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El Triplichín

Esta historia me sucedió un par de años antes de conocer a mi esposa, cuando salía con otra chica. Fue mi primer y único trio que he hecho, por que a mi esposa no le interesan los tríos.

Yo tenía una novia cuatro años mayor que yo, llamémosla Karen y llevábamos saliendo unos meses. Ella vivía sola (yo aun no ganaba lo suficiente para vivir solo, así que compartía un apartamento), por lo que yo prácticamente vivía en casa de ella. Pues bien, esto sucedió un sábado en la mañana. Yo estaba haciendo un diplomado y el viernes terminaba a las 10 pm para regresar el sábado a las 7 am, así que los viernes de clase me quedaba en mi casa para evitar rumba y trago. Ese sábado llegué a la clase pero antes de las 10 el profesor recibió una trágica noticia, así que terminó la clase por ese día. Yo arranqué para la casa de mi Karen, que estaba solo con su mejor amiga, llamémosla Melisa, hablando, pues se había quedado la noche anterior con ella.

Llegué con cervezas frías como a las 10:30 am y empezamos a tomar, mezclando con un poco de aguardiente y algo de porro. Antes del mediodía ya estábamos borrachos los tres y pues Karen y yo vivíamos en una sola arrechera. Melisa nos había visto follar muchas veces y nosotros a ella. Había confianza. Entonces yo le dije a Karen que nos echáramos uno y ella me pregunto que si me gustaba el triplichín. Para mi era nuevo el término, pero lo entendí de una. Nunca he hecho triplichín dije. Que dices Melisa, le hacemos el triplichín?. Yo pensaba que ellas ya lo habían hecho antes, por que fue muy normal y natural, así que pregunte, les gusta? ya lo han hecho antes? No, nunca. Melisa se reía, pero Karen insistía, hagámosle el triplichín Melisa, y yo decía, claro, vengan, hagámoslo, rico. Melisa no se decidía, solo reía, hasta que finalmente dijo, listo, hagámoslo.

Karen me llevó a la cama y me acostó boca arriba y empezó a besarme. Melisa se hizo al otro lado de la cama y Karen le cogió las manos y se las puso encima de mi pecho para que me acariciara. Melisa también me empezó a besar mientras me acariciaba y los besos iban de Karen a Melisa y viceversa. Entonces Karen me desabrochó la camisa para morderme las tetillas y tocarme. Melisa seguía besándome. Una mano de Karen se metió dentro de mi pantalón y me cogió la verga que ya estaba a mil. Ya está duro, que rico, mira Melisa, dijo mientras me soltaba el cinturón. Melisa dejó de besarme y ayudó a Karen a bajar el cierre y quitarme el pantalón e inmediatamente asomó mi verga tiesa y parada.

Quieres chuparlo Melisa? Dijo Karen, a lo que Melisa respondió que si y se la tragó completica y empezó a darme una mamada deliciosa. Yo comencé a cogerles las tetas con cada mano a una pues estaban a lado y lado mío, a sobarles el culo y a meter mis manos entre su ropa interior. Karen también comenzó a trabajar en mi verga y a pajearme. Se notaba que era la líder y que guiaba a Melisa, que hacía todo lo que Karen decía y hacía. Una boca, otra boca, una boca, otra boca. Se sentía muy rico dos lenguas en mi glande y cuatro manos acariciándome y tocándome.

Yo vi que Karen, le cogió la cara a Melisa y la beso con lengua, Melisa le respondió el beso y aquí empezó otra faena, pues no solo me estaban haciendo oral, si no que ya estas dos pasaron al lesbianismo, con unos besos calentísimos que me excitaban un montón. Yo les agarré las manos y se las puse en las tetas de la otra para que se tocaran y luego las fui desnudando. Ellas se besaban y se tocaban las tetas, me pajeaban y me chupaban la verga y yo sentía que no iba a aguar más de la arrechera.

Ya una vez desnudos los tres en la cama, cogí a Karen y le metí dos dedos en la concha que la tenía muy mojada y me puse a masturbarla. Mientras tantos nos besábamos los tres y nos tocábamos, así que cogí la mano de Karen y la llevé a la concha de melisa para que le diera dedito un rato y terminara de arrecharla, aunque ya estaba un poco mojada y Melisa no tardó en empezar a masturbar a Karen. Yo les chupaba las tetas a las dos y las besaba mientras ellas se hacían rico una a la otra. Luego me uní con la lengua y empecé a hacerles sexo oral a las dos. Recuerdo la concha de Melisa con unos labios y un clítoris grandes y un mechón de pelo en el pubis y la de Karen más pequeña y peladita como piel de bebé. Eso si las dos con ese delicioso olor de sexo que me calentaba.

Entonces me acosté bocarriba y puse a Melisa encima, le metí la verga y empezamos follar delicioso. Karen le daba nalgadas a Melisa y nos besaba mientras que la ayudaba a no perder el ritmo cogiéndola por las caderas. Melisa gemía de placer y yo le agarraba las tetas duro, aunque eran pequeñas y le pellizcaba los pezones. Que puta resultaste Melisa, dijo Karen. Yo pensaba que no te ibas a animar y mira, ahora me toca pedir turno para comerme a mi novio.

Melisa tuvo un orgasmo tan fuerte que pegó un grito durísimo y empezó a temblar. Karen que estaba junto a mi, la ayudó a levantarse y se puso en cuatro para que yo la se la metiera mientras que no dejaba de tocarle la concha a Melisa que seguía viniéndose. Yo se la metí a Karen en cuatro y empezamos a coger ritmo. Melisa se acercó para tocarme el culo y las huevas y las tetas a Karen que tenían el pezón duro. Karen que siempre decía muchas cosas cuando teníamos sexo empezó, más duro, rómpeme, rómpeme capitán, métemela toda que quiero sentirla en la garganta, más duro, déjame sin matriz, párteme la cuca, así, así, duro, más duro, Melisa chúpame las tetas y sácame la leche, y mientras gritaba tuvo uno de sus lindos orgasmos, que si Melisa gritó, Karen casi tumba la casa, ya, ya, me vengo, sigue, sigue, duro, duro, me vengo, ahhhhhhhhhhh. Y siguió, quiero más vaquero, más, no pares, acábame, castígame por el culo marinero (esas son algunas de las que recuerdo, por que eran muchas más frases y como pueden ver tenía bastantes fetiches).

Como a Karen le gustaba el sexo anal y me lo estaba pidiendo yo se la mande por el culo, a mi me encantaba clavarla por que se sentía apretado y me hacía venir rápido. Le bombee un rato mientras que nuestra amiga Melisa la besaba, le chupaba las tetas y se las cogía. Así en cuatro y mientras yo le metía la verga por el culo a Karen tuvo otro de sus sonoros orgasmos y escucharla gritar me hizo venir también dentro de ella.

La verdad es que todo esto duró unos 15 minutos, pero había sido intenso. Quiero más dijo Melisa. Yo necesitaba unos minutos para recuperarme y Karen se levanto al baño, así que opté por chuparle la concha a Melisa y darle dedo mientras yo me empalmaba nuevamente. Le cogía las tetas y trabajaba con mi lengua en su clítoris. Melisa volvió. Vamos a la ducha, dijo. Nos levantamos de la cama y nos metimos al baño. Una vez allí corrió el agua y el jabón y empezamos a enjabonarnos los tres mientras nos tocábamos, así que no tarde en ponerme arrecho nuevamente y mi verga se puso tiesa otra vez.

Levanté a Melisa que seguía con ganas de más, la puse contra la pared y le metí la verga y así le di clavo. Ella me agarraba fuerte del pelo y me arañaba la espalda. Karen a su vez me cogía las nalgas y con la mano enjabonada me rozaba el ano, eso me excita mucho y ella lo sabía, por eso lo hacía. Nos tocaba a los dos mientras follabamos y lo disfrutaba, los pezones de Melisa estaban duros y Karen se los agarraba. Quiero metértela en el culo Melisa, le dije, pero ella se negó, entonces seguí como íbamos. Melisa solo gemía, a diferencia de Karen que le gustaba decir vulgaridades. De repente sentí las uñas de Melisa entrar en la carne de mi espalda y escuché un grito ahogado de ella, lo que me hizo saber que estaba teniendo otro orgasmo.

Bajé a Melisa pero seguía tieso, así que Karen se arrodilló para mamarme la verga y hacerme venir. Jaló de la mano a Melisa para que se le uniera y entre las dos bocas y las cuatro manos lograron sacarme otro tarrado de leche que les embadurnó la cara e incluso cayó en sus bocas, leche que se tragaron juiciosamente.

Terminamos de bañarnos, salimos de la ducha y mientras nos vestíamos Karen empezó a reírse como loca y decía que no podía creer lo que habíamos hecho. Melisa tampoco lo podía creer y yo menos. Hicimos un pacto de no decirle a nadie, especialmente al novio de Melisa y de repetirlo en cuento se pudiera.

Pero nunca se repitió. Yo salí una par de meses más con Karen y aunque nos vimos con Melisa, nunca volvimos a estar los tres solos, siempre estaba su novio. Aún mantengo contacto con las dos por el Facebook y se que ellas al igual que yo no han tenido otra experiencia como esa. De hecho, por eso escribo este relato pues hace un par de días hablé con Karen que ahora vive fuera del país, está casada y tiene una hija y nos acordamos de esa historia y ella que sigue siendo gran amiga de Melisa, quien también está casada con hijos, me dijo que esta tampoco lo ha hecho. Así que le dije que el pacto sigue vivo!

gerrrodri

Soy hombre heterosexual

visitas: 806
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2014-10-03 16:11:49
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1 Comentario

ufffffffffff, deliciosa experiencia

2014-10-03 17:12:18