Suelen pasarme cosas extrañas, no se si por ser tan deshinibido, o porque mi energía sexual atrae este tipo de situaciones, esta, ocurrio hace un par de días…

No creo en ningúna religión, aun asi, si creo que los milagros existen, en la reencarnación, kharma, dharma, y que existen otros planos espirituales, todo esto lo cuento para mostrar un poco más de lo que soy y del contexto de la historia. Fui a una cita con un señor que dicen es medico a través del santo médico, ahora no recuerdo muy bien el nombre. Luego de esperar un par de minutos en una sala, pequeña con muebles clásicos, un televisor con imágenes de reflexión y música suave entre a la consulta con muchas expectativas, pero ninguna alcanzaba a vislumbrar este pequeño encuentro, me recostaron en una camilla indicándome que me relajara que en un momento entraría el medico a revisarme, al cabo de un par de minutos entro un señor de aproximadamente 40 años, estatura media, troso, de hecho no era mi tipo, se paro a un costado, y me comenzó a recitar algunas enfermedades que tengo o molestias, le atino a todo, ojos, rodillas, pies, columna… y comenzó a decirme a nivel de órganos como estaba, en un momento me indico que soltara mi pantalón que me iba a hacer una limpieza; no vi morbo alguno, hasta ahora iba todo muy normal, el señor me bajo el pantalón y comenzó a apretar mi pelvis, subio mi camisa y hizo algunos movimientos extraños en mi torso, me seguía hablando de como me encontraba mientras que posaba sus manos sobre mi cuerpo, me pidió coger su mano, me apretó y solto al cabo de unos segundos, para seguir apretando mi pelvis, bajo mi bóxer y apretó cerca a la base de mi verga y siguió hacia arriba, ese contacto de su mano con mi verga me delato, comencé a excitarme, pensaba en que estaría mirando el medico pues no podía abrir los ojos, cada vez mas sentía sus manos cerca de mi verga, con “profesionalismo” la cogia y la corria hacia un lado tratando de disimular, cogia mi mano la apretaba y la recostaba en la camilla cerca a su miembro, mi respiración comenzaba a agitarse, lo cual muy hábilmente uso en su beneficio, con su mano inclino mi cabeza hacia atrás, indicándome como debía respirar y posando sus dedos sobre mi boca; en ese momento yo ya estaba dispuesto a todo, al sentir su dedo sobre mis labios, los abrí levemente para poder pasar la punta de mi lengua por sus dedos, al parecer esto le excito porque lo repitió varias veces, luego con sus suaves manos agarro mi verga y comenzó a masturbarme delicadamente, sentía como palpitaban mis 17 cms de carne, quería hacerlo, quería sentir su verga, acariciarla, besarla, sin embargo él tenía otros planes, se pasó un par de minutos acariciando mi verga, con fugaces escapes de sus dedos hacia mi ano, a la par que me indicaba como debía mover mi cuerpo para relajarlo; subió mi bóxer, cerro mi jean y me pidió que me quedara reposando y controlando la respiración. Al cabo de unos minutos volvió, de nuevo cogió mi mano, la puso en la camilla cerca de él y comencé a acariciar su verga por encima del pantalón, podía sentir una gruesa y deliciosa verga, deseaba comérmela, sentarme sobre ella, el siguió su rutina, comencé a hacer movimientos pélvicos para llamarlo hacia mi verga, no podía ver qué pasaba, era una situación sumamente excitante, solo podía sentir, cogió mi mano de nuevo la apretaba y sentía como temblaba, excitado o asustado no sé, pero sé que le gustaba y lo estaba disfrutando, lleve mi mano hacia mi verga y puse la de el sobre mi pantalón, de nuevo soltó mi jean y bajo mis bóxer, acaricio mi verga suavemente, sentía como disfrutaba cada momento, cada roce con mi verga, paraba para pasar sus manos por mi pecho, y posar sus dedos sobre mis labios, quería chuparlos, enseñarle como disfrutaría su verga dentro de mí, aun así, con mis caricias, mis besos en sus dedos, roces por su verga, apretones de mano, no lograba animarlo, mi respiración cada vez era más agitada, mordía mis labios, deseaba angustiosamente que me comiera todo, acaricie de nuevo su verga por encima del pantalón, atrevidamente busque la entrada al trozo de carne que buscaba, pronto llegaría allí, comencé a sentir la base de su verga, cuando su mano interrumpió mi camino, reincorporo mi ropa, me indico que debía hacer y me invito a otra sesión a la cual gustoso aceptare, esta vez, no dejare pasar la oportunidad.

Por ahora no queda más que recordar ese momento, recrear sus caricias en mi cabeza y masturbarme deseando su carnosa verga.