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Relatos & Experiencias

MI PRIMERA VEZ FUE CON UNA NINFOMANA DE 30 EN SEMANA SANTA.(parte 1)

No sé si así somos todos los hombres, pero desde pequeño he sentido un gran deseo por el sexo, hasta el día de hoy y creo que hasta el fin de mis días. Lo digo porque desde mi corta edad (unos 6 a 8 años) tuve experiencias de tipo sexual con unas vecinitas. A esa edad no pasa nada serio, todo se basaba en el morbo. Pegar mi pene erecto contra la cuquita de aquellas niñas me hacía sentir un hombre. Recuerdo que siempre que lo hacía le contaba a mis amiguitos “hey, muchachos ya piché” jajajajaja (eso creía yo)

Años después (entre los 9 y los 11) fue con dos primas. Con ellas la cosa fue casi que igual. Cuerpos desnudos, toque toque y roses con nuestras partes genitales, pero nunca una penetración aunque lo intente varias veces, hasta por el culo pero nada. De hecho penetrar a alguien siempre me causó miedo pues nunca me hicieron la circuncisión y esto me causaba cierto dolor cuando lo intentaba. Ahora adulto también me pasa algunas veces. Por eso siempre trato de hacer que la mujer con la que estoy lubrique muy bien para no tener dificultades. En caso de no obtener la lubricación deseada pues recurro al segundo lubricante natural, salivita y sale pa’ pintura.

A mis 15 años me sentía frustrado de ver que mis amigos con los que crecí, me contaban sus experiencias y yo todavía nada. Tanto fue así, que de tanto oír esas historias ya me había convertido en un experto predicando pero no practicando. Hablaba con otros de sexo como si yo ya lo hubiera hecho, pero luego de culminar estas charlas sentía ese vacío y a la vez esa maldita desesperación de querer pichar hasta con mis tías jajajaja. Es en serio. Era tanta mi sequía en el sexo que hasta gateaba a mis tías y a mis vecinas y luego me pajeaba. Pero qué pajas!!

Pero muy pronto terminarían mis días de sequía y llegarían mis días de gloria cuando en una semana santa llegaron a mi casa a pasar vacaciones la prima de mi abuela 

con su hija de 30 años, una negra grande de cadera ancha, de enormes nalgas, piernas anchas y de cuerpo ni muy gordo ni delgado. Mejor dicho, una mujer que a cualquiera se lo paraba con solo verle el culo. Cosa que me paso a mí inmediatamente cuando la vi.

LUNES SANTO: RECONOCIENDO EL TERRENO

Ella llegó con sus dos hijos, uno de 6 y otro de 9. Para serles sinceros, ella podría ser mi mamá también. Yo solo tenía 15 y ella 30, pero eso a mí no me importaba, yo solo quería pichar.

Una tarde ella se sentó a hablar con dos de mis tías menores que ella. Y comenzaron a hablar de experiencias sexuales. Yo estuve presente en la charla, pues ellas sentían que tal vez por la edad que yo tenía no había problema en que escuchara. Ella hablaba de cosas que me hicieron erectar inmediatamente y cada vez me excitaba más y solo pensaba en querer hacer lo mismo con ella. Cuando de repente mencionó una palabra que yo he deseado desde más joven. Ella dijo: “creo que soy ninfómana”

Ooohhhh Diosssss!!! ¿Qué ha dicho esta mujer? - Pensaba yo. Y al mismo tiempo me dio taquicardia jajajajaja.

Después de unos minutos hubo un receso en la charla y yo me Salí de la casa. Pero luego quise ir a la cocina y ella se encontraba sentada en una silla con sus pies atravesados en el camino  impidiendo el paso. Yo le dije permiso, pero ella con cara de pícara me dijo NO. A lo que yo le dije que iba a hacer que me diera permiso y que ojalá no se enojara. Ella me dijo hágale. Y yo con la confianza que ya me había dado el haber estado en esa charla tan caliente en medio de 3 veteranas, tomé un impulso y le mandé la mano a su vagina. Ella brincó e inmediatamente bajó los pies dándome paso. Pero ella no se enojó, solo se sonrió con cara de sorpresa. Mientras tanto yo solo pensaba “aquí va a pasar algo”.

En la noche del mismo día y ya con el morbo entre los dos, ella entró al baño a orinar y yo me quedé gateándola por la ventana que colindaba con el patio y le hice saber que yo  la estaba viendo silbándola. Ella solo me miró sonriendo con cara de picardía y yo cada vez con más ganas.

Al rato estando en la sala me pidió que le hiciera una limonada y yo como me la quería comer fui de inmediato a la cocina y se la hice. Luego dio la casualidad de que los dos nos encontramos en el patio trasero de la casa, el cual estaba sin luz ya que estaban haciendo trabajos de construcción. Ella me agarro y me dio un pico pero yo no quería pues no era eso lo que yo deseaba, además el solo hecho de pensar que era una señora me daba cierta repulsión por besarla, pero si me la quería comer. Que conchudo, no?

Ella me dio el pico y me pasó la mano por mi verga que ya estaba más parada que cañón de artillería. Al percatarse de esto me corrió la pantaloneta y el bóxer hacia adelante quedando mi verga expuesta. Ella como habiendo visto algo muy delicioso inmediatamente se agachó y me la comenzó a mamar suavemente. Yo sentía como su 67813da227d0d4e9eb58a69e472b164e.jpgsaliva espesa y su lengua recorrían mi verga venosa y ganosa de su gorda chocha jugosa, sentía cada penetración en su boca una y otra vez. Con cada mamada yo quería venirme y llenarle esa boca con mi semen y que lo dejara derramar por su garganta como toda una perra, como en las películas con las que me masturbaba. Pero mi felicidad no duro mucho, después de unas cuantas chupadas se levantó y me guardo de nuevo la verga llena de su saliva, dejándome iniciado intencionalmente. No pasaron más de 5 segundos después de esto cuando me dijo... La verga te sabe dulce. A lo que yo en medio de una sonrisa maldadosa le dije: es que cuando te hice la limonada metí mi verga en el vaso. Y los dos soltamos una carcajada.

MARTES SANTO: UNA PELICULA PORNO REAL

Eran más o menos las 2 de la tarde y yo tenía que salir con un amigo a hacer una tarea del colegio. Luego de bañarme y cambiarme me fui a cepillar. Ella estaba acostada hace rato. Luego de cepillarme me fui a guardar el cepillo, pero al ir pasando por el cuarto de ella escuché que me llamó, me dijo que me sentara en la cama y luego me dijo con una voz como de puta desenfrenada: estoy muy arrecha, tóqueme, tóqueme.

Esas palabras que me dijo encendieron mi cuerpo como nunca. Pero yo jamás había 

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tocado una mujer de verdad y mucho menos unas tetas tan grandes. Así que se subió la blusa, se bajó el brasier y comencé a tocarle sus grandes tetas muy suave. Mis manos no cabían en semejantes melones. Ella como desesperada me dijo. Apriétemelas más duro, así, así…

Ella tomó mis manos apretando sus tetas muy duro, a mí me dio un poco de miedo pues pensé que las podría reventar jajaja. Así que se las seguí amasando mientras le chupaba sus deliciosos pezones. Le pasaba mi lengua con un poco de saliva, lo que las hacía más suaves para chupar una y otra vez, mientras por en sima de su pantalón le tocaba la vagina.

Ella se desesperó aún más y me tumbó en la cama, me bajo el pantalón y comenzó a mamar como la noche anterior pero esta vez más rico. Yo me sentía en la gloria. Sentir esos labios mojados en mi verga era lo máximo, cada mamada me elevaba y sentía que quería gritar de placer, pero no podía pues afuera estaban todos los de la casa. Una y otra vez me mamaba la verga demorándose un poco mas que la noche anterior. Yo rogaba para que siguiera chupando y venirme en su boca como ya lo había planeado, pero nuevamente ella me dejo alborotado. Simplemente me subió de nuevo el pantalón y me dijo que me fuera.

Definitivamente sabía cómo alborotarme la condenada. Y me supongo que después de irme se quedó en el cuarto masturbándose porque una mujer como ella no se iba a quedar quieta. Y mucho más después de que me pasaran los acontecimientos que les voy a contar.

En la noche el ambiente se llenó de adrenalina. Hasta el día de hoy me acuerdo de esa noche y no entiendo cómo pasó todo. Estábamos en la sala de la casa viendo tv junto con mi abuela y mis tías. Yo me senté en un mueble de madera la cual tenía hendijas en la parte baja de la espalda y sobre la espalda producto de su diseño. Mis tías y mi abuela estaban frente a mí a unos 4 metros, pero el tv quedaba hacia la derecha. Así que no me veían a mí, a menos que voltearan sus caras para la derecha. La ninfómana se hizo de tras mío en una silla rimax posando sus pies en la parte trasera del mueble donde yo estaba. Yo estaba sentado en el mueble con los pies recogidos hacia atrás. Ella me empezó a mirar con cara de morbo. Recuerdo que tenía una pijama de short cortica muy floja como en las películas porno. Se le alcanzaba a ver el bulto de su vagina. Ella me comenzó a tocar por detrás con sus pies, luego recuerdo que se corrió más hacia mí, quedándole las piernas más recogidas pero abiertas. ¿Recuerdan que mis pies estaban recogidos hacia atrás? Bueno, me cogió el pie derecho, lo llevó más hacia atrás casi que haciendo contorción conmigo. No sé cómo hizo ella, pero cuando me vine a dar cuenta mi dedo pulgar del piel (el más grueso) estaba dentro de su vagina (definitivamente esta mujer estaba enferma por el sexo, si era una ninfómana). Mientras mi abuela y mis tías veían la película en la sala, nosotros teníamos nuestra propia película en vivo, pero de porno y en plena sala sin que nadie lo notara. Una y otra vez introducía mi dedo gordo en su enorme vagina. Yo alcanzaba a sentir que su chocha estaba babosa…muy babosa, jugosita como me evi_fox_dana_dearmond_05.jpggustan y muy caliente. De vez en cuando me llegaba el olor de su chocha mojada ummm que delicia. Yo solo me imaginaba cómo estaría ella de ganosa por verga. Me imaginaba penetrándola una y otra vez viniéndome dentro de ella y dejándole su chochita derramada por mi semen. Esta mujer se dio toda la garra que quiso con mi dedo en plena sala, y aunque yo no podía hacer nada, mi verga estaba que rompía la pantaloneta. Diossss, que locura. Pero finalmente ella se sacio y continuamos viendo tv.

Unas horas más tardes, cuando nos íbamos a acostar ella y mis tías entraron al cuarto. Yo me quede en toda la puerta y ella se sentó en una de las camas que le daba todo el frente a la puerta. Y como si estuviéramos en una película porno, mientras mis tías daban la espalda, muy morbosamente ella abrió sus piernas y puso su cara de puta y me hacía señas con su cabeza para que le mirara el bulto que hacia su vagina. 

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Muy disimuladamente abrió más las piernas y corrió su pijama y su tanga a un lado mostrándome por primera vez su enorme vagina. Se la tocaba y se metía los dedos para mí. Yo estaba parado en la puerta con ganas de meterme entero en aquella vagina.

Pero solo me conformaba con ver cómo le salían los dedos babosos y se los volvía a meter. Luego me dijo con su cabeza que me acercara, yo muy obediente lo hice y como pude le metí un dedo. Por primera vez metía mis dedos en una chocha. Pero qué chocha…grande, honda, babosa y muy caliente uffffff que delicia. Yo se lo quería meter pero yaaaa. Y ella como si no fuera suficiente me hundió la mano más y me pidió más dedos, pero yo solo le metí uno más en medio del nerviosismo de que me pillaran y la arrechera que me invadía.

Esa noche termino así, llena de morbo y feliz porque por primera vez aunque no por mucho tiempo, pude ver y tocar por fin una vagina y no fue en las películas porno que yo estaba acostumbrado a ver. Era una de verdad, grande y jugosa.

la historia continua en mi segundo relato ;)

discreto84

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Hetero: Primera vez
Fecha de Publicación: 2015-10-23 23:12:44
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