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Después de una noche de copas, a eso de las 3:00 am, íbamos caminando mi chico y yo hacia mi casa, él me estaba acompañando ya que estaba cerca del sitio donde nos encontrábamos.
Empezó una leve llovizna, por lo que decidimos esperar un poco a que cesara el agua bajo un techo de una tienda que se encontraba ya cerrada tenía una sillita afuera por lo que era cómodo esperar allí.
Tenía mucho frio por lo que me fui a sus brazos para sentirme protegida, tenía una pequeña minifalda lo cual hacia que el frio se sintiera más fuerte. El me empezó a besar apasionadamente a lo que respondí con mucho gusto ya que era lo que necesitaba para minimizar el frio, cada vez los besos eran más intensos, el metió sus manos bajo mi camisa y empezó a acariciar mi espalda, fue llegando lentamente al sostén y se encargó de desabrocharlo con facilidad, luego llevo sus manos hacia mis senos mientras yo me estremecía al sentir sus caricias, subió mu camisa y bajo sus labios hasta mis pezones, empezó a chuparlos y a pasar su lengua suavemente por ellos mientras yo estaba parada contra la reja, con mis piernas cada vez más temblorosas a medida que subía la excitación, mi vagina se humedecia lentamente y el fue bajando su deliciosa mano, subió mi pequeña falda y metió sus dedos entre mis interiores, empezó a tocar mi clictoris de una forma que nadie lo había tocado, tan suave que no era doloroso, pero con la fuerza que me hacia sentir el hombre que estaba a punto de poseerme.
La calle continuaba sola, habíamos olvidado que nos encontrábamos a la interperie, ahí estaba yo, dejándome chupar los senos y dejando manosear mi vagina en mitad de la calle, pero no me importaba, era la mejor sensación que estaba teniendo en mucho tiempo.
Baje mis manos a su pantalón, baje su cierre y sus bóxer y saque entre ellos ese enorme pene, duro y rico como nadie lo ha imaginado, me agache lentamente y empece a lamerlo, asi delicioso como cuando uno saborea el mas rico manjar. Lo empece a chupar a meter y a sacar de mi boca. Hice que mi chico se sentara en la silla y me sente encima de el, con las tangas de lado para logar la penetración de ese gran miembro…. Que delicia, exitada como no podía mas, empece a subir y a bajar para seguir el ritmo y el subio mi camisa y empezó a tocar mis senos. Era tan delicioso que no habíamos recordado que estábamos en la mitad de la calle, almenos no pasaban nadie y la soledad de la noche era nuestra confidente…. Despues de tantas penetraciones mi chicho y yo llegamos a la par, fue una lluvia de excitación y satisfacción, bajo por mis piernas, moje su pantalón, pero fue completamente delicioso… Nos limpiamos algo con unos paños, acomodamos nuestra ropa y retomamos nuestro rumbo hacia mi casa, me dejo en la puerta, nos dimos un delicioso beso de despedida y quedamos de seguirnos viendo y asi ha sido, teniendo otras deliciosas experiencias…