Como les dije me encontraba en este pequeño pueblo más bien aislado y pues la busqueda de un cuatre había estado bien complicada, nada por paginas y los maricas del pueblo estaban muy pailas así que nada que hacer. Pero como al que le han de dar le guardan. Un día de cualquiera luego de trabajar entré a comer al restaurante del pueblo y pues como estaba tan atestado me senté en una mesa pequeña con alguien más que no conocía, no reparé en el man hasta que terminé de comer y subí la mirada y me dí cuenta que el man me estaba mirando. Era un pelado blaquito delgado con corte de pelo militar unos años menor que yo y pues como ojo de loca no se equivoca ví que el man era del cuento así que de una le hice parla. Me contó que si que había caído en una redada y lo habían puesto a prestar servicio militar en ese pueblo. Ese día en particular el man se había ganado una licencia de 24 horas pero como el pueblo quedaba tan escondido y como tampoco tenía plata pues no se había cogido pa ningun lado. Le dije que pues aprovecharamos y nos tomaramos unas frias entonces pero el man me dijo que entraba al rato y no podía volver así. De modo que intercambiamos números y pues quedamos en estar en contacto pa parchar cuando se pudiera.
Pasaron unos 10 dias cuando me llegó un mensaje al celular, “tengo otra licencia, salgo a las 6” no dude en contestarle y acordamos en ir a comer a un sitio mejor pa variar todavía sin insinuarnos nada. El man llegó y pues por la pinta se había bañado justo antes de salir, traía una maletín pequeño para la noche y pues nos sentamos a comer sendas hamburguesas. Una vez hecho esto yo pensaba que nos ibamos a ir a tomar o a hacer algo más pero el man, medio en serio medio insinuandome me dijo:
-”parce es que me pusieron a bolear mucho estos días y estoy cansado, será que me puedo ir a dormir ahora donde ud se queda porque ando bien cansado”
-yo le dije “claro parce, en mi habitación hay un sofá, se puede quedar sin ningún problema”
El man me agradecido y pues como decía que estaba tan cansado salimos para donde yo vivía en donde estuvimos al muy poco tiempo.
Una vez ahí cerré la puerta los dos nos sentamos en el sofá él se quitó los zapatos y dijo:
-“ve que chimba donde vive parce”
-yo le contesté con puya: “chimba que hayás venido parce”
-”jaja y eso porque parce” me dijo mirandome a los ojos y con sonrrisa picara
-”No pues compañía parce, tampoco conosco a nadie acá” dije haciendome el bobo pero acercandomele, la típica
-”ahh y es que a mi me conoce?” me dijo casí riendo
-”pues ahora algo y ojalá lo conosca mucho más” le dije, ya acercandome a el
y pues nada nos fundimos en chimba de beso, y empezamos a tocarnos, este man estaba bien rico, flaquito, blanquito, todo tiernito. Este man era un Dios besando no he conocido unos labios y una lengua tan bandidas como las de el, literalmente me tenía en el cielo, y apenas comenzabamos. Luego de besarnos un rato empezamos a desvestirnos y nos acostamos en mi cama en boxers. Tan rico besaba este man que seguimos así un buen rato, simplementa besandonos y manoseandonos. Luego de esto el man hizo gala de sus habilidades con la lengua en todo mi cuerpo, no como les digo, me tenía en el cielo, este man me encontraba puntos erogenos en todo el cuerpo. Y no se detuvo ahí, cuando me tenía de espalda se hundío a darme una chimba de beso negro que casí que duró para siempre. Yo por lo general no era pasivo, pero a este man le daba lo que quisiera, además que a decir verdad, la tenía más bien chiquita y circuncidada, menos venenosa.
Empezó a puntearme y con toda la dilatación que me había dado ni sentí a que horas entró su verga y solo disfrutaba el roce de su cuerpo sobre el mio, como su respiración se aceleraba y todas las cosas que me decía al oído. Sin embargo yo no podía dejar que el solo fuera quien mandara en la cama le dije “ahora me toca a mi” y cambiamos papeles. Este man no tenía un solo punto que no estuviera una chimba, axilas, manos, piernas, la ingle era deliciosa lampiña de fabríca con unas bolas bien caidas y además que los gritos de placer que daba cuando le lamía su ano y lo dilatado que lo tenía hablaba de la experiencia que tenía este peladito que resultó ser un animal del sexo. Lo hice temblar a punta de lengua y decidí que era hora de darle su dosis de verga, la cual recibió con mucho gusto y con todos los dotes de un pasivote pidiendo más verga, la arrechera era casí infinita. Ahí el man empezó a decir “me vengo, me vengo” y dicho esto yo tuve uno de esos orgasmos donde se siente que se estalla la verga, así que le pegue su buena preñadota mientras su semen volaba por los aires y pegaba en mi cuerpo y en mi cara.
Y pues esta fue una de esas culeadas que enamoran, quedamos tan cansados que nos quedamos dormidos y pues al otro día seguimos repitiendo. Durante el tiempo que estuvimos en el mismo pueblo repetiriamos unas 3 veces, hasta que el terminó de prestar el servicio y pues hasta ahí. Alguién más lo disfrutará ahora.