Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

UN LARGO DÍA EN LA ESCUELA DE BELLAS ARTES

Estaba yo en la mitad de un dulce y excitante sueño, entre las mujeres más hermosas que recuerdo de mi salón en el bachillerato a las que se les podía percibir su alto grado de sensualidad y sexualidad, cuando de repente un grito deshace este agradable sueño fantasioso, es un grito que va con mi nombre entre el viento, es mi madre, que me despierta para decirme que ya me había encontrado algo para hacer en las aburridas vacaciones, ¡pero que!, si yo apenas podía regresar a la realidad con mi entrepierna sudando y mis interiores formando un triangulo casi perfecto con mis piernas, parece realmente una rústica tienda para acampar, menos mal que estaba bien arropado, porque la verdad no se cual podría ser la reacción de mi conservadora madre al ver mi carpa bien armada, pero entonces le pregunté, ¿En que clases me has metido, madre inoportuna?, inmediatamente me dijo que había contactado con el rector de una escuela de música en la ciudad, más conocida como Bellas Artes, y que me había conseguido un cupo, pero que debía presentar un pequeño examen de admisión, ¡ha!, y que yo debía preguntar por Castelblanco, al principio me mostré un poco displicente, pero al final accedí, me alisté y salí de mi casa, con mi cabello largo un poco mojado, mis desgastados y apretados jeans azules, camiseta negra, botas y cierta cantidad de ganas, en el camino trataba de imaginar como sería este ambiente, de Bellas Artes, si mis conocimientos empíricos de la verdadera música me servirían de algo, hasta que llegué a la entrada del grande edificio, que parecía una universidad de garaje, debido a sus proporciones. Al dar el primer paso hacia adentro por las escaleras, sentí como un violonchelo, me saludaba con algunas tenues notas, y me sentí alagado, con mi segundo paso, vi un milagro hecho carne, era una mujer de rasgos celestiales, tan celestiales que pensé de ella, que era perfecta para interpretar una deidad griega en una obra de teatro, además utilizaba unos grandes lentes oscuros que no dejaban ver la claridad de sus ojos, pero que la llenaban de misticismo, su cabello castaño claro, largo, se movía con el va y ven de sus delgadas piernas al bajar por las escaleras, yo solo supe mirar y quedar anonadado, mientras la veía, vaya, vaya, que bienvenida, seguí subiendo y una infinidad de sonidos de instrumentos desconocidos bañaban mis oídos, ajj, en el fondo pude leer un pequeño letrero que decía Castelblanco, me fui directamente hacía esa oficina, mientras pasaba por salones con algunos aprendices de músico, llegue a la oficina y toque a la puerta, cuando ¡Ho! sorpresa era una mujer, de aproximadamente 30 años, esta estaba un poco agitada cuando me abrió, me dijo que esperara un momento, cerró la puerta y volvió a la oficina, eso fue lo único que pude percibir, unos segundos después salió un tipo parecido a Pepe Cortisona el de condorito, acomodándose el último botón de su camisa, mientras lo hacia, me dijo con cara de enfado: entra chaval, yo puse cara de idiota y seguí las ordenes de don Tony, que me calló mal desde que lo vi, entré y escuché una suave voz que dijo: cierra la puerta y siéntate por favor, y así fue, ella estaba dándome la espalda, ya que estaba parada en la ventana mirando hacía la calle, mientras acariciaba la tapa del piano ubicado a su lado y fumaba un cigarrillo de alegría, que me alegraba el día un poco más a mí, se le denotaba una buena cola, bien formada, que se resaltaba en su falda hippie, cuando terminó, miró al cielo, se puso un poco de gotas y volvió hacia donde me encontraba, yo quedé anonadado por segunda vez en el día, eran los senos más grandes que había visto en toda mi vida, ellos quería salirse del escote, porque al parecer no había un sostén que los contuviera, y eso lo se porque se alcanzaba a asomar una pequeña parte del pezón derecho, ese pezón que nunca se borrará de mi memoria; de hecho imagino que la talla de sostén para esa voluptuosidad ni siquiera existe. Siguió caminando y no se percató de su amigo que quería recibir un poco de aire setentero, siguió caminando y me encontré con su rostro, era bonito, pero sus ojos, o cielos que ojos, tan verdes como una esmeralda recién pulida, inmediatamente hice un ejercicio mental que suelo hacer y es imaginar la cara de las mujeres, que veo directamente a los ojos, cuando están sintiendo un orgasmo, y lo que vi fue realmente excitante, bien, ella se sentó en la silla de director, enfrente mío, separándonos únicamente una mesa, ella me miro sabiendo que me derretía por dentro y dijo: te estaba esperando, se agachó sacando una guitarra acústica de su respectivo estuche, y me la entregó, como diciéndome, muéstrame lo que sabes hacer, en el momento que la tomé, sentí el olor a madera nueva entremezclado con un suave olor a rosas y cannabis, cuando puse mis manos sobre las cuerdas de la guitarra, sentí su acento español, empecé con un poco de blues enfocado en las raíces del rock clásico, mostrándole a esta nena que aún había gente que disfrutaba de los dinosaurios del rock , pasando por los doors, led zeppelín, rush, los who, jimmy Hendrix que en paz descanse, y finalmente toque la introducción de love song de tesla, ella me observaba, como estudiando cada uno de mis movimientos, (Eso creo), mientras le echaba un vistazo a cada una de las extensiones de mi cuerpo, cuando terminé, ella regresó su derretidora mirada hacia mi y me dijo que no estaba nada mal, luego agregó que me pusiera de pie, así lo hice devolviéndole la guitarra, y repitió: nada mal, mientras volvía a darse un paseo por todo mi cuerpo, ella guardó la guitarra y se puso de pie. Fue directamente al piano y se sentó, me llamó para que fuera junto a ella, me acerque un poco hasta que ella me dijo: quédate ahí, así fue, ella hizo un par de escalas en el piano, como para hacerme saber quien sabía más de música y me indicó que alcanzara con la voz la nota que ella interpretaría en el piano, o que interpretaría, hundiría una tecla del piano, empezamos bien, pero ella empezó a subirle a las octavas de las notas, hasta que mi voz no dio más, ella se levantó y me trajo a sentarme frente al piano, me dijo que tocara la nota que quisiera, para ella hacerla con la voz y así lo hice, con una nota un poco alta, ella como un matutino pájaro alcanzó dicho tono, me dijo que me pusiera de pie y que endureciera el diafragma, mientras acariciaba mi estomago y tocaba con una sola mano el piano, yo no entendí lo del diafragma, y cometí el mismo error, ella se ubicó detrás de mí y puso una mano totalmente abierta sobre mi estomago, la otra mano la puso sobre las teclas del piano y empezó a cantar a mi oído acompañándose con el piano, cada vez que subía la intensidad de los sonidos, ella hacía más presión contra mi estomago, y empezaba a bajar su mano, al principio no me di cuenta, pero cuando llegó a la hebilla de mi correa, entendí que era lo que ella estaba buscando, sin embargo la dejé continuar, ella siguió tocando, y metiendo sus manos entre mis pantalones, sintiendo mis encarpados interiores, primero tocó la cabeza apretándola un poco, bajó por la empinada columna y metió sus manos delicadas dentro de mis estirados pantaloncillos, mientras, me apretaba la pija, y la agitaba como cuando me masturbo; en ese momento mi erección era máxima, ella dejó de tocar el piano, yo me volteé hacia ella, le empecé a besar el cuello, sus fastuosos senos, estaban demasiado agitados y ahora más que antes querían ser tocados por el exterior y otros elementos, yo no los hice esperar más, le quité entonces su escotada blusa, dándome la razón de cuando pensé que este manjar carnal no usaba sostén, con lo que me encontré, fue con dos montañas gigantes, muy paradas, hechas tan perfectamente que parecían de arcilla, como una obra de arte hecha por un escultor erótico o renacentista, de la época en que se rendía culto al cuerpo humano, por un momento no sabía si asombrarme simplemente o acercarme a este par de bellezas, la mire como preguntándole si podía, ella asintió con la cabeza, yo como un gatito sediento de leche fui a esos grandes biberones y me pegué primero del derecho, pues el me quería saludar desde hace rato, así que lo recompensé, porque no le niego el saludo absolutamente a nadie, empecé besándolo en círculos con mi lengua, muy mojada por cierto, mientras con una mano le acariciaba el pezón izquierdo y con la otra pasaba mis manos por sus un poco, pero no demasiado flácidas piernas (Tal vez por eso las escondía tras la falda), rebasando la segunda piel puesta por la seda, en ese momento también descubrí que no tenía nada bajo esa falda, aclaro, me refiero a nada de más ropa, pero yo seguía explorando bajo su mágica falda con mi mano; me la pasaba como un niño con dos helados, uno de chocolate y el otro de chicle, que no sabía con cual quedarse, si el derecho o el izquierdo, ¡ ujuuuu ¡ que locura, ella me quitó de encima y quedé boquiabierto, sin saber que hacer o decirle. Se acercó al reproductor de Cd´s y puso una canción que desde entonces es mi favorita, llamada -in a gadda da vida- de Iron Butterfly, apenas empezó a sonar se vino hacia mí como un toro sediento de carne, moviendo sus deliciosos senos con la firmeza de cada uno de sus pasos, de repente se agachó, abrió mi bragueta, sacó mi gigante pija y empezó a darle duro al oral, ¿se imaginan mi cara de imbécil?, torciendo los ojos y sosteniéndome en el aire, de vez en cuando dejaba de mamar y miraba mi rostro de completa satisfacción, con esos ojazos, ajjjjj, ella al parecer, se estaba metiendo los dedos mientras se desestrezaba con el peluchito, pero a mi que, yo era feliz con la mamada, pronto sentí que me iba a venir, pero yo quería probar un poco de su almeja con mi peluche, la levante de su posición y la senté sobre el piano, traté de levantarle totalmente la falda, pero ella solo dejó que le viera su concha, no me permitió ni siquiera tocarla, se quito mis manos de encima, yo pensé que hasta hay había llegado todo y que además no había pasado la prueba, pero ella aunque no quiso dejarse tocar el triangulo de la perdición, esta se arrodilló de nuevo y siguió en lo que estaba, yo que podía decir, porque según me había dado a entender, ella era quien dominaba la situación, yo como niño obediente la dejé mandar, ella seguía ahí pegada, moviendo su lengua de una manera hasta ahora insuperable, mordiendo un poco y girando, de nuevo estaba cerca mi leche, creo que ella lo sintió porque vio como se empezaba a endurecer mi estomago, yo como buen caballero que soy, le dije: oye ya viene, se detuvo un momento sin sacarlo de su boca y me miro, lo que yo capté fue un gran quiero tragar, y bueno, ella literalmente tragó, un poco más de lo habitual, porque hace rato que no dejaba fluir un poco de líquido, al parecer la cantidad de liquido que salió fue proporcional al tamaño, jajajajajajajaja, cuando se me acabó, ella ciertamente quería beber un poco más y empezó a chupar como por un pitillo, mientras mi pija iba perdiendo los efectos de la excitación que había alcanzado, volviendo a ser el tierno cachorro de siempre, la verdad me dolió un poco cuando ella empezó a absorber los vestigios de semen que quedan en los ductos por donde este baja, pero ya saben, el placer puede vencer cualquier dolor físico, ella hacía tanta fuerza que la cabeza de mi pene se pegaba a sus dientes y se deformaba un poco, debido a la absorción que desarrollaba en su boquita, cuando se percató de que no salía más líquido, se levantó y pasó su lengua con suavidad sobre los labios, para deshacerse del poco líquido que le pudiera haber quedado sobre ellos, con el paso del tiempo supe el por que esta Mujer solo quería leche, porque al parecer cuando el semen entra en contacto con la sangre, sube el ánimo de aquel que le corre semen con sangre por las venas, ella buscó su blusa, se la puso, y finalmente dijo: Has sido aceptado en la escuela de Bellas Artes, regresa a las 2:00 PM.  Ok, salí de la oficina tratando de regresar a la vida real, pero todo parecía un ilógico sueño, cuando llegué a la puerta después de haber bajado por las escaleras de la perdición, la volví a ver, era ella la diosa griega, venía corriendo con un violín en sus manos, de nuevo pasó sin pasar, sin tan siquiera percatarse de mi existencia, después salí y empecé a imaginar que iba a hacer con la señorita Castelblanco cuando regresara como ella me había dicho a las 2:00PM, compré como cinco condones en la farmacia que hay camino a mi casa, y casi me juré llegar a penetrar esta concha a la que se me negó el derecho, fue tal mi obsesión, que en tanto llegué a mi casa, consulté directamente en libro de la sabiduría, más conocido como el Kama-sutra, las poses más excitantes que fueron ilustradas y explicadas en esta fuente de conocimiento sexual. Bien ya faltaba poco para que fueran las 2:00 PM, salí de mi casa en la búsqueda de todas las fantasías sexuales que podría saciar esta Hembra, mis bolsillos llenos de condones, las imágenes del Kama-sutra latentes en mi cabeza, mucha loción, y el clásico acicalamiento para acercarme a una mujer, sin darme cuenta ya estaba frente a la gran puerta que decía Castelblanco, la toque y un corrientazo pasó por mi estomago, vi como en mi ilusorio mundo lentamente se abría la puerta, cuando de repente de entre la quietud del movimiento apareció un hombre algo viejo que me saludó afablemente, yo dije: ¿Perdón, la señorita Castelblanco está?, el hombre rió diciendo que él era el señor Castelblanco y que con quien yo había presentado el examen era su secretaría, pues él había tenido que salir en la mañana, una risa eufórica extraña se marcó en la boca de mi alma, la verdad no tengo muy claro ¿por qué?, o bueno creo que sí tal vez me sentí un poco grande como los argentinos, bien dejando de pensar en eso, el viejo me invitó a entrar para recordar cuando yo era un niño, con una imaginación virgen que aún no había sido corrompida por los placeres enseñados en la televisión, por los amigos, la sociedad y en los colegios, mientras este señor continuaba hablando, y yo con mi típico acto de hipocresía moviendo mi cabeza con un continúo sí si si; pero realmente me sentía como un pendejo con los bolsillos llenos de condones y con las imágenes del Kama-sutra ahí presentes, claro sin poderlas aplicar, y lo peor vestido como para una cita sexual, no como para recibir clase toda la tarde, que miserable es mi vida, eso me pasa por tirarmelas de Tony, sabiendo que no lo soy; pero las cosas cambiarían, eso era lo que yo no sabía. El señor Castelblanco me dice que vaya al salón 204, en le segundo piso, para encontrar a mi instructora, pues los del grupo ya llevaban una semana de clase, por lo tanto yo tenía que ver un curso rápido de lo aprendido la primera semana, salí de la oficina rumbo al 204 echando un vistazo por los salones que pasaba, por si de casualidad lograba ver a mi diosa, pero no la encontré, llegué al 204 en el segundo piso y toqué a la puerta, no me abrieron, pero yo sentía que alguien estaba adentro, como buen espía que soy, abrí la puerta lentamente, y ¡Oh sorpresa!, allí había una mujer de aproximadamente 25 años, cabello negro largo, nariz puntuda pero no desproporcionada, completamente desnuda sobre una mesa masturbándose con un marcador de los gruesos, que imagen tan conmovedora, y yo con la calentura que llevaba, pero no me atrevía a decir algo, además no conocía las inclinaciones sexuales de la nena, pues ya había escuchado que las mujeres de las Bellas Artes eran en su mayoría lesbianas, la verdad ella no estaba nada mal, lo que más me gustaba eran sus labios, muy carnosos, como clamando a gritos por mi pija y por mi cuerpo, ella no se dio cuenta de mi presencia, prosiguiendo con su consolación, por momentos soltaba el marcador para metérselo en la boca y chuparlo cuan si fuera un falo, en ese momento se metía los húmedos dedos de la otra mano, cuando chupaba lo suficiente el marcador se penetraba con el, estaba totalmente extendida sobre la mesa, cuando introducía solo el mojado marcador, con su otra mano se tocaba con la yema de los dedos sus no muy grandes pero puntudos y erectos senos haciendo pequeños tirones, en su cara se reflejaba una total satisfacción, hasta donde yo estaba se escuchaban cortos gemidos que me encendieron mucho más la mecha.  Fuera del salón estaba yo, con la pija entre mis manos, porque no había podido soportar más, jalando suavemente, de repente por el pasillo sentí a alguien acercándose y no pude ni guardar el erecto, ni cerrar la bragueta, entonces yo hice la del inocente, abrí la puerta de un sopetón y la cerré fuertemente, ella dejo de consentirse y se puso de pie, yo del susto que me vieran jalando había olvidado un pequeño detalle, tenía la pija como un monstruo y fuera de su cueva, la reacción de ella, de la que llamaré como la profe de aquí en adelante fue extraña, pues no sabía que hacer, si buscar la ropa para tapar su desnudez o ceder ante el bocado situado frente a ella, tres golpes sonaron en la puerta, ella me hizo señas para que no hablara y le pusiera seguro a la puerta, yo lo hice, pero la verdad no me alcanzaba a imaginar que pasaría después; tocaron de nuevo y nuestra respuesta fue la misma; este personaje desapareció, y con esta desaparición me empezó a invadir el hedor del lugar, ese hedor que todos desprendemos en los momentos de excitación, ella me preguntó: ¿Eres el nuevo?, yo solo supe decir Si, me imaginé que iba a decir cualquier otra cosa, pero que tal la descarada, lo que me pregunta, ella completamente desnuda y con un orgasmo a medias, y yo como un burro, que tal la pregunta; pero bueno la segunda pregunta que hizo me gustó más, dijo: ¿Quieres que empiece la clase o que quieres hacer?, mi respuesta fue breve: lo que quiero es utilizar estos contigo, mientras sostenía tres condones en mi mano y esa precisamente fue la gota que rebasó la copa en que se contenía el pudor de la profe, caminamos el uno hacía el otro como dos imanes atraídos por la fuerza del deseo, encontrándonos con un beso, ella era un poco más bajita que yo, por lo tanto me agaché para poderla besar, solté los condones en el suelo y pasé mis manos por su desnuda espalda, las manos de ella fueron a mi camisa, quitándomela con un poco de desespero, mi pija estaba afuera, pero ella deseaba todo el paquete, después de quitarme la camisa, empezó a besarme el torso con el mismo desespero que me quitó la camisa, bajando por el estómago hasta el ombligo, abrió mis pantalones dejando mi pija totalmente al descubierto, le dio un pequeño lengüetazo, y continuó bajándome los pantalones, luego prosiguió quitándome las botas y las medias, en ese momento yo estaba completamente desnudo, como ella, ahora sí salto encima de mi quedando colgada de mi cuello, con las piernas a la altura de mi cintura, por poquito se ensarta de una, que buena puntería, se pegó de mi boca como si nunca hubiera besado a un hombre mientras daba brinquitos como si estuviera penetrada. Yo como pude me arrodillé abrí un condón y me lo calcé, ella se dio cuenta de que me había puesto el condón, y me dijo ¿es que ya no lo habías metido?, le respondí levantándola un poco y penetrándola con toda la fuerza de su peso, ella exclamó un entrecortado UuUuUuUuU y comenzó a jinetear encima mío cuando yo estaba de pie, ya cansado de las piernas entonces me apoyé en la pared, me cansé de la posición e hice algo aprendido en el libro del poder, fui caminando como pude hasta la mesa donde la profe estaba extendida masturbándose y ahí la tiré, luego la moví para que se acomodara de costado, en posición fetal y con la concha en el borde de la mesa, volví a tener contacto con ese manjar pero de otro perfil, de lado, en esa posición, la pija está más aprisionada y la almeja más perceptiva, rápidamente el jugo de ambos apareció, casi que paralelamente, saque el monstruito, amarré el condón y plup a la basura; me acerqué a tomar mi ropa, cuando el celular de ella sonó, no entendí absolutamente nada de lo que había dicho por el teléfono, pero cuando me había puesto los boxer y las medias ella me hizo señas de esperar, me senté en una silla a esperarla, ella colgó el teléfono, se acercó y me dijo: Quiero que me des por el orto y que no lo saques de ahí hasta que te vengas; a mí no es que me agrade mucho que digamos dar por el orto, pero que más da, una penetración a la profe, valía mucho la pena, yo accedí a su petición y me calcé el otro condón, ella se puso en cuatro mientras yo me arrodillé un toque, ensarté suavemente y tiré el resto de mi cuerpo sobre su espalda, ella en el momento que lo metí produjo un leve quejido y después de el agregó, si lo haces bien te voy a recompensar, pero yo que más podía esperar ¿a?, sin embargo le di con mucho empeño, me pareció algo monótono, era algo como meto y quejido doloroso, saco y quejido doloroso, así sucesivamente, aunque yo trataba de hacer cambios de ritmo, hubo un momento en que ella dejó de quejarse y gimió, imagine que se había venido por la cola por extraño que parezca, sin embargo continué cascándole al negocio anal, hasta que bueno, se pronunció la segunda venida y llegó, me puse de pie y en el momento que empezaba a amarrar el segundo condón para plup en el bote de basura, tocaron a la puerta, ella se levantó desnuda como si supiera de quien se tratara, abrió la puerta. Y era una nena como de 17 años, ambas se saludaron, muy efusivamente, a tal grado de haberse besado como si yo no estuviera en ese lugar, entendí un poco porque la profe no se había dado cuenta de que durante la cabalgata yo no la había penetrado y por eso me preguntó, entonces tenía a un par de lesbianas frente a mí besándose acarameladamente, me sentí sobrando y empecé a recoger la ropa para que la faena continuara entre ellas dos, la profe dejó de besar a la que llamaré como la estudiante, y me dijo esta es tu sorpresa, yo no había analizado mi sorpresa, pero esa era una sorpresota, estaba demasiado buena, tenía cara de niña necia, (Tenía tal cara de niña necia que sus ojos reflejaban un orgasmo de tiempo completo, así que no tuve que imaginar nada, y ni que hablar de la profe, la primera vez que la vi atravesaba un instante de excitación máximo) de tetas como 36B a simple vista, un orto muy parado, con suficiente pierna, cabello rojizo como las llamas de la pasión (Tinturada) y algo realmente excitante, un tatuaje púbico que dejaba ver solo la parte superior por encima de el límite impuesto por el pantalón, se alcanzaban a ver como tres cachos, al parecer era un tribal, luego confirmaría su autenticidad con mis manos y sabría como era totalmente el tribal o lo que fuera, pues bueno la profe como era la empelotadora oficial, hizo lo propio con la estudiante, dejándole sus ujjjjjj y su ufffffffffffff y la ajjjjjjjj, mientras ellas se saludaban y todo eso, mi monstruito ya había recuperado su tamaño normal, pero en el momento de ver todo eso frente a él volvió a la vida, renació de entre las cenizas de “polvo” como el fénix, esa era mi señal de estar listo, pero ¿y ellas?,sin darme cuenta las dos se vinieron a lo suyo, y lo suyo era con lo mío, las dos se pegaron de mi pija, una lamía por un lado y la otra por el otro lado, de vez en cuando se encontraban sus lenguas, la verdad fue cosa de locos esa situación, la estudiante se atragantó, ganándole a la profe, o sea se lo metió todo para ella solita, poniéndose en cuatro, la profe que ya sabía como era la didáctica, se fue a pegarle al oral a la estudiante, ella también se puso en cuatro para hacerlo, que imagen tan excitante, empezaba por la raíz de mi pija, seguía la cabeza de la estudiante, luego su espalda hasta su empinada cola, hasta la concha de la estudiante, después seguía la lengua de la profe, sus carnosos labios, su nariz, su cabello, su espalda y finalmente su orto, que agradable momento, pero uno de mis objetivos era que la profe me lo mamara y seguramente lo iba a lograr; pero era algo difícil, porque las dos estaban muy concentradas en lo suyo, no sabía como hacerla para lograr mi cometido, me sentia como Jim Morrison en la película de The Doors en la parte que esta cantando en el estudio y cuando termina la canción se levanta una nena del suelo limpiándose los labios, se me ocurrió una idea pero no sabía si funcionaría, se trataba de tomar las riendas en el escenario, podría terminar todo hay, pero era un riesgo que debía correr, en un momento inesperado dije: Alto, ellas detuvieron sus respectivas actividades orales, pero no sacaron las órganos que contenían en su boca, solo me miraron, yo le hice la señal a la profe para que viniera hasta donde mi, con el dedo índice, ella se puso de pie, luego tomé de la cabeza a la estudiante y la levanté, cuando ambas se pusieron en frente mío, yo agarré de los hombros a la profe y la hice arrodillarse, luego cogí mi pija y se la puse en frente de sus labios de mamona, ella abrió grande y se lo metió todo de un solo bocado, pero todo es todo, normalmente en el oral se lo meten solo hasta donde la lengua puede tocar la cabeza y lo que pueda entrar con el movimiento, pero la profe lo tenía todo adentro, su nariz golpeaba con los pelos de mi vejiga, que gargantita tan profunda, creo que con mi pija alcanzaba a palpar las partes internas de su cuello, era como una vulva que se contraía con el pasar de su saliva, ella empezó a mover su cabeza para el característico mete-saca o mejor saca-mete porque lo tenía muy metido. La estudiante, estaba acostada masturbándose a un lado con un vibrador que la verdad no se donde lo sacó, este aparatito era muy largo y grueso, mi satisfacción era indescriptible, unos labios mamones manándomelo y una Hembra con H mayúscula masturbándose ahí a mi lado, metiéndose el vibrador en el final de su tatuaje, porque el tribal terminaba en el principio de su concha, pero ya no quería más mamada, se me antojaban unas 36B que estaban muy a mano, se lo saque a la profe de su boca, de un salto caí sentado sobre el estómago de la estudiante, lo metí entre estos senos adolescentes que seguían en formación, la profe también se sentó sobre la estudiante juntando su espalda con la mía y prosiguió metiendo el consolador en la estudiante, ya saben donde, era algo realmente erótico juntar mi espalda con la de la profe manteniendo el sexo expectante en esta nena, la estudiante lo único que podía hacer era torcer sus ojos y realizar quejidos que nos servían como incentivos para aumentar la velocidad de nuestros movimientos, a lo lejos vi un condón en el horizonte, decidiéndome por penetrar a la adolescente con cabello de fuego, me levanté y me reemplazó con sus dedos apretándose la aureola que rodea sus pezones, la profe aprovechando que me había ido, recostó su dorso sobre la estudiante continuando con la utilización del consolador, lo que ellas no sabían era que el mejor consolador ya estaba preparado para la acción, me tomé mi tiempo para instalármelo y hacer el pre-sexo más excitante, aunque ¿que podría ser más excitante que lo que estaba haciendo? me volteé con el instrumento bien afinado, dando pasos a un compás de cuatro cuartos, hasta que llegué al lugar, hice un pequeño ligado en mis piernas para poder alcanzar la altura requerida, toqué el tatuaje con mi mano y lo metí, sin importarme compartir escenario con una pija vibradora de plástico, porque ese concierto era mío, empecé dando duro y pausadamente cuan si fueran redondas con acento, con el paso de los compases aumenté poco a poco la intensidad, velocidad y cantidad de golpes como a semicorcheas, recordando los taca-taca aprendidos en la infancia o los un–mas-y-e, pero una melodía interesante tiene variaciones rítmicas y posicionales, así que cambie un poco el estado, empecé con la quietud de un silencio de blanca para tomar las piernas de mi compañera con las manos y juntarlas, de tal manera que mi pija quedara muy aprisionada y que con cada incursión ella sintiera más placer, como era de esperarse la nenita al borde de un shock orgásmico empezó a hacer gemidos y casi gritos muy fuertes, la profe le tapó la boca como pudo, diciéndome que continuara; pero no era necesario, porque yo sabía que tenía que hacer, la estudiante tenía un vibrador de grandes proporciones y mi magullada pija dentro, ambos aprisionados de tal manera que ni mi pija ni el consolador podía abandonar el templo del placer, ella se empezó a retorcer como podía, era como cuando veo el ganado ser marcado, sus gestos eran tan dolorosos que estaba pensando en sacarlo, pero mi leche estaba ya cerca, tan cerca que le solté las piernas y lo saqué de su concha sudorosa e irritada, empezaba ya a salir el líquido cuando me asaltó una idea, aprovechando la posición de la profe me arranqué el cauchito como pude y la eché toda la leche sobre sus durísimas tetas, tarea cumplida, como ya le solté las piernas a la estudiante, ella dejo de gritar y la profe de taparle la boca, saben cual fue el comentario que escuché, dijo: ¿por que lo sacaste?, hizo pucheros de estar enfadada, la profe se volteó y empezó a besar a su niña, yo aproveché y en ese momento me vestí abrí la puerta les dije cciao y las abandoné en su lecho sexual. Salí de hay directo al baño a mear los residuos semen contenidos en mi pene tenía la cabeza demasiado roja, a tal punto de asustarme, en el lavamanos traté de ponerme agua como pude para ver si bajaba la hinchazón; me encontraba totalmente mamado en todos los sentidos, decidí salir un rato a tomar aire a la cafetería, me comí algo en la soledad del lugar y continué descansando pensando en el tan entretenido día que estaba teniendo, de repente de entre un manto de fantasía apareció ella, era ELLA, la diosa lucía tal como la había dejado, fue a la cafetería pidiéndole al vendedor un capuchino, se dirigió a la mesa continua a la mía para tomárselo, no supe que decirle, me quedé como atontado por su belleza y ella era consciente de eso, no paré de mirarla un solo instante, como cuando un niño siente que eyacula y ve muy concentrado en el fenómeno, el jugo salir de su miembro, que tiempos aquellos de las primeras eyaculaciones, al parecer esperaba que yo le empezara a hablar, porque respondía a mis miradas con insinuación, a por cierto ya se había quitado las gafas oscuras dejando ver sus ojos marrones como el atardecer campirano (Me ocurrió algo raro, extrañamente no pude visualizarla con el orgasmo a flor de piel, había algo indescriptible que me lo impedía), terminó con el capuchino y me dijo: Hola, yo como tonto solo pude decir Hooo la, ella desenvainó su violín y empezó a tocar, con una maestría, con una gracia, con un gusto, que hace mucho no presenciaba, como un niño me acerqué a la fuente de mi admiración, sentándome en su mesa, cuando finalizó la pieza me preguntó si tocaba ofreciéndome el instrumento, yo siendo sincero le dije que no, pues prefiero ser sincero a sacar disculpas o quedar como un charlatán frente a una damita como esta; ella me preguntó si quería aprender a tocar el violín, aunque en realidad yo quería tocar mucho más que el violín, acepté su propuesta pero solo con una condición, a cambio de decirme su nombre, ella sonrió y me dijo: confórmate con saber que me dicen la gitana, imaginé que era porque también tocaba guitarra flamenca, pero estaba totalmente equivocado, con el tiempo descubriría el por que de su apodo.  Empezó mostrándome la posición de los dedos al tomar el arco, mientras lo hacía rozaba mi mano y sentía morir en vida, luego la diosa o mejor sigamos llamándola de la manera como se presentó, es decir, como la gitana, la gitana después ubicó el violín en mi cuello a un lado, luego tomó mi brazo con su suave mano y puso mis dedos sobre el violín, al parecer ya estaba listo, agregó poniendo mi mano la que sostenía el arco sobre la primera cuerda, y dijo: Dale suave, yo lo hice muy suavecito, tan suavecito que el sonido fue dulce, a continuación intenté por cuenta propia realizar otros sonidos y el resultado fue desastroso, lo mío es la guitarra, le dije; que te parece si nos juntamos para tocar un rato, me dijo con su voz primaveral, ¿quien se le negaría a esta mujer?, de un momento a otro nos encontrábamos en una sala de concierto pequeña, como para audiciones privadas, solo había unas cuantas sillas en frente, un pequeño escenario y una cortina; ella desapareció un momento y regresó con una guitarra eléctrica casi tan hermosa como quien la cargaba y un amplificador pequeño en sus manos, me las entregó para saber de lo que estaba hecho, empecé afinando con armónicos la guitarra, luego me conecté al amplificador y empecé a tocar arpegios suaves bajando por escalas, era como si hubiéramos tocado juntos toca la vida, pues se había acoplado fácilmente a los movimientos que estaba realizando, la gitana empezó a improvisar con notas largas y melodiosas que llenaban el vacío producido por mis nervios, lentamente mientras tocábamos, aproveché algunas notas sencillas para rodearla y detallar más de cerca esta escultura hecha por un dios lujurioso para saciar sus ojos en las noches de soledad, la rodeé como un caracol con mis movimientos, hasta que me situé justo frente a ella de tal manera que nuestros ojos se cruzaban fijamente casi sin parpadear. Como hipnotizados el uno al otro por la intensidad de nuestras miradas; ¿Acaso lo que me invadía era amor? ¿El amor que siempre he negado sentir? ¿El amor que es la máscara del sexo? ¿El amor censurado pero anhelado en silencio? La vida me enseñaba uno de sus milagros ese día,( eso pesé ese día ); pero bueno si sigo filosofando con el amor va a parecer algo escrito por el Carlos Cauthemoc de México (Perdón si esta mal escrito y soy conciente de que no soy nadie para criticarle) con el que no aprendí ni un culo en el colegio, cuando era una obligación leer obras de este personaje y realizar ensayos, me pregunto a veces ¿Si toda ese culto le sirvió a algún adolescente podrido en algún tipo de vicio?, pues a mi no me ayudó a saciar mi rabia o de pronto envidia contra los Tonys como el que salía del salón de la señorita Castelblanco; como me estoy saliendo de mi objetivo mejor basta de mi monólogo aburrido; mejor continúo con la historia que se pone mejor. Como por arte de magia ambos terminamos con un calido y placentero re en los instrumentos, mientras continuábamos el uno concentrado en el otro, pues me lancé al agua, me mandé con un beso en sus delicados labios y lo logré, no lo hice con deseo o pasión como en otras ocasiones, era un beso tierno, como el que una madre le da a su hijo mientras duerme, así como se lo di en cámara lenta solo juntando los labios pasé mi manos por su mejilla pecosa, ella ante esta muestra de “amor naciente” movió su cabeza para que la tocara más en la mejilla, tal vez percibió el sentimiento en los trazos de mis manos sobre su cara, cuando terminó la caricia lenta, soltamos los instrumentos y nos besamos de nuevo empezando suavemente y poco a poco ibamos dejando fluir la pasión con el movimiento de nuestras bocas y manos que buscaban la piel ajena. De nuestros cuerpos ya empezaban a desprenderse el característico olor a hormonas que solo puede ser palpado en una calentura con la agitación de dos cuerpos, la que era inminente; para ambos la ropa empezaba a estorbar, ella me quitó la camiseta mientras continuamos tocándonos y besándonos, como pude le quite su blusa, quedando solo con su pequeño sostén, la abracé para quitárselo, y me encontré con algo bonito, se trataba de sus senos, pequeños, puntudos, pecosos y con el pezón rosado, los senos en ese momento no me importaron mucho, porque en el caso de esta nena y de muchas otras lo que les falta adelante lo tienen atrás, y que señora cola tenía mi gitana, aunque su contextura física fuera delgada, su orto no quedaba nada mal, continué besando su cuello y ella me abrazó por el cuello, mientras yo iba adelante directo a sus mamas, hasta que llegué, lamidita en el par de mamilas, pero yo quería más; al parecer mi ambición y mis hormonas estaban muy alborotadas ese día, mientras le besaba los senos, aproveché para desabotonarle el pantalón y bajarle el cierre, le bajé los pantalones a la altura de la rodilla, encontrándome con sus tangas negras muy tangudas por cierto, eran como un hilo dental que llaman los conocedores, más bien, que clamaban por ser arrancadas, yo me agaché más y las bajé con mis dientes, que bocado di cardinale, voy a tratar de describir un poco este encuentro cercano con una conchita hecha como con un pincel, lo primero que vi fue un camino muy tenue de vello púbico rubio y completamente recto que parecía empezar en la parte frontal de la tanguita ya descrita y terminar en su conchita, uffffff y su conchita, que cosa tan indescriptible, era placentero el solo hecho de verla saludándome como podía, porque todavía no alcanzaba a verla muy bien , pero sus labios muy rosados se salían insinuante e instintivamente como una bestia que saca sus garras de la jaula para tratar de arrancar comida, lamí un poco el caminito púbico mientras con las manos apretaba sus posaderas, ella estaba casi lista para la acción, yo en un acto de caballerosidad le ayudé a quitarse los zapatos a sacarse el pantalón y sus deli tangas, luego hice lo propio desnudándome, claro me aseguré de sacar los dos condones que quedaban, puse uno en cada mano y me mandé al ruedo. Con apasionados besos y lamidas por su cara y cuello mientras la arrinconaba empujándola hasta la cortina del escenario, al juntar nuestros pechos percibí sus pezones como a punto de estallar pues estos me chuzaban de sobremanera, ella me dijo: dale entra, casi me dejo llevar por el momento metiéndolo de una, pero menos mal me acordé de las palabras de mi primo o que primo ni que primo, mi maestro, que dice algo como: ¡si vas a penetrar un condón te debes calzar!, el maldito condón no quería abrir, así que recurrí a mis dientes, y lo pude abrir, me lo puse en el monstrete, lo ubiqué con mi mano libre en su almeja y empecé a agitar el bote, mientras se lo metía, ella me aruñaba la espalda como podía porque sus uñas no estaban muy largas, ella dejó de aruñar y me dijo que me acostara, yo lo saqué y me acosté sobre el frío piso, ella se paro exactamente sobre mi pija y se sentó sobre ella de modo estratégico, esperaba que se empezaba mover, pero no lo hizo, entonces empezó una sensación indescriptible, mas conocida como EL APRETÓN GITANO, que es una técnica empleada por virtuosas del sexo que consiste en el movimiento de los músculos internos donde se alberga la pija, lo se por una película porno que había visto hace ya algún tiempo, donde una maestra le enseñaba a su alumna como hacérselo a su novio, literalmente vi el rostro del regocijo, yo le dije la Gitana ¿no? En tono burlesco, ella sonrió, después de la pequeña muestra de EL APRETÓN GITANO movió su cadera en círculos y yo podía sentir como mientras lo hacía seguía empleando el apretón, sentimos pasos acercándose, la gitana de un salto se desensartó, tomó su ropa e instrumentos y se metió tras las cortinas, yo hice lo mismo. Allí atrás había un pequeño espacio donde cabíamos sin estrechez, la puerta del mini-escenario se abrió y entró mucha gente, iba a haber una audición para un nuevo profesor de flauta traversa y allí estaban todos los directivos del plantel, por lo que alcancé a escuchar, volteé a mirar mi gitana y se estaba masturbando fuertemente, el espacio era pequeño, pero me le tiré encima, y continué dándole hasta que en su cara se dio el orgasmo, yo ya estaba cansado de la cadera y la pija, así que lo empecé a sacar, en cuanto salió de allí se exploto y me mando unas góticas de leche, por lo que no lo culpo, porque el día había transcurrido muy agitadamente, me lo saqué, amarré y al suelo, la gitana parecía estar satisfecha, quedándose ahí tendida donde estaba, yo me puse los pantalones sin el bóxer (a pelo), esperando que terminara la ejecución del flautista, pero ella no se vistió, seguía ahí extendida en el suelo, ella me dijo en voz muy baja: ¿tienes más condones? Yo no lo pensé dos veces y le dije que sí, (No se porque le dije que sí, yo estaba exhausto), me lo pidió, se me acercó, me bajó la cremallera y se encontró con el nene durmiendo, de lo extenuado, ella se sorprendió, se acercó a su pantalón, sacó un liquido de un frasco como de perfume, se roció los dedos y me aplicó en la cabeza del pene, inmediatamente el volvió a la vida, se puso más duro y parado de lo que estaba acostumbrado, guardó el frasco y me puso el condón (el último condón), se me montó a cabalgar, estando yo sentado, en ese momento empezaba un andantino en la flauta que iba casi asincopado con el ritmo de la bella y rubia gitana. De donde no había fuerza yo la saqué, levanté a la nena, la acosté y empleé la misma técnica que utilicé con la estudiante, primero me aseguré de levantarle las piernas, luego lo metí, después de estar adentro, tomé sus rodillas y las junte en el aire, empecé el convencional mete-saca despacio por mi cansancio y porque la posición no da para más, la nena gimió duro en cierto momento, e hizo que un silencio se apoderara del recinto, inclusive el flautista se detuvo en su interpretación, una voz conocida dijo: bien dependiendo de nuestra decisión le llamaremos, se escucharon pasos y la puerta cerrándose, ahí continuamos dándole tras las cortinas, todo fue de relajación en ese período, hasta que me regué, lo saqué y listo por fin, nos vestimos y mientras salíamos de entre las cortinas, le pregunté cual es tu nombre, justo cuando me lo iba a decir, lo escuché pero no precisamente se su boca, era la voz que había despedido al público y que se me había hecho familiar, se trataba ni más ni menos que de el señor Castelblanco: que en cuanto nos ve dice: ¿Camila otra vez?, no supe que hacer ni decir, ella como todas las mujeres dijo: no es lo que tu estas pensando papá, déjame explicarte, como soy buen seguidor de corriente, dije: si deje le explicamos, el señor finalizó diciendo: usted esta expulsado de Bellas Artes y tu Camila no volverás a entrar aquí, sin decir más, se fue don Castelblanco, ella me dijo: no te preocupes, chaooo, me quedé anonadado no solo porque había sido recién expulsado, o porque la mujer de mis sueños no era lo que esperaba, sino también porque había eyaculado mucho en el día, como desde hace mucho no lo hacía, sin embargo permanecí en pie como diez minutos en shock, pero que le voy a hacer. Así que me fui a mi casa cuando ya empezaba a anochecer en la ciudad para decirle a mi mamá que no me gustaba el ritmo del profesor que me daba la clase, pues hoy no había aprendido nada de música ( Y era parte de la verdad ) y que no quería volver, más tarde me di un baño y a dormir por fin en el fin....................................................................................................................

caballeroreal

Soy hombre heterosexual

visitas: 566
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2016-08-21 04:02:51
Más Relatos Por caballeroreal
Compartir en:

2 Comentarios

Hola me encantó tus historias! Gracias

2020-03-28 02:57:33

mucja carreta para ser cierto

2016-11-17 04:01:21