Cuando estaba en la U tuve un novio por pasar el rato, para salir y esas cosas. Un viernes nos fuimos a tomar cerveza y a escuchar Rock a un bar que nos gustaba mucho, cuando nos habíamos tomado como tres cervezas cada uno, aparecieron tres amigos, uno de nuestra misma facultad y los otros dos de otras pero de la misma U, nos habíamos visto muchas veces pero nada más. Ellos se sentaron con nosotros y nos preguntaron si queríamos whisky, que “todo bien, que ellos invitaban”, mi novio no estaba muy acostumbrado a tomar pero igual dijo que sí, que “de una”; entonces ellos pidieron una botella y nos empezamos a embriagar. Menos de una hora después mi novio estaba bien ebrio, no daba razón de nada, “pues yo no quiero irme ya para la casa”, les dije, “mandémolo en un taxi y la seguimos”, dijo uno de ellos, “pero no aquí”, les dije, “hay mucha gente”, “nos vamos para mi apartamento en Santa Isabel”, dijo otro, “listo de una”, les conteste "pero con más whisky", “allá tengo una botella de Chivas, paguemos y nos vamos. Pero tómate el cunchito”. Era una buena parte del fondo de la botella, me lo echaron en un vaso y lo bebí de una. Yo también estaba ebria.  

Al fin nos subimos los cinco en el mismo taxi y llegamos al apartamento de F. Era en un tercer piso, inmediatamente sobre el comedor aparecieron una botella de Chivas y media de aguardiente, sirvieron una buena copa del Cristal y se la dieron a mi novio, eso lo fundió mucho más. Los cuatro restantes nos sentamos en un sofá en forma de L, me pasaron la botella y bebí un buen trago, estaba muy ebria. “Regálame un besito me dijo F”, se lo di en la mejilla, “no, uno de le lengüita”, “venga papi”, le dije; fue un beso largo, muy largo. Cuando terminamos otro de los presentes me giró la cabeza con cierta brusquedad agradable y me besó también, otro beso largo, el tercero hizo lo mismo (con mi novio tirado en un sillón sin ver, ni entender nada).

“¿Has estado con tres hombres?”, me preguntó uno de ellos, “desde pequeña tuve sexo con dos primos, hacíamos de todo, una vez hasta llevaron a un amigo”, “Uy, ¿cómo así, tus primos te comían de pequeña?”, “si, desde los 12 años, fue por casi tres años, la pasábamos deli, eran un par de arrechos enfermos, casi siempre me cogían entre los dos”, “Uy que deli mami, ¿no te gustaría repetir esa experiencia hoy?”,  tomé más whisky “hagámosle”, les dije, “hoy es un buen día, me fue bien en el parcial, hay que celebrar”. Reiniciamos con los besos turnados y poco a poco me desnudaron, primero de la cintura para arriba y me besaban las tetas como locos, el primero de ellos se quitó el pantalón se paró en el sofá, poniéndome la verga en la cara, se la empecé a mamar como desesperada mientras los otros me chupaban las tetas y me quitaban el pantalón y los calzones; de repente sentí muchos dedos en mi vagina, ambos estaban dándome dedo como locos al tiempo mientras yo mamaba. Senté al que se la estaba mamando y me puse sobre él con las piernas abiertas, me penetré de un solo tirón (el hombre gritó de lo rico que me la metió), lo sentí hasta el fondo y empecé a saltar sobre él; le indiqué al otro que se subiera al sofá (ya ninguno tenía pantalones) para mamársela, al que quedaba le chupé dos dedos y los puse en mi culito, haciéndole señas para que los metiera. Entonces tenía uno en mi boca, el otro en mi chochis y el tercero listo para penetrar mi culito, después de un rato le dije al de los dedos: “métela ya”, “uuuy, que culo tan rico”, decía mientras me penetraba y empezaba a moverse.  Los tres estaban dentro de mí, “¿así te comían tus primos?” me preguntaban, “si, así. Les fascinaba darme por el culo”. Empezaron a rotarse y cambiarme de posición en el mismo sofá, casi todas las poses eran dobles penetraciones y el tercero en mi boca. “Cuando se vayan a venir háganlo en mi boca, porfa”, los tres se pusieron de acuerdo para bañarme la cara en semen, fue delicioso sentir ese calor y ese saborcito en la boca; bajé el trago de semen con más whisky. Mi novio seguía totalmente desmayado mientras estos tres hombres me culiaban como locos.

Luego nos fuimos al cuarto y le apagamos la luz a mi novio y le dieron más aguardiente. Los puse a los tres en la cama, alineaditos, me monté en 69 sobre el de la mitad y empecé a mamar las tres vergas mientras me chupaban la chochita, pasaba de uno al otro para chupar y ser chupada. “Se la mamabas a tus primos”, “si, y me tomaba toda la lechita”, “¿Te la metían por el culito?”, “uy si, todo el tiempo”; el que me preguntó esto se puso de pie sobre la cama, se ubicó detrás de mí, me abrió el culo y me penetró de un solo empujón, ambos gritamos al tiempo, “que culo más apretado tienes”. Otra vez empezaron a turnarse, no recuerdo un solo momento sin una verga entre mis dientes o en mi culito y una vez más se vinieron los tres en mi cara y boca.

Perdí la noción del tiempo, porque amaneció muy rápido, saqué una cobija, fui a la sala a buscar mi ropa y me recosté junto a mi novio. Menos de dos horas después era de día y un rato después estábamos desayunando, “¿la siguieron anoche o qué?”, preguntó mi novio, los cuatro nos miramos, “la verdad no”, contestó F. “Nos tocó acabar con el trago a los tres solos, ustedes estaban muy mal. Nos tocó acabar con el chivas y dormir juiciosos”.

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