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Diario Libidinoso III: El Calor De Cartagena En Mi Cama

(14-10-2015)

Me había contactado por happn, llamo mi atención su cabello con unas trenzas que rozaban sus hombros, un dios de ébano habría dicho una amiga, y su nombre poco común para lo que suele aparecer en mi pagina de inicio de la app, quedamos en vernos para tomar un café.
No me apresure, hacia frió, iba con una minifalda y una gabardina negra que llega un poco más abajo de mis rodillas, camine tranquilamente por la calle, eran más de las 9:00pm y llevaba el cansancio de un día agotador, y con una libido elevada tal vez por el clima o por la foto de él; sin duda su cuerpo reflejaba cuidados y ejercicio que marcaban su musculatura tonificada pero no exagerada, luego supe que la natación tenia mucho que ver.
Según me había dicho llevaba un año aproximadamente en el país, había llegado a estudiar gracias a la ayuda de su padrino; sin embargo en ese lapso de tiempo había excluido casi totalmente la vida social, lo había notado tenso y desesperado, producto de una soledad implacable.
Lo hice esperar.
Me detuve en una vitrina para observar algunas figuras de Hallowen, admire un par de figuras a escala real de Jason Vorhees y de Michael Myers, recordé sus películas, especialmente una de Viernes 13 en donde "accidentalmente" reviven a Jason en un cementerio, también vinieron imágenes de la versión de Halloween de Rob Zombie. Si fuera real moriría decapitada mientras tenia sexo, pensé y un escalofrió paso por mi espalda.
Seguí caminando y llegue al café en donde era la cita, eche un vistazo por la ventana, y sin dificultad pude verlo, se veía ansioso, imagine que buscándome cada vez que sentía que alguien se acercaba, me di cuenta que era más alto de lo que había pensando, o tal vez era esa chaqueta negra que lo hacia ver más grande de lo que había percibido en sus fotos.
Entre al lugar, mis piernas se aliviaron por el cálido clima del interior, él me vio inmediatamente después que la puerta se cerrara a mis espaldas, se acerco a mi rápidamente y me abrazo como descargando los miedos a la humillación de ser plantado. Me estremecí con el contacto, lo desee en ese momento y los pensamientos más pervertidos pasaron por mi cabeza, quería lamerlo todo, morderlo, cabalgarlo, sentirlo sudar; suspire cuando me soltó y me invito a una mesa al fondo lejos del frío, me tomo con una mano por la cintura y me guió, mire su cabello, caí en cuenta que apenas si yo le llegaba a sus tetillas, apenas para morderlas, pensé. Pedí un capuccino, y él pidió un café con leche, conversamos de muchos temas, por alguna razón considere que seria la clase de hombre que tendría varios hijos con diferentes mujeres, daba la impresión de haber dejado muchos problemas en Cartagena, y esa era solo un proyecto que enmascaraba desesperanza. -Eres de las poquitas que me han hablado en la app- suspiro e hizo un gesto fingido de tristeza. -He escuchado que para lo hombres no es tan sencillo- llego el mesero y nos trajo el pedido, sin ponerle azúcar tome un sorbo de mi capuccino, en seguida me puse de pie y me quite el abrigo, ya el frió se había ido. Él me imito y se quito su chaqueta, quede sorprendida al ver que la camisa blanca que llevaba se ajustaba de modo que podía ver lo bien delineados que estaba su musculatura, unos brazos anchos y un abdomen donde no podía verse un mínimo de grasa o flacidez. Lo mire muy atenta, pero desvié la mirada cuando él noto mi interés. A continuación se hizo a mi lado, buscando tener contacto físico conmigo, no me negué a si intención. -¿hace cuanto no tienes sexo con alguien de happn?- pregunto, mirando intercaladamente mis ojos y mi escote. -el martes tuve un encuentro- respondí, tome otro sorbo de mi bebida y mire hacia la puerta a las personas que entraron. -Qué rico, yo llevo un año que nada de nada- aparto su mirada y paso su brazo por mi cintura, el gesto lo entendí como "hasta hoy". -¿en serio?- abrí los ojos sorprendida, pues alguien como él tendría siempre mujeres a su alrededor que lo desearan, tal como yo lo estaba deseando. -Sí, en serio, cuando estaba en Cartagena si tenia mis amiguitas y eso, pero desde que estoy aquí no sé, se me ha hecho como difícil- -a mi me gustan los costeños, hasta viví un año de mi vida en Santa Marta, obviamente por el mar, por nada más- lo dije en un tono coqueto e irónico a la vez. A pesar que teníamos una conversación estimulante y divertida, mi mente y mis deseos estaban en sus brazos y en mi cama, tome el ultimo sorbo de mi capuccino y me cruce de brazos en señal de protesta. -y... ¿podemos ir a tu apto?, y así me ayudas con mi problema- -¿cual problema?- pregunte a la vez que me ponía mi abrigo y me disponía a salir. -desde que vi tu foto tengo unas ganas de culiarte tremendas- puso su mano en su entrepierna indicándome su erección. También me deseaba.
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Cuando cerramos la puerta, él me apoyo sin previo aviso contra una pared en mi apto, me puso de espalda para besar con pasión mi cuello, mientras con las manos desabotono mi blusa; enseguida bajo la otra mano buscando meterla por debajo de mi minifalda, sorpendiendose de no encontrarse con algún tipo de ropa interior. -¿y eso?- pregunto sorprendido, mordió mi oreja y puso dos dedos en mi clítoris, estimulándolo suavemente. -no uso ropa interior para estos encuentros- dije casi gimiendo. Sus dedos se movieron con mayor intensidad, mi vagina estaba empapada y mi clítoris lleno de sensaciones placenteras, su otra mano fue a mis pezones que empezó a pellizcar aleatoriamente; fue intenso... muy intenso, snetia que me venia, y un chorro de mi liquido salio y empapo el suelo, dejando un generoso charco. Él se agacho frente a mi. -te la quiero limpiar todita- lamió mi coño, una y otra vez, no se detenía, hasta que puse mis manos en su cabeza para detenerlo, pues estaba desesperada por sentir y probar su verga. Se puso de pie, lo tome de la mano y lo lleve a mi cama, él se quito la camisa y tuve la sensación de derretirme, lo toque con mis manos repasando con el tacto toda su masculinidad, su pene estaba muy duro, le baje el jean y él lo dejo en el suelo, yo me desnude con prisa, me senté en el borde de la cama y tome su pene con ambas manos, luego lo metí en mi boca para lamerlo y saborearlo, degustando sus líquidos preseminales. Él me agarro del cabello y hacia un suave movimiento procurando meter todo su pene en mi boca; pero era muy grande para eso, pero deje que lo intentara, después me acosté en a cama dejando mis piernas abiertas haciéndole una invitación. Mi amante levanto su jean y saco un condón, se lo puso torpemente y se abalanzo sobre mi, con facilidad me penetro, y dijo: -No te voy a dejar descasar en toda la noche- y me dio una embestida con toda su fuerza.
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(15-10-2015) 6:00 am

Me despertó un ligero movimiento en mi cama, abrí los ojos y pude verlo que estaba admirando mi figura, sus manos comenzaron a recorrerme, sonreí al recordar la noche de sexo que habíamos tenido, había llenado mis senos, boca y cara con su semen, habíamos hecho varias poses y me dejo totalmente satisfecha, esto debe pasar más seguido, pensé; y enseguida recordé que pronto tendría que levantarme para ir a trabajar. Sus suaves caricias se convirtieron en una seria intención de humedecerme, asunto que consiguió sin mayor esfuerzo, sus dedos trabajaban muy bien. -le voy a dar el mañanero mamacita, para que se vaya bien comida al trabajo- se hizo encima mio, pude notar que ya se había puesto otro condón, lo que me sugirió que ya lo tenia pensado. No puse resistencia, y rápidamente sus movimientos sacaron gemidos de mi boca, me aferre a él, no podía moverme, mi amante controlaba totalmente mi cuerpo, su ritmo fuerte y acelerado obtuvo de mi parte con sorprendente facilidad un intenso orgasmo, al tiempo que él se venia adentro y mordía mi cuello. Le insistí en que se fuera, pues ya tendría que bañarme y salir, quedamos en vernos otra noche; entonces entre a la ducha con algo de prisa, sentí en todo mi cuerpo las heridas de una noche de pasión... me lleno una alegría inmensa. Estaba en la ducha y se abrió la puerta, era él de nuevo, desnudo y con otro condón, entro, me tomo entre sus brazos, y me alzo apoyándome en la pared, me penetro. -bueno, igual ya voy a llegar tarde- dije. Él me beso.

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agave

Soy mujer heterosexual

visitas: 2340
Categoria: Interracial
Fecha de Publicación: 2015-10-18 20:46:56
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