Uno de esos viernes me encontraba algo cansada del diario vivir y le dije a una compañera que fuéramos al bar a tomar cerveza y escuchar rock clásico, efectivamente esa noche fuimos al bar y  que sorpresa había un bartender nuevo, este chico me llamo la atención porque su aspecto físico era diferente pues era un chico menor que yo, si mucho tendría apenas 18 años , pero físicamente era muy atractivo, nos sentamos en la barra  pedimos dos cervezas micheladas y  mientras hablaba con ella, sin embargo cada que mi compañera me hablaba aprovechaba el momento para observar el bartender, por  la manera en que hablaba podía deducir que era muy relajado ,que era de esas personas que le valía damier cualquier cosa.

Hubo un momento en que le hable y le pedí una de mis canciones favoritas “Persiana Americana” de Soda Estéreo, este chico con esa sonrisa encantadora me dijo huy nena ese tema es mi favorito yo con timidez pero tratando de ser coqueta con él le indique: ya somos dos.

Mi compañera se dio cuenta de una que este chico me gustaba, yo trataba de disimular mi gusto por el, sin embargo este chico de sonrisa encantadora y de personalidad extrovertida no me daba pie  para yo coquetearle intensamente, esa noche seguimos tomando y llene una encuesta de satisfacción del establecimiento, cuando la termine se la entregue, le indique muchas gracias y me despedí, nos fuimos cada una a la casa.

No deje de pensar en este chico de cierta manera tenía algo que me inquietaba, sentía excitación cada que pensaba en el, a pesar de que su aspecto físico fuera la de un joven de 18 años.

Al día siguiente alguien  que se llamaba Andrés me escribió  un mensaje en Facebook: Mi primer día de trabajo, ¡que sexy eres!, además tienes buen oído musical, ¿qué tal si vienes en la noche?, hay un especial de Kiss, se que te gustará.

No acostumbraba ir los sábados pero con ese mensaje sentí algo en mi estómago y no eran mariposas, sentía un sentimiento de lujuria hacia ese chico.

Ese día me vestí lo más sexy y organizada que pude, me puse un vestido largo con escote profundo adelante, en el se podía observar la forma de mis pechos, quise irme lo mas picante posible por si había algo inesperado, unas brasileras negras y un liguero con medias fueron el toque caliente de mi vestimenta.

Llegue al lugar acordado y allí estaba él, con su look informal y relajado, se veía mucho menor que yo, pero note de una que me miro con una intensidad  por lo cual me sonrojé, me hice en la barra y este bartender me invito a una bebida de la casa, me pregunto: ¿qué disco quieres para empezar el especial?, yo conteste: i was made for loving you de Kiss.

El bartender sonrió y empezamos a conversar, hubo un momento donde tomo mi mejilla con su mano, esto hizo que mi respiración se agitará, moría de ganas por que el me tocara toda completamente.

 Llego el momento donde se fue el administrador, el bartender quedo a cargo  del bar, seguimos tomando cerveza y escuchando música cuando ya era la hora del cierre, la gente comenzó a salir y yo como buena chica me quede acompañándolo. La gente había salido del lugar y nos encontrábamos por fin solos,  me encontraba  en la barra terminando mi bebida cuando este chico se me acerca, toma mis caderas y las aprisiona a las de él, me da un beso delicioso, tan intenso que sentí  la necesidad de tener sexo en ese mismo sitio, nos besábamos intensamente y el pone su mano en mi vestido y lo sube lentamente para tocar mi lencería, cuando sintió mi media velada y mi liguero el dejo de besarme para solo concentrarse en mirar mi lencería, me dijo: Que delicia de ropa, primera vez que estoy con una mujer mayor  y tiene una ropa tan deliciosa, era mi gran fantasía, respondí: hablemos menos y pasemos rico.

El quito mi vestido, quede con mi brasier, mi liguero y brasileras, le quite la camiseta y este chico saco mis senos de mi brasier y con su lengua recorrió mis pezones, los tocaba con sus gestos podía entender que le encantaban, me hice encima de una de las mesas del bar, corrí mi  tanga para que el  probara mi caliente vagina,  sentado en la silla y yo acostada en la mesa recorrió con su lengua mi rayita, me lamia ¡tan rico!, yo tocaba mis senos mientras que el con su lengua frotaba mi clítoris, luego introdujo sus dedos suavemente y cuando estaban adentro los movía fuertemente con el fin de que yo me excitara, yo gemía con cada metida y sacada de sus dedos, le observaba la cara cuando me la chupaba y su boquita estaba mojada por los líquidos que salían de mi vagina húmeda y caliente. Luego me quito las brasileras, los brasieres  me dejo solo con el liguero y las medias, baje de la mesa, me puse a espaldas de él y acostada en la mesa, el abrió mis nalgas, con sus dedos recogía el liquido que salía de mi vagina para introducirlo en mi hoyito, yo gemí por que la sensación de su dedo en mi culito era delicioso, le dije : Deseo que metas un dedo en mi culo y otro en mi vagina, quiero sentir los dos a la vez, emocionado el chico me introducía los dedos fuertemente, me besaba las nalgas me decía que yo tenía un culo delicioso, ya me encontraba lo suficiente emocionada, saco un condón de su Jean, se bajo los pantalones se puso el condón y me lo empezó a meter despacio, agarro mis caderas con fuerza para halarme hacia él en pose del perrito, yo sentí ese pene en mi vagina tan rico, que comencé a decirle que tenía un pene delicioso, que me encantaba como me lo metía, este chico me agarro las nalgas y les pegaba fuerte, me decía: ¡Eres una perra deliciosa, mereces  la culiada que te estoy  dando, yo gemía. Se movía rápido,  solo se escuchaba su respiración y ese sonido singular del palmeteo de la vagina contra su pene, luego me agarre de la barra,  en cuatro seguí parando mi culo esta vez para que me lo metiera, este bartender abrió mi hoyito le tiro saliva y empezó a meter la punta de su pene, sentí un ligero dolor, sin embargo estaba tan caliente que le dije que lo introdujera todo, empujo su pene a dentro de mí  y  me daba por el culo tan rico que podía sentir que de mi vagina lubricaba demasiado, tanto que mis piernas se mojaban, cuando sentí que estaba teniendo un orgasmo de la emoción me salió un líquido transparente por las piernas le dije: ¡No pares que me vengo!, el sudando me pegaba en las nalgas y me contestaba : ¡perrita rica! Que culo ¡tan chimba!

 Llegue a mi orgasmo delicioso, él seguía dándome por el culito, se quito el condón, se  sentó en la silla de la barra, acerque mis tetas a su pene, le hice una rusa con ellas y a la vez se lo chupaba, me decía: ¡que ricas esas tetas!, yo tomaba mis tetas y con las dos manos subía y bajaba todo su pene, era de un tamaño normar, rosado y sabia delicioso, su pene estaba caliente, me dijo que se iba a venir, entonces con mi boca y mis manos lo masturbe y se lo chupe, deseaba como nunca ese semen en mi lengua, luego de pajearlo con mis manos, el tomo su pene y puso su glande en mi boca, sentí en mi lengua un liquido caliente y aguado , trague un poco , el sabor era salado, ¡tan rico! El resto lo deje caer en mis tetas, me levante,  me fui al baño a lavarme y  a cambiarme,  cuando estaba lista me acerque a él y me despedí diciéndole: ¡Que culiada tan rica!, volveré.