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Con La Esposa De Mi Mejor Amigo

En la oficina quedábamos los dos solos al final de la jornada de trabajo, ella en su puesto como mi nueva asistente vestía con un leggins negro ajustado que resaltaba su pequeño pero hermoso culo de mujer delgada y una blusita blanca que marcaba perfectamente la forma de sus senos, yo mientras estaba en mi oficina inquieto y con la verga palpitante gracias a la charla caliente que habíamos tenido toda la tarde por el chat interno. La esposa de mi mejor amigo había entrado a trabajar conmigo y él estaba feliz porque su esposa llevaba bastante tiempo sin una entrada formal de plata, lo que no sabía es que yo llevaba mas de un año seduciéndola por messenger y que esa situación era como tener a caperucita en la cueva del lobo.

Y por qué seducirla?, bueno para ser sincero era todo un morbo saber que la bonita esposa de mi mejor amigo era a su vez la mejor amiga de mi esposa, y que ella a pesar de eso me copiaba en todas las locuras que le escribía, al principio muy tímida aunque nunca me pidió que parara, ya después con el paso del tiempo era tan descarada como yo en nuestras charlas. Habíamos tenido un pequeño acercamiento varios meses antes y en una pequeña oportunidad ella me había masturbado en su cama matrimonial, con pena y sin mirarme a los ojos pero agarrando duro mi verga, sin ganas de soltarla. Esa tarde me dio un par de besos en la punta después de venirme en su blusa porque podían pillarnos.

Pero bueno volvamos al asunto, esa tarde era su primer día de trabajo le había escrito diciéndole lo sexy que se veía y que lejos de nuestras respectivas parejas podríamos hacer muchas de las cosas que habíamos charlado, ella solo respondía con risas y diciendo que yo era un loco. Al final de la tarde le pedí que me esperara para irnos juntos y claro me puse a matar el tiempo hasta que todos los demás se fueron como a las 6:30 pm, ya solos en la oficina puse mi plan en acción, lo primero fue poner a grabar la cámara de mi portátil y tapar con una cinta negra la luz led que evidenciaba su funcionamiento.

Luego fui hasta su puesto y me ubiqué detrás de ella mientras apagaba su computador, entonces puse mis manos en su cuello y comencé a masajearle los hombros suavemente, la esposa de mi mejor amigo no decía nada, me dejaba tocarla a mi antojo y solo la oía respirar sonoramente. Seguí con mi plan, así que mis manos bajaron por el escote de su blusa lento para hacerla sufrir, quería que deseara mi toque con desesperación, mis yemas dibujaban cada poro como aprendiéndoselo de memoria hasta sentir la calidez y el volumen de sus senos. Mis manos se llenaban por fin de esas tetas blancas tan deseadas por mi, eran suaves y tibias como en mis sueños más húmedos, cuando culiando a mi esposa pensaba era en ella.

Me demore en rozar sus pezones con mis dedos a propósito, hasta que en un leve movimiento pude sentir la forma de sus rosados pezones ya despiertos en punta, estaban tan duros como mi verga en ese mismo momento. Así que la levanté de su silla y con la disculpa de estar más cómodos la llevé hasta mi oficina, me senté mirando al portátil e hice que ella se sentara sobre mi mirándome de frente, así empezamos a besarnos lascivamente y el deseo se apoderó de nuestros cuerpos. Ella acomodada sobre el tronco palpitante y venoso de mi verga se mecía hacia delante y hacia atrás, mientras yo metía mi mano en su pantalón para sentir ese culo que había contemplado descaradamente en reuniones y que morboseaba a escondidas de las miradas de mi amigo y de mi esposa, ese rico culo que ahora era mío.

No fue fácil, la tela y la posición de ella no me dejaba la libertad que deseaba, pero aún así manoseé ese culo a mi antojo, luego metí mi mano derecha entre sus nalgas hasta que mi dedo anular empezó a jugar con su pequeño y cerrado ano. Un sonoro hummmm salió de boca de aquella mujer tan fiel hasta hace poco, su jadeo aumentó cuando mi dedo acarició en círculos esa pequeña entrada hasta que cediendo le entró la primera falange y vi en su cara un gesto de arrechera que nunca hubiera imaginado.

Excitado mis manos buscaron aún mas profundo entre sus piernas, para encontrarme con una cuquita empapada, perfectamente depilada y ardiendo como un infierno húmedo. Mojé mi dedo anular en su candente interior por varios minutos, metiéndolo una y otra vez mientras su boca me besaba con lujuria; así que no resistí y saqué mi dedo empapado para llevarlo a la unión de nuestras bocas y ahí en medio de un beso obsceno ambos probamos lo rico que ella sabía cuando se excitaba.

En un respiro de aquel beso le dije a la esposa de mi mejor amigo que era mi puta, que llevaba mucho tiempo con ganas de culiarla como se merecía, por calentarme, por mirarme la verga cada vez que iba a mi casa a visitar a mi esposa con su cara de niña buena. Ella me observó con una mezcla de dulzura y arrechera durante un segundo y me dijo : “si soy tu puta, hazme cada cosa que me has dicho”. Y ahí si se me salió el sátiro que llevo dentro, le di rienda suelta a todos mis bajos deseos, la levanté de mis piernas haciendo que se recostara contra el escritorio de la impresora dándome la espalda y de medio lado a la cámara de mi portátil.

Sus manos se apoyaron en el mueble mientras yo me arrodillé atrás de ella, bien pegado a su culo para darle un par de besos a sus nalgas atrapadas entre mis manos, en seguida tomé su leggins para bajarlo lentamente con todo y su pequeña tanga hilo de color rosado. Yo veía como ese pedacito de tela salía de entre su culo a medida que jalaba su pantalón hacia los tobillos, era un espectáculo divino que disfrute sin afán; en seguida mis manos abrieron sus carnosas nalgas y encontré el par de tesoros mas ansiados para mi, los contemplé como sólo se hace al admirar la más bella obra de arte jamas vista.

Frente a mi estaba su precioso ano cerrado y virgen, de un tono igual al de su piel, ni mas claro ni mas oscuro, tan apretado que pedía a gritos abrirlo con la punta de mi lengua para sentir su textura y su sabor. Más abajo estaban los labios abiertos de su cuca, brillantes y húmedos, todo un manjar que ahora sería mío; así que acerque mi cara lentamente y con mi nariz respiré su aroma a hembra en celo, metí mi cara entre sus nalgas abiertas y ella apretó sus manos agarrándose mas fuerte del mueble y dejando salir un gemido suave al sentir el tacto de mi lengua en su sexo.

Podía sentir en mis mejillas la piel erizada del interior de sus nalgas perfectas y en la punta de mi nariz como su ano se apretaba cuando comencé a lamer cada rincón de esa cuca que se abría impaciente al paso de mi lengua. Su sabor no era fuerte por el contrario era suave, así que con mayor deseo bebía sus jugos como si fueran el elixir que pedía mi cuerpo con desesperación para vivir. El tiempo ya no existía para mi en ese paraíso que guardaba la esposa de mi mejor amigo entre sus piernas y me dediqué juicioso por varios minutos a acariciar su clítoris con la punta de mi lengua, sus gemidos se hicieron cada vez mas altos y cuando pensé que no podía más se vino mojándome la cara en sus ríos de placer.

Jadeando se dejó caer sobre el escritorio mientras recuperaba el aliento, yo en cambio lejos de detenerme seguí lamiendo y chupando los ríos trasparentes que emanaban de su sexo, recogiéndolos con mi lengua, pero ahora mi deseo se dirigía hacia su ano palpitante. Que delicia era aquello, con todo el gusto le pasé la punta de la lengua en la entrada de su culo dibujando sobre él círculos y haciendo un poco de presión, lentamente fue cediendo su esfínter, podía sentir como se abría a mis lamidas hasta que entraba la mitad de mi lengua y entonces paré un segundo para verlo, aquello era lo mas delicioso de esta vida parecía darme la bienvenida a un mundo de placeres.

Por un segundo me acordé de mi portátil y giré para sonreirle a la cámara, mi verga ya no aguantaba más estaba dura a mas no poder con todo ese juego, así que abrí mi pantalón bajándolo hasta las rodillas con todo y bóxer para que mi tronco venoso buscara su funda natural. El solo toque de la punta roja de mi verga con su cuca hizo revivir a la esposa de mi mejor amigo, sin decir nada empinó su culo y se aprestó a sentir como aquella lanza de carne invadía su interior, entonces cogiéndola de las caderas a dos manos la traje hacia mi al tiempo que le empujé la verga hasta el fondo de una sola estocada. Su grito no se si fue de dolor o de placer, solo sé que hasta el celador del edificio lo escuchó pero poco me importaba eso.

Comencé a moverme dentro de ella sintiendo como las paredes calientes de su cuca me abrazaban la verga, como iba rozando su interior mojado contra mi piel, a cada embestida dentro de su cuerpo ella se movía contra el escritorio y trataba de empujar hacia atrás para meterse mas mi verga, ambos sudábamos a mares. Yo estaba fuera de mí, comencé a jalarle el cabello y a darle nalgadas en ese culo blanco de nalgas perfectas, parecía un animal desbocado que solo tenía en mente una sola cosa, culiármela de una forma que ella nunca había sentido, quería que al llegar a su casa sintiera el vacío de mi verga dentro de su vientre y me deseara con todas sus fuerzas.

Así que aceleré mis movimientos palmoteando sus nalgas con mis piernas y jalando más su hermoso cabello rubio, mientras el chasquido de sus líquidos al clavarla se convertía en la música de fondo, junto con sus gemidos, de aquella culiada épica que le estaba dando a la esposa de mi mejor amigo, y cuando sentía que ambos estábamos apunto de venirnos me acerqué a su oído para decirle: “desde ahora eres mía, puta deliciosa”, su respuesta fue un SIIIIIIIIIIIIII !!! apenas contenido en medio de la explosión de su orgasmo, que como un río de lava ardiendo mojó mi verga y me hizo llegar dentro de su cuca con potentes chorros de leche, que inundaron su vientre mezclándose con aquella humedad que bajó a todo lo largo de sus piernas.

Allí estábamos ambos, en mi oficina, desnudos, uno pegado al otro, respirando con dificultad, bañados en semen, sudor y humedad, olorosos a sexo, pero tan extasiados que habríamos podido quedarnos así por el resto de la vida. Tras unos momentos, que no se si fueron minutos o años, nos dimos un largo beso de amantes furtivos mientras mis dedos acariciaban su cuquita jugando con su clítoris hipersensible.

Al final tocaba volver a la realidad y mientras la esposa de mi mejor amigo fue al baño a organizarse yo revisé en mi portátil cómo había quedado la grabación, se la enviaría al otro día a su correo personal como un regalo por ese polvo maravilloso que nos dimos, pero por el momento tocaba arreglarnos y quitarnos el olor a sexo para no levantar sospechas. Llegando a la casa nos encontramos a nuestras respectivas parejas en una animada charla, estaban esperándonos para preguntar cómo le había ido a ella en su primer día de trabajo como mi asistente, sólo nos dimos una mirada y con una sonrisa en los labios ella respondió: “el cierre de la jornada estuvo bastante duro, pero valió la pena, sólo espero que mañana sea más fácil”.

Fin

hedonista-

Soy hombre heterosexual

visitas: 1863
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2014-07-03 00:07:37
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1 Comentario

QUE BUENA HISTORIA MUY RICA FANNTASIA  ES ALGO MUY NORMAL HOY EN DIA  LA MAYORIA DE LOS JEFES SE CULEAN SUS ASISTENTES,HASTA HE VISTO CASOSQUE TERMINAN ENMOSADOS PERO ES ALGO MUY EXITANTE , PERO SERA QUE TU AMIGO NO SE CULEA TAMBIEN TU MUJER MIENTRAS USTEDES ESTAN EN EL TRABAJO?? SERIA MAS EXITANTE SI ESO TAMBIEN PASARA LAS HISTORIASDE CACHOS SON DELI

2014-07-03 00:58:16