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Sentir El Semen Dentro De Mí, Algo único Y Excitante

El día anterior habíamos reclamado las pruebas y aunque ambos estábamos tranquilos, no dejaba de inquietarnos, yo sabía que no tenía problema, siempre me había cuidado mucho y él era mi primer hombre y esperaba que así fuera por un buen tiempo. La prueba negativa en ambos nos dio satisfacción y tranquilidad, pero decidimos reunirnos la tarde siguiente, un día sábado, en su apartamento como siempre, para poder tener una tarde y ojalá una noche entera de sexo, por lo que como en ese entonces era universitario y aún vivía en la casa de mis padres arregle todo diciendo que estaría en el apartamento de una amiga estudiando para un parcial del día lunes.

Ese día llegue a las 3:00 pm, para alistarme, mi amante llegaría más tarde, pues tenía una reunión con unos familiares, yo ya tenía la llave del apartamento, el portero me reconocía como un sobrino, aunque estoy seguro que intuía lo nuestro. En fin... llegué me aplique un enema, algo que ya había hecho por lo que no me resulto difícil, me bañe, depile las piernas, pecho y pubis, quedando listo para la faena que esperaba tener. Me puse unos pantis cacheteros color rosa que me había regalado hace unas semanas, así mismo introduje en mi ano con mi dedo anular una crema especial para dilatar y dormir mi esfínter que además tiene sabor a cereza y a él le encantaba saborearla en mi trasero, ese proceso ya me excito demasiado y empezaba a ponérseme duro mi pene, pero aguanté y  me coloqué mi jean y camisa. Mientras lo esperaba me serví un ron, nuestra bebida preferida.

Llegó a eso de las 6:30 pm, muy afanado y ansioso, lo recibí en el hall entre la sala y el comedor, con el vaso de licor,  lo cogió y me iba dar un besito, pero yo que ya estaba arrecho, me abalancé sobre su boca con un gran beso, apasionado, metiendo su blanda y húmeda lengua en mi boca, buscaba la mía, nuestros labios estaban unidos y se humedecían de manera sensual, sentía su barba raspar mi piel, me cogía mis nalgas y yo rápidamente empecé a besarle el cuello y a desabrocharle la camisa, cuando llegue al pecho le bese sus tetillas, algo que le encantaba y respiraba hondo cada vez que le daba mordisquitos, seguí bajando hasta desabrocharla toda y llegar a la altura de su cintura. No dude en soltar su cinturón y bajar su bragueta, tenía unos bóxer blancos que me fascinaban y su verga medio hinchada, entonces le baje el jean hasta los tobillos y allí arrodillado inicié a besar su bulto sobre la tela acariciando sus nalgas con mis manos, se le paró muy rápido y la saque para poder lamer esa verga hermosa, con unas venas gruesas que recorría todo ese rollo de carne, lo cual me encanta, le pase la lengua desde la cabeza, atravesando el glande, llegando hasta sus güevas, subiendo y bajando varias veces, intentando metérmela lo más profundo en mi boca, luego llegue a su ano, inmediatamente se volteó y se recostó contra el espaldar de una de las sillas del comedor, entonces pude ver su rico ojete, rojito, no dude en darle lengua, el gemía y movía periódicamente su culo de adelante para atrás como queriendo ser penetrado más profundo.

Me pidió que pasáramos a la habitación, allí me quitó mi camisa y jean, dejando al descubierto mi cuerpo en panti, era algo que lo ponía loco, me pidió ponerme en cuatro, como una perrita, se puso de rodillas frente a mi trasero y moviendo para un lado el calzón me empezó a devolver el trabajo oral que yo le había dado, metía su lengua en mi culito, primero de forma circular, luego la hundía como queriendo taladrarme, abriéndome con las dos manos mis nalgas para dejar mi ojete al descubierto, yo recostaba mi cara contra la colcha y cada vez que embestía con su lengua mi huequito sentía un placer muy intenso, jadeaba y con las manos apretaba las cobijas, sentía como me dejaba humedecido con su saliva, me dijo que le sabia a cereza, ese era el sabor de la crema con la que me había lubricado unas horas antes.  En ese momento ya me sentía muy excitado, mi verga quería salir del cachetero y yo empecé a masturbarme, él ya me conocía y sabía que este era el momento perfecto para encularme con su delicioso aparato. En algún momento le pedí casi suplicándole: ¡ Clávame, clávame, quiero sentir tu verga dentro de mí ! . Era lo planeado con él, por fin podría darme pene sin preservativo, sentir nuestra piel rozando sin temor y poder recibir su leche en mi culo.

Se puso de pie y me dijo, es lo que quieres mi vida, pues te lo voy a dar, me muero por dártelo, y tomándome de la cintura empezó a sobar la punta de su pene sobre el calzón en la puerta de mi esfínter, me decía lo rico que estaba mi culo, lo bueno que me veía ahí en cuatro para darle placer, lo rico que le excitaba que yo jadeabara cada vez que intentaba hundir su pene en mi trasero. Luego de unos segundos, moví con una mano el panti hacia un lado para que me pudiera penetrar mejor y empecé a sentir como entraba ese rollito de carne en mi culo, llego a la mitad, yo sentía dolor y placer, quería más pero era necesario detenerse para acostumbrarme a esa carne que me llenaba mi ano, luego sigió metiéndolo hasta que su pelvis toco mis nalgas, las cuales apretaba muy fuerte, eso me excitó más e inicie un movimiento hacia adelante y atrás como indicándole que estaba listo para recibir sus embestidas, esto lo puso a mil y empezó a taladrarme, que delicia, era un frrenetico ir y venir, entrar y salir, yo me sentía la más perra, entre tanto él tocaba mi verga, masajeándola de arriba abajo para mantenerme caliente.

Sudábamos como locos y sentía el golpeteo de sus guevas con las mías, hasta que en un frenesí  de entrar y sacar, soltó un gemidó lo cual me hizó sentir su bombeo de leche en mi ser, sentí algo calientico que me mojaba por dentro, inmediatamente también tuve mi orgasmo, saltaba mi semen hacia mi estómago y pecho y escurría en la colcha, sentí varios espasmos de su verga y chorros de semen que me invadía de la manera más excitante ¡ Que delicia ¡, ¡ Que éxtasis ¡. Cuando termino su demencial orgasmo, se echó sobre mí hasta que su pene se puso flácido y salió de mi culo, me pare al baño y sentí como su semen mojaba el cachetero, me excito aún más, me quite el panti y contra el espejo vi como escurría entre mis nalgas hacia los muslos y bajaba como en un pequeño riachuelo de líquido blanco y espeso , que arrechera me dio esta imagen. Me regresé a la cama pero él ya estaba muy cansado por lo que esperé pacientemente pero muy caliente,como hasta media noche para que volviera a comerme, ya en diferentes poses, hasta llegar dos veces dentro de mi. dejándome el culo húmedo y lleno de su semen.

Al otro día y ya en mi casa, aún goteaba de mi esfínter ese delicioso néctar de mi macho, cada vez que podía me escabullía al baño para que mis padres no lo notaran, y lo tomaba con mis dedos para saborearlo.

Espero perdonen mi dicción y ortografía, no soy escritor. Por favor comente y califiquen.

speakerjuancho2

Soy hombre bisexual

visitas: 2656
Categoria: Gay
Fecha de Publicación: 2014-02-24 15:21:49
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1 Comentario

buen relato la verdad me exito mucho.

2014-02-24 22:58:23