Aníbal es un amigo de mi esposo que se queda en la casa cuando viene a la ciudad y se le hace tarde para regresarse. Somos una pareja de esposos de 20 (ella) 25 (el) y el amigo de mi esposo tendría tal vez 18 años.

Uno de esos días en que Aníbal se quedó en la casa, mi esposo le ofreció llevarlo al terminal muy temprano en la mañana aprovechando que le quedaba de camino al trabajo. Esa madrugada escuche cuando abrieron la puerta del garaje para sacar la moto, pero a mi esposo se le habían quedado las llaves en la mesa de noche.

-parce, hágame el favor y me trae las llaves que se quedaron sobre mi mesa de noche, mientras yo voy sacando la moto. Le dijo mi esposo a Aníbal.

Cuando el entro a la habitación yo estaba entre dormida, sentí su presencia, pero él no sabía que yo lo estaba viendo. Paso por el lado de la cama y se quedó viéndome, por un momento pensé que me iba a preguntar algo, pero caí en cuenta que estaba durmiendo en tangas y tenía una camisita traslucida que dejaba ver mis senos 36 y un poco más allá mis pezones.

Empecé a sentir como Aníbal halaba lentamente la sabana, seguramente para poder verme mejor porque estaba a medio arropar, por un instante pensé en levantare y hacerle el reclamo, pero debo confesar que me dio morbo sentirme deseada de esa manera, así que seguí haciéndome la dormida mientras mi corazón empezaba a latir más fuerte.

Con lo que no contaba Aníbal era que mi esposo se había devuelto a ver por qué se demoraba y lo estaba viendo por la ventana que da al pasillo de la casa sin que él se diese cuenta.

de repente se escuchó la voz de mi esposo que lo llamaba, Aníbal soltó la sabana y rápidamente cogió las llaves saliendo apresuradamente.

Después que se fue note que mis pezones estaban muy duros, y unas ganas enormes de tocarme, empecé tocando mis senos mientras imaginaba que Aníbal me había quitado la sabana, rápidamente la imaginación voló y termine masturbándome deliciosamente.

Esa noche mi esposo me comento que se había dado cuenta que Aníbal me estaba morboseando, yo le comenté que me había dado cuenta de eso y me pregunto:

-por qué no lo paraste?

-amor la verdad no pensé que fuera a llegar muy lejos.

-y si yo no estuviera ahí y te hubiese tocado?

-yo no pensaba dejar que pasara más allá de verme la cola cielo.

Esa noche hablamos mucho de la situación, contemplando varias posibilidades. Mi esposo y yo somos una pareja bastante descomplicada y con el morbo a flor de piel, así que la situación que para otra pareja había terminado en reproche y hasta violencia entre los dos amigos, para nosotros fue algo que alimento nuestra fantasía de hacer un trio hombre, mujer, hombre.

Aníbal siguió visitándonos cuando venía a la ciudad, nunca se tocó el tema de ese día y continuamos nuestra amistad tal cual como veníamos.

Cierto día se le hizo tarde y como era costumbre pidió permiso para quedarse; esa noche nos sentamos a tomar aguardiente y a hablar carreta los tres, pero mi esposo se dio cuenta que Aníbal no me quitaba los ojos de encima.

Mi esposo se fue a la cocina con la excusa de traer algo y desde allá me llamo. Cuando llegue a la cocina me dijo.

-te has dado cuenta que Aníbal te mira demasiado las piernas?

-sí, la verdad peneque era solo impresión mía. Le conteste.

-hagamos lo siguiente, quiero que te quites las tangas y le abras las piernas disimuladamente a ver qué pasa…

-te gustaría que nos lo culiaramos? Le pregunte.

-sí tú quieres yo quiero, pero veamos cómo reacciona al verte cuando le abras las piernas.

Tenía una mini de jean, así que no demore nada en quitarme las tangas, me acomode mejor la blusa para dejarle ver mis tetas y regrese a la sala.

Me senté frente a el de tal forma que no tuviera opción sino deberme, cuando regreso mi esposo hicimos un brindis por esa noche y por nuestra amistad, segimos hablando y mi esposo me hizo una seña dándome a entender que era el momento de abrir un poco las piernas.

Al momento Aníbal se dio cuenta que no traía ropa interior, empezó a acomodarse en la silla para tratar de ver mejor y se hacia el que le interesaba la conversación para no despertar sospecha, pero mi esposo y yo sabíamos que me estaba viendo la cuquita.

De un momento a otro mi esposo tomo la iniciativa diciéndole:

-parcero, yo sé que le está viendo la chocha a mi mujer, fresco no se preocupe.

Aníbal se enderezo y se puso rojo

-fresco no hay lio con eso, solo quiero que me conteste algo, la quiere tocar?

Aníbal contesto si dudarlo:

-si usted no se ofende, y ella me deja, de una!

En ese momento mi mundo se paralizo, mi esposo estaba autorizando a otro hombre a tocarme y yo estaba dispuesta dejar que lo hiciera.

Aníbal se levantó y se sirvió un trago y se lo tomo mientras me miraba a los ojos, y en dos pasos estaba al lado mío, empezó a besarme mientras con sus manos tocaba mis senos, nuestras lenguas se entrelazaban, yo sentía que mi cuerpo se erizaba cuando tocaba mi piel y lentamente su mano fue llegando a mi cuca, la que sentía que se empezaba a mojar.

Me quito la blusa y empezó a chuparme las tetas, mientras tanto mi esposo está sentado frete a nosotros tomando aguardiente, no nos quitaba la vista de encima y era claro que lo disfrutaba por que vi como su verga empezaba notarse en su pantalón.

De un momento a otro Aníbal, me bajo y abría mis piernas para empezar a darme lengua, yo estaba gozando mucho, me retorcía y apretaba mis pezones, con mi lengua los alcanzaba para chuparlos, Aníbal me la chupaba delicioso y quería retribuirle masturbándolo. Hasta que no m aguanté y empecé a tocarle la verga por encima del pantalón, cada vez la sentía más y más dura. Aníbal paso darme lengua a darme dedo y chuparme las tetas, era delicioso lo que sentía, mientras mi esposo seguía sentado viéndonos, nuestras miradas de placer se cruzaban y con cada minuto que pasaba nos hacíamos más cómplices.

Yo estaba concentrada disfrutando de los dos dedos que me metía Aníbal, cuando escuche la voz de mi esposo que nos decía:

-Aníbal, se la quiere culiar?

Aníbal, se frenó de una y volteo a verlo

Yo no podía dar crédito alo que acaba de escuchar, nunca imagine que mi esposo me fuera a ofrecer a otro hombre. Una parte de mi estaba indignada pero la otra quería que me culiaran.

Aníbal me miro a los ojos y empezó a besarme el cuello mientras me decía.

-quieres que te culee perra, quieres, quieres, quieres?

Esas palabras despertaron la perra que vivía en mí y empecé a quitarle la correa, mientras el se quitaba la camiseta, mi esposo se acercó me beso y me dijo:

-vámonos para la habitación.

Nos levantamos y por el pasillo continuamos tocándonos mientras íbamos dejando la ropa a cada paso.

Ya en la habitación, Aníbal me boto a la cama, me abrió las piernas y empezó a metérmelo despacio, que rico que sentía, mientras me lo metía me miraba a la cara de una forma tan morbosa que solo deseaba que me cogiera duro, cuando lo tuve todo adentro me abrazo fuerte y empezó a mover solo la cadera, que delicia, yo lo sentí todo adentro, estaba gimiendo como loca, tenía la respiración muy acelerada, me besaba y me decía

-así es que te gusta perra? ¿Así, así?

-siiii papi, soy tu perra, mételo así, así hijueputa, mételo más duro.

Que culiada mas deliciosa me estaba dando este hombre, pero mi esposo quería más.

-Aníbal quiere darle por el culo?

Al escuchar eso, Aníbal me puso en cuatro, yo solo me dejaba llevar por el momento, mi esposo se denudo y se hizo delante mío para que mientras Aníbal me daba por el culo yo se lo mamara.

Sentí que abrió mis nalgas y dejo caer una gota de saliva para lubricarme, luego sentí como la cabeza la verga caliente empezaba a penetrarme, mientras yo se lo mama a mi esposo como una desesperada.

Cuando ya estaba enculada, Aníbal me cogió de la cadera y empezó a darme tan rico que sentía que me iba a partir, pero no me importaba, yo deseaba que me diera más duro.

Al verme tan excitada mi esposo me dijo:

-estas muy perrita? ¿Quieres doble penetración?

-siiii mi amor, méteme la verga, acábenme malparidos.

Mi esposo se acomodó entre mis piernas y empecé a sentir como me entraba la verga de el por la cuca, mientras Aníbal no dejaba de darme, cuando tuve la verga de mi esposo adentro, sentía que todo mi cuerpo quería estallar, que sensación tan maravillosa, me dolía pero al mismo tiempo me llenaba de placer.

Así estuvimos dándole como unos 10 minutos más hasta que Aníbal no se aguantó y dijo que ya se veía

-échamela en la boca papi. Le dije

Me la saco y siguió masturbándose hasta que con una mano me cogió de la cabeza y metió su verga en mi boca, alcance a mamárselo dos veces cuando sentir el chorro de semen caliente en mi boca, se estaba viniendo de una manera tan deliciosa que mi boca se llenó muy rápido y sentí que por momento se me iba a salir, mientras tanto mi esposo me seguía dando verga, yo seguía masturbando y mamandosela a Aníbal, ya no podía aguantarme más, ya estaba que me venía.

-animal, métemelo por la chocha mi amor

Los dos se acomodaron para que me entrara la verga de animal, tenía mi clítoris hermoso, grande caliente, la cuca muy dilatada y mojada, así que no fue difícil que animal la metiera, nunca me había metido dos vergas al mismo tiempo así que me acomode para ver cómo me la metían, sentía dolor de placer, un dolor rico que te da cosquillitas en lo pezones, después que se acomodaron, continuaron clavándome a buen ritmo, estábamos sincronizados los tres, yo gritaba, gemía, estaba muy vulgar, realmente esa noche me convertí en una perra, pero no me importaba, mi esposo y yo la estábamos pasando tan rico que todo lo que yo hacía o decía generaba excitación en los tres.

Mi momento de gloria no se hizo esperar, sentir el corrientazo mas delicioso, ese que baja de la cabeza a los pies en un abrir y cerrar de ojos, era mi orgasmo, sentía que me temblaban las piernas, mi abdomen convulsionaba, y la fuerza de los brazos se me iba.

Que polvo más delicioso acabábamos de echarnos, mi esposo me había complacido en mi fantasía de estar con dos hombres al mismo tiempo.