Nunca había soñado ni fantaseado con tener sexo con dos hombres, al contrario me parecía del todo malo, pero alguna vez mi pareja me tocó el tema cuando me metía su verga, me decía “imagínate que mientras la tienes adentro me lo chupas” hoy no dejo de imaginarlo y de mojarme mientras lo hago.
Nunca había soñado ni fantaseado con tener sexo con dos hombres, al contrario me parecía del todo malo, pero alguna vez mi pareja me tocó el tema cuando me metía su verga, me decía “imagínate que mientras la tienes adentro me lo chupas” yo al principio solo le decía que si para que él se emocionara, aunque no puedo negar que algunas veces lo imaginaba y hasta lo alcanzaba a desear, pero era mientras pasaba eso.
En alguna ocasión por chat un hombre nos propuso un encuentro, nos habló un rato y mi pareja trataba de convencerme a lo que yo inmediatamente le respondía que no. Él hablaba con este fulano al que llamaré Manuel, y le preguntaba qué me haría, y Manuel tímidamente decía que lo que quisiera siempre y cuando lo permitiera. Yo en ese momento era muy radical, entonces mi esposo Javier me dijo siéntate en el chat y habla con él, solo para que molestes y ya, yo accedí, y empecé a leer lo que él me proponía, y obviamente me fui calentando al imaginar aquella situación. Le dije que nos viéramos en un bar antes para conocernos. Ya era muy tarde y Manuel no llegaba, Javier y yo creíamos que nunca llegaría, pero mientras conversábamos de todo, y de vez en cuando de lo que posiblemente pasaría.
Eran las 11:45 p.m. cuando nos llamó y apareció en el bar, se sentó en la mesa y nos presentamos, hablamos de nuestras vidas, y Javier me dijo párate al baño para que el vea tu cuerpo, yo algo nerviosa fui aproveche para arreglarme un poco. Cuando volví me encontré con la sorpresa que ya querían ir por el tan esperado encuentro. Nos fuimos en un taxi Javier y yo, y él en su moto. Llegamos al motel antes que él, incluso volvimos a pensar que se había arrepentido.
Nos tomamos unas cervezas y me quite la ropa tímidamente, solo tenía puesto un hilo plateado y una cadena en la cadera, en ese momento me sentía nerviosa pero sexi, y esa seguridad me la daba mi esposo, porque me miraba con mucho deseo. Entre al jacuzzi sola, mientras ellos me miraban y Javier no dudo en decirle a Manuel que me acompañara, él se quitó su ropa y entro, empecé a temblar, mi cuerpo solo había tenido cerca en mucho tiempo a mi esposo. Manuel empezó a darme un masaje y me tocaba cada rincón de mí, y Javier cada vez se le paraba más, me empecé a emocionar al ver esto, además sentía manos nuevas en mí, eso me producía una timidez que me excitaba demasiado; él empezó a meterme los dedos, yo estaba muy mojada y ya me empezaba a sentir cómoda con lo que pasaba. Javier no dudo en entrar, yo siempre lo miraba para ver su cara y la respuesta que me daba era de total agrado, me miraba con deseo, se masturbaba mientras veía lo que pasaba, y cuando estaba dentro de la tina me cogió en cuatro mientras Manuel ponía sus manos en mis tetas y su pene en mi boca, a mi no me hacía mucha gracia mamárselo, pero como veía lo que esto producía en Javier lo hacía con placer.
Luego Manuel me monto encima suyo, Wow la pose que más me gusta, me movía encima, y el agua salpicaba todo, el me movía como si yo fuera una muñeca, yo cada vez me sentía mas y mas emocionada, algo que siempre vi con desprecio se me había vuelto algo deliciosamente rico.
Salimos del jacuzzi para la cama y empezamos una maratón, Javier me daba en cuatro y yo se lo mamaba a Manuel, luego cambiaban, después metían sus dedos me hacían venir al punto que yo les pedí que pararan, que ya no aguantaba más, suplicaba que me dejaran descansar. Me decía a mí misma “me están culiando delicioso, quiero mas aunque me duela” los dos se entendieron muy bien ya que hubo respeto, y a mí solo me daban placer mucho placer, dos vergas en una sola noche, dos vergas a la vez, mi cuerpo quería cada vez más, en esos momentos se me pasaban muchas cosas por la cabeza. No recuerdo cuanto duramos en eso, lo que sé es que Salí de la cama muy cansada entre a la tina, y llame a mi esposo, el aun quería mas, y yo accedí, después de que metió su verga muchas veces llamo a Manuel y el se puso frente a mí para que yo se lo chupara una y otra vez, volvieron y cambiaron, ellos no se cansaban, bueno aunque debo admitir que eso me encantaba, me sentía deliciosamente culiada, sentía que era una mujerzuela y eso me encantaba, a Javier le encanta que me comporte como una perra en calor, como una mujer insaciable, por lo tanto volvimos a salir de la tina y allí fue cuando Javier me cogió de frente y yo le decía que quería más duro, y más duro, el me daba duro sentía la verga grande y muy adentro y le pedí que me lo echara, le pedí que se viniera, quería sentir esto como mi premio… Javier me complació termino y me abrazo tiernamente a pesar de la situación, me dio un beso y me dijo “te amo demasiado” lo cual me hiso sentir muy bien. Después de eso ya no quería mas estaba saciada, los tres hablamos un rato de lo que había pasado, de lo mucho que nos gusto y de la posibilidad de repetirlo, nos bañamos y nos despedimos.
Al otro día Javier no paraba de pensar en eso, y yo me sentía apenada, el duro todo el día culiandome ya que no podía dejar de pensar en eso… y yo qué puedo decir… me gusto, me gusto mucho y espero repetir.