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TRIPLETA

Bien tonificado, redondo y firme es su culo. Está en cuatro al borde de la cama. Lo acaricio con lascivia, abro sus cachas y observo detenidamente su ojete rosado. Me doblo para darle un lengüetazo y lo lubrico. Juego con mis dedos un poco bordeando su ano suavemente y dejando que se deslice suave por el primer anillo hacia adentro. Estimulo con delicadeza esa área y escucho su gemir suave. Mueve las caderas pidiendo más.

Lubrico con gel mi pene duro, recto y venoso. El glande se abre paso despacio y el calor de su ano dilatado abraza mi miembro. Siento como paso el segundo anillo de su ano y lo entierro hasta que mis huevos chocan contra los suyos. La respiración de ambos se agita y los gemidos envuelven la habitación. La sensación es en sí misma, indescriptible. Las fragancias masculinas, los músculos tensos, la piel velluda, los gemidos masculinos llenos de éxtasis, el impacto mental de estar penetrando a otro macho y saber que seré penetrado por otro igual.

Mientras muevo mi pelvis sintiendo la profundidad de un culo, siento que abren mis nalgas para lubricar el mío. Un par de dedos gruesos se pasean por el borde y la sensación resbaladiza del gel frío me eriza la piel. Sus dedos hacen un buen trabajo y me siento ya dilatado. No dejo de penetrar, pero ya quiero ser penetrado.

Mermo mi ritmo para dar paso a un falo de 18 cms, grueso, carnoso y recto. El lubricante facilita una entrada limpia y con poca molestia. Siento con placer cada centímetro entrar. Mis sentidos estallan cuando me siento penetrando a profundidad y siendo penetrado profundamente a la vez. El delirio me embarga. Siento placer por ambos lados y deseo expresarlo. Ahora somos tres gimiendo en la habitación y el frenesí se apodera de mi rostro. Intento sincronizar ambas penetraciones, difícil al principio pero al fin lo consigo. Entra y sale y los siento a los dos. Una y otra vez, una y otra vez y me tiemblan las rodillas, me estremezco por momentos y no quiero terminar. Nos enderezamos los tres para fundirnos en un beso que estimula nuestras bocas, nuestras lenguas y pieles sudorosas.

El culo que poseo está en posición nuevamente y estoy decidido a terminar así: siendo estimulado profundamente en ambos lados. Venirse con una verga adentro es un mega orgasmo y quien lo haya experimentado lo sabe, pero venirse con una tranca dentro y la propia dentro de otro culo, es un paroxismo. 

alexanderurrea

Soy hombre homosexual

visitas: 1079
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2014-12-17 10:50:49
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1 Comentario

Nunca lo he hecho pero quiesiera experimentar con una persona de experiencia.

2014-12-17 13:06:29