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Valery Y El Juguetero

Iba subiendo las escaleras del motel cuando recibí una llamada de él…

-por favor quítate los cucos y tráelos en la mano.

-ok, no hay problema le conteste.

Ya estoy acostumbrada a este tipo de fetiches por parte de algunos clientes, así que no se me hizo extraña la solicitud.

Pare en el descanso de la escalera, como iba en mini falda fue fácil quitármelos y continuar subiendo.

No alcance a dar el segundo toque a la puerta de la habitación, cuando se abrió.

Ahí estaba el en bóxer listo para la acción, parecía que no quería perder ni un minuto del tiempo que habíamos acordado; y antes de entrar me pregunto:

-las traes?

-sí, aquí están. Le conteste mientras le mostraba la mano con el puño cerrado, y al mismo tiempo entraba a la habitación.

-a ver, dámelas.

Se las entregue, y no reparo en revisarlas, sino que el olio mis pantis profundamente.

-huelen muy rico, tuviste sexo hace poco? Me pregunto

-sí, vengo de un servicio. Conteste.

-qué bueno, se siente el aroma tuyo y el tu cliente en ellas.

Sonreí un poco porque me pareció graciosa la cara y la forma en que me lo dijo, antes de continuar la conversación me pidió que me desnudara frente a él y que permaneciera así, que no usara nada de la lencería que traía.

Al momento de desnudarme me pregunto si estaba abierta a nuevas experiencias, no dejaba de oler las tangas y por momentos se pellizcaba tan duro las tetillas que me daba impresión.

Sobre la cama había una maleta negra, tipo portafolio, en ella estaban bien organizados muchos juguetes sexuales. Había dildos, acostumbradores anales, consoladores, vibradores, aceites, arneses, disfraces, látigos, bolas chinas, etc. Por un momento pensé que él trabajaba en algún sex shop y que esa maleta era donde llevaba las muestras.

Estando en pie y aun oliendo mis pantis me dijo:

-coge de la maleta un preservativo de empaque verde y me lo pones que necesito que me chupes la verga. Me dijo

 Fui hasta la maleta y cogí el preservativo que me pidió, no eran de una marca comercial y al destaparlo me di cuenta que no era de los clásicos que encuentras en el supermercado. Eran diferentes, en cuanto a la textura, olor, color y sabor que pude darme cuenta cuando empecé a complacerlo.

Me arrodille, le coloque el preservativo y empecé a hacerle un rico sexo oral, mientras lo veía oler los pantis, pellizcarse las tetillas al cabo de unos 10 minutos me dijo que le hiciera garganta profunda, al hacerlo sentía arcadas y ese sonido al parecer lo excitaba mucho por que empezó a decirme palabritas sucias.

En una de esas arcadas me lo saco de la boca y me levanto, me beso en la boca mientras me indicaba que pasáramos a la cama.

-te gusta el sexo anal?

-la verdad no lo disfruto mucho.

-no te preocupes, hoy te voy a enseñar un truco para que empieces a disfrutarlo.

De la maleta saco un acostumbrador anal, era pequeño, por ahí de unos 7 cm, le coloco un preservativo y me pidió que me pusiera en cuatro.

-te voy a colocar un poco de crema dilatadora para que no sientas dolor.

Sentí como con sus dedos tocaba mi culito y tímidamente me metía uno poco uno de ellos para que la crema penetrara en mi ano

-tienes un culito delicioso. Lo repetía al tiempo que me besaba las nalgas.

-Bueno, vamos a darle dos minuticos mientras actúa la cremita, quiero que antes de seguir tengas en cuenta algo, vamos a usar 2 palabras de seguridad de aquí en adelante.

¿Palabras de seguridad? Susurre.

-sí, amarillo significa que todo va bien, y rojo que debo parar porque te estoy maltratando o algo no va bien.

-listo no hay problema.

Le coloco lubricante al preservativo que tenía el dildo y me lo metió lentamente, cuando estuvo todo adentro empezó a penétrame y en ocasiones me sacaba y me metía el dildo al mismo tiempo, la sensación era placentera y este loco sabía lo que estaba haciendo, me gustaba como me lo hacía y aunque no soy súper fan del sexo anal me sentía cómoda y de hecho me estaba excitando demasiado por los gemidos que me hacía dar cuando me penetraba por los dos lados al mismo tiempo; así me dio un buen rato dándome hasta que me dijo:

-es el turno que me des a mí.

Pensé que me estaba pidiendo que lo cabalgara o que le hiciera una pose, pero no fue así.

Me saco el dildo con mucho cuidado y me pregunto:

-como lo sentiste?

-bien estuvo rico la doble penetración, nunca lo había hecho asi.

Bueno, me alegra que te gustara. ahora llego el turno mío.

De la maleta saco unas tangas, me dijo que quería que las usara, que eran de la novia. Al recibirlas note que estaban sucias y que estaban untadas de semen.

-oye, lo siento, pero no pienso usar esto. Me da pena contigo, pero no uso ropa interior de otras personas y menos estas que están sucias.

-no seas así, compláceme.

-no estas ni tibio, además están untadas de semen.

-bueno no importa, si no la vas a usar no hay problema.

Volvió a buscar en la maleta y esta vez saco un arnés, con un pene bastante grueso y tal vez de unos 20 cms.

-toma póntelo, quiero que me penetres con él. sabes cómo usarlo?

-la verdad solo lo he usado con niñas, nunca con un hombre.

-no te preocupes, yo te voy indicando como debes hacerlo.

Me ayudo a ponérmelo, teniendo especial cuidado en ajustar muy bien las correas, cuando ya estuvo todo asegurado, tomo un preservativo con unas estrías bastante visibles y se lo puso al pene del arnés, se arrodillo y empezó a mamarlo simulando que lo masturbaba.

Viéndolo hacer esto pensaba: que tipo más loco, pero me gustaba lo que hacía, era bastante excitante verle la cara de morbo con que ponía, la forma en que le hacia el oral al pene de caucho era tan deliciosa que sentía ganas de chuparlo, lo cogía con las dos manos y le hablaba cosas cochinas, no dejaba de mamarlo y cuando me di cuenta yo lo tenía a él cogido de la cabeza tratando que le hiciera garganta profunda al arnés. Esto no parcia incomodarle ya que me cogía de las nalgas con sus manos como indicándome con que presión debía metérselo en la boca.

Termino de chupar el pene de plástico y se levantó diciendo que ya estaba listo, que se sentía muy excitado. Se subió a la cama quedan en cuatro al borde, cuando estuvo ahí me dijo que me acercara para penetrarlo, por un momento dude que ese pene tan grande le cupiera, pero la verdad no me disgustaba la idea de penetrarlo, es más, ya empezaba a disfrutarlo porque sin habérselo metido quería que sintiera lo que nosotras sentimos cuando ustedes nos piden culito y nos dan sin lastima.

Se apresuró a colocarse crema en el ano, y con una mano acerco la punta del pene.

-métemelo despacio.

Empecé a meterlo lentamente y no podía creer lo que veía, le estaba entrando sin ningún problema, aunque a ratos resollaba y apretaba las sabanas. Cuando estuvo todo adentro empecé a moverme y al ritmo que lo hacía empezó a gemir como una mujer, fue algo muy gracioso escucharlo e hice mi mejor esfuerzo para no reírme.

Lo cogí de la cadera así como ustedes nos cogen a nosotras cuando nos clavan y empecé a penetrarlo duro, cada vez más fuerte, lo que al parecer le gustaba, porque me pedía que le diera más duro, me concentre tanto en lo que estaba haciendo que no me había dado cuenta que ya se había venido, yo seguí dándole, no quería parar y estaba tan concentrada que no escuchaba lo que gritaba, no le entendía las cosas que decía en medo de sus gemidos, pero en un momento caí en cuenta lo que me estaba gritando:

-ROJO, ROJO, ROJOOOOO

Mierda! ¡Estoy matando a este man! Fue lo que pensé al escuchar bien lo que me decía,

Pero yo estaba como poseída, no paraba y le daba más duro, hasta que reaccione y pare.

Cuando pare, escuche que ya no gritaba rojo, sino que me decía:

-dale más, dame más, que rico así, cuélame duro!

Quien entendía a este tipo, hacia un minuto me gritaba rojo, y ahora quería que lo siguiera maltratando, pero era su decisión así que volví y lo metí. Continúe dándole un rato mas hasta que se vino, esta vez cayó sobre la cama lavado en sudor y aun sollozando me decía literalmente:

-que hijueputa polvo más delicioso, nunca me había dado así, no se suponía que nunca habías clavado a un hombre?

-no, te lo juro que es la primera vez que lo hago.

-no me jodas! Pero me diste como para acabarme, que hijueputa sr polvazo que me acabas de dar.

Hablamos un rato más y me dijo que ya me podía vestir, mientras me duchaba el arreglo su maleta con los juguetes y cuando salí y tenía todo organizado, me dijo que de todas las niñas con las que el a estado y que lo han penetrado yo había sido la que más pasión le había puesto al asunto, las demás solo se quedaban de pie y él era el que tenía que poner el movimiento.

Aun continúo viéndolo y cada vez que nos encontramos me sorprende con alguno de los juguetes que carga en la maleta, el sexo con él es más que divertido porque es fuera de lo común, y me dice que le encanta estar conmigo porque le pongo empeño a cada ocurrencia suya.

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villavo69

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visitas: 813
Categoria: Fetichismo
Fecha de Publicación: 2016-04-19 19:05:12
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1 Comentario

muy buen relato y no tenia ni idea que ya te seguia en Twitter jajaja 

2016-08-20 05:30:28