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Cuando era novia de mi actual esposo tuve un encuentro con el medico del hospital y su novia, la cual era mi amiga. (otro relato publicado).
Sin embargo eso no paraba ahí. Mi amiga, novia del medico, lo que nunca supo es que ya nos habíamos rumbeado y dado unas dosis de sexo en mi consultorio, era indudable que nos gustábamos, no para enamorarnos, sino simplemente nos deseábamos y aprovechamos un momento sin pacientes para conocernos mejor.
En el relato anterior les conté que me lleve el condón de la noche anterior, bueno, mi novio siempre me fantaseo con la idea que un día le llegara con un condón lleno, y por eso lo hice, es así, que a las 7 am al llegar a mi casa me di una ducha, me acosté en mi cama y tome unas fotos para mi novio, mostrándole el condón, enseñándole el chupón que tenía en una teta (no me di cuenta a qué hora me lo hicieron) y echándome sensualmente en el pezón el contenido de ese condón, un poco más sobre mi clítoris y unas fotos mostrándole como lo chupaba y saboreaba. Al terminar se las envié al correo y me acosté a dormir el guayabo y el trasnocho.
Mi novio, a eso de las 10 de la mañana cuando reviso el correo se dio cuenta de las fotos, obviamente nunca le dije lo que paso la noche anterior, sino que le dije que “era crema para manos” porque lo había soñado y quería darle gusto que imaginara lo que quisiera.
Mientras hablábamos por teléfono el miraba las fotos en su correo, eran como 10 fotos más o menos, muy sensuales y explicitas a la vez, era un mensaje subliminal, pero yo no me atreví nunca a decirle que realmente era semen y que realmente había estado la noche anterior en un casi trió con sexo.
El me decía que estaban súper ricas las fotos, yo le decía que imaginara que era semen y no crema, que se imaginara que me habían comido y me habían dejado ese regalo para él, empecé a decirle que imaginara que me lo había metido el médico (yo ya le había dicho que estaba bueno y que me coqueteaba) y que ese era un regalo para cumplir su fantasía….
Así bien, el se masturbo, lo disfruto más de una vez, pero nunca me he atrevido a decirle que lo que él piensa que era crema, realmente era semen, y que lo que él había escuchado por teléfono mientras se masturbaba un 90% era cierto.
Cachoneado, pero sé que a él eso le gusta, siempre me lo ha dicho, pero nunca me atreveré a aceptar que las cosas que le he dicho al oído y le he fantaseado son verdad.






