocasión para penetrar a Amparo, y yo aproveché y le puse mi verga un poco flácida para que la tomara también. Amparo jadeaba, gemía y se atragantaba con mi verga nuevamente erecta por su boquita húmeda y erótica, sus tetas se balanceaban al ritmo de la culeada de Mauricio y le dijo: “¿Mi vida te gusta culearme mientras chupo la verga de otro…? ¿Seguro te encanta mirarme cómo lo hago y lo disfrutas.?. Mauricio responderá con voz entrecortada por el placer…: “Siiiiii, ¡me encanta!… me excita muchísimo ver lo zorra que eres… Hasta que el no pudo más y se vino en el chochito de su mujer.

Amparo le dijo a su marido: “Quiero que mires cómo me meto la verga … Quédate donde estás para que tengas un primer plano de su verga entrando en mi culito… “Cuando Amparo se giró hacia mí se sonrió al comprobar que ya me había puesto el preservativo… los dos estábamos de rodillas en la cama y ella se acercó hasta dejar su culito a la altura de mi verga bien erecta. Ella se veía como una diosa del sexo con su cuerpo desnudo y sudoroso (sólo llevaba las medias negras de malla). Mauricio estaba sentado en la cabecera de la cama con su verga en la mano… observando detenidamente los juegos de su mujer con mi verga… Amparo le dijo: “¿Mi amor quieres verme culeando con él? ¿Quieres ver cómo me meto su verga? El momento y la situación tenían un morbo indescriptible.

Yo abrí un gel, unté su culito y metí un dedo para ir acostumbrándole ese culito hermoso, pero ella me dijo métemelo ya. Así que procedí a meterle primero la cabeza muy despacio, pero ella insistió en que lo hiciera de una, así duro, no tengas miedo!!. Asumí que era fanática del sexo anal, y se lo metí todo … ella suspiró muchísimo, tanto que el marido le pregunto si estaba bien … y ella respondió que no se preocupara que estaba bien. Amparo se movía cual diosa del sexo, le encantaba, gritaba y gemía; me empecé a mover y literalmente la volví loca, estaba fuera de sí pidiéndome que se la metiera toda (como si no la tuviera toda adentro), me decía: Papito tómame, hazme tuya, cógeme y otras cosas por el estilo, lo cual me excitaba. Y Mauricio se estaba pajeando al ver cómo me estaba cogiendo a su esposa y como ella lo estaba disfrutando.

Estando así, yo calculo que Amparo tuvo por lo menos dos o tres orgasmos, era riquísimo ver como ella se recostaba sobre mi pecho, y yo la sujetaba de sus tetas y al mismo tiempo moviendo únicamente sus nalgas metiéndose lo más que podía de mi verga. Ella estaba como loca, gemía, sudaba, movía las nalgas lo más que podía en dirección a mí, y me dijo "¡Qué bárbaro!, qué rico, estoy completamente llena de ti". Amparo pedía más y más, tanto que me vine, salió demasiada leche, si no tuviera el preservativo, le hubiera llenado el culo de leche, pero ella seguía pidiendo, y yo seguí, aun después de haberme venido, pero al contrario de lo que suele pasar que la verga se baja, era tanto la excitación que tenía que mi verga estaba durísima como si estuviera recién parada.

Así seguí un buen rato, sexo anal, delicioso, me encanta, y ella me dijo quédate quieto que mi marido me va a penetrar por la vagina, y ahí empezó la doble penetración más deliciosa que he hecho en la vida … uuuhhmmm … ella era una puta en celo, pedía más y más, y me decía que le hablara sucio y le dijera que era una zorra, una perra, una puta y le decía cosas a su marido como cornudo y esas palabras que emocionan.

Amparo estaba totalmente empalada por los dos, gemía como gata en celo mientras los dos la penetrábamos rítmicamente. Yo sentía la verga de Mauricio rozar la pared vaginal que nos dividía, y de repente sentí como escurrían los jugos de esta hembra deliciosa entre nuestras piernas. Ella ya no decía nada solo jadeaba y gemía de una manera muy erótica. No pude más y me vine inundando nuevamente el preservativo. Chorros de leche brotaron de mi verga.

Me separe y sentí cuándo Mauricio inundaba de semen su chochito. Nos tumbamos los tres en la cama y Amparo estaba prácticamente desmayada y se le podía ver su entrepierna chorreando de semen … uuuhhmmm … que visión tan sensual.

Luego seguimos cambiando de posición, y al final de la noche ella me dijo que quería que yo la penetrara por la vagina, me cambie enseguida de preservativo y ella se abrió de piernas muy rico, como toda una puta, se lo metí y ella me abrazo de piernas y brazos, y nos besábamos con pasión, le chupaba las tetas y algunas veces la clavaba rápido y otras lento, gemía y se movía suavecito y muy erótico hasta que nos venimos. Mauricio se deleitaba viéndonos y agarrándose su verga.

Me gustaría recibir sus comentarios, conocer parejas que deseen realizar tríos HMH y compartir una velada con uds. Pueden mandar sus propuestas y comentarios al email: dialex12010@hotmail.com