Todo comienza así, por razones de salud me encontraba en uno de los múltiples hospitales de Bogotá y pues después de todo el procedimiento de evaluación y demás lo único que me quedaba era pasar a donde el inyectologo a que me aplicara los medicamentos recetados. Llegó mi turno y en mi maluquera que estaba entré y no reparé en el enfermero, me limité a acostarme boca abajo en la camilla y esperar a que el preparará las inyecciones. Mientras el man estaba en esas me empezó a hablar y a preguntar cosas, que que tenía, hacía cuanto lo tenía bla bla bla, lo típico, hasta ahí para mí todo normal si bien él no tenía por qué preguntar tales cosas asumí que era su modo para disminuir la tensión de los pacientes. Seguimos en esas y el man seguía con la preguntadera ahora que donde vivía, que si estudiaba y que si la novia no sé que, está última pregunta llamó mi atención así que dirigí mi mirada a la mesa. Por un lado vi que las inyecciones que me iba a aplicar ya estaban listas y por otro más interesante me detallé bien a mi enfermero, un moreno bien moreno tipo buenaventura, como 1.65, cabello corto y un pecho y brazos que delataban que el man hacía gym, además de eso tenía una cara bien bonita y unos labios espectaculares de esos que provoca comérselos a mordiscos. El man al ver que lo estaba mirando como que se sintió piyado y me dijo:
“bueno listo que ya se las voy a aplicar”
Yo me preparé y para mis adentros me di cuenta que quería el man, aunque me hice el sano y esperé a que me hubiera aplicado las inyecciones. Una vez hecho esto y cuando ya me pude sentar él continuó haciéndose el bobo y se acercó a explicarme como debía tomar el resto de la medicina, cuando terminó yo clavé mi mirada en la suya, él se quedó inmóvil y sin pensarlo más me lancé y lo besé. El me recibió una chimba con esos labios inmensos firmes y suaves, además de que tenía un dejo de menta en la boca y una lengua bandida que se adentró a encontrarse con la mía. Duramos poco, él se separó y me dijo que no podíamos hacer mucho ahí por tiempo así que le dije “fresco deme su teléfono y nos estamos hablando”, intercambiamos números, me despedí con un pico y me fui para mi casa a terminar de alentarme.
Pasaron los días y pues seguimos en contacto, la vaina era que como todos los profesionales de la salud sus horarios de trabajo no daban mucho lugar a que coincidiéramos. Pero como todo llegó el día en que todo cuadró y quedó de venir a mi casa, que de por sí quedaba cerca al hospital, una tarde. Y pues tal como estaba planeado a eso de las 3 de la tarde tocan a mi puerta y pues ahí está mi enfermero, venía con el uniforme todo blanco típico de enfermero y un maletín, no sé si fue por la enfermedad pero esta vez me parecía mucho más chimba, a pesar de venir del trabajo se veía más fresco y traía el cabello un poco más largo como en un pequeño afro. Nos saludamos de mano para no dar visaje y me dijo “vengo a aplicarte tu inyección”, jaja me reí sin imaginar la sorpresa que éste man me traía entre piernas y entramos.
A veces cuando una trae gente es bacano conocerla un poquito en vez de tirarse de una al piso a pichar como conejos, éste man era como de esa opinión así que le ofrecí algo de tomar lo aceptó y nos sentamos en la sala a conocernos un poquito más. Me contó de su vida que estudio enfermería y que era la primera vez q iba a donde alguien que había conocido en el hospital. A esto le dije con doble intención: “pero no será la primera vez que va a poner inyecciones donde alguien no?” él la cogió y me dijo: “jaja no yo siempre voy listo por si me toca inyectar a alguien”, yo en mi arrechera le dije “ah entonces ya está listo?” y le mandé la mano a su morro. Poco me esperaba lo que me encontré, al tacto y por encima de la ropa parecía que estuviera cogiendo una botella durísima, caliente y tan ancha con mis dedos no podía darle la vuelta, lo miré con sorpresa a lo que él sonrió, no me contuve y ahí sentado como estaba le baje la sudadera y se la saqué.
A ver cómo se las explico, si bien no es la verga más larga que he visto en mi vida (viva killa no joda), esta verga merece una descripción detallada. La base era anchísima, mucho más que la muñeca de mi mano y parecía más bien un brazo, encima de ser tan ancha también tenía un largo considerable lo que junto con su ancho la hacía verse muy chimba. Encima de eso a mitad de camino la verga cogía una curva hacía abajo ligera pero lo que me pareció más chimba de todo era que como era una de esas vergas donde no baja el cuero por lo que la cabeza es bien puntuda y el grosor va aumentando en dirección al cuerpo. Yo cabía en mi asombro pero ni corto ni perezoso me lancé a mamarla. Obvio no entró toda y creo que ni la mitad, y el no poder bajar el cuero me dificultaba la mamada pero ayudándome con la mano me aseguré de que mi enfermero la disfrutara cosa que sus gemidos me aseguraban.
Después de un rato disfrutándome semejante animal me levanté y lo llevé a mi habitación. Ahí nos desvestimos y pude contemplar por completo a este man. Si bien era bajito tenía un cuerpo musculoso, piernas de futbolisa, un culo grande redondito y firme, eso sí tenía una pequeña barriga de cerveza, luego me contaría que llevaba una vida hetero. No perdimos tiempo y nos tiramos en la cama, beso iba roces caricias, de todo, tan poseído estaba que no caí en cuenta cuando quedé boca abajo con el encima, dejando mi culo a disposición de ese animal. Teniéndome a su disposición el empezó a rayarme mientras me besaba y lo confieso que sensación tan chimba, esa verga se sentía como un pedazote caliente que me llenaba toda la cola y alcanzaba hasta la espalda, teniéndome en su total control me empezó a puntiar y dado lo puntuda que era a pesar de no tener más lubricación que la natural las puntadas dieron lugar a que empezara a entrar, todo en una sensación muy chimba. El empezó una especie de bombeo pero cuando la parte gruesa de su verga empezó a entrar cayó en mi un dolor inmenso como nunca, ya que además de que soy más act semejante verga requería un experto en eso de dar culo. Tal era el dolor que el ante mi incomodidad sugirió que cambiáramos posiciones. Y pa que con semejante culo q tenía el man no puedo decir que la iba a pasar mal. Lo puse en pollo asado y lo penetré y uff q cosa tan rica, calientica, firme aunque no demasiado, empecé el bombeo y que delicia de man, a pesar de no haber lubricado todo iba a la maravilla. Además el seguía con semejante parola que me pegaba en el abdomen cada que embestía, yo estaba en el cielo y el también pero quería algo más con mi monstruo, así que gracias a que soy flexible y a que el la tenía tan larga, mientras lo penetraba empecé a mamarle la verga. No este man empezó a retorcerse de la arrechera y no duró mucho antes de que me dejara todos esos hijos en la boca, cosa que hizo que me viniera con ese esfínter exprimiéndome hasta lo último.
Con este man lo repetimos varias veces, si bien nuestros horarios no coincidían de a mucho, como vivía cerca de donde él trabajaba cada que podía se pegaba la rodadita.
Espero que les haya gustado y acepto sus comentarios