Oficialmente me inicie como swinger hace mas de cinco años. Pero mi busqueda del placer sexual viene desde la secundaria. En la Universidad no paso nada.

Pero en 2011 se me presento la oportunidad. Ese año conoci a V., una peruana, en una pagina web para swingers, en Lima, la capital del Peru. En esa urbe latinoamericana, tuve mi primer encuentro con ella. Previamente nos citamos por celular. Ella me llamo dos dias antes de nuestro encuentro. El dia pactado, sali de la oficina, y despues de 20 a 30 minutos manejando en el trafico de la noche limeña, por fin llegue al bendito hotel.

Cuadre el auto en la acera del frente, y me plante al costado de la puerta del hotel. Igual que en las peliculas de espias o policias, ella llamo a mi celu. A los 5 minutos de confirmarle mis señas particulares (el abrigo negro que llevaba puesto, mi estatura, etc.), aparecio: una chica adulta, 28 abriles, rubia, mestiza, piel canela, trigueña, ojos rasgados. Me dio la mano, y enseguida me ofrecio la mejilla. Se quedo mirandome fijamente. Me pregunto si tuve dificultad en ubicar el hotel, y le respondi que no. Le gusto mi abrigo y me pregunto como vine a la cita, y le mostre mi auto. Ella sonrio y siguio hablando. Al cabo de algunos minutos, entramos al establecimiento, pague la habitacion y subimos al segundo piso, usando las gradas.

V. abrio la ventana que daba al corredor, pues a ella le excitaba la idea que alguien nos viera teniendo sexo. Me desnude al estilo swinger: me sente en la cama, me quite los zapatos, los calcetines, los pantalones, la camisa, la camiseta...y me quede en calzoncillos. Ella me pidio que la dejara desvertirse. Se quito la casaca, la chompa y la blusa, quedandose con su sosten negro de encaje y el pantalon. Se sento en la cama, y de un solo golpe se libro de sus tacones. Se paro, avanzo hasta la puerta del baño y se bajo el pantalon.

En ese instante una corriente me recorrio el cuerpo. Ella se quedo con su sosten negro de encaje y un calzon negro, mas bien un hilo dental negro. Con una sonrisa me pidio que le quitara el sosten. Mis ojos se clavaron con deseo en los ganchitos de su sosten, mientras mis manos trataban de quitarselo, al cabo de un par de minutos de ligero forcejeo.

Finalmente, sus senos quedaron liberados, "sonriendome", mientras ella giraba mostrandome su trasero, pequeño, pero bien torneado. Me baje los calzoncillos y mi pene la "saludo", poniendose rigido, con un par de gotas asomando por el glande. Ella se rio, medio asustada y medio divertida, temiendo que yo intentase penetrarla sin condon.

Una vez que ella se bajo el calzon, le pedi que se duche. A pesar que el agua estaba helada ella se ducho delante mio, solo por darme gusto. Enseguida fuimos a la cama.

Quise hacerle sexo oral (vaginal) pero ella se nego. Pero si me dejo saborear sus senos, los cuales me gustaron. Al cabo de media hora, la puse boca abajo, saque de mis ropas una bolsita de plastico chiquita, previamente cortada en dos mitades, y se la inserte delicadamente en su ano. Enseguida le hice un oral (beso negro) lento y demorado. La oi gemir y senti como su trasero se movia, mientras mi lengua trabajaba ese ano, con la seguridad que esa barrera me daba. Al final de un largo orgasmo, con un elegante y sexy movimiento de su brazo arrojo la bolsita al costado de la cama.

Verla hacer esa maniobra me excito de tal modo, que volvi a conseguir otra ereccion. Ella quiso hacerme un oral, sin proteccion, pero me negue de manera educada y firme. Ella como que se sintio incomoda y me reclamo. Le dije que yo no la conocia y menos aun su pasado sexual.

Ella me replico:

- "Desconfias de mi?!!".

Le respondi:

- "Confio en ti, mas no en los hombres de tu pasado".

Pero le mostre unos condones de sabores. A ella le gusto el de platano... y se puso a chuparmela,rico, lento y suave, en ese orden exacto.

A la media hora, ya la estaba penetrando en la pose del misionero. Como a muchos hombres, al principio me fue bacan, pero a la media hora no pude mantener la ereccion y esta empezo a menguar. Creo que estaba tenso, honestamente no lo recuerdo bien. No pude finalizar, pero increiblemente ella fue comprensiva.

Sacudiendo su cabeza rubia, me hablo, preguntandome cosas personales: en que trabajaba, con quien vivia, si tenia novia,etc.

Fue excitante y a la vez reconfortante estar echado en la misma cama con una mujer adulta, guapa, que olia rico y con unas curvas apetecibles.

Despues de vestirnos, antes de salir, me pidio que le regale un condon de platano. Como no me hacia ilusiones con ella, se lo di. Ella me beso en la mejilla y la vi alejarse, en la penumbra.

Al dia siguiente ella me busco en el chat, y me dijo que a pesar que no la pude satisfacer, disfruto nuestro encuentro intimo. Me pidio que abriera mi cam. Lo hice, pero ella se oculto: solo veia los muebles de su cuarto. Pero chateamos, y me concentre en lo que le decia, de forma tal, que consegui excitarla. Medio enojada y medio avergonzada conmigo, me dijo que tenia que cambiarse el calzon blanco que llevaba puesto, pues mis palabras la excitaron tanto, que ella mojo su prenda intima. 

Pero ella me pidio que tuvieramos un segundo encuentro. Esta vez fue a las dos semanas de nuestro primer encuentro. Lo que nunca imagine es que por fin conseguiria mi ansiada fantasia: el famoso HMH.

(Continuara)