Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

LA ARQUITECTA DEL SEXO

LA ARQUITECTA DEL SEXO

Me gusta consultar una página en internet para adultos, específicamente para ver fotos de mujeres de Bogotá, ansiosas por conocer tipos de todas las clases, Hay desde las que buscan hombres para casarse hasta las que promulgan sus grandes tetas, su vagina mojada o su dotes de chupadoras. Ésta página es paga, no estoy inscrito pero puedo mirar fotos y enviar algunos mensajes.

Me gustó mucho el Nick de una de ellas: Majocahot 36. Parecía un Nick de alguien serio que no solo buscaba sexo casual, además el 36 era su edad. El Nick indicaba las iniciales de su nombre y su apellido. Empecé a mandarle mensajes hasta que contestó con un hola. Empezó entonces una conversación amena. Me dijo que era Odontóloga y que entraba a esa página solo a buscar amigos, le había llamado la atención el color de mi piel (soy negro) y que solo una vez había estado con alguien así, hacía muchos años.

Me dio su número de celular indicándome que confiaba en mí y que por eso lo hacía y con la condición de que solo cuando ella escribiera yo lo podía hacerlo también, ya que tiene novio y una hija de 14 años. Empezamos a conversar por Whatsapp, y me confesó que  era Arquitecta y no Odontóloga y trabajaba con una firma de ingenieros. Además, que lo que buscaba directamente era un tipo mayor que ella que solo jugara con sus dedos dentro de su vagina, ese era su sueño, no buscaba penetración ni hacer sexo oral, solo eso.

Le envié fotos y un video muy explícito el cual le gustó mucho. Ella también envió algunas fotos de ella mostrando los lindos senos que tiene o la pequeña vagina que parece de una niña de 15. Nunca mostraba su rostro por lo que estaba intrigado. Colocó una foto de perfil donde dejaba ver su rostro y era el de una señora hermosa, delgada, muy bien cuidada. Le dije que quería escuchar su voz. Me envió un mensaje de voz y pude escucharla, se escuchaba segura, sensual y con tono paisa.

Al día siguiente, volvimos a escribirnos. Ya yo estaba listo para irme de vacaciones a una ciudad costera. Nos escribimos todo el día enviándonos mensajes calientes, fotos fuertes y me comentó que le gustaba mi cara morbosa del video. A ella le encantaba el morbo y me preguntaba que como la masturbaría a ella. Yo le ponía todo el picante del caso y ella terminaba siempre tocándose. Me daba indicaciones de cómo le gustaría que lo hiciera: que se abriera suave, le tocara el clítoris hasta hacerla llegar, que le metiera el dedo siempre buscando el punto G y decía que no le gustaban los jóvenes porque solo sabían meterlo y sacarlo.

En la víspera de mi viaje, me levanté temprano y le coloque un mensaje que decía: “me estoy imaginando que estás desnuda frente a un espejo y yo te estoy abriendo la vagina y mis dedos húmedos juegan con tu clítoris…te estas viniendo en mi mano….”. Ese mensaje fue el detonante, me comenta que la encendió y se masturbó. Le dije que nos viéramos esa noche y me comentó que tenía una fiesta, que sería después que llegara de mis vacaciones. Transcurrió la tarde y en la noche recibí una llamada de ella, me decía que estaba muy curiosa conmigo y que no iba a asistir a la fiesta, que quería conocerme.

Pasé en mi auto a su apartamento localizado en un sector exclusivo de Bogotá hacía las nueve de la noche. Solo tenía una referencia por fotos de ella. También estaba muy inquieto por conocerla, la idea era tomarnos algo, conversar y detallar nuestro próximo encuentro. Demoró 40 minutos en salir, pues no estaba lista cuando llegué.

La vi salir del conjunto, me impresionó. Era alta, con tacones, llevaba una faldita cortica blanca de boleros, una camisa negra y chaqueta de cuero del mismo color. Estaba bien peinada y muy linda, extremadamente linda, parecía modelo de revista, además de un cuerpo delgado y firme. Era mucho más alta que yo, mido 1.72 y ella 1.78 sin tacones. Sin embargo eso no me achantó, me gustan los retos.

Nos dirigimos a un lugar cerca a conversar. Ella pidió un Mojito con bastante licor y yo uno sin licor, pues estaba conduciendo. Empezamos a conversar, se le notaba nerviosa y me comentó que era la ´primera vez que salía con alguien de esa página, hablábamos de todo, de su profesión, de la mía, de cosas triviales, hasta que empecé a hablarle de sexo. Quería excitarla y sabía que le gustaba el morbo. Empecé a morbosearla diciéndole que tenía ricas tetas y con los dedos le indicaba que como la iba a acariciar su vagina. Le dije que si le hacía sexo oral ella me iba a rogar que la penetrara con mi verga. Me dijo que estaba loco que eso nunca pasaría. Pidió otro mojito y el ambiente se iba calentando.

Yo viajaba a las seis de la mañana del día siguiente. Le dije que necesitaba dormir algo y que nos veríamos cuando regresara. Me dijo: -“llévame a un motel, quiero que juegues conmigo…”-. No pensé que las cosas fueran a darse tan pronto y me pidió que no la decepcionara pues cambió una fiesta por mí. Me sentí halagado por tan bella mujer. Compré una botella de vino blanco y nos dirigimos a un motel en el norte, ella quería tomar vino.

Llegamos a una lujosa habitación, de sábanas blancas. Nos despojamos de las chaquetas, me dijo: -   “báilame negro, quiero ver cómo te mueves…”-. Bailé un reguetton. Me miraba fijamente. Estaba sentada en un sofá de cuero. Bebía vino a pico de botella y me miraba bailar, noté que las piernas se entreabrieron. Acabó la música y me acerqué a ella, soltó la botella. Fui al baño, me lavé las manos y regresé. No me perdía la mirada. Me acerqué y busque su cosita debajo de la tanga que traía. Estaba húmeda, le levanté la faldita y empecé a pasar los dedos por los labios vaginales mientras estaba arrodillado junto a ella.

Empezó a excitarse, le gustaba como jugaba con su cosita mientras la penetraba con mis dedos, me pidió que le hablara sucio, soy experto en eso y así lo hice junto a su oído. La encendió más. Noté que miraba hacía mi verga tapada. Le besé los muslos de sus piernas largas. Abrió mucho las piernas y empecé a lamer su clítoris, daba griticos suaves de placer. Le gustaba mi lengua. Y había roto una de sus reglas, según ella no quería sexo oral. La lamí por el borde, le mordía el clítoris, a ella le gustaba abrirse la vagina que se la viera rojita, eso la excitaba mucho. Me decía: “…negro, estás muy rico…dame dedo…”.

Buscaba el punto G con mis dedos y lo encontré fácil, primero con un dedo, luego con dos y después tres dedos. Se contorsionaba, gritaba, me miraba fijo, ella buscaba su clítoris con sus dedos. Estaba super arrecha, me dijo: -“….vamos a la cama…”-. Me convertí en su esclavo, acataba cualquier orden. Se quitó la falda y el panty, quedó con la blusa negra y los tacones, se veía supersensual así. Tomaba vino, se notaba que le gustaba. Apoyó su cabeza en la cabecera de la cama, empezó a tocarse el clítoris con un estilo único, no dejaba de mirarme, daba griticos de placer.

Con mis dedos ya húmedos por los líquidos de ella empecé a acariciar su rica vagina, primero los labios vaginales y luego su clítoris. Introduje un dedo despacio en su cosita, estaba muy húmeda, dio un salto, luego otro, empezó a gemir. El propósito era encontrar el punto G y lo encontré, por lo general en las mujeres se encuentra en la mitad de la pared superior de la vagina. El dedo se metió total, empezó a contorsionarse, ahora los gritos eran con mayor fuerza, solo atinaba a decir: -“…me vas a hacer venir….trátame como a una perra…”-. Y en efecto, siempre la traté como la más puta de todas, eso las hace sentir más excitada y las desinhibe de todo.

Ahora eran dos dedos los que tenía adentro, gozaba como nunca. Me quité toda la ropa y quedé completamente desnudo, sabía que ella quería verme así. Miraba mi cuerpo de ébano con agrado y acentuaba su mirada en mi verga.., estaba muy dura. Acomodé sus largas piernas y empecé a lamer su clítoris como a ella le gustaba, muy suavemente. La lamía de arriba abajo pasando por ese huequito húmedo. El culito lo tenía muy apretado, pasé la lengua por el contorno y apretó mi cabeza rapada contra su pelvis. Luego subí hasta su clítoris nuevamente y empecé a chuparlo con fuerza, la paciencia de tanta delicadeza ya se me estaba acabando. Sentí unos chorritos de un líquido blanco en mi lengua, se estaba viniendo y lo corroboró con su palabras a medio decir: -“…negro, me estoy viniendo…sácame todo ese juguito”-, a lo que yo contesté:-“…siento tus juguitos en mi boca…dámelos todos….”-.

Me acerqué a ella, los dos frente a frente. Me empecé a masturbar al igual que ella, nos mirábamos fijamente, me decía cositas calientes, era una morbosa de primera clase. Me haló hacía ella, cogió mi verga y empezó a pasarla por su cosita, eso me excitó e hizo que se pusiera muy dura, muy grande, muy negra. Jugaba con ella, yo solo esperaba que se le metiera toda. Ella sabía lo que hacía. Se detenía en su clítoris y la hacía girar alrededor de su clítoris. Sentí que la cabeza de mi verga se introdujo, se empezó a mover y la sacó rápidamente. Ya había incumplido otro de sus mandatos: nada de penetración. Le pregunté si quería que la penetrara y contestó: -“…quiero que me lo metas con condón…tienes una verga deliciosa…”-. No sé si se refería al color, el tamaño o el grosor de mi verga, la verdad es que la estaba disfrutando mucho.

Me coloqué el condón y empecé a penetrarla encima de ella. Le besaba el cuello, noté que le gustaba. Busqué su boca pero no quiso, decía que solo admitiía que la besara su novio. La clavé delicioso, le daba verga y le hablaba cositas sucias al oído, eso la ponía más arrecha. Bajé mi dedo hasta su culito y empecé a acariciarlo, lo fui metiendo hasta que se fue todo, pensé que me fuera a decir que no, pero al contrario, se excitó más y me dejó jugar con él. Le pedí que se colocara en cuatro y no dudó, ahora mi esclava era ella. Me dijo que la clavara duro y así lo hice. Empezó en cuatro y terminó acostada boca abajo. No paraba de darle y sentí varios orgasmos de ella. Sin duda le gustaba esa posición.

Sentí que me venía y le dije que si la quería mi leche en la boca, contestó que no y dijo: -“…echala en mis tetas…”-. No conocía sus senos, solo me los imaginaba debajo de su ropa. Se quitó la blusa y el brassier y salieron a relucir dos lindos senos operados, redonditos, duros, con los pezones cafés. Me quité el condón y empecé a lamerlos, a morderlos suavemente. Empezó a gemir fuerte y eso me gustaba. Me masturbaba pues quería que saliera un chorro fuerte, a ella le gustaba mi boca y sentía mucho placer al ver como chupaba sus senos, me lo había dicho en las conversaciones.

Sentí llegar y lo hice de una forma muy rica, mientras chupaba sus pezones suavemente, el condón quedó lleno de mi leche, me hubiera gustado que hubiera sido su boca la que quedara llena de ella, cerró los ojos, noté que tocaba su clítoris con una mano. Con la otra tomo mi verga y empezó a frotarla, los pezones se pusieron duros. Que rico orgasmo con una mujer espectacular.

Terminó la faena y se quedó acostaba, ya el licor estaba haciendo efecto, yo estaba totalmente sobrio, lo disfruté al máximo. Decidimos irnos del lugar, yo tenía vuelo muy temprano. La dejé en casa y seguí hacía la mía. Ahora solo nos enviamos mensajes con la esperanza de otra vez tenerla. Sin lugar a dudas, ha sido una de las mujeres más atractiva y deseada que me he comido.

negrocubano

Soy hombre heterosexual

visitas: 1685
Categoria: Interracial
Fecha de Publicación: 2016-01-31 04:07:09
Más Relatos Por NEGROCUBANO
Compartir en:

1 Comentario

Hace días no leía un relato tan bueno y creíble. Espero que no sea ingenuidad mía, pero lo disfruté demasiado. Gracias

2016-02-01 20:10:20