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EL PLACER DE IR CONTRA LA CORRIENTE POR PLACER

"¿Qué se siente? ¿Duele?" Me preguntó uno de mis mejores amigos días después de confesarle que soy bisexual, y me dio una oportunidad inmejorable para meterme en su mente y con palabras inundadas de erotismo y lascivia, explicarle a él qué se siente,porqué gusta tanto y sembrar así cierta semilla de curiosidad. Luego, noches después de esta ardiente converdación, en mis fantasías, imaginaba que era yo quién satisfacía su curiosidad morbosa producto de mis palabras. Así que, valía la pena esforzarme por hacer una buena extracción de sensaciones para contestar su pregunta.

-Bueno, William, todo depende de lo dispuesto que se esté para disfrutar sin prejuicios y dejarse llevar-le dije mirando profundamente sus hermosos ojos miel, se ruborizó un poco, tragó saliva y antes de que se arrepintiera de la pregunta y cambiara el tema proseguí- no te voy a mentir, las primeras veces suele doler al principio, pero el goce que viene después lo vale. 

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Hace un tiempo conocí a uno así, de manos grandes y firmes -sonreí pícaro y seguí- ambos estábamos desnudos. Yo acostado boca arriba y él acuclillado entre mis piernas. Me acariciaba las piernas que ya tenía abiertas, mi pene estaba tan duro que hacía un esfuerzo por no tocármelo esperando a que él lo hiciera. Y lo hizo. Tomó mi verga con una mano y me masturbó suavemente mirándome a los ojos. Un poco de líquido seminal hizo presencia y él con su dedo pulgar lo difuminó sobre toda la estensión del glande... sensación delisiosa. 

Sin parar de pajiarme muy suave, con su otra mano empezó por abrirme la nalgas en busca de mi ojete. Pasó sus dedos por él pero no se detuvo. Sentí escalofríos, yo estaba muy exitado y su roce me ponía a mil. 

Tomó entonces una buena cantidad de lubricante en ambas manos y volvió a coger mi polla dejado una sensación fría y jugosa sobre ella. Sus dedos pasaron nuevamente por mi raja deteníendose esta vez en mi ano. Sus dedos lubricados bordeaban en círculos mi anillo apretado de manera reiterada y cuando sus dedos se retiraban por momentos dejando mi ojete descubierto, la sensación fría del lubricante era maravillosa, y mi corazón latía al galope. 

De golpe y sin a visar, el tipo se llevó mi verga a su boca y me dio una mamada profunda, jugosa, y gustosa. Al rato y también sin avisar, sentí que uno de sus dedos se abría paso sin mucha dificultad por el primer anillo de mi esfinter. Muy suave y bien lubricado lo metía y lo sacaba sin pasar al segundo anillo, la sensación se hace extrema si estás siendo estimulado al mismo tiempo en tu pene. Pareciera que la mente no lograra decidirse en cual de las dos sensaciones concentrarse; eso lo hace aún más interesante. Yo cerraba mis ojos en busca de equilibrar mi mente para lo que estaba sintiendo. No razonar sobre el hecho de que sea un hombre el que te está produciendo un placer que nunca antes has experimentado, golpea la mente mientras los sentidos siguen siendo estimulados. 

Sus dedos gruesos, sus manos grandes en tu pene erecto, el roce de sus piernas con las mías, piernas con suave vello, la fragancia de una loción estimulantemente masculina, la respiración fuerte al vainvén de las sensaciones, los pequeños gemidos masculinos: todo ello envuelve un halo de excitación propia de lo que te han prohibido, de lo que te has prohibido y cohibido y el descubrimiento de un placer lejos de ser estimulado por una dama, resulta por de más, fascinante. El placer de ir contra la corriente por placer, el placer de estimular zonas tabú que resultaron ser en extremo deliciosas, el placer de controlar lo que realmente te gusta con lo nuevo que experimentas. La zona más erógena de un hombre después de su pene es la zona perianal. Hay muchas y variadas maneras de estimularla y hoy solo te hablo de una de ellas. El ano está lleno de terminaciones nerviosas que en buenas manos, puede ser un detonante de estímulos placenteros que van de lo sutil a lo extremo: uno decide hasta donde quiere llegar. 

<<¿Alguna vez una vieja se ha engullido por completo tu verga hasta que tu glande roza su garganta cuando te hace sexo oral?- le pregunté y el asintió quedo como intentando asimilar todo lo que yo le estaba describiendo- pues bien, eso fue lo que hizo este tipo que, aprovechando la sensación deliciosa que este tipo de oral produce, me penetró más profundo con su dedo y pasó así el segundo anillo de mi ano. Ardió un poquito, pero es ese tipo de ardor que estimula como una mecha que se enciende para provocar una explosión de placer. Me muerdo el labio y gimo y dejo que el placer de mi verga penetrando profundamente su garganta se yuxtaponga a la sensación invasiva de mi ojete. Luego el pequeño ardor desaparece y el ano ya está dilatado y listo. Sentirse penetrado por uno o dos dedos es algo que solo puede hallar descripción por aquel que tiene tal experiencia. En mi caso, puedo decirte, que es un placer ser penetrado por alguien que me guste y me trasmita mucho morbo. En ese sentido la mente es muy importante. Sentirse cómodo con la otra persona. Ni hablar de ser penetrado con un pene, eso será para otra conversación. Solo te digo que este tipo es tan experimentado con sus dedos que conoce el punto exacto donde me hace explotar en gemidos y movimientos lascivos. Su dedo encontró mi próstata y ahí fue el fin. La estimuló una y otra vez mientras yo creía que iba a morir de placer. Su mano en mi verga y su dedo en mi próstata. Por momentos una mamada y en otros me masturbaba. Cerré mis ojos y me dejé llevar a donde él quería llevarme. Me abandoné al placer extremo y decidí que lo iba disfrutar al máximo. Gemir y decir guarradas fueron su premio, según me dijo después, y en eso sí que lo complací. Me retorcí y me aferré a esa cama como si de ello dependiera que no explotara de la dicha. Le agarré de los brazos, brazos gruesos y velludos, tensos en su insistente labor y lo miré a los ojos que me sonreían cómplice. Lujuria entre los dos y mis labios querían besarlo. Me ofreció su boca y su lengua y yo las disfruté con ganas. Su dedo penetraba mi culo y su lengua mi garganta y el sudor de los dos era un lubricante natural para nuestra piel. Le dije "me vengo marica" y el muy desgraciado intensificó su estimulo anal y la paja y no soltó mi verga hasta que los chorros de leche nos bañaron a ambos. Nos quedamos tendidos el uno junto al otro, desnudos. Él empalmado todavía. La noche apenas empezaba.>>

Cuando terminé mi relato, las pupilas de mi amigo estaban muy dilatadas. Hasta donde tengo entendido, señal de excitación. Se terminó de beber la cerveza y cambié el tema sin más miramientos. 

No sé si un relato como estos pueda excitar sexualmente a un heterosexual, pero me queda la sensación que quedó la puerta abierta para explicarle qué otras cosas se siente, cuando se hacen otras cosas. 

alexanderurrea

Soy hombre homosexual

visitas: 967
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2014-07-05 10:00:14
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1 Comentario

Excitante relato. Muy bien redactado, buena ortografía. Trasmites sensaciones. Algunas mujeres estaríamos dispuestas a complacer con estímulos así, si nuestros hombres no fueran tan tímidos dejando a un lado sus prejuicios y nos lo pidieran. Por favor sigue escribiendo. 

2014-07-05 10:23:35