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“! Auxilio!, ¡Llegó La Policía!” (Final).

En ése momento cuando tenía la pistola en mis manos, observándola, y palpándola pasaban por mi mente en forma veloz y atropellada, miles de pensamientos, ideas, oraciones, y promesas de todo tipo, y todo eso, en un revuelto inimaginable y confuso, recordé todas las oraciones que había aprendido de niño cuando era el sacristán de la iglesia de mi barrio, y oraciones además que hacía mucho tiempo no rezaba, y sobre todo las oraciones de arrepentimiento…. El Yo pecador, El Salmo Miserere, el Acto Penitencial, el Acto de Contrición I, el Acto de Contrición II, etc, etc, etc…. Jajaja!

“Dios mío!, Si salgo de ésta prometo nunca más meterme con una mujer casada”, y piense!... “Es que habiendo por ahí tantas nalguitas libres y caritativas, sin problemas, sin compromisos, quien me mandó a meterme en éste lío?, esto me pasa es por “culipronto” y por “bragueta loca”!,… Oiga!, sería que Diana decidió no volver, y del susto, y para salvar el pellejo, ya va, es pero llegando a Marte?, Claro!, hasta yo aprovecharía un “papayaso” de estos para volarme!, ! Y a todas estas mi amiga, que?, será que también salió “pitada”?, y más si se enteró que Diana le dijo aquí al sargento que dizque yo soy su “hermano”, ¡pues claro!, puso también los pies en polvorosa pensando que a lo mejor, el sargento la mate a ella también por cómplice!... y piense!!…..Jajaja!

Cuidando de no devolverle la pistola al sargento, la puse en el escritorio exclamando: ”Definitivamente a mí las armas me causan mucho respeto, dejémoselas más bien a los profesionales y expertos como usted, al mismo tiempo que para distraerlo de la pistola, le señalaba en el otro extremo del escritorio las artesanías hechas con los cartuchos de bala de fusil en forma de coheticos y misiles, y le pregunté: “¿Y dónde consiguió esos adornitos tan curiositos y bonitos?, me gustaría tener unos adornitos de esos en mi casa, son muy simpáticos, y a la vez poco comunes.

Noté por su expresión que le había dado en un punto clave, que le había tocado el ego, y además lo más importante, había logrado que se olvidara de la pistola por un momento,---- Ah! esos adornitos, no amigo, esos no los consigue usted en ningún lado, esos los hago yo mismo en mis tiempos libres en la estación, con los cartuchos de fusil que sobran de las prácticas.

Vea pues!, aparte de todo, resultó usted todo un artesano MI CAPITAN!, aunque yo conocía de rangos, y por las insignias que llevaba en su uniforme, sabía que era apenas un sargento, lo subí de rango para halagarle el ego, y él no se molestó en corregirme, yo estaba ganando tiempo, pero hasta cuando se iba a prolongar mi agonía?, ya estaba perdiendo las esperanzas, parecía que el famoso vaso con agua y la mujer del sargento no iban a llegar nunca!, cuando oí unos pasos y unas voces, y al momentico abrieron la puerta del cuarto, y entró Diana con el vaso de agua en un plato, y con ella venía…. ¡Mi amiga!.

Aleluya!, Eureka!, Hip!, Hip!, Hurra!, Viva Colombia!, H.P Vida!, mi corazón saltó de la emoción tan verraca!, ¡hasta casi me paro del sillón!, Jajaja!, nunca pensé que al ver a mi amiga, a mi compinche, a mi celestina, a mi alcahueta querida, iba a sentir tanta alegría, que carajos!, qué diablos!, si iba a morir!, por lo menos iba a morir viendo una cara amiga, querida y especial!, Jajaja!

Cuando el sargento las vio entrar, hizo un ademán para pararse a saludar a mi “hermana”, pero mi amiga muy rápida e inteligentemente le dijo, “!Hola lindo, no!, no te pares!, Y abrazándolo, y dándole un beso en la mejilla,----El beso de Judas, pensé yo, jejeje!,----

Cómo estás?, que rico verte!, ya Dianita me comentó que pudiste venir a acompañarnos un ratico, que rico!, huuy!, pero te veo mucho más simpático que la última vez que te vi, eso sí!, aquí con el perdón y el permiso de Dianita, no vaya y sea, se me ponga celosa.

Y luego volteándome a mirar a mí, me pregunto: ”Y como seguiste hermanito?, mientras me picaba el ojo, y se colocaba justo por el lado del escritorio por donde estaba sentado el sargento, para tapar y obstruir con su cuerpo ése lado….Que ángel mi amiga!, un ángel enviado del cielo!, pensaba yo en ese instante. Jajaja!.

Diana a su vez me dio el vaso con agua, para luego quedarse parada por detrás de la silla donde estaba sentado su marido el sargento, mientras lo abrazaba y  le acariciaba el cabello, yo viendo toda esa sincronización, y ese montaje tan perfectos, y esa actuación de las dos mujeres, tan natural, tan desenvuelto, y tan convincente, a pesar del momento tan crítico y peligroso por el que estábamos pasando, pensaba: “Dios mío!, las mujeres, como esposas, como novias, como amantes, como amigas, o como hermanas, más aún, también como madres o como hijas, siempre y cuando lo quieran a uno, o lo amen, son incondicionales!, son un tesoro precioso e invaluable!, pero como enemigas!…!Líbranos Señor!...Jajaja!.

Yo le respondí a  mi amiga: ” Ya “hermanita”, ya me siento un poco mejorcito, me toca quedarme otro ratico sentadito como para que se me pase bien ésta crisis, tú ya sabes cómo es esto, para luego dirigirme al sargento y a Diana alternadamente diciéndoles: “Me da tanta pena con ustedes, causarles esta molestia y esta incomodidad, espero que me sepan disculpar!”, y ahí intervino el sargento para decir: “¡No hombre como se le ocurre!, no es ninguna molestia para nosotros!, cierto Dianis?, para eso son los amigos, más bien repóngase, y si puede, pues baja a la fiesta y de pronto podemos compartir un ratico, aunque yo no me puedo demorar mucho, por ahí estaré otra horita más!, si al caso me puedo tomar una cervecita nada más, y devolverme para la estación!

Diana aprovechó para decir: ” Bueno mi gordo, ya que no puedes estar sino un ratico, aprovechemos para que bajes, saludes a la niña de la primera comunión, y a los invitados, y de paso, nos echemos al menos una bailadita chiquita, no te parece?”, a lo que el sargento agregó: ” Si! mamita, camine a ver!, y ustedes, pues no se preocupen, quedan como en su casa!”.

Quedaba un solo problema… la pistola que estaba encima del escritorio, y si el sargento le daba por guardarla en alguno de los cajones del escritorio mientras bajaba a la sala ese ratico?, o le daba por sacar algo de alguna de las gavetas del escritorio?, todo se vendría abajo, y esto podía terminar en una tragedia pasional digna de la primera plana en algún diario o pasquín amarillista y sensacionalista. Jajaja!

Y llegó el momento de la verdad, el sargento se paró, cogió la pistola, metió en el proveedor la bala que había sacado de la recámara del arma cuando la había descargado , a su vez metió el proveedor por la culata de la pistola quedando ésta cargada, colocó el seguro a la pistola, y….. Se puso la correa con la cartuchera y el arma en su cintura.

Si el sargento en ése momento nos hubiera volteado a mirar a alguno de los tres, hubiera visto en nosotros los ojos hipnotizados, expectantes y fijos, en lo que estaba haciendo,… Me tendió la mano, y yo se la estreché por encima del escritorio, sin mover un ápice de mi cuerpo, y me dijo: “Bueno, si se recupera lo espero abajo, sino pues será en otra ocasión, lástima que nos hayamos tenido que conocer en estas circunstancias, yo le respondí: “No!, MI CAPITÁN!, gracias a usted!, y de nuevo mis disculpas por causarles ésta molestia, espero que pueda bajar al menos para compartir con usted éste vaso de agua!. Jajaja!

Y volteando a ver a mi amiga le dije: “Hermanita!”, pues baje con ellos!, vaya y diviértase que a eso vinimos!, yo me puedo quedar aquí solito mientras se me pasa bien esta “maluquera”,---- No mi bizcochito!, yo me quedo aquí un ratico contigo acompañándote, además a la “víctima” que le había echado el ojo, le llegó la novia sin avisarle, y eso que el descarado me había dicho que dizque estaba “solterito y sin compromiso”, y pues tú ya sabes cómo soy yo de delicada, y de respetuosa con esas cosas. Jajaja!

Además que voy a aprovechar para descansar un poquito, y quitarme un ratico éstos zapatos que me están “matando”, Uich!, es que a mi es a la única pendeja que se me ocurre venirme para una fiesta estrenando zapatos de tacón, y además bien altos!... mientras le daba un beso en la mejilla al sargento, y lo cogía a él y a Diana, a cada uno por un brazo, y los llevaba hasta la puerta del cuarto! Jajaja!.

Mi amiga se quedó parada en la puerta del cuarto mientras veía como el sargento y su mujer se alejaban por el pasillo rumbo a las escaleras, y bajaban a la fiesta, yo me fui a parar rápidamente del sillón del escritorio para subirme los bóxers y los pantalones, y no pude!, estaba totalmente “encalambrado”, duré como 30 segundos para que las articulaciones de mis caderas, ingles, rodillas, y tobillos me respondieran, estaba más “torcido” que una “broca”, Jajaja!

Mientras me desencalambraba, y me subía los bóxers y los pantalones, observé que en el sillón había quedado un pequeño charquito, pues ni más ni menos!, no me había dado cuenta, cómo?, ni a qué horas?, pero el caso es que mis esfínteres en algún momento durante “mi calvario”, involuntariamente se habían abierto, y me había orinado!,… Mejor dicho!, como dirían castizamente me había “meado” del pánico, terror, miedo, susto, “culillo”, o como ustedes le quieran llamar!! Jajaja!

Mientras con mi pañuelo secaba el charquito que había dejado mi “meada” en el sillón, eso sí!, sin que mi amiga se diera cuenta, porque donde se diera cuenta, pensaba yo, Jumm!, como iría a ser después la cantidad de bromas, recocha y burlas de las que iría, y sería objeto por parte de ella!. Jajaja!.

Mientras yo limpiaba y secaba el sillón, mi amiga caminando de un lado para otro del cuarto, empezó con un monólogo que hasta hoy en día recuerdo con total fidelidad y exactitud, como si las cosas apenas hubiesen sucedido ayer, y que para mí será un monólogo inolvidable, lo he resaltado con una letra un poco más grande porque en su momento me pareció, y aun hoy en día, me sigue pareciendo un monólogo digno de una ópera de corte tragi-cómico .

“No! bizcocho, que susto tan tremendo!, huyyy!, yo por estarle parando bolas allá abajo en la fiesta a un “sardino” mas “bueno”!, Ah!, ojalá no se haya ido todavía!, o alguna de las otras viejas lo haya monopolizado, porque mi amigo, lo que es yo, a ése “pollo”, que me lo llevo para la casa, me lo llevo!, para que me eche mi buena “revolcada”, porque después de un susto de éstos, es lo menos que me merezco!

Bueno, y como te decía, pues yo no vi llegar al tipo por estar embobada con el “culicagado”, ya cuando vi al “tombo”, lo vi fue subiendo las escaleras, huuy biscocho!, casi me orino, y me muero al mismo tiempo de la impresión y el susto!, Virgen santísima!, yo pensaba: “Y a qué horas empiezan a sonar los disparos?, imagínate a todo el mundo saliendo despavorido de la fiesta a pagar escondederos a peso! , y yo que iba a hacer!, para donde iba a coger?, virgen santa!, No!, no! ,no!, que susto tan macho!, Jajaja!

Pero bizcocho!, mi Dios es muy grande, y en ése momento me iluminó!, porque yo me agarré ahí mismo, y en ésos instantes a rezarle con toda la fe y devoción al señor de los milagros de Buga, a todas éstas bizcocho, tiene que ir a acompañarme hasta Buga, porque yo le prometí que si nos salvaba de ésta, yo iba hasta allá a pagarle la promesa!, y pues claro!, mis ruegos fueron escuchados, porque ya cuando vi bajar a Dianita, respiré algo más tranquila, pero huuy!, cuando me contó que te había dejado aquí arriba con el "tombo", y que tú estabas con los “calzones” en los tobillos, y metido dentro de ése cochino escritorio, No!, pues casi me pongo a chillar!. Jajaja!

No! bizcocho, mire!, mire!, vea como me quedaron las uñas de las manos!, me las comí todas del susto tan espantoso!, espero, y me invite a que me haga el manicure, ayyy no!, y con lo cuidaditas y bonitas que tenía mis uñitas!, no!, que pesar!, ¡qué tristeza!  Jajaja!

Pero mijito!, me repuse!, Y cuando Diana me contó bien la cosa como estaba, y además, que le había dicho al marido que yo era tu “hermana”, pues bizcocho!, a lo hecho!, pecho!, al toro por los cachos!, y hartos cachos que si tiene ése “tombo”!, porque aquí entre nos mijito, esa Diana ahí donde las ves, es toreada en más de una plaza!,… y pues planeamos rápido la cosa, y nos subimos, y bueno, gracias a Dios todo salió de rechupete!, oiga bizcocho!, camine para abajo!, No vaya y sea, se me vaya el “pollito”! Jajaja! .

Yo avancé hacia ella, deteniéndole su ir y venir por el cuarto, la miré, le puse un dedo en los labios, la abracé fuertemente, le di un beso en la frente, y le dije: ¡Gracias mi amiga querida!, ella apenas me abrazó, se desmadejó en mis brazos, y se le escurrieron las lágrimas, para luego de unos instantes de haberse desahogado y calmado, decirme: “Estamos vivos!, y eso lo que importa mi bizcocho!”

Le respondí: ”Así es!, mi alcahueta preciosa, y le decía esto, mientras yo la mantenía abrazada, y acariciaba su cabello, sabes qué?,.. te voy a hacer una propuesta bien indecente, pero de un amigo a una amiga especial----Dime Bizcocho----Porque no nos vamos para tu casa, y me dejas a mí, que sea yo quien te pegue esa “revolcada” que tanto estás ansiando, deseando, y pidiendo?.

Levantando su cabeza, me miró a los ojos, y me dijo: “ Yo te tengo una propuesta mejor, más indecente y más atrevida mi bizcocho!----Dime mi celestina preciosa---- Pues ya que estamos aquí, aprovechemos la camita del sargento y de Diana, y nos echamos, como dicen en la milicia, “Un Rapidito”, pero bien despacioso y lentico, y nos liberamos de una vez de tanta tensión, tantos sustos, y tantas emociones acumuladas, créeme que a Diana no le molestaría, ni se enojaría con nosotros, si esa cama hablara, que cosas no contaría de la Dianis!. Jajaja!

Y bizcocho solo deseo, pido, y quiero una cosa,----Dime!---- Quiero, deseo y te pido, que esto para nada vaya a cambiar, dañar, y a afectar la amistad tan hermosa, especial y linda que nos profesamos, me lo prometes?....

¡Te lo prometo!, y tú también tienes que prométemelo, mi querida y para siempre amiga, confidente, cómplice y linda alcahueta,---- Juntamos nuestras manos, nos quedamos mirando a los ojos, y ambos hicimos la promesa, promesa que hasta hoy en día no se ha roto.

“!Bizcocho, por favor ponle el seguro a la puerta, y échale el pasador de adentro, no vaya y sea que el sargento suba, y como cree que somos “hermanos”, ahí si nos mate, pero pensando y creyendo que le estamos profanando su cama cometiendo el delito de Incesto!”, Jajaja!

Y con el rumor lejano que nos llegaba de la fiesta, donde en ése momento sonaba el disco “La Vida Es Un Carnaval”, de Celia Cruz, nuestros cuerpos se fundían en uno solo, y cantándole a una sola cosa, estábamos…. ¡Cantándole a La Vida!.... Fin.

vinividivinci

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2015-07-24 12:35:14
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1 Comentario

Mire parcero ese cuento es mas reforzado  no engañen a los lectores y a los que aun tenemos buena imagen de esta pagina pero por favor no la dañen con esos relatos tan ficticios cuenten o relaten algo real natural pero no inventen 

2015-07-24 16:09:17