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Les vamos a contar nuestra primera vez en un Bar Swinger
Estábamos decididos y a su vez nerviosos. Sabíamos a lo que íbamos. Teníamos un acuerdo tácito. Queríamos ver y ser mirados. Llegamos al lugar en la zona Rosa de Bogotá. Nos explicaron las reglas de la casa, y en 5 minutos estábamos ya listos. Yo con una ruana de toalla, sin interiores. Él, con una toalla atada a la cintura y pelado como yo. Nos sentamos en un sillón de la pista de baile y exploramos nuestro entorno. Varias parejas desparramadas por el lugar. Pedimos algo que tomar y esperamos a ver lo que pasaba. Yo estaba excitada. Me toqué la vagina y ya estaba húmeda. Me imaginaba el momento de estar en la sala de fantasías, recibiendo de mi hombre, rodeados de otras parejas que iban a hacer lo mismo que nosotros. En un momento sentí un poco de frio. Porqué no vamos al sauna, a tomar un poco de calorcito propuse. Allí fuimos. Había en ese momento 3 parejas. Una de ellas estaba en su faena, las otras 2 solamente miraba. Nos acomodamos, él se quitó su toalla y estaba erecto. Nos pusimos a mirar, y ayudados por el calor, me empezó a molestar mi atuendo. Pensé, a qué vinimos? Porque no gozar de la desnudez en un lugar que se puede y es tolerado practicarlo? Me quité inmediatamente la toalla, y empecé a ser el centro de las miradas. Mi esposo se sorprendió un poco al principio. Me acarició los pechos y bajó inmediatamente a mi sexo húmedo. Introdujo 2 dedos en el y sentí un correntazo de placer. Las otras parejas nos miraban. Me excitaba mucho el momento. Le pedí a Martín que baje a mi sexo, necesitaba sentirlo, necesitaba esa lengua hermosa que me hace feliz. No lo dudó. Comenzó lentamente a besarme el clítoris, con su lengua paseaba por todo mi sexo. Yo miraba a mi alrededor. La pareja que estaba haciendo sexo lo seguía haciendo. Pero las otras 2 se nos acercaron.Sentía la presencia bien cerca nuestro. Alcé la mirada y vi 2 penes bien erectos. Esa visión me excitó aún más. De pronto, 2 manos se acercaron a mis pechos y los comenzaron a acariciar. Eran manos suaves, expertas. Me quise resistir pero no pude. En ese momento reconocí a una de las niñas que me miraba con deseo. La dejé hacer. Qué placer que me dio ese momento. Estaba Martín entre mis piernas y esa belleza me acariciaba con dulzura, con deseo. Se me acercó, me besó y no aguanté más. Bañé en su cara a Martín con ese líquido que expulso en mis mejores orgasmos. Me arquee, sentía electricidad en todo mi cuerpo. Duró más de lo habitual. Era interminable. Martín me miró y con sus ojos me preguntó si quería seguir con ella. No podía en ese momento con mi cuerpo. No respondía a mis deseos de moverme. Me dolían los pezones de lo duro que los tenía. Mi sexo seguía latiendo, estaba brillante por mis flujos. Ella siguió por mi pecho hasta llegar a mi sexo. Siguió con la faena que estaba realizando Martín. Qué placer!!!!!!! No pasaron más de 5 minutos hasta que exploté nuevamente. Qué niña hermosa. Nuestro acuerdo de mirar y ser mirados se había roto. Pero no había reproches de ninguno de los 2, solamente una sensación de sexualidad y sensualidad hermosa. Pasaron unos minutos y me pude reponer. Salimos de ese sauna caliente y volvimos a la pista de baile a refrescarnos. Ya había más gente en el lugar. Nos sentamos agarrados de la mano. No nos hablábamos, pero sentía un amor mas intenso que cuando entramos. Y llegó el momento del show, que quería pase rápido para poder ir a la sala de fantasías. Cuando terminó y varias parejas se dirigieron allí, nos acercamos. Qué es lo que vimos? Una gran cama, donde por lo menos 7 parejas estaban haciendo lo suyo. Nos paramos en el borde a mirar. Volvían las sensaciones del sauna. Humedad en mi sexo, pezones duros, verga erecta de Martín. En un momento encontramos un lugar. Nos quitamos las toallas y comenzamos a hacer el amor rodeados de olor a sexo. El abajo, yo arriba. Di media vuelta para dejar mi cola a la vista de Martín y la vi acercarse. Nuevamente esa niña hermosa, de pechos duros y medianos, con su sexo totalmente depilado, avanzando como un felino hacia mi, hacia su presa. Se paró delante de mí, me miró y me besó. Bajó a mis pechos y comenzó a mamarlos como solo sabe ella. Y luego la sorpresa. Se arrodilló frente a mi y acercó su boca a mi sexo, que estaba lleno por Martín. Qué mamada exquisita. Pasaba de mi clítoris a las bolas de Martín. Nos chorreaban los sexos de tanta pasión. Con sus manos me acariciaba mis pechos. Los pezones parecían que se me escapaban de mis tetas.No duré mucho tiempo así. Exploté en un nuevo orgasmo. Pero fue ella la que recibió mis jugos que escapaban de mi sexo, mezclados con los de Martín que ya me habían llenado. Por mi rostro, mi cuello, mis pechos solo corría la transpiración generada en el momento. Mis sentidos estaban atentos. El cuerpo eléctrico, la vista llena de sexo, mi tacto reconociendo a mi esposo y a los pechos de ella. Me sentía en un estado de confusión y placer. Cuando me recuperé la vi. Se iba con su hombre. Nunca nos dijo como se llamaba. Yo a partir de ese momento la llamé “Placer”
Espero les guste el relato. Aceptamos comentarios. Gracias, FerMar