Después de haber leído muchos relatos, unos buenos otros no tantos, me arriesgaré a escribir mi experiencia. Hay dos ideas recurrentes en mis fantasías, mujeres inteligentes e interesantes y espacios, detalles visuales y situaciones que se quedan fijas en los recuerdos. Trataré de contarles como hoy cumplí no solo una de mis fantasías sino dos de ellas. Lo hice en mi primer encuentro con una mujer afrodecendiente.

Hace algún tiempo uso una aplicación llamada Badoo, allí conocí Fabiana, supongo que es su nombre en este mundo de erotismo. Después de hablar un par de veces decidimos continuar en whatsApp. Aun sabiendo que podría echar todo a perder, me decidí a hacerle una propuesta directa y atrevida: “Hagamos de nuestro primer encuentro algo emocionante, veámonos para cenar en un motel, si la química nos lleva más allá veremos hasta donde llegar sino tendremos una charla amena por tres horas ;)”. Su repuesta no fue un sí, pero tampoco creí haber recibido un no.

Hoy, justo en mi primer día de trabajo de 2015, recibí un mensaje de Fabiana para vernos y almorzar juntos. A pesar de la cantidad de trabajo después de vacaciones, no pude decir que no. Acordamos vernos a las 11:45 en el éxito de Colombia. Fue fácil reconocerla, una morena delgada, de 21 años, de cuerpo perfecto y mucha personalidad, la cual se reflejaba en su forma de vestir: jeans camisa de tiritas y sombrero de verano. Sin pensarlo y arriesgándome a que todo terminara allí repeti mi propuesta de conocernos en un motel. No hubo un Si como respuesta pero su sugerencia de comprar el almuerzo directamente en el motel me estremeció. Caminamos juntos hasta uno de los moteles cercanos, en cuanto entramos al cuarto nos besamos, de dicho beso dependerían las próximas dos horas, fue una sensación única sentir sus labios gruesos cubrir mi boca y su lengua jugar con la mía. No había duda, no habría mucho tiempo para hablar. Le dije que a pesar de que se veía muy bien con el sombrero, debería quitárselo y mayor fue mi sorpresa al ver como no solo se quitó el sombrero sino toda su jean y su blusa hasta quedar en ropa interior. Allí estaba frente a mi esa mujer negra de cuerpo perfecto y piel de ébano con un hilo y un strapless café. Nos besamos de pie, sentimos nuestros cuerpos, sentí su mano recorre su espalda y aventurarse a tocar mi pene erecto. En ese momento se perdió el control, me desnude con urgencia y la desnude sin paciencia, nos tendimos en la cama y sentí el placer de penetrar su cuerpo por primera vez. Su cuerpo perfecto se movía para permitirme ir cada vez más adentro, pude verla saborear mi miembro mientras yo acariciaba su cuerpo, disfrute al verla venir mientras la penetraba en cuatro y me deleite con el contraste de mi semen blanco sobre la piel oscura de su abdomen.

Desafortunadamente el tiempo corrió de prisa, el trabajo aún estaba allí esperándome y no hubo espacio para repetirlo una y otra vez. Sin embargo me quede con su promesa de volver a vernos pronto