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Tarde De Compras

Eran las 3 de un calurosísimo lunes de enero y me disponía ir al centro para hacer una pequeña compra de unas camisetas antes de irme de viaje.Por dios, solo tenía ganas de meterme dentro del metro para poder aliviar el bochorno de la ciudad. Por fin llega el metro y se abren las puertas, subo y dispongo a buscar algún sitio libre para poder relajarme durante el trayecto. Es perfecto estos meses de enero ya que el metro está casi vacío. Delante de mí solo hay una pareja de turistas, un señor medio dormido escuchando música a un volumen altísimo y a su lado, una mujer de unos 45 o 50 años jugando con su celular. Solo entrar en el vagón, me fijé directamente con esa mujer. Llamaba la atención su prominente escote que insinuaba un sujetador de color blanco, que aguantaba el peso de unos pechos muy voluptuosos. Antes de seguir con la historia, quería comentar que me excitan muchísimo las mujeres maduras y por eso me fijé rápidamente en ella. Seguía mirando a la mujer, y mirando los demás pasajeros para que no se pensaran que era un mirón, pero los ojos se me iban a su escote rápidamente. La mujer en cuestión, era rubia, con una melena hasta los hombros con un corte de los más normal, gafas de pasta negras, una camisa blanca con algunos botones abiertos (aquí es donde podía ver el sujetador del mismo color que asomaba sutilmente), una falda de color marrón hasta las rodillas y unos zapatos a conjunto con la falda. El metro hacía sus pertinentes paradas y al poco rato, la mujer miró por el cristal para saber dónde estaba. Después nuestras miradas se cruzaron y yo me dispuse a mirar su escote con todo el morro del mundo para que se diera cuenta de que me estaba deleitando con sus encantos. Sonrió y bajo su mirada hacia el teléfono otra vez, solo con su sonrisa y mirando su escote, me había excitado muchísimo y tenía la polla durísima dentro del pantalón. Supongo que fue por la terrible erección que tenía, que tuve que colocarme bien el pene y quería hacerlo disimuladamente. Deslice mi mano y la agarré por encima del pantalón para colocarla en alguna dirección donde no estuviera tan prieta. Mientras hacia la operación, vi como esa mujer alzaba la mirada y se quedaba fija a mi paquete, no podía creer lo que estaba pasando y me estaba muriendo de vergüenza.La miré a los ojos y ella volvió a sonreír mientras lentamente separaba sus piernas. Por dios, no sabía dónde mirar, la mujer me estaba regalando un espectáculo de su cuerpo.No podía aguantar mi erección e intentaba mirar a otra parte dentro del vagón para tranquilizarme un poco.Volví a mirar entre sus piernas y podía ver unas bragas de color blanco a conjunto con el sujetador que me estaban poniendo enfermo.Mi erección era cada vez más fuerte y ya no sabía cómo poner ni mis manos ni las piernas para poder disimularlo.La mujer volvió a mirarme por encima de las gafas y después dirigió su mirada a mi paquete abultadísimo. Creía que me correría de un momento a otro.Solo estaba pensando en la paja que me haría al llegar a mi casa pensando en esa mujer.Llega mi parada y me dispongo a salir del vagón y por el reflejo de los cristales, veo que también se levanta la mujer en cuestión. Se dirige a otra de las puertas y me mira guiñando un ojoantes de bajar. Estoy seguro que ha disfrutado poniéndome caliente pero yo no sabéis como se lo agradezco.Bueno, pues con mi mente en la mujer del metro me dirigí a la tienda de ropa (que no diré el nombre) a comprar mis camisetas. Estuve un buen rato mirando la ropa y no podía creer lo queestaba viendo. La mujer del metro estaba en la misma tienda mirando unos vestidos en otra sección.Solo con volver a verla, mi pene se estaba poniendo duro otra vez y ahora sí que tenía de calmarme que con tanta gente, si alguien se fijaba pensarían que soy un enfermo.Cogí un par de camisetas y me dispuse a ir al probador. Joder… estaba por echarme una paja del calentón que llevaba. Me saqué la camiseta y vi por el reflejo del espejo que la mujerdel metro entraba al probador siguiente al mío. Estaba de los nervios y no sabía qué hacer. Me moría de ganas por entrar en el suyo y saciar mis ganas de sexo con ella.Miré por un pequeño espacio entre la cortina del probador y pude ver perfectamente como ella, había dejado un trozo de cortina corrida. El espectáculo era fantástico.Vi cómo se quitaba la camisa y su sujetador blanco abrazaba esos grandes pechos. Bajó hasta su cintura y deslizó su falda hasta las rodillas mostrándome su culo con una pequeñabraga blanca. No podía más y saqué mi polla para empezarme a masturbar. Tenía un culo de infarto era grande como a mí me gustan seguido de unas piernas muy carnosas pero muy bientorneadas para su edad.Estaba cascándome una paja increíble cuando de pronto se giró y me miró directamente a los ojos. Volvió a sonreír y se acercó a la cortina de su probador diciéndome si le gustaba lo que estabaviendo, que ya se había dado cuenta que la observaba y que se estaba excitando mucho pensando que estaría masturbadme.Entras? me dijo.Sin decirle nada, corrí mi cortina y me puse dentro de su probador. Empecé a besarla mientras mis manos iban directas a su culo. Era increíble, unas nalgas durísimas y grandes.Las amasaba metiendo mis dedos dentro de las bragas mientras ella acariciaba mi polla por dentro del pantalón. Estaba agarrándome la polla y masturbándome sin parar.Desabroché su sujetador y me dispuse a chuparle las tetas, tenía el pezón muy grande y eso me excitaba muchísimo. Los chupaba y mordía suavemente mientras me decía que no parara.Lentamente bajé mi mano entre sus piernas y pude notar que estaba empapada. Sus bragas y su sexo estaban monadismo. Seguía masturbándome y me pidió que la follara queestaba muy caliente y quería sentir mi polla dentro.La giré de espaldas y puse su culo frente a mí. Por el reflejo del probador, vi como cerraba los ojos de placer y apoyaba sus manos en el taburete. Fóllame volvió a ordenarme.Bajé sus bragas hasta los tobillos y rocé mi polla entre sus nalgas. Estaba a punto de estallar viendo como movía su culo. Con su mano derecha agarro mi polla y se la metióde un solo golpe dentro de su mojado coño. Entró sin ninguna dificultad de lo caliente que estaba y empezó a moverse golpeando mis nalgas contra mí. Era como una fantasía hecha realidad,me estaba follando una madura desconocida y que estaba buenísima. Agarraba sus caderas para metérsela hasta el fondo mientras ella me agarraba el culo para que fuera más profundala penetración.Me dijo que me corriera que ella no podía aguantar y quería sentir mi semen dentro de su vagina. En un instante mi pene soltó un chorro de semen que inundó su raja mientras a ellale temblaban las piernas.Se giró y subiendo sus bragas, me dijo que le había encantado. Que necesitaba una buena pichada y que le había puesto muy caliente desde que me vio en el metro.Y así fue como nos despedimos y nunca la he vuelto a ver.

josep221

Soy hombre heterosexual

visitas: 1404
Categoria: Sexo con maduros
Fecha de Publicación: 2014-01-09 19:38:06
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1 Comentario

Buen relato , me imagino que cuando te despertaste estabas mojado .

Fue un buen sueño humedo jajajajaja. me gusto bastante . dejaste volar la imaginacion.

2014-01-09 20:04:39