Esto sucedió ayer en la tarde tarde. Yo nunca uso el MIO en Cali, pero me tocó por ciertas circunstancias. Me subí a una ruta que venía muy llena y me hice en el pasillo. Yo soy un tipo muy respetuoso con las mujeres en el transporte público y esta vez no era la excepción. Varias veces he sido testigo de toqueteos complices y otros donde la mujer pega el grito. Pues bien, no quisiera estar en esta última situación, así que mejor no hago nada indebido.

Pero hoy estaba de pie en el pasillo. Sentada frente a mi había una mujer embarazada quien junto a su esposo se bajaron en la siguiente parada, yo, muy caballero, le cedí el puesto a dos mujeres que iban de pie junto a mi, una señora de unos cincuentaytantos y una chica joven. le calculo unos 25, guapa por cierto, pero con una falda larga, sin maquillaje y poco o nada peinada. Ya las oía yo hablando junto a mi de jehová y el hermano, y la ofrenda y esas cosas, pero yo no prestaba atención.

Se sentaron y la chica joven quedó junto a mi. La verdad estaba apretado por lo lleno del bus y aunque no lo busqué, mi pene rozo la pierna de esta chica, pero con mucha pena me alejé lo que más pude, luego pasó otra vez y la chica volteó a mirarme, le pedí disculpas y creo que me puse rojo de la pena.

Segundos después sentí que mi entrepierna rozaba nuevamente con la pierna de la chica, pero yo me di cuenta que no era por mi causa. Ellas hablaban de un evento de la iglesia y veían unos libros, así que pensé que tal vez se había acomodado y me habia tocado sin querer, razón por la cual no le presté mayor atención, pero como un bus de estos en hora pico es tan lleno y la gente pasa y empuja, alguien pasó, me empujó y me choqué contra ella, esta vez si más fuerte y por un par de segundos quedé pegado a ella mientras pasaba la persona, repito, sin ninguna intención, pero no pude evitar sentir un poco de morbo y se me puso dura, sin embargo creo que ella no lo sintió por que me separé en cuanto pude.

Para mi sorpresa, tan pronto me alejé su pierna se acercó a mi pene y me tocó, pero me tocó duro, haciendo presión mientras que ponía su cartera como para ocultar un poco su verguenza y que nadie pudiera ver lo que hacía y empezó a mover la pierna como cuando una persona está impaciente, con movimientos repetitivos. Yo quedé asombrado y no podía creer que esto me estaba sucediendo allí en el bus con una chica que además era testigo de jehová.

Ante esto perdí el miedo y el recato y decidí disfrutarlo mientras durara. Estaba empalmado al cien y la chica no dejaba de tocarme, me estaba frotando muy duro, tanto que podía sentir su pierna de lado a lado de mi cuerpo y así fue que empecé a sentir que me mojaba, había empezado a lubricar de la excitación tan grande que sentía. Ella mientras tanto segúia moviendo la pierna rápidamente y hablaba con su compañera de diversos temas y se reían.

Con el movimiento del bus y de los pasajeros me corrí un poco y mi pene quedo entonces contra la parte de su cadera, seguíamos muy pegados y yo estaba muy emparolado, le estaba rastrillando la verga con toda con el movimiento del bus. Entonces ella se acomoda sacando su cola un poco de la silla e inclinandose hacia el otro puesto de tal manera que ahora me restriego contra su cola.

Sinceramente yo estaba pensando en que alguien me viera, que pena, que podría decir la gente, etc, pero no podía dejar de hacerlo, se sentía muy rico y estaba completamente mojado por debajo del boxer, solo pensaba que ojalá no se viera húmedo el pantalón al salir caminando.

Así estuve un buen rato con mi verga contra su cola hasta que llegó el momento de bajarme, y casualmente ellas se bajaban en la misma estación, así que salimos al mismo tiempo y casualmente por un par de cuadras caminamos en la misma dirección, yo todo sonrojado, acalorado y mojado, ella no se como se sentiría, solo espero que contenta y arrecha así como yo.

Me tocó llegar a mi destino, ir al baño y acabar solo lo que comenzó en el bus. Lo más divertido de esto fue que cuando salí del baño, escuché a una señora hblando de los pervertidos que rozan a las mujeres en el transporte público. Yo solo pensaba en las pervertidas que rozan a los hombres.