Guía Cereza
Publicado hace 10 años Categoría: Sexo con maduras 3K Vistas
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Tenemos la cuenta en guía cereza hace algún tiempo. La intención es la de variar algo la rutina en el catre. Sin embargo las dudas asaltan la mente y algo de temor por llevar a la práctica lo imaginado en tantas noches: ver a mi esposa gimiendo y gozando penetrada por un joven. Un día recibimos mensaje de juvenal quien envió fotografías; después de tratar el tema con mi esposa decidimos aceptar su invitación. Nos encontramos en sitio publico  donde nos distinguimos, el pareció buen tipo. Ese mismo día fuimos a un pequeño bar donde compartimos algunos tragos con Juvenal, como ya estaba tarde concretamos para el día siguiente cita en el apartamento donde este joven paga arriendo con otro compañero de la universidad. Mi esposa trato de arreglarse lo mejor posible. Sentía como mariposas cuando nos dirigíamos al lugar citado. Una vez allí sentados en la sala entre risas nerviosas, se sentó junto a ella y le coloco la mano en la pierna. Luego se acercó y la besaba en el cuello y oreja actos que me causaban emociones encontradas. Introdujo su mano en la blusa y le extrajo los dos senos que empezó a succionar. Levanto toda su falda le quito los pantis y mientras besaba su cuello, le tenía la mano entre las piernas. A juvenal se le hacia el bulto en el pantalón y decidí pararme y sentarme en una silla enfrente. Escasamente respiraba ella con los ojos cerrados seguro que no se atrevía a mirarme. El miembro lo tenía duro, me baje los pantalones y pareciera que me fuera a arrancar los testículos de lo duro que estaba. Él se internó entre las piernas de ella quien se recostó de espalda en el sillón, Tenía una pierna encima del sillón y la otra en el piso. La cara roja y los labios dilatados indicaban que gozaba mi mujer. Cuando él incorporo y se quitó el pantalón dejo ver el miembro tieso, y mientras buscaba en el bife, pude ver a mi esposa con todo su sexo expuesto y esperando a juvenal, ahí abrió los ojos y me miro que estaba paseándome y se acomodó mejor en el sillón. Mientras se colocaba el condón yo continúe agitando mi verga. Se le acomoda y en unos 10 segundos me dije “ya no hay vuelta de hoja la clavo “se le agitaban los senos y me pajiaba mas rápido, la hace girar y la coge por la cintura en la pose del perrito y el sillón se corría por efecto de las embestidas. Yo no aguante más y mi leche salto como a un metro, ella gemía diciendo   “hay que rico……hay que rico, él le masajeaba los senos por detrás; queda quieto espontáneamente cansado de la faena. Extrae su pene aun erecto, me mira con cierta sonrisa.

Aunque un poco más movido de lo soñado y con un tipo de carne y hueso se cumplió la fantasía.

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🍒 Pregunta Cereza

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