Ayer sábado estábamos más arrechos que de costumbre. Desde por la tarde habíamos decidido ir a hacer locuras, hacer el amor al aire libre. Follar con lujuria. Durante toda la tarde nos habíamos enviado mensajes deseándonos e imaginando donde irían a estar nuestras bocas besando nuestros cuerpos, nos tocábamos, ardíamos de la arrechera y la calentura. 

Decidimos ir a dar un paseo por Ciudad del Río. 10 pm, el parque comienza a quedarse cada vez más solo. Seguimos caminando y vemos un espacio al final del parque. Desolado, con buena visibilidad para reaccionar. Ella lleva puesto un vestido negro y corto. Sus tangas ya no están bajo el, las ha dejado en el carro (que lastima porque cuando se mojan huelen delicioso) pero es el primer camino para tocar su ya inundada vagina. 

Decidimos sentarnos, o más bien ella decidió sentarme en una banca. Así ella podría permanecer de pie mientras su vestido quedaba a medio cubrir mi verga dura. Ella la saco mirando que no viniera nadie, quería atragantar su boca con mi verga pero ya sería muy evidente esa mamada al aire libre, así que solo acomodó su pierna y se lo introdujo lentamente. Mi verga entraba delicioso, lento, sentía ese rico placer de penetrar y mientras la cabeza va entrando a su vez se va sintiendo una vagina apretada y mojada. Nada más rico en la vida que una jugosa vagina ardiendo de placer y tan mojada como las cataratas. 

Mi pene entraba y salía. Ella gemía. Nuestra respiración se agitaba... Estábamos disfrutándolo al aire libre y sin gente cerca aunque nos gusta ser vistos.  Su cuca mojada chorreaba líquidos. Estaba palpitante y deseosa de lechita caliente. Su ritmo era cada vez más intenso, todo estaba perfecto y ya estábamos cerca del orgasmo, pero nos vimos interrumpidos por la lluvia. 

Decidimos parar para irnos al carro. Allí mientras seguía lloviendo nos pasamos para la parte trasera. Ya no existía pudor, nos quitamos la ropa, se empañaron los vidrios y ella recibió lo que quería... Su cuca llena de verga entrando y saliendo rápidamente. Sus tetas deliciosas mientras comía sus pezones y ese culote que disfruta que le pase la lengua. El ambiente en ese carro era morbo a su máxima expresión. Cero ropa, mucho calor y sudor, el clap-clap ese sonido delicioso de un pene entrando en una vagina mojada y chocando con la humedad... Solo fue meter un dedo en su culo para que su orgasmo estallara a chorros.  Sentir esa cuca aparentando mi verga mientras ella chorreaba sus jugos hizo en mi un corto circuito que me hizo eyacular de inmediato. 

Nos quedamos así por un rato hasta que nos pudimos vestir nuevamente. De allí vinimos a nuestra casa a seguir follando como siempre!!!