A Yorly la conocí en Medellín.  Era una docente recién salida de una universidad del chocó y quiso probar suerte en Medellín  para buscar trabajo.  En ese entonces mi empresa necesitaba una docente para que se fuera a un pueblo alejado del chocó.  Era una negrita con un rostro un poco brusco, de ojos grandes, bajita de estatura, labios gruesos y en esos días tenia mis fantasías con una negra.  Esta niña se me presenta, la entrevisto, y me pareció apta para el trabajo, pues conocía la zona y necesitaba el trabajo.  Se me quedo mirando a los ojos, le dije que la llamaría, y salió por la puerta.  Al salir note algo mas que su rostro  (que no era muy delicado que digamos).  Tenía un culito paradito, como toda una negra que se respete, y unas piernotas que me pusieron a mil.  Sus téticas era pequeñitas, tiernas, eso hace ya mas de 7 años.  El tiempo pasó y ella trabajaba en lo suyo, nos comunicábamos con frecuencia y en realidad yo sentía que había mucho feeling.  Era muy inteligente y cada rato me decía que cuando la iría a visitar.   Mi fantasía se hacia mas fuerte.  Yo ya no pensaba en una negra.  Pensaba en esta negrita del chocó, con sus piernotas y culito paradito que había visto en esa entrevista.  Tenía un jean muy apretado y una blusa que exaltaba ese cuerpecito negro y delicado. 

Llego la hora de hacerle una visita…una supervisión, en ese pueblo alejado del chocó.  Cuando le avise que iría noté alegría en su joven voz de chocoana.  Yo solo había estado una vez con una negra, pero le había pagado, y no tengo un buen recuerdo de eso porque a la final fue un sexo vacío, sin pasión.   Al llegar me esperaba también con otro personal que se había contratado, me instaló en un hotel del pueblo y nos fuimos para una comunidad indígena, hicimos nuestro trabajo y llegó la noche, tuvimos que dormir con los indígenas, pues era tarde y no podíamos volver…no era seguro.  Dormimos en un tambo indígena, con otros compañeros de trabajo, en el piso, en las tablas.   Me tocó dormir a su lado y no me importaba la oscuridad (que era total) ni el silencio ensordecedor de la selva, a lo lejos se escuchaba el ruido de los indígena beber y reírse.   Mientras tanto otros hablaban, nos reíamos un poco mientras yo me acerbaba un poco a ella.  Ella sintió esto y se acercaba a mi.  La cogí de la mano, y ella se dejó.  Empezábamos a rozarnos con la piel, mientras los otros callaban, era una piel muy lisa, suave, espectacular.  Sentía su olor, esta negra olía muy bien, era su olor natural, yo estaba extasiado, sentía que palpitaba y fue entonces que mi pene sufrió una erección.  La besé, me besó, y empecé a tocarle entre sus ropas (una sudadera común y fea que llevaba puesta) ese culo que soñaba.  Su piel allí era igual, se sentía lisa, suave y yo estaba a mil.

Creo que empezamos a hacer algo de ruido, y alguien prendió una linterna… hasta allí terminó nuestro primer acercamiento.  Al otro día nos bañamos todos en el rio, mientras esto, me gustaba mirarla de reojo, me estaba volviendo loco, veía el color de sus piernotas sus curvas perfectas sus téticas de adolescente.  Partimos de nuevo hacia el pueblo y de allí yo partí hacia Medellín, con mis ganas locas del culo de esta negra.

No fue después de muchos años, casi 5 años que nos volvimos a encontrar.  Nuestra relación era muy buena, pero solo telefónica y nunca hablamos del tema.  En las mismas condiciones nos volvimos a encontrar, pues el programa se había suspendido y se había vuelto a abrir. Des pues de ese tiempo volví al chocó a supervisar el programa educativo.  La alegría de los dos fue evidente y aquello que había quedado pendiente se sentía.  Me gustaba mirarla, y ella hacia lo mismo.  Llegó la noche, y El grupo de trabajo me invitó a unos tragos.  Nos los tomamos, y cuando estaba un poco prendido preferí irme al hotel, por seguridad.  Ella me acompaño, y allí inició de nuevo lo que hace cinco años teníamos pendiente.  Me encantaba tocar a esta negra, tenía el mismo cuerpo, el mismo olor.  Si, olía a negra, y eso me excitaba.  Mientras me quitaba la camisa bajaba por mi pecho por mi abdomen y me besaba con su lengua, me quitó el pantalón y encontró a mi verga a punto de estallar.  –Que rico papi- me decía, como gimiendo mientras se la metía a la boca.  Esos labios gruesos acariciaban mi glande y yo que me estallaba.  Me toco sacársela porque estaba que me venía.  Se la saque y empecé mi turno con sus téticas negras, suaves, deliciosas, sus pezoncitos duros hacían contraste con el cuerpo de sus blandos senos.  Se los chupaba con muchas ganas mientras le tocaba su vagina, muy mojada mientras me decía: - las negras somos muy calientes,  usted no puede conmigo-  y yo más dedo le daba, pero no aguantaba, yo estaba en otro mundo con esta negra, y me tocó darle lengua en ese chocho.  Era rosado y brillante y combinaba muy bien con el color de su piel.  Sabía muy bien:-dame papi, dame- me decía como gimiendo.  –Métemelo ya – me pedía, y la verdad yo no quería porque sabía lo que pasaría.  Se lo metí y en solo unos pocos bombazos me derramé de locura por esta negra.  Yo me vine, pero esta negra continuaba excitada, me puso boca arriba y sentó en mi pene y cabalgaba como loca, cabalgaba y cabalgaba.  Ella quería más.  Paró y se lo metió a la boca de nuevo, me lo mamaba y yo como loco disfrutaba.  -  Yo soy muy caliente, si vio?-  me decía como burlándose de mi.  Nos besamos y nos quedamos dormidos.  A eso de las 4 am se levantó y se fue de mi habitación.

A los dos meses nos volvimos a encontrar.  Nunca hablábamos del tema por teléfono, aunque si nos insinuábamos cosas.  Yo quería mas..y el día que llegue de nuevo,  así,  sin mas ni mas me fue buscando a mi habitación de hotel.  Nos besamos, y empezó de nuevo la faena, esta vez fue mas intensa, no estábamos bebiendo, estábamos frescos, con ganas sexo puro, sexo negro, chocoano, esta vez nos desnudamos y fuimos de una a la penetración.  Esta vez le rendí mas, ella estaba contenta, y yo feliz.  Pare un poco para no acabar primero, yo quería su orgasmo, y empecé a chuparle esa rosada y brillante vagina, le chupaba el clítoris mientras le metía el dedo, y bruscamente me quitó, se puso en cuatro y casi muero al ver ese culito ofreciéndoseme para ser devorado.  En cuatro le chupe su vagina de nuevo, se la tocaba con la mano, se la chupaba de nuevo, de tanta excitación le hice el beso negro, mientras le masturbaba con mi mano, allí me sembré un poco mas de tiempo, no se cuanto había pasado,  pero ella gemía de felicidad.  Ahora estaba preparado para bombearle en cuatro, mientras la bombeaba le cogí ese culito paradito con mis manos.  Sudábamos por el calor, mi sudor se chorreaba por mi abdomen como una cascada, y caía en su culo y chapoteaba mientras le daba bombazos con mi pene, era increíble lo que sentía, sentía su vagina estrecha, mi pene como que se agrandaba, y mas le daba duro, y le daba y ella en sus gemidos sudaba, y su negra piel brillaba, y no aguantamos mas de placer…me chorreaba dentro de su vagina como nunca.  Esta negra respiraba hiperventilada y yo también.  No creía lo que había acabado de pasar.  Una fantasía hecha realidad, con pasión con ganas.  Sexo puro, visceral.  Nos acostamos en cucharita, nos calmamos por un rato.  Si por un rato porque esta negra, esta cachondita caliente, se empezó a mover como buscando mas, sus caderas suavemente buscaban mi pene y esta vez no le quedé mal.  En cucharita con una buena erección se lo empecé a meter.  No fue difícil, estaba ya muy húmeda, así en cucharita le bombee, un buen rato, ella se movía como loquita, como licuadora, se que hicimos muchas cosas mas como por media hora, se sentó y cabalgó , y finalmente quiso repetir en cuatro y descontrolado le brindé mi leche en sus caderas negras.  Esa última vez amaneció conmigo, hicimos nuestros deberes y no tuve otro remedio que volver a Medellín con su erótico recuerdo.