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Cuando se llega a una edad madura y se han quemado etapas uno piensa que puede tener todo bajo control. Como todo hombre viví una juventud alocada en muchos aspectos y sobre todo en el sexual, creo que tuve las mujeres que quise tener y viví fantasías desde la más inofensivashasta las atrevidas, pero eso ya paso…o eso creía; tengo una empresa ubicada en un inmueble de dos plantas, en la primera esta la planta de producción y en la segunda mi oficina y una pequeña sala de atención dotada de una gran poltrona que en alguna ocasión ha servido de cama cuando ha tocado amanecer .
A pesar de mi edad; ya un poco mayor y los cambios físicos que esta trae, algunas empleadas se han atrevido a hacerme coqueteos y hasta insinuaciones bastante osadas que en otras épocas no dejaría pasar, supongo que ser el “patrón” me hace atractivo para algunas mujeres sobre todo jóvenes que ven en esto una posible solución a sus problemas económicos. El mes anterior ingresa una nueva empleada que de entrada llamo mi atención por esa sensualidad desbordante y como decíamos en otros tiempos “recetada” “como no las mando el médico” Blanca, delgada, cabello negro azabache, labios gruesos, ojos grandes maquillados como la cleopatra que veíamos en las películas antiguas, unos senos con el suficiente tamaño para resaltar en esa figura delgada y exhibidos en un escote casi vulgar…me encantaba verla llegar en las mañanas desde la ventada de mi oficina que da a la calle , me tensionaba de solo verla y mis pensamientos cambiaban de color y como el hombre increíble se volvían verdes y mi miembro cambiaba rápidamente de tamaño.
Una mañana no la vi llegar y queriendo parecer desinteresado le pregunte al supervisor `por la nueva empleada y me respondió que no cumplió con los parámetros de calidad y le habían terminado en contrato en periodo de prueba. Qué tristeza! Hacía tiempo una mujer no me causaba tantos deseos. Llego la quincena estábamos pagando porque lo hacemos en efectivo, cuando se recibe una llamada y me solicitan a mí, era ella diciendo que si podía arrimar por su dinero, le conteste que si que pronto que ya el supervisor se iba y ella me pidió que fuese yo quien le pagara si era posible, le pregunte el porqué y me dijo que le tenía pena al supervisor porque no había cumplido. Lo primero que pensé era que me iba hacer algo malo, un robo o algo así; le dije que timbrara cuando el supervisor saliera y efectivamente lo hizo, pero no le abrí hasta confirmar que llegaba sola. Ingresa la empresa, entra a mi oficina, le cancelo y me pregunta que porque no la quería atender, le dije el procedimiento era el supervisor pagara y además me dio cierto temor que quisiera entrar cuando yo estuviera solo. Me miro con unos ojos llenos de malicia y pregunta que le me daba miedo que me hiciera, que lo que ella hacía era todo bueno, solo con esas palabra me había llevado a su terreno y ella lo noto, insistió en lo bueno que ella podía hacer muchas cosas y yo, ya dominado le ofrecí algo de tomar, a lo que miro a la estantería donde habían unas botellas varios licores y eligió el ron, ¡dame un Ron! Aunque yo no tomo ese licor serví dos tragos y ahí comenzó la situación que me tiene como unniño, nos habíamos tomado tres tragos, habíamos hablado cositas con toda la doble intención del mundo y de arrodillo, abrió la bragueta de mi pantalón y me pego la mamada más rica de toda mi vida! Cómo? No sé!
Solo sé que yo parecía un niño pegado de ese par de tetas, la lleve cargada hasta la sala y la descargue en la poltrona, las desnude con esa ansiedad que solo recuerdo de la juventud inexperta, le hice sexo oral con unas ganas ¡y la penetre en dos o tres posiciones incluyendo el famoso “perrito” hasta que reventamos!
Gracias a Dios no es mi empleada, porque soy demasiado normativo para meterme con alguien que trabaje para mí y ahora estoy seguro comenzaría a romper normas.