- Que tarde más triste! no parece sábado.
Afirmaba mi esposa mirando a través del marco de la ventana.
Yo la conocía y sabía que a esa hora todos los sábados hacia ese tipo de comentarios solo para insinuar una salida, no era directa en lo que deseaba, pero sabia como obtenerlo.
Era una mujer hermosa, trigueña, delgada, de regular estatura, un cabello negro hasta la cintura, una cadera bien formada y unas piernas torneadas; pero lo que más llamaba la atención en ella era esa mirada de "come hombres" que nacían en esos ojos negros azabache que adquirían un brillo intenso y provocativo cuando su pensamiento le decía que estaba siendo observada con deseos o cuando ella lo hacía; le ayudaban esos labios carnosos que adquirían una forma especial redondeada como si esperara que algo entrara en esa boca.
Se vestía igualmente provocativa con un escote que mostraba lo necesario para querer ahondar en una búsqueda lasciva y complacer la irremediable curiosidad, la falda un tris más arriba de lo que permitían los cánones morales y que alimentaban los más oscuros deseos.
- Vamos entonces un rato al "unicornio" nos tomamos unos tragos y vemos pasar gente...le respondí. El unicornio era una especie de restaurante-bar donde además de licor se podían consumir carnes asadas al carbón, quedaba un metro arriba del nivel de la calle y desde allí se podía observar las personas cuando pasaban, se escuchaba música variada de tendencia romántica y si se quería se podía bailar.
Claudia es el nombre de mi esposa y a pesar de su sensualidad, era discreta y recatada, a los ojos de los conocidos era una "señora" siempre me imaginaba cuantas cosas querían decir o hacerle pero su señorío impedía cualquier insinuación.
Llegamos al unicornio, las mesas ocupadas, nos paramos un instante a decidir a qué otro lugar iríamos cuando escuchamos el llamado de mi amigo Fernando, estaba en una de las mesas privilegiadas ya que tenía una vista espectacular y de allí se podía observar todo lo que pasaba sin el bochorno que a veces hacia al interior; estaba con su esposa Sandra, par locos amigables y librepensadores sin complicaciones, siempre alegres. Tenían media de ron apenas comenzada, allí nos sentamos Claudia y Yo, y desde el principio participamos en una charla que tenia Fernando y Sandra. Fernando comentaba: "que vista tan agradable" y lo hacía cada que pasaba una mujer hermosa y no faltaba el piropo, Sandra se dirige a Claudia y le dice: "que tal que nosotras hiciéramos los mismo", "se morirían" a lo que Fernando responde: "háganlo, ustedes ya no levantan nada" eso fue una invitación a observar y coquetear con todo aquel hombre joven o no que pasara por el lugar, pero su condición de "señoras" no les permitía ser mas lanzadas. Hasta que llego un joven de unos 16 años, sudado en pantaloneta, venia de la cancha que estaba a media cuadra del lugar, pidió una gaseosa y se para cerca a la mesa a tomársela, Camilo como se llamaba este joven era vecino de Fernando y Sandra, los conocía aunque no manejaban una relación ya que los separaba la edad. Estas dos mujeres vieron la oportunidad de hacerse sentir e invitaron a Camilo a la mesa e inmediatamente le sirvieron un ron, Camilo apenado nos mira como pidiendo permiso y Fernando le dice: "tranquilo, entreténganos este par de viejas" el joven se sienta en medio de Sandra y Claudia, y comienza a tomar aceleradamente, lo que aprovechan estas dos mujeres para insinuarle cositas y descargar maliciosamente las manos en las piernas desnudas de Camilo, al principio Camilo se incomodo, peros después de tres tragos perdió la pena y les siguió con gusto la corriente, se notaba en el recién aparecido bulto de su pantaloneta, pedimos otras dos medias y a Sandra se le ocurrió la idea de continuar la charla en el apartamento de ellos que estaba relativamente cerca; compramos licor para llevar y nos fuimos caminando, lógicamente...nuestras esposas llevaban a su invitado un poco mareado. Llegamos allí y Sandra coloca música bailable y comienza la fiesta, ambas se lanzan a la conquista de Camilo ante la vista complaciente de nosotros, Cambiamos pareja de baile y en algún momento Fernando desaparece, buscamos y allí estaba en una silla mecedora profundamente dormido, la fiesta continuo con Sandra encima de Camilo y Claudia por los laditos.
En algún momento termina Claudia de bailar con Camilo y sale a refrescarse al balcón donde Yo estaba conversando con Sandra, cosa que aprovecha Sandra y se lleva a Camilo a bailar otra pieza. Claudia con los ojos mas picaros y brillantes que le había visto se me acerca y me dice que Camilo le pidió un beso y le dijo que era ella quien le gustaba... Se me revolcó por un rato el estomago no pensé que la charla se convertiría en esto y le pregunte que ella que pensaba...que si quería hacerlo. Solo me miro y sonrió...comprendí lo que quería, le dije te entretengo a Sandra porque no quiero comentarios después; todo debe quedar entre nosotros, saque a la siguiente pieza a Sandra y Claudia a Camilo, terminada la primera pieza le dije a Sandra que nos refrescáramos en el balcón, para darle oportunidad a mi esposa que siguiera bailando y pudiera darle ese beso que tanto quería. Yo observaba, Sandra estaba de espaldas a ellos y si...vi el beso más sensual que pudiera imaginarme, las bocas unidas las manos de Camilo en la cadera de mi esposa y las de ella....... agarrando ese bulto que ya había crecido de manera increíble. Fueron tres minutos que me parecieron eternos! pero increíblemente los disfrute con todo y revolcón de estomago!
Camilo desapareció en el baño, mi esposa y Yo nos mirábamos y nos sonreíamos...Pobre! no aguanto! y se fue al baño a terminar. A los diez minutos aproximadamente apareció, sin pena, miraba con algo de descaro a mi esposa, pero no se descacho. En ese momento mi esposa recuerda que habíamos dejado a la niña sola en el apartamento y decide ir a "darle vuelta" y Camilo inmediatamente se ofrece a acompañarla, vuelve mi revolcón, pero ya había nacido en mi la fantasía al ver a mi esposa apasionada y sensual como nunca y les dije: No demoren! lo que sospechaba no pasaría. Pasados quince minutos le dije a Sandra: ya vengo voy al apartamento no vaya a ser se hayan quedado dormidos, con la mirada Sandra me dijo "si, como no?" llegue abrí la puerta tratando de hacer el menor ruido posible, entre, mi niña dormía plácidamente, me dirijo silencioso al cuarto de los invitados donde se escuchaban ruidos muy dicientes y si... que invitación! le habían hecho a Camilo, lo invitaron a todo. El licor y la pasión hicieron que perdieran los sentidos; los observe y ellos en su cuento, el bulto no era imaginación, no podía creer que un joven de 16 años fuera por mucho mejor dotado que Yo, Veinte centímetros que mi esposa disfrutaba como loca, nunca, nunca! la había visto así, lo disfruto con sus manos, con su boca, con su sexo, profundamente, se le notaba en los suspiros de placer que se convertían en gritos sedientos de mas sexo, una y otra vez, en posiciones variadas y lo vi terminar adentro con mi esposa en cuatro y la bombardeaba con la intensidad que solo permite la juventud.
Yo estaba a punto de estallar me acaricie, sin terminar, me veía grande, mi miembro había crecido exageradamente para el tamaño que normalmente ofrecía. Salí antes de que se volvieran a la realidad, llegue apresuradamente donde Sandra y le dije sabiendo que no me creería: Camilo se quedo dormido en la poltrona de la sala, Claudia estaba con la niña que se había despertado, que no sabía si dejarlo amaneciendo allí, sin avisar a sus padres. Le dije a Claudia que lo mejor era despertarlo y que se viniera cuando hiciera dormir nuevamente a la niña.
Si... a los diez minutos llegaron los dos cualquiera que los observara sabia que algo había pasado.
Ya hace rato sucedió este hecho...y aun... me emociona y me lleva la imaginación a cosas que ni siquiera podía soñar fueran posibles y de mi aceptación y agrado. Quiero otras experiencias de ella, claro está! cambiando el actor, ya me imagino con un negro grandote, un extranjero y muchos otros....que obsesión!